27.8.08

Festival de Filmes del Mundo visto por Jorge Gutman

El FFM que inauguró su última edición el pasado jueves 21 de agosto va deparando algunas gratas sorpresas en base a filmes cuya calidad supera a la de años precedentes. Eso no implica que haya algunos títulos discutibles pero, como en cualquier otro festival, hay filmes para todos los gustos y en tal sentido lo que cuenta es el nivel de satisfacción que cada espectador pueda obtener de lo que haya visto. En lo que a mí respecta, el resultado hasta la fecha supera a la de ediciones anteriores. He aquí una breve evaluación de algunos filmes.

CHERRY BLOSSOMS-HANAMI (Alemania)
Doris Dorrie ofrece el mejor film como realizadora con un relato agridulce y de gran contenido realista. Como autora del guión ofrece una visión demoledora sobre el trato que los padres de edad madura reciben de sus hijos.
La primera parte se centra en un matrimonio anciano muy unido integrado por Trudi y Rudi quienes hacen lo imposible por complacer uno al otro en pequeños pero demostrativos actos de amor y ternura. Cuando Trudi se entera por el médico de su marido que está gravemente enfermo y le queda poco tiempo de vida, ella le oculta el hecho y le propone viajar a Japón para encontrarse con Karl, el hijo soltero que allí vive desde hace tiempo y además visitar el Monte Fuji que ella anhela conocer. Previamente harán una parada en Berlín donde viven sus otros dos hijos y nietos.
En Berlín reciben una fría recepción por parte de sus anfitriones. A pesar de la cordialidad formal que demuestran a sus padres, Trudi percibe de inmediato que los hijos ansían su partida lo antes posible. Cuando ella muere repentinamente y sin haber compartido con nadie de que su marido está por morir, Rudi queda absolutamente desconsolado y además desamparado ya que en el fondo sabe que no puede aspirar a que sus hijos le brinden, el cariño y la devoción que recibía de su mujer.
La segunda mitad del relato abarca el viaje a Japón que el anciano efectúa donde se aloja en casa de Karl. Nuevamente ahí se evidencia el egoísmo de un hijo que lo recibe con fría amabilidad, diciéndole que por estar muy ocupado en su lugar de trabajo, Rudi tendrá que entretenerse por su cuenta.
La soledad, desconcierto y el dolor de Rudi será mitigado en parte por el encuentro fortuito con una joven bailarina japonesa quien le ofrece sincero afecto, haciéndole conocer Tokio y llevándolo al monte Fuji.
La pintura de Tokio en un momento del año en que florecen los cerezos y el monte Fuji como telón de fondo ofrecen un cuadro poético de singular belleza. Pero en el fondo lo que queda de este hermoso film es la devastadora incomunicación intergeneracional de la sociedad alemana –tal como Dorrie la expone- donde los hijos no tienen conmiseración con sus padres. La caracterización de Elmar Wepper en el papel del anciano es excelente por la complejidad y características del personaje; no menos encomiable, aunque en un rol más breve, es la de Hannelore Elsner animando a su abnegada esposa. Sin duda, éste es uno de los grandes filmes hasta ahora presentados y que justifica la razón de un festival de cine como el FFM.

FAUBOURG 36 (Francia)
Cuatro años después de haber logrado un resonante éxito de público y crítica con « Les Choristes », Christophe Barratier retorna con una comedia musical que aunque sin llegar al mismo nivel que su suceso anterior, cuenta con la suficiente solidez como para contentar a la misma audiencia. Ubicado en Faubourg, un imaginario vecindario del nordeste de París, el relato se desarrolla entre fines de 1935 y mediados de 1936 (con un epílogo que tendrá lugar diez años después) y enfoca las peripecias de dos utileros y un mediocre imitador de un music hall, quienes quedan desempleados debido a dificultades financieras de la empresa que se ve obligada a cerrar sus puertas; para solucionar el problema, los tres individuos aspiran reabrir la sala y para ello vuelcan sus esfuerzos para montar un espectáculo que sea capaz de atraer a un público que lo celebre. Sin embargo, la tarea no es tan sencilla por las dificultades que se interponen en el camino. El contexto político, con las elecciones de Mayo de 1936 donde una alianza de izquierda (El Frente Popular) logra imponerse y las tensiones sociales que se suceden, sirve simplemente como telón de fondo pero en ningún momento se profundiza en la materia.
El resultado es una historia un tanto esquemática pero enriquecida con buenos números musicales que sin ser excepcionales son suficientemente atractivos, reproduciendo las melodías de los años 30 y 40; cabe aclarar que ninguna de las canciones originales pertenecen a esa época sino que han sido compuestas expresamente para este film. La dirección escénica es ajustada y aunque al promediar el relato, el ritmo pierde un poco de su dinamismo inicial, se recupera bien pronto gracias a un entusiasta elenco encabezado por Gérard Jugnot, acompañado eficazmente por Clovis Cornillac, Kad Merad y el veterano Pierre Richard; merece especial distinción la agradable presencia femenina de Nora Arnezeder, una promisoria actriz que a pesar de su nula experiencia en cine, anima con naturalidad a una joven cantante que arriba a París para convertirse en estrella del show.



THE LEMON TREE (Israel)
Después de haber considerado en “The Syrian Bride” (2004) una historia con un mensaje pacifista en la agitada zona del Medio Oriente, el director Eran Riklis nuevamente ubica THE LEMON TREE en dicha región para narrar otra historia realista ilustrando cómo factores inesperados pueden desencadenar un malestar que llega a trascender a nivel nacional.
El guión de Riklis y Suha Arraf se centra en Salma (Hiam Abbass), una viuda árabe viviendo en la línea verde que se halla entre Israel y los Territorios Ocupados, cuya casa incluye un ,terreno que alberga un limonar cuyos árboles fueron plantados por su padre hace más de 50 años y que le producen además un magro ingreso para vivir. Cuando en el lado opuesto, el ministro de defensa israelí (Doron Tavory) se muda a una gran casa que enfrenta al limonar, las fuerzas de seguridad israelí consideran que los árboles deben ser eliminados porque constituyen una amenaza a la seguridad personal del alto funcionario; como medida temporaria a Selma le es prohibido entrar en el terreno donde se encuentra la plantación y debido a la falta de cuidado los árboles comienzan lentamente a deteriorarse. Dolorida por este insospechado acontecimiento, la mujer no se dejará vencer y es así que se embarca en un viaje legal con la ayuda de un abogado palestino (Ali Suliman); bajo ningún aspecto está dispuesta a que la despojen de una parte vital de su propiedad y está preparada para llevar su caso hasta la máxima instancia legal, la Corte Suprema de Justicia.
A través del desarrollo del relato no es muy difícil determinar hacia donde está dirigida la simpatía del director; pero en todo caso también se aprecia que Riklis trata de adoptar una actitud equilibrada para que el film no termine abrazando a una sola de las partes en pugna. Si bien el espectador puede conmiserarse con la sufrida mujer árabe, no menos cierto es que dispone de los mecanismos apropiados para llevar su problema a la justicia y aunque el veredicto final no llegue a satisfacerla como ella habría aguardado, su naturaleza “salomónica” demuestra que los jueces, trataron de actuar con ecuanimidad frente al difícil caso planteado.
En síntesis, este film constituye un buen ejemplo de las múltiples situaciones que se presentan en el marco geográfico conflictivo donde cada una de las partes cuenta con sólidos argumentos para respaldar sus respectivos puntos de vista; en todo caso, el espectador corriente, no involucrado directamente en el problema, puede apreciar un relato dramático y humano, planteado con sencillez e inteligencia.

VICKY CRISTINA BARCELONA (España-Estados Unidos)
Después de su penúltimo film (“Cassandra’s Dream”) que narraba una tragedia familiar, Woody Allen decidió esta vez no tomarse las cosas muy a la tremenda y optó por una livianísima comedia romántica, que si bien está a años luz de distancia de “Annie Hall” y “Manhattan”, de todos modos el film reúne los condimentos necesarios para que tenga buena repercusión comercial.
El relato se desarrolla en Barcelona donde Vicky (Rebeca Hall) y Cristina (Scarlett Johansson), dos turistas americanas amigas, llegan para gozar todo lo que la bella capital de Cataluña les puede ofrecer. Cada una de ellas responde a una personalidad diferente. Mientras que la primera es ordenada, centrada en sus juicios y está comprometida con un hombre de negocios de los Estados Unidos de parecida personalidad, Cristina es desinhibida, extravertida y a la eterna búsqueda de nuevas experiencias amorosas. La oportunidad se presenta en oportunidad de conocer a Juan Antonio (Javier Bardem), un artista “latin lover” y bohemio que para reponerse de sus penas sentimentales por la partida de su temperamental ex-mujer María Elena (Penélope Cruz) decide invitar a las muchachas a pasar un fin de semana en Oviedo, conocer la ciudad y, como plato adicional, hacer el amor entre los tres.
Adrede o no, el caso es que Allen recurre a todos los clichés y estereotipos posibles para describir a Barcelona a través de escenas que se asemejan a postales turísticas. Así no faltan las referencias a Gaudi y la Sagrada Familia, los paseos por las Ramblas y el Parque Güell, el espectáculo de música flamenca con guitarra incluida, el buen vino, y la figura machista de su principal personaje masculino. Lo que sí queda claro, es que el marco geográfico de Barcelona gravita muy poco en el desarrollo del relato, al punto tal que el mismo podría haberse desarrollado -con ligeros retoques- en Venecia, París, Viena, Praga, o en otras pintorescas ciudades del viejo continente. En tal sentido, uno no puede dejar de recordar a “L’Auberge Espagnole” de Cédric Klapisch, historia de una estudiantina que vive un año en Barcelona y donde la influencia del lugar realmente se hace notar.
Desde la óptica de comedia, ésta es realmente superficial aunque debo admitir que como pasatiempo es eficaz y permite que uno se entretenga sin temor de aburrirse; sin embargo, tratándose de un film firmado por Allen se aguarda sus mordaces e irónicos diálogos que han sido celebrados en otras comedias de su filmografía pero que aquí están ausentes.
Las interpretaciones de Hall y Johansson son buenas aunque no destacables. En cuanto a Bardem, nadie duda de su calidad como actor pero sin embargo tengo mis dudas si su personaje es intencionalmente ridículo o producto de una caracterización no muy bien definida por el guión; así, cada vez que dialoga con sus colegas americanas produce una sensación risueña en el espectador, pero no precisamente por lo gracioso de sus ocurrencias.
El verdadero espectáculo lo brinda Cruz quien se beneficia al animar el personaje más jugoso de esta historia. Resulta francamente divertida contemplar sus neuróticos exabruptos y su insistencia de hablar frente a Vicky y Cristina en español, a pesar de que ellas ignoran la lengua de Cervantes; pero allí está Juan Antonio que por lo menos en 5 oportunidades le suplica a María Elena que hable en inglés (“please, speak in English”), hecho que encuentra impacto reidero en la platea.
Con sus más y sus menos, el film se beneficia con el atractivo de su marco escénico, la gran popularidad de los actores que encabezan su reparto, y algunos toques sexuales brindados por Allen para estar a tono con la época actual; eso contribuye para que el gran público pueda celebrarlo sin tener que profundizar ni preocuparse demasiado.

KATYN (Polonia)
El gran director polaco Andrzej Wajda quien fuera el autor de “Kanal”, “Cenizas y Diamantes” ”El Hombre de Hierro” y muchas otras inolvidables obras artísticas que integran su filmografía, retorna con otra película de gran interés. En base a legítimos diarios y cartas de la época, Wajda rinde un sincero tributo a los miles de oficiales del ejército polaco que fueron asesinados en Katin, Rusia, por la policía secreta rusa en 1940, y en forma más personal a su propio padre quien fuera una de esas víctimas. Dieciséis días después de haber comenzado el conflicto bélico, donde Polonia fue el primero de los países ocupados por Alemania, la nación fue objeto de otro ataque por parte de los soviéticos debido a un acuerdo secreto firmado por Hitler y Stalin. La invasión de Rusia y la captura de los militares polacos por parte del ejército rojo condujo a la matanza de Katyn en 1940. Los familiares de las víctimas no sabían nada de ellos y siempre albergaban la esperanza de un pronto retorno. Es en 1943 y después de que los nazis invadieran Rusia, cuando se descubrió la masacre. Aunque los soviéticos atribuyeron el hecho a Alemania, la autoría de los crímenes finalmente llegaría a saberse en 1990 cuando el Kremlin reconoció oficialmente que la tragedia fue causada por los servicios secretos del NKVD (el departamento gubernamental que se ocupaba de los asuntos internos de la ex Unión Soviética).
Basado en la novela de Andrzej Mularczyk “Post Mortem” sobre dichos hechos, Wajda elaboró un film sobrio que si bien no llega a explicar las razones que motivaron a Rusia para desencadenar semejante tragedia, es con todo una buena reconstrucción de ficción, relatando varias historias centralizadas en los familiares de los personajes afectados por la matanza.
Wajda demuestra una vez más su maestría en conciliar los diferentes hilos abordados por el relato, utilizando la máxima contención para describir el horror. Las interpretaciones de Maja Ostaszewska, Artur Zmijewski, Andrzej Chyra, Jan Englert, Jan Englert, Danuta Stenka, Magdalena Cielecka y Agnieszka Glinska son muy buenas así como la música del renombrado compositor polaco Krzysztof Penderecki.

ROAD TO BALEYA (Canadá-Malí)
Se trata de un interesante documental donde el espectador descubre un medio cultural de un país africano no muy difundido en cine.
Dirigido por Bay Weyman, el film gira en torno a cuatro músicos canadienses –Lewis Melville y sus colegas Dave Clark, Dale Morningstar y Tannis Slimmon- quienes llegan a Bamako, capital de Mali, con el propósito de ofrecer sesiones de grabaciones gratuitas así como instrumentos a los músicos del lugar. El documental está enfocado en ilustrar la interacción que se produce especialmente entre Melville, que es el productor musical, y Mansa Sissoko, un músico de Malí que además es “griot” (un relator de historias) y un consumado artista tocando el “kora”, una suerte de arpa. Como Sissoko tiene especial interés en hacer conocer a los canadienses su pueblo natal, el grupo viaja al lugar y allí el film testimonia no solo el retorno por primera vez del hijo pródigo a la aldea rural que dejó cuando era niño sino también los tres días de celebración musical que le siguen conmemorando ese acontecimiento.
El documental permite la rareza de descubrir no solamente la música local sino también sus rituales, danzas, ceremonias, todo ello dentro de un marco de tradiciones islámicas de la región. También deja en evidencia cómo la música de Malí y su vinculación con otras culturales musicales del mundo, constituyen un instrumento importante para el desarrollo económico y social de una de las zonas más pobres del mundo, donde un significativo segmento de su población padece de Malaria.

LAS LAGRIMAS DE MI MADRE (Alemania-Argentina)
El director Alejandro Cárdenas nacido en Perú quien vivió en diferentes países de América Latina y actualmente reside en Europa, después de haber realizado su primer film documental, “Alias Alejandro” en 2006 y galardonado en Alemania con el premio Adolf Grimme, ofrece ahora un relato de ficción basado en el difícil proceso de adaptación cuando se abandona en forma obligada la tierra natal para inmigrar a un medio totalmente diferente.El relato escrito por Cárdenas y Cuini-Amelio Ortíz gira en torno de un joven matrimonio, Lizzie y Carlos con un hijo de 12 años de edad, quienes a causa del terrorismo que imperó en Argentina durante la dictadura militar (1976-1983) dejan Buenos Aires después de que el hermano de Lizzie fuera secuestrado por el ejército y posteriormente asesinado. Al instalarse en Berlín Occidental, cada uno de ellos adopta una actitud diferente; mientras que Lizzie trata de olvidar el pasado asimilándose de lleno a la sociedad alemana como a su trabajo de documentalista de cine, Carlos extraña a Argentina, rechaza los valores del nuevo medio social y cultural y además no logra encontrar una ocupación estable.
A través de un tratamiento fílmico sencillo y emotivo, el relato adopta la óptica del niño, observando como el vínculo de sus padres se va desintegrando y de qué modo resulta complicado vivir navegando entre dos culturas diferentes frente a las circunstancias planteadas.
Si bien el tema de la inmigración ya ha sido tratado muchas otras veces, la descripción que realiza Cárdenas es sin duda una de las mejores que se haya ofrecido sobre el tema. Cabe resaltar la actuación de Adrián Goessel como el niño que se ve obligado a madurar antes de tiempo por la difícil situación que atraviesa.

FOR MY FATHER (Israel)
El director y guionista israelí Dror Zahavi ofrece un sólido film que a no dudarlo originará discusiones entre el público, según sea el punto de visto y la apreciación personal de cada persona para juzgar lo que el relato ilustra. Como muchos colegas suyos, Zahavi no puede desprenderse del entorno política y social y es de este modo que su película está inspirada en muchos de los desgraciados episodios que tuvieron y que aún tienen vigencia, como es el caso de los mártires suicidas palestinos encaminados a sacrificarse en pos de una causa que ellos consideran necesaria.
La anécdota enfoca a Tarek (Shredi Jabarin), un joven árabe de Tulkarem que es miembro de un grupo terrorista y al cual se le asigna la misión de hacer explotar una bomba en el mercado Carmel de Tel Aviv. Cuando llegado el momento decisivo, el dispositivo falla y la explosión no se produce; así, el joven se verá demorado por 48 horas para poner nuevamente en acción el mecanismo que producirá su muerte instantánea y la de las personas que en ese momento lo rodeen en el lugar fatídico elegido. Durante el tiempo “libre” disponible, Tarek tendrá la ocasión de relacionarse con varios personajes de la sociedad israelí, que como consecuencia de ello, habrá de producirle serías dudas sobre el legítimo sentido de la aberración que debe cometer.
El film se presta al debate por cuanto uno puede preguntarse si el intento de humanizar a esta suerte de personas tiene o no asidero. Así, en el relato están presentadas las razones que impulsaron a Tarek vincularse con la causa terrorista, y además las lecciones que aprende durante esa breve estadía sobre las penas, alegrías, sinsabores y esperanzas que guían la existencia del israelí corriente y que nada tiene que ver con el conflicto político capaz de crear percepciones e ideas equivocadas sobre la naturaleza humana de cada una de las partes opuestas.

EL CAMINO (Costa Rica)
Es muy raro tener la oportunidad de juzgar un film procedente de Costa Rica y a decir verdad el FFM estuvo muy acertado en presentar EL CAMINO de la directora rusa Ishtar Yasin quien durante varios años vivió en dicho país como estudiante de arte dramático en la Universidad de Costa Rica.
Con un guión que le pertenece, el relato enfoca a Saslaya, una niña de 12 años viviendo en Nicaragua con su hermano menor Darío que es sordo. Ambos tratan de huir del acoso sexual que Soslaya sufre por parte de su abuelo. Ese hecho unido a la añoranza que ambos sienten por la madre que partió varios años atrás a Costa Rica sin tener la menor noticia de ella, les hace emprender la aventura de viajar por su cuenta desde Managua con destino a Costa Rica en procura de poder ubicarla. Será un largo camino físico y emocional, plagado de gran incertidumbre, en donde los niños saldrán al encuentro de varios personajes inesperados que les hará cambiar la visión inocente del mundo en que creían vivir.
Inspirado en la literatura naturalista, el film se distingue por reflejar una realidad de la dura existencia imperante en gran parte de América Latina y en donde se hace difícil cambiar las condiciones de vida.
Esta digna expresión de cine latinoamericano ha merecido varios premios internacionales, entre ellos el de la FIPRESCI en el Festival de Cine de Guadalajara de este año.

MASANGELES (Uruguay-Bélgica-Suiza-Chile)
Este es posiblemente uno de los mejores filmes uruguayos de los últimos años. A través de Masángeles, una niña ilegítima de 7 años que tras el suicidio de su madre va a vivir a la mansión de su padre biológico, el film presenta a una familia de alta clase social y su paulatina desintegración como metáfora de lo que vivió el país desde 1966 (con la elección del presidente Diego Gestido) hasta 1973 (donde se quiebra el orden constitucional existente). Más allá de la interesante trama que nos ofrece la realizadora Beatriz Flora Silva en un guión que le pertenece (en colaboración con Janos Kovacsi), y durante dos horas de cautivante relato y que es difícil de sintetizar en una breve sinopsis, este film es un fresco histórico sobre la forma en que una auténtica democracia de un país que fuera considerado como la Suiza de América del Sur, se desintegra lentamente hasta que irrumpe la dictadura militar. El apocalíptico final que se puede apreciar en inolvidables imágenes, representa una de las escenas más desgarrantes del film.
Con un sentido marcado del ritmo cinematográfico y evitando tintes melodramáticos, Flores Silva ofrece al público un film palpitante que no solo interesará al público de América Latina sino a cualquier espectador interesado en conocer algunas facetas de la reciente historia del cono sur.
Tanto la caracterización de los personajes como la homogénea calidad de un elenco integrado por Antonella Aquistapache, Elisa García Léster, Héctor Guido y Margarita Musto, ubican a este film como uno de los mejores de la muestra.

LE SEPTIÈME JURÉ (Francia-Bélgica)
Una vez más el cine francés alude a la discriminación efectuada a argelinos con motivo de la independencia del país africano. Dirigido por Edouard Niemans, el film tiene lugar al finalizar la guerra de Argelia, a principios de la década del 60, en una típica ciudad provincial, donde Grégoire Duval, un respetable farmacéutico y vecino ejemplar del lugar, mata en un acto de locura pasional a una joven que rechaza sus avances amorosos. Como nadie contempló el asesinato, él decide permanecer en silencio. Cuando un joven trabajador argelino que salía con la chica es considerado como el único sospechoso, es inmediatamente detenido y sujeto a juicio. Uno de los miembros del jurado es el verdadero asesino quien hace todo lo posible por absolverlo aunque fracasa en su intento.
Bien elaborado y relatado en forma concisa, el film además de ser condenatorio al racismo de la época, describe la angustia de un hombre que a pesar de confesar su crimen nadie llega a creerlo y termina hundiéndose en forma inexorable. Jean-Pierre Darrousin logra una óptima interpretación encarnando al desgraciado Grégoire.

COMME UNE ETOILE DANS LA NUIT (Francia)
Podría ser una novelita rosa al estilo de « Love Story », pero el director René Féret le brinda un tratamiento depurado y contenido describiendo el proceso que vive una joven pareja que se quiere y próxima a casarse cuando él es diagnosticado con el mal de Hodgkin. El objetivo del film no se concentra en lamentar una tragedia que se avecina, sino la actitud de dos enamorados que asumirán el triste reto del destino tratando de luchar positivamente contra la adversidad. Una triste historia muy bien realizada que el director dedica a su sobrina y su novio que afrontaron hechos similares a lo que aquí se narra.

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