23.2.07

Cine Febrero 2007

CINE EN LA PLAZA
Comentarios de Jorge Gutman
LETTERS FROM IWO JIMA. Estados Unidos, 2006. Un film de Clint Eastwood
VENUS. Gran Bretaña, 2006. Un film de Roger Michell
EL LADO OSCURO DE LA DAMA BLANCA. Canadá, 2006. Un film de Patricio Henríquez
COEURS. Francia, 2006. Un film de Alain Resnais
GURU. India, 2006. Un film de Mani Ratean
MISS POTTER. Estados Unidos, 2006. Un film de Chris Noonan
LES FILLES DU BOTANISTE. Francia-Canada, 2006. Un film de Dai Sijie
CURSE OF THE GOLDEN FLOWER. China-Hong Kong, 2006. Un film de Zhang Yimou
PERFUME: THE STORY OF A MURDERER. Gran Bretaña, 2006. Un film de Tom Tykwer
CHILDREN OF MEN. Estados Unidos, 2006. Un film de Alfonso Cuarón
NOTES ON A SCANDAL. Estados Unidos-Gran Bretaña, 2006. Un film de Richard Eyre

VIDEOS

VIVA PEDRO. Colección de Pedro Almodóvar editado por Sony Pictures Home Entertainment Canada
§ MATADOR (1986
§ LA LEY DEL DESEO (1987)
§ MUJERES AL BORDE DE UN ATAQUE DE NERVIOS (1988)
§ LA FLOR DE MI SECRETO (1995)
§ CARNE TRÉMULA (1997)
§ TODO SOBRE MI MADRE (1999)
§ HABLE CON ELLA (2002)
§ LA MALA EDUCACION (2005)

LETTERS FROM IWO JIMA. Estados Unidos, 2006. Un film de Clint Eastwood

Clint Eastwood completa su doble obra sobre la batalla de Iwo Jima. Se trata de dos caras de una misma medalla; mientras que Flags of our Fathers enfocó el modo en que Estados Unidos sacó partida de una mítica foto que permitió a sus supuestos soldados retratados gozar de una efímera popularidad y convertirse en instrumentos útiles para recolectar fondos que permitieran financiar la continuación de la guerra, Letters From Iwo Jima se centra en las emociones y vicisitudes vividas por las fuerzas militares japonesas que eran conscientes de estar participando en una misión suicida.
El enfoque de Eastwood es único en la historia de películas de guerra del cine americano. Es la primera vez que un cineasta adopta la perspectiva del sector adversario para analizar con profundidad e inteligencia el estado anímico de las fuerzas enemigas, involucrándose en sus mentes y psiquis en momentos en que la suerte está echada. Además del humanismo y la compasión que su relato destila, Eastwood destaca los rasgos de nobleza, maldad, cobardía, miedo, manipulación, dignidad y la bravura de sus hombres quienes como seres vivientes y más allá de ser japoneses por atributo de la nacionalidad, no se distinguen del resto de los individuos que forman parte de este mundo.
La acción tiene lugar en febrero de 1945 cuando Japón se apresta a enfrentarse con los Estados Unidos en Iwo Jima. La equiparación de fuerzas es desigual y los soldados nipones saben muy bien que les será muy difícil salir airosos de esta aventura bélica. Al lugar llega el comandante japonés Tadamichi Kuribayashi (en la excelente composición del actor Ken Watanabe), un individuo decidido a ejecutar una estrategia militar consistente en mantener a sus tropas guarnecidas en trincheras y túneles apartados de la playa donde el ejército americano desembarcará; aunque no se habrá de ganar la batalla, el comandante supone que dichos refugios servirán para lograr una defensa más efectiva al ir replegando la ofensiva americana durante el mayor tiempo posible.

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A través del artificio de cartas escritas por este hombre y por otros miembros del contingente militar japonés a sus familiares directos, se van conociendo detalles y características personales de los soldados participantes. Además de la agudeza de Kuribayashi que conoce la cultura americana por haber formado parte de un intercambio militar antes del comienzo de la segunda guerra mundial, se encuentra el Baron Nishi (Tsuyoshi Ihara) quien fue un competidor hípico en los juegos olímpicos de 1932; en niveles de menor jerarquía del escalafón militar figura el conscripto Saigo (Kazunari Ninomiya) quien es un humilde panadero que sólo ambiciona retornar con vida a su hogar y llegar a conocer a su hijita recién nacida; otro uniformado de rango inferior es el sensible Shimuzu (Ryo Kase) que al haber desobedecido una instrucción militar por razones humanitarias, ha sido castigado para participar en esta misión; finalmente se halla el despiadado sargento Ito (Shidou Nakamura) y un prisionero americano moribundo al que se lo trata con respeto y dignidad en sus últimas horas de vida.
Raras veces un film de guerra analiza tan detalladamente a una galería de personajes poniendo al desnudo sus variados sentimientos como así también los valores diferentes que sustentan cuando los criterios de honor y patriotismo se contraponen con los de la supervivencia humana frente al inevitable sitio final.
Muy bien filmado, el remarcable guión de Iris Yamashita y Paul Haggis resalta el lado desconocido de la guerra que no se ve reflejado en la fría información de los noticieros u otros medios de comunicación. Por el vigor de su relato, por su extraordinaria sensibilidad y por su impecable realización, Eastwood ha logrado un film excelente. Además, causa asombro saber que un hombre que no domina el idioma japonés, lo haya utilizado para dirigir a un impecable equipo de actores japoneses; apelando al lenguaje de la comunicación humana que no reconoce barreras de ninguna índole este realizador ofrece un documento de dimensión universal.
El 25 de enero, el film recibió cuatro nominaciones bien merecidas por parte de la Academia de Hollywood, entre ellas a la mejor película, al del mejor director y al mejor guión original. J.G.
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VENUS. Gran Bretaña, 2006. Un film de Roger Michell

Aunque dirigido a una audiencia de edad madura, este film tiene suficiente gracia, calidez y humanidad como para llegar también a otros estratos demográficos. Gracias a una notable interpretación de Peter O’Toole, de algún modo el alma de este relato, y a un conciso y efectivo guión de Hanif Kureishi, el realizador Roger Michell incursiona en un aspecto delicado como lo es el deseo sexual en el crepúsculo de la vida. El franco humor que impera casi permanentemente y la sutileza de haber cuidado para no tropezar con situaciones embarazosas y/o apartadas del buen gusto, hacen de Venus una buena meditación sobre la vejez. A pesar de su tema, el relato de ningún modo deprime; por el contrario, su sencillez y frescura le brindan un encanto especial que reconforta al espectador porque rinde un buen homenaje hacia quienes están decididos a mantener un espíritu jovial sin amilanarse por el paso inexorable del tiempo.
O Toole interpreta a Maurice, un actor octogenario que aún trabaja en forma esporádica y que a pesar de estar afectado con problemas de próstata, éstos parecen no preocuparle mayormente. Su innato buen humor se hace presente en los intercambios verbales que mantiene con su amigo Ian (Leslie Phillips), un colega de su misma edad, y en los encuentros que a veces tiene con su ex-esposa (Vanessa Redgrave), madre de sus tres hijos a quien él abandonó por otra mujer.
Cuando Jessie (Jodie Whittaker), la sobrina nieta de Ian, llega a Londres en busca de trabajo, la vida de Maurice cobra un vuelco fundamental al llegar a conocerla. Inmediatamente queda infatuado por la presencia de esa joven de 20 años que al principio lo rechaza. Sin embargo, su persistencia dará sus frutos cuando para ofrecerle su amistad la lleva a conocer la ciudad, viendo obras de teatro, asistiendo a exposiciones, comprándole ropa, hasta conseguirle un trabajo de modelo que tanto anhelaba. Gradualmente va surgiendo entre ellos una relación romántica aunque bastante diferente de la tradicional porque cada una de las partes involucradas tiene una percepción diferente de la misma.

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La sensibilidad de O’Toole es remarcable al transmitir la pasión de un hombre impotente frente a Jessie, donde solamente puede darse el lujo de gozar con el placer que le produce su presencia física. Por su parte la joven, que aprecia la inteligencia, cultura, el optimismo de Maurice y el concepto del respeto que de él aprendió, le retribuye con su amistad y algunos gestos bien definitorios; comprendiendo la líbido que domina al anciano, de tanto en tanto le otorga ciertas licencias como, por ejemplo, la de permitir que le bese su cuello.
En base a esta relación gira fundamentalmente Venus, que se nutre más de la descripción de caracteres que de una historia más compleja; el film se resiente un tanto con la inclusión de una trama secundaria al aparecer en escena el novio de Jessie y además con una resolución un poco alargada.
Queda como saldo un film pequeño, de modestos alcances pero bien contado y realzado por la presencia de O’Toole. En un momento del relato, los espectadores nostálgicos apreciarán una fotografía del actor luciendo su prestancia de sus años de juventud; sin duda, habiendo transcurrido casi medio siglo desde entonces, sus rasgos físicos sufrieron modificaciones pero no así sus credenciales artísticas de gran actor que han permanecido intactas. J.G.
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EL LADO OSCURO DE LA DAMA BLANCA. Canadá, 2006. Un film de Patricio Henríquez

Patricio Henríquez, un documentalista de origen chileno que vive en Montreal, completa su trilogía sobre los tristes acontecimientos que vivió Chile durante el régimen de Pinochet. El director tiene la convicción de que a pesar de que en teoría la dictadura desapareció en 1990, sus efectos subsisten por la existencia de muchos crímenes impunes y por el hecho de que sus perpetradores se encuentran libres. Al considerar que la amnesia colectiva de un pueblo contribuye a que la justicia no tenga lugar, como cineasta comprometido políticamente decidió dejar testimonio de lo acontecido en 11 de septiembre 1973 (1998), posteriormente con Imágenes de una Dictadura (1999) y en la presente ocasión con El Lado Oscuro de la Dama Blanca.
La dama blanca del título alude al majestuoso buque escuela Esmeralda que todos los años realiza viajes de instrucción a través del mundo llevando a bordo a jóvenes marinos que terminan sus estudios. Considerado como un símbolo de orgullo para el pueblo de Chile, su fachada oculta un aspecto sombrío y perturbador que ocurrió durante los años de plomo.
El comienzo del film ilustra con La Esmeralda partiendo del puerto de Valparaíso en 2004 y coincidiendo con el quincuagésimo aniversario de su existencia. Entre la gente que se agrupa para despedirla se encuentran manifestantes de varias asociaciones de defensa de los derechos humanos que aprovechan la ocasión para expresar su cólera y resentimiento. Eso se debe a que las instalaciones de la nave fueron utilizadas por el régimen militar como uno de los centros de detención y tortura; por eso, sus víctimas sobrevivientes y los familiares de los infortunados desaparecidos tratan de mantener vivo el recuerdo de lo que allí sucedió exigiendo que se haga justicia.

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Henríquez utiliza su cámara para que los damnificados transmitan sus emociones recontando los horrores vividos en el buque. Entre los damnificados se encuentra María Eliana Comené Hildago, antigua estudiante de la Universidad Católica de Valparaíso, que después de haber sido detenida fue encarcelada en ese lugar y objeto de violación y tortura; ahora realiza grandes esfuerzos para expulsar los horrendos fantasmas del pasado. Otro de los afectados es Sergio Vuskovic Rojo que cuando el golpe estalló, era el alcalde de la ciudad portuaria; hoy día se desempeña como profesor universitario habiendo publicado una obra que constituye una reflexión filosófica sobre la tortura. No menos elocuente es el relato de Patricia Bennetts, una profesora jubilada que vive en España, cuyo hermano Michael Woodward fue brutalmente torturado en la nave para finalmente morir cuando era trasladado al hospital local en estado moribundo; en el film se muestra como Bennetts y su marido realizaron esfuerzos infructíferos para localizar su cuerpo.
Henríquez también recurre a imágenes de archivos pasados y presentes, extractos de filmes y lectura de testimonios, que en conjunto sumergen al espectador en un universo laberíntico donde la verdad y la justicia se escudan para convertirse en elementos inasibles.
El mensaje claro del documental radica en que una sociedad no puede cerrar sus heridas dando una vuelta de página a lo acontecido como si nada hubiera pasado. En la medida que los crímenes queden impunes con sus victimarios en libertad, sus víctimas vivientes no podrán olvidar el dolor sufrido.
Desde un punto de vista estrictamente cinematográfico, el documento se alarga un poco al apartarse a veces de su foco central; de todos modos, la gravitación de su tema y el criterio humanista que inspiró a Henríquez para ofrecer este documento justifican plenamente su existencia. J.G.
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COEURS. Francia, 2006. Un film de Alain Resnais

Aunque octogenario, Alain Resnais sigue dotado de plena energía y mantiene su status de importante realizador del cine contemporáneo. Este experto relator de historias acude esta vez a una pieza teatral británica, extrayendo de la misma sus facetas relevantes y otorgándole una dimensión universal.
Sobre un guión de Jean-Michel Ribes, basado en la obra del popular dramaturgo Alan Ayckbourn PRIVATE FEARS IN PUBLIC PLACES (Temores privados en espacios públicos) el director logró una buena muestra coral valiéndose en gran parte del valioso apoyo ofrecido por sus acostumbrados colaboradores como en el caso de Sabine Azéma, Pierre Arditi, André Dussollier, y Lambert Wilson, y con los que se incorporan para trabajar por primera vez con él como en el caso de Laura Morante e Isabelle Carré.
El film transcurre en París, a pesar de que la pieza tiene lugar en Londres; sin embargo el cambio de escenario y el empleo de diálogos típicamente franceses, no afectan el espíritu del modelo original ya que el mismo permanece intacto.
Lo que caracteriza a la historia de sus seis personajes es la soledad y un estado de insatisfacción teñido de melancolía. Con todo, esa pintura de individuos solitarios en procura de la quimera de la felicidad nunca abruma ni deprime porque Aykbourn es un autor que siempre dota de un liviano humor a sus relatos y ciertamente Resnais lo aprovecha muy bien.
El ritmo es típicamente europeo y ciertamente contrasta con la acción típica de los filmes que gustan al gran público norteamericano; sin embargo, el espectador amante de un cine selecto y maduro jamás encontrará monotonía en Coeurs porque sus personajes además de transmitir sinceridad y convicción a lo que dicen y hacen, emanan calidez y simpatía en un relato que fluye amenamente. Resnais ratifica una vez más su reputación como cineasta de autor, como su versatilidad para abordar tanto historias propias como ajenos, y así como fuera capaz de brindar obras maestras de la cinematografía universal en Hace un año en Marienbad y/o Hiroshima Mon Amour, también se siente cómodo abordando pequeñas delicias humanas, como en el caso de Corazones. J.G.
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GURU. India, 2006. Un film de Mani Ratman

Con una promoción inusitada para un film proveniente de la India y que persigue conquistar al público canadiense con películas de Bollywood, se acaba de estrenar en Canadá Guru. Si bien este tipo de filmes se viene exhibiendo desde hace varios años para la comunidad india que habita en la principales ciudades del país, hasta ahora, y salvo raras excepciones, no llegó masivamente al público corriente. Cabe señalar que estas producciones se caracterizan por la presencia de números musicales y fastuosas coreografías dentro del marco de historias de amplio contenido melodramático.
En el caso que nos ocupa se trata de un relato de casi tres horas de duración cuyas intenciones superan ampliamente a lo logrado. Con un mediocre guión del realizador Mani Ratman y Vijay Krishna Acharya, la historia presenta el caso de un muchacho de humilde origen provincial que venciendo cualquier tipo de obstáculos logra abrirse camino hasta llegar a la cima del poder económico para luego contemplar su rápido desmoronamiento. El personaje de referencia es Gurukant Desai quien gracias al dinero de la dote del padre de su novia Sujatha le permite probar suerte primero en la industria textil y después en el sector petroquímico. Con sagacidad y astucia en poco tiempo se convierte en un empresario líder acumulando una vasta fortuna. Cuando su popularidad llega a niveles máximos, los poderosos empresarios del país ven en Desai a un peligroso rival e inician una campaña para desprestigiarlo sobre la base de haber utilizado recursos deshonestos. Eso conduce a una investigación por parte de una comisión de ética que lo acusa de corrupción.
El relato que transcurre en la década de los años 50, a pocos años de que India obtuviera su independencia, trata de encender las emociones del nacionalismo a través de un discurso inflamatorio que realiza Desai defendiendo el procedimiento de sus actos y además acusando a los ricos de oponerse al bienestar de los pobres.
En papel todo resulta más convincente de lo que se ve en pantalla. A pesar de su larga duración, las escenas se suceden sin dramatismo alguno y sus números musicales, aunque pocos y vistosos, parecen formar parte de otro film. Pero lo más débil del relato es su marcado énfasis al melodrama que va creando emociones artificiosas. En su construcción, no muy hábil por cierto, no se llega a puntualizar en qué consistieron los actos de corrupción de Desai ni tampoco queda bien claro el beneficio social aportado por este empresario, según lo que se insinúa en su trama.
El film sólo se defiende por su vistosidad, por una actuación general aceptable, y porque sus protagonistas, Abhishek Bachchan y de Aishwarya Rai (quien fuera Miss Mundo en 1994), gozan de máxima popularidad en India. Pero en rigor de verdad y más allá de la fanfarria que hace dos semanas tuvo lugar en Toronto en ocasión de su estreno mundial y que contó con la presencia de los dos artistas mencionados, es dudoso que este tipo de producto comercial melodramático pueda llegar a despertar la atención de un público que no pertenece a la minoría étnica india. J.G.
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MISS POTTER. Estados Unidos, 2006. Un film de Chris Noonan

Beatrix Potter ha sido una novelista, en cierto modo, fuera de serie. Provista de una pródiga imaginación, dejó como legado una fructífera obra traducida a 30 idiomas que abarcaron un considerable número de cuentos infantiles ilustrados y poesías; sin haber perdido actualidad, los mismos siguen constituyendo las delicias del público menudo. Desde su primer cuento publicado en 1902 (Perico, el conejo travies”) hasta el último (Cerdito Robinsón) de 1930, sus protagonistas son en su mayoría animalitos de granja que ella bien conocía y los quería entrañablemente. Chris Noonan, que en 1995 ofreció el delicioso film sobre el chanchito Babe retorna a la pantalla narrando una breve etapa de la vida de Potter en un film sobrio y atractivo.
Nacida en Londres en 1866, desde pequeña Beatrix se sintió inclinada como dibujante y esa actividad fue consolidándose con el transcurso del tiempo. El relato comienza en 1902, cuando con 36 años de edad y aún soltera, va rechazando a sucesivos pretendientes que sus padres le presentan y que en nada se ajustan a su personalidad de mujer independiente, feminista y decidida a que su vocación de dibujante y cuentista llegue a prosperar con la edición de sus trabajos. Sus actitudes estaban lejos de conformar a sus progenitores quienes pertenecientes a la alta clase media de la sociedad e impregnados de los valores de la época victoriana consideraban que el destino de la mujer estaba confinado al rol de buena esposa y a la procreación de los hijos.
La suerte finalmente está de su lado cuando Norman Warne, un novel editor sin experiencia alguna en la materia, toma a su cargo la tarea de publicación de su primer libro de cuentos. Así comienza un exitoso vínculo profesional que posteriormente se transforma en una relación sentimental que los convertirá en novios.
En líneas generales, el film sigue un desarrollo lineal y no cuenta con un factor dramático central que genere un conflicto trascendente, salvo en su última parte. Sin embargo, en el conjunto de escenas que se van sucediendo, el espectador se hace eco de sus logros e inconvenientes a través de un relato convincente salpicado de una dulzura que nunca llega a relajar y de un humor lo suficientemente pródigo para que la sonrisa del espectador esté casi siempre presente.
El elenco es positivo. Renée Zellweger transmite convicción a la escritora perseverante que encuentra fascinación en los animalitos que dibuja y con quienes suele conversar, gracias a una innovadora técnica de animación; la sola objeción que merece su interpretación son los mohines nerviosos que adopta, aunque finalmente el público se acostumbra a los mismos. Ewan McGregor, como el editor profesional y el interés romántico de Beatrix, es natural y sincero en sus sentimientos y mantiene una buena química con Zellweger. Emily Watson, por su parte, es la que más se destaca en un rol de apoyo como la solterona hermana de Norman que rehúye del matrimonio como si fuera una enfermedad.
En resumen, Miss Potter es un film de bajo perfil, atrayente y bien relatado, que aunque no cuente con una marcada dramatización logra con todo convertirse en una apreciable fábula adulta siguiendo los pasos de una fabulista que supo llegar al corazón de los niños y conquistó el afecto de los adultos. J.G.
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LES FILLES DU BOTANISTE. Francia-Canada, 2006. Un film de Dai Sijie

Aunque se trate de una coproducción francocanadiense, el film es esencialmente chino, no solo porque transcurre en China sino porque su naturaleza cultural responde a idiosincrasias que decididamente no responden a la modalidad o comportamiento occidental.
La trama se ubica en los años 80 y gira en torno de Li Min (Mylene Jampanoi), una estudiante adolescente huérfana desde que sus padres murieron en un terremoto de 1976. Al terminar sus estudios de bachillerato deja su orfelinato para viajar a la casa de un célebre profesor de botánica (Dongfu Lin) para realizar una pasantía. El carácter poco agradable y bastante antipático de su anfitrión, contrasta con el de su hija obediente Cheng An (Li Xiaoran), de edad similar a la de Li Min. La amistad fraternal entablada entre las jóvenes se convierte al poco tiempo en una relación de amorosa. Aunque la historia incorpora otros elementos que justifican su dramatismo, el director Dai Sijie quiere mostrar que en ese país, donde los códigos son creados por los hombres, no hay espacio permisible para una relación homosexual y quien la mantenga habrá de pagar un precio demasiado caro.
Si bien lánguido, el film nunca es tedioso y la pasión prohibida es relatada con mucha delicadeza y sensualidad, cuidando de no graficar las relaciones sexuales a pesar de remarcar la voluptuosidad que emana de su historia.
De la misma manera como en su anterior film (Balzac et la petite tailleuse chinoise) el director supo imprimir al relato con gracia y poesía. Con un análisis más riguroso se podrá objetar que el film adopta cierto comportamiento maniqueísta volviéndose melodramático; con todo, el balance es ciertamente positivo e ilustra ciertas facetas con relación al bajo grado de tolerancia que la sociedad de ese país mantiene para aquéllos cuya orientación sexual es diferente.


CURSE OF THE GOLDEN FLOWER. China-Hong Kong, 2006. Un film de Zhang Yimou

A esta altura de su carrera nadie duda de la capacidad evidenciada por el director chino Zhang Yimou; la mayoría de sus obras proyectadas en América del Norte ha servido para probar su gran versatilidad al encarar tanto filmes de gran espectáculo y magnificencia (Hero, House of Flying Daggers), como obras maestras (Red Sorghum, Raise the Red Lantern, Ju Dou) y relatos sentimentales e intimistas (Not one less, The Road Home, Riding Alone for Thousands of Miles). De allí que se aguardó con expectativa su último trabajo Curse of the Golden Flower que se ubica en el género de drama histórico.
El film es una tragedia imperial de tinte shakesperiano donde sus ricos recursos visuales mitigan sus debilidades narrativas. El relato se divide en dos partes claramente diferentes; mientras que en su primera mitad el espectador va familiarizándose con las personalidades de sus personajes, la segunda parte se dedica a brindar un espectáculo de elaboradas artes marciales donde los integrantes de una familia disfuncional van eliminándose sucesivamente hasta que sus cadáveres se apilan en una carnicería humana ornamentada de colores brillantes; eso habrá de fascinar a una audiencia inclinada a deleitarse con los complots palaciegos que se desatan en los relatos de época.
Ubicándose en China, en los últimos años de la dinastía Tang en el siglo X, la historia gira en torno a la descomposición de una familia imperial. El emperador (Yun Fat) retorna al hogar con su segundo hijo, el príncipe Jay (Jay Chou), con el pretexto de participar de la celebración de un festival que comenzará al día siguiente; en realidad su propósito es bien diferente debido a la gélida relación que mantiene con su esposa (Gong Li) a quien intenta envenenar. La emperatriz por su parte mantiene una relación adultera con el príncipe Wan (Liu Ye), heredero de la corona e hijo de un matrimonio anterior del emperador. A su vez, Wan quiere escapar del palacio con Chan (Li Man) que es la hija del doctor de palacio (Ni Dahong) y de quien está enamorado. Entretanto Jay, que es fiel a la emperatriz, se manifiesta preocupado por su frágil salud y por su obsesión a los crisantemos dorados que adornan al palacio.
Resulta innecesario continuar con la sinopsis de un relato con características de una telenovela forzadamente compleja pero de escaso contenido. Lo que se expone está montado de manera confusa para ilustrar crueles pasiones, intrigas a granel, lealtades que van cambiando sucesivamente de dueño, etc; todo ello sazonado con ingredientes de incesto, adulterio, rebeliones, homicidios sangrientos en los corredores del palacio y en los patios cubiertos de crisantemos fluorescentes.
A pesar de las muy buenas interpretaciones de su elenco, esta historia no llega a impactar dramáticamente ni tampoco resulta persuasivo el maleficio de los crisantemos dorados a que alude el título de la película. Los guionistas del film se habrán inspirado en Shakespeare pero sin los rasgos de la profundidad y/o de la descripción caracterológica que el inmortal escritor imprimió a su literatura.
A falta de un contenido satisfactorio, la composición visual deslumbra; así, la utilización del color dorado empleado en su mayor parte, la ornamentación del vestuario chino utilizado, las paletas de iluminación de los escenarios de filmación, son algunos de los elementos apreciados que otorgan al film un toque de fastuosidad y de belleza voluptuosa. J.G.
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PERFUME: THE STORY OF A MURDERER. Gran Bretaña, 2006. Un film de Tom Tykwer.

Basado en un best seller de Patrick Suskind, el director alemán Tom Tykwer ha trasladado a la pantalla Perfume: The Story of a Murderer, una historia macabra que convierte en protagonista al aroma del perfume. Aunque el relato es ciertamente original y poco predecible, el film no llega a satisfacer las expectativas suscitadas por el libro.
El film tiene como escenario la Francia del siglo XVIII y recuenta la vida de Jean-Baptiste Genouille (Ben Wishaw), un personaje ficticio nacido en París que queda inmediatamente huérfano porque su madre lo abandona y luego es condenada a muerte por el delito cometido. La infancia del niño transcurre en un orfanato donde es duramente tratado y su adolescencia no es mucho mejor. La suerte comienza a sonreírle cuando conoce a Baldini (Dustin Hoffman), un vendedor dedicado a la elaboración de perfumes quien lo toma bajo su protección, le enseña todas las minucias del oficio y lo convierte en su aprendiz. El joven se siente cómodo en lo que hace porque el aroma del producto fabricado le produce un placer especial que se vincula con su hipersensibilidad hacia los olores que desarrolló desde el momento de nacer.
Tiempo después Jean-Baptiste deja a Baldini para trasladarse a Grasse donde una circunstancia extraña hace que estrangule a una mujer; el hecho le permite descubrir que destilando la esencia del olor corpóreo femenino puede llegar a obtener el perfume humano anhelado; a partir de allí surge en él una morbosa obsesión que lo impulsa a poner en marcha un plan que consistirá en atraer y ejecutar a 12 jóvenes vírgenes para extraerles su fragancia.
Aunque el relato no aburra, no resulta muy apetitoso contemplar la forma en que este asesino serial con cara de inocente va escogiendo a sus víctimas a través del olfato, las mata después de haberlas violado, y posteriormente les extrae sus esencias para la elaboración posterior. El estudio de personalidad de un individuo violador aunque no interesado por el sexo puede resultar de cierto interés, pero en este caso Jean-Baptiste es presentado como un personaje un tanto amorfo donde no trascienden detalles de su vida interior o sus verdaderos deseos; su perturbación mental contribuye además a que resulte difícil establecer algún grado de complicidad con su persona.
En su última parte, el film asume características de alegoría religiosa. Al incursionar en el terreno del realismo mágico, el relato se desvincula de lo que anteriormente expuso; el cambio de tono no hace más que reflejar su inconsistencia, le hace perder energía y le impide recuperarse.
El elenco aunque correcto no ofrece actuaciones remarcables, salvo la breve participación de Alan Rickman en el expresivo rol de un noble mercader que trata de salvar a su bella y amada hija (Rachel Hurd-Wood) de las garras del asesino. Para concluir, Tykwer contó con el apoyo de una buena fotografía y acertados diseños de producción que ofrecen una adecuada ambientación de época; la contribución visual compensa parcialmente la desigualdad de un relato diferente que aunque en teoría debería ser aromático en la práctica no lo es tanto. J.G.
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CHILDREN OF MEN. Estados Unidos, 2006. Un film de Alfonso Cuarón

Alfonso Cuarón sorprende gratamente con Los Niños del Hombre, un dramático relato de ciencia ficción. Ciertamente no se trata de una mera fantasía porque lo que se ve en pantalla constituye un escalofriante espejo de la realidad que se experimenta actualmente en muchos lugares del mundo.
Basado en la novela homónima de la escritora PD James, el film es fundamentalmente una obra personal de Cuarón donde su guión escrito con Timothy J. Sexton permite lecturas diferentes sobre los males que aquejan a la humanidad.
La acción tiene lugar en Londres, en el año 2027. La ciudad está en ruinas al haber sido devastada por la violencia; la civilización se encuentra en vías de extinción a causa de una pandemia de infertilidad inexplicable, y además acaba de perder al habitante más joven del mundo de 18 años de edad que fue asesinado en un acto violento.
Gran Bretaña es uno de las pocas naciones sobrevivientes y está gobernada por un régimen autoritario que debe actuar con firmeza para contraatacar a las diferentes facciones enemigas que tratan de derrocarlo. La inmigración no está permitida y los extranjeros que llegan son enjaulados en campos de concentración.
En medio de ese clima tétrico un hombre -que en su pasado fue un revolucionario idealista- asume la responsabilidad de proteger a una joven inmigrante clandestina que ha quedado inesperadamente embarazada; su misión consiste en tratar de sacarla de Londres y entregarla a una organización científica que persigue la preservación de la raza humana. El viaje que realiza para conducirla al lugar de destino esta invadido por constantes peligros que ponen en evidencia las plagas de la humanidad como la xenofobia, el racismo, los ataques terroristas, y la guerra civil entre diferentes grupos antagónicos que van sembrando el caos; en pocas palabras, una visión apocalíptica estremecedora que deja una impresión inolvidable, como en el caso de la secuencia de un brutal enfrentamiento entre las fuerzas armadas británicas y la guerrilla.
El estilo virtuoso de Cuarón queda reflejado en fotogramas que asumen características pictóricas donde uno no puede dejar de pensar en el “Guernica” de Picasso y en algunas obras del impresionismo francés. Pero más allá de la belleza de las imágenes que contrastan con la crudeza de su contenido, prevalecen las ideas de Cuarón de describir a una sociedad huérfana de esperanza y solidaridad y aplastada por los extremismos ideológicos.
¿Cómo contemplar el film sin tener en cuenta lo que acontece en el Guantánamo e Irak de hoy día, en el Sarajevo de reciente data, o en la Alemania nazi de ayer? ¿Cómo disociar la presencia de las guardias armadas observadas en la pantalla con el totalitarismo militar que hasta hace poco imperó en América Latina y que aún tiene vigencia en diferentes lugares del mundo?
La denuncia de Cuarón es digna de elogio tanto por sus intenciones como por haber logrado una obra -que aunque carente de una mayor emoción- es sin duda provocativa y estimulante; además, a pesar de su pesimismo, deja abierta la luz de la esperanza en su escena final.
Clive Owen encabeza un talentoso elenco que incluye los nombres de Claire-Hope Ashitey, Julianne Moore, Danny Huston, Chiwetel Ejiofor y la sobresaliente participación especial de Michael Caine quien ofrece los escasos momentos de humor de este destacable film. J.G.
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NOTES ON A SCANDAL. Estados Unidos-Gran Bretaña, 2006. Un film de Richard Eyre

Richard Eyre brinda en NOTES ON A SCANDAL un film interesante que habrá de gustar especialmente a una audiencia madura; de elaborada construcción, es de lamentar que su última parte adquiera ribetes sensacionalistas que disminuyen la categoría del relato descripto. Lo que en cambio resulta incuestionable es el alto nivel artístico de sus dos intérpretes principales, Judi Dench y Cate Blanchett, quienes ofrecen una actuación encomiable en sus respectivos roles.
El drama tiene lugar en una escuela británica de enseñanza media y se centraliza en dos personajes. Uno de ellos es Bárbara Covett (Judi Dench), una veterana profesora que a través de muchos años de trabajo sabe muy bien cómo conducir y mantener la disciplina de una clase. A través de su visión y de las notas que vuelca en su diario íntimo, el público se impone de su personalidad, modo de pensar, así como de algunos rasgos de quien vivió sola durante toda una vida y que atenúa su soledad con la compañía de su querido y entrañable gato. El otro personaje es Sheba Hart (Cate Blanchett), una nueva profesora de atractiva presencia que llega al establecimiento y que al principio Bárbara la observa con cierto recelo. Con el correr de los días una corriente de simpatía va surgiendo entre ambas docentes al punto de que Sheba invita a Barbara a su hogar para que conozca a su familia integrada por su marido Richard (Bill Nighy) y sus dos hijos.
La cordial relación se mantiene hasta el día en que inesperadamente Bárbara descubre que Sheba mantiene una relación apasionada con uno de sus alumnos, Steven Connelly (Andrew Simpson) de quince años de edad. La desilusión de la madura mujer no se debe solamente por el hecho de comprobar el adulterio de su amiga, sino también por razones malsanas que no convienen develar. Cuando Bárbara enfrenta a Sheba y decide perdonarla por la trasgresión cometida a condición de que abandone definitivamente su relación con el adolescente estudiante, ella resuelve seguir su consejo.
De aquí en más resulta conveniente que el espectador se imponga por su cuenta de lo que sigue. Solamente cabe aclarar que el drama inicial va adoptando todas las características propias de un marcado thriller psicológico con situaciones impredecibles.
El film tenía todas las posibilidades de constituir una obra remarcable. Sin embargo adolece de tres elementos fundamentales que lo resienten. En primer lugar, el adulterio de Sheba resulta caprichoso e inexplicable; a pesar de que refleja cierto agotamiento por el hecho de tener un hijo de 12 años con Síndrome de Down con toda la carga emocional que eso implica para ella, su esposo y su hija adolescente, en ningún momento se vislumbra que su matrimonio estuviese en la cuerda floja ni que el hecho de que su marido sea veinte años mayor que ella haya significado un inconveniente para el logro de una buena estabilidad conyugal. Al no haber otros datos adicionales, no hay nada que justifique o explique haber sido seducida por un adolescente que aún tiene aires de niño.

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La otra observación es que la causa que destapa el escándalo al que alude el título del film, es completamente arbitraria y prácticamente imposible de aceptar. El tercer contratiempo del relato es su última parte con un estallido melodramático irritante y una resolución que decepciona para lo que cabe esperar de un buen thriller; además, la coda final resulta francamente innecesaria.
Los inconvenientes apuntados son mitigados por una fluida dirección, un diálogo mordaz y cortante, una vibrante fotografía de Chris Menges, una palpitante música de Philip Glass y sobre todo por las interpretaciones mencionadas al principio de este comentario. Tanto Dench -que aparece prácticamente en casi todas las escenas del film-, como Blanchett ofrecen excelentes y absorbentes prestaciones por las que se hacen merecedoras del aplauso del público. Finalmente, en un papel de apoyo, también se luce Nighy con su contenida actuación de un marido tierno y rudo por momentos, que no puede llegar a comprender el adulterio de su mujer. J.G.
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VIVA PEDRO. Colección de Pedro Almodóvar editado por Sony Pictures Home Entertainment Canada.
Almodóvar no necesita presentación; basta decir que en sus películas ni siquiera menciona su nombre de pila sino simplemente “Un film de Almodóvar”. Sin duda el más representativo de los directores españoles, hoy día y desde ya hace cierto tiempo, el inteligente manchego forma parte de la breve lista de mejores realizadores internacionales. Por eso es que la edición de los DVD quer Sony Pictures Canadiense acaba de lanzar al mercado, atraerá al público que lo sigue.
Pasando revista a los mismos, uno no puede menos que tener en consideración que Almodóvar no solamente se ha caracterizado como excelente realizador sino también ha sido el forjador de las brillantes carreras internacionales de actores como Antonio Banderas, Javier Bardem, Carmen Maura y ,muy en especial, Penélope Cruz que en estos momentos alcanza un auge de popularidad solamente comparado al de las más cotizadas estrellas de Hollywood.
Volviendo a la edición realizada, una de las facetas más importantes de la colección es la incorporación de tres facetas que enriquecen a la misma y por el que se podrá conocer mejor la personalidad, obra, y motivación de su autor, a saber: Deconstructing Pedro, Experiencing Almodóvar y Viva Pedro.
Si hay algo que cabe lamentar es que por razones de derechos de distribución esta colección no puede ser adquirida en la provincia de Québec.
Los ocho filmes que Sony ha incluido son los siguientes, siguiendo el orden cronológico de su concepción:

1. MATADOR (1986)
Uno de los filmes de su primera etapa, Almodóvar elabora una comedia negra donde el tema fundamental es la perversidad sexual. Si bien es difícil de ubicarlo en un género específico, el relato es un cóctel donde algunos de sus ingredientes son la violación, infatuación, fanatismo religioso, expiación del sentimiento de culpa y crimen. Como en cualquiera de las obras jóvenes de un cine de autor, las intenciones superan a los logros, pero de todos modos, el film fascina y permite entrever a un realizador promisorio. Buenas actuaciones del joven Antonio Banderas y de Assumpta Serna.

2. LA LEY DEL DESEO (1987)
Una historia de amores contrariados entre personajes homosexuales masculinos como sólo el manchego podía hacerlo. Si bien al principio uno considera con seriedad a sus personajes, al poco tiempo se hace evidente que lo que el film intenta es satirizar a los mismos, burlándose amablemente de ellos dentro del género de comedia romántica impredecible y poco convencional. El afecto que Almodóvar siente por sus criaturas, se manifiesta en los papeles animados por Eusebio Poncela, Antonio Banderas y Miguel Molina. La nota femenina la brinda Carmen Maura, quien con veinte años menos que en “Volver” ya demostraba sus innatas condiciones artísticas. Un film satisfactorio que deja un sabor nostálgico entre los cinéfilos adictos a Almodóvar.

3. MUJERES AL BORDE DE UN ATAQUE DE NERVIOS (1988)
Nuevamente Carmen Maura, en el rol protagónico, y Antonio Banderas forman parte del equipo del director, en esta ocasión acompañados de Fernando Guillen, Julieta Serrano, María Barranco y la excelente “narigona” Rossy de Palma, para animar una de las comedias más dislocadas e hilarantes de Almodóvar. Su vena cómica está presente en todo momento y el público, ya sea hispano o internacional, supo apreciar y festejar las andanzas de Pepa que sufre un colapso nervioso después de haber concluido su affaire amoroso con un hombre casado. La sangre no llega al río en los 87 minutos de un relato que nunca abandona su ritmo frenético y divertido. A partir de este film comienza a vislumbrarse con mayor fuerza la identificación del realizador con el universo femenino, que tiempo después se haría incluso más evidente en varios de sus filmes siguientes hasta culminar con “Volver”.

4. LA FLOR DE MI SECRETO (1995)
Este film inaugura una nueva etapa en los filmes de Almodóvar. Si su ingenio e inteligencia siempre han sido su característica distintiva, sin embargo el transcurso del tiempo lo hace madurar como realizador y a partir de aquí, surge el autor dramático, capaz de profundizar aún más en los temas que aborda, dejando atrás la irreverencia, impertinencia y cierto salvajismo primitivo que asoman en sus primeras películas.
En este buen melodrama Marisa Paredes ofrece toda la vitalidad requerida por su personaje que es el de una escritora de novelas de poca monta que experimenta la desilusión de un matrimonio fracasado. Sin embargo y a través de su creación literaria logrará una transformación emocional de una mujer vulnerable, solitaria y dependiente en otra persona que llega adquirir fortaleza y avizora una esperanza de una vida mejor. Sutil, y con un guión que ofrece más de una sorpresa con la doble identidad de su protagonista, el relato alcanza una rara intensidad dramática que no se había visto en los filmes anteriores del realizador. Juan Echanove, Imanol Arias, Rossy De Palma y Chus Lampreave secundan acertadamente a Paredes.

5. CARNE TRÉMULA (1997)
El film más austero y sombrío que hasta ese momento haya filmado, Carne Trémula es un film visceral que donde Almodóvar destaca la contradictoria y desconcertante naturaleza humana, en un guión circular que se inicia en una noche de enero de 1970 en Madrid, cuando llega a nacer el personaje de Victor (interpretado por Libelo Rabal) y termina exactamente 26 años después con el nacimiento de su hijo. Víctor es uno de los vértices de un triángulo de pasión amorosa donde los otros dos personajes son un policía (Javier Bardem) que recibe un balazo en la columna quedando paralítico, y su esposa (Francesca Neri) que mantiene relaciones con Victor. Escrito, como en todos los filmes, por Almodóvar, el guión se vuelve intrincado pero siempre convincente; en el fondo se trata de un melodrama negro sembrado de tragedias que tratan de resaltar las pasiones “en carne viva” –de allí el nombre del film- que emergen de sus personajes. En este film, Almodóvar rinde tributo a Luis Buñuel al exhibir un clip de su film “Ensayo de un Crimen” donde lo que allí acontece tiene íntima vinculación con lo que ocurre en la descripción del relato. Como nota de interés, esta es la primera película de Penélope Cruz en un film de Almodóvar.

6. TODO SOBRE MI MADRE (1999)

El mejor film de Almodóvar –después de “Hable con Ella”- es un magnífico melodrama donde Almodóvar vuelve a sus mujeres. Esta vez su equipo está integrado por Cecilia Roth, Marisa Paredes, Penélope Cruz, Candela Peña, Rosa María Sardá y Antonia San Juan. Enfocando el drama de una mujer que derrumbada por la muerte accidental de su hijo se enfrenta con recuerdos dolorosos, y trata de encontrar nuevas razones para sobrevivir, Almodóvar apela a los nobles sentimientos para la elaboración de un gran mosaico humano que despierta admiración y respeto. Nuevamente el espectador asiste a un viaje circular donde el inicio se funde fluidamente con el final del relato.

7. HABLE CON ELLA (2002)
Alabado por la crítica mundial y respaldado de un gran entusiasmo popular, este film es una de las grandes obras maestras de la cinematografía universal. Almodóvar en un momento de genial creatividad, elabora un film que engloba dos historias paralelas donde -una vez más- el comienzo y su conclusión están unidos en forma armoniosamente sincronizada. A través de cuatro personajes maravillosamente desarrollados, Almodóvar profundiza a dos mujeres que yacen en estado de coma en una clínica privada y a dos hombres que -amándolas entrañablemente- harán lo imposible para revivirlas utilizando el instrumento de la palabra. El desenlace de este film es uno de los más originales, maravillosos y sorprendentes que el cine haya brindado. Si Javier Cámara conmueve hasta las médulas, no menos destacable es la actuación de Darío Grandinetti, y la3. del plantel femenino integrado por Geraldine Chaplin, Leonor Waiting y Rosario Flores.

8. LA MALA EDUCACION (2005)
El penúltimo film de Almodóvar está lejanamente inspirado en la educación escolar religiosa de su infancia. Sin embargo, el film no es una crítica dirigida al clero; la iglesia es solamente un factor de referencia donde a pesar de la presencia de un cura pedófilo no existen elementos que acusen o demuestren que la institución como tal constituya un antro de educación perniciosa. A través de un relato complicado, el saldo es un film emocionalmente frío que interesa más por su elaborada construcción que por su contenido. Sin llegar a entusiasmar por estar ausente la intensidad dramática que caracteriza a sus filmes, Almodóvar tampoco decepciona. En esencia se trata de una obra menor del Almodóvar maduro, sin que por eso deje duda alguna sobre su condición de realizador mayor.

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