9.1.10

CINE EN LA PLAZA

Comentarios de Jorge Gutman


NINE. Estados Unidos, 2009. Un film de Rob Marshall
Uno de los problemas para juzgar con completa ecuanimidad a este drama musical se debe a que el origen de su historia está basado en el extraordinario film de Federico Fellini “8 y ½”. El trabajo del inolvidable maestro sirvió de inspiración a Maury Yeston y Arthur Kopit para transformarlo en una comedia musical de Broadway en 1982 con el título de “9”y veintisiete años después el director y coreógrafo Rob Marshall, responsable de “Chicago”, la adapta al cine en base a un guión que le pertenece junto con Michael Tolkin y el desaparecido Anthony Minghella (2008). Como si todo cerrase en un perfecto círculo, lo que en principio fue el film de Fellini llega ahora a convertirse en una película musical. Comparar Nine con la obra del desaparecido realizador italiano resulta inevitable y en tal sentido puede afirmarse que el drama que atraviesa un famoso cineasta que entra en profunda crisis espiritual, distó de captarse en su verdadera dimensión cuando se la trasladó a Broadway; en consecuencia, eso tampoco queda reflejado en la actual versión cinematográfica. Lo que se ha hecho fue tomar como referencia la pieza teatral, con algunos cambios menores en su relato y empleando algunas canciones de la misma más la incorporación de otras tres nuevas.
El personaje central sigue siendo Guido Contini (Daniel Day-Lewis) el alter ego de Fellini, un celebrado director italiano que sufre de un bloqueo intelectual cuando se dispone a filmar un nuevo film después de dos fracasos anteriores. En ese proceso de angustia interior, el realizador va enfrentando a 7 mujeres diferentes que, ya sea en el pasado o bien en el presente, forman parte de la realidad y de su imaginación. Así se aprecia a su fiel y confidente diseñadora de vestuario (Judi Dench), la sensual y necesitada amante (Penélope Cruz), la dulce, sensible y devota esposa (Marion Cotillard), una prostituta (Stacy Ferguson) que surge de sus recuerdos de infancia y por la cual se sintió sexualmente atraído, una periodista (Kate Hudson) de la revista Vogue que es fanática de sus películas, la veleidosa estrella de cine (Nicole Kidman) que protagonizará su película, y la omnipresente figura (Sofía Loren) de su recordada madre que influyó fuertemente en su formación.
El tratamiento otorgado por Marshall es demasiado superficial debido a que el drama existencial de Guido no adquiere mayor intensidad; tanto sus pensamientos, como sus recuerdos, sueños y situaciones imaginadas carecen de la vitalidad y profundidad que Fellini volcó en su obra maestra. Eso se ve agravado por la circunstancia de que la mayoría de la decena de números musicales se van intercalando en la narración en forma forzada y falta además –lo que es imprescindible para un musical – canciones medianamente memorables, salvo una sola (“Be Italian”), de verdadero impacto; afortunadamente, las voces de los actores nunca llegan a desafinar. Con todo, uno añora la gloriosa música de Nino Rotta que tan bien se ajustaba a las necesidades del film de Fellini, sobre todo en la cautivante alegría final con la ronda de todos sus personajes; eso es precisamente lo que está ausente en esta producción.
En materia de interpretación, los actores responden eficientemente a sus respectivos personajes aunque por razones del relato los que más se destacan son los animados por Day-Lewis, Cruz y Cotillard.
¿Vale la pena ver el film? Para el público que guste de las comedias musicales, Nine no lo habrá de defraudar. Quienes en cambio pretendan ver un espectáculo comparable a “Chicago” o a otros de Broadway trasladados a la pantalla con mejor fortuna, se encontrarán con un show musical que sin ser remarcable es vistoso y se deja apreciar por la presencia de un reparto de buenos y cotizados actores..
PP½

SHERLOCK HOLMES. Gran Bretaña-Australia. Un film de Guy Ritchie
Sherlock Holmes (SH), uno de los más célebres detectives ingleses surgido de la imaginación del novelista Arthur Conan Doyle vuelve a cobrar vida en la pantalla después de haber sido objeto de varias adaptaciones en el cine mudo y sonoro.

El director Guy Ritchie y los guionistas Michael Robert Johnson y Anthony Peckham han tratado de reinventar el mito de este personaje en una versión que, sin ajustarse fidedignamente a la de la novela original, trata de mantener su espíritu.

Las nuevas aventuras del legendario detective siguen teniendo lugar en la ciudad de Londres, hacia finales del siglo 19. En esta oportunidad nuestro héroe (Robert Downey Jr.) siempre acompañado del Dr. John Watson (Jude Law), su colega de larga data, se ven enfrentados a un tenebroso enemigo. Se trata de Lord Blackwood (Mark Strong), un ocultista que valiéndose de la magia negra siembra el terror con su mentalidad criminal, habiendo asesinado a varias mujeres. Cuando es apresado y condenado a morir en la horca, poco antes de su ejecución le advierte a SH que su muerte no habrá de liberar al país de su presencia mortífera. Cumpliendo su profecía, pareciera que el poder “sobrenatural” del asesino resulta imposible de ser eliminado y los crímenes siguen aumentando. Ése es el grave caso que el detective debe resolver urgentemente.

Tratándose de un film de Ritchie no es extraño que predomine la acción y en tal sentido la misma tiene más importancia que la actividad detectivesca propiamente dicha de anteriores versiones. De este modo en el relato proliferan las persecuciones, escenas violentas y toda la parafernalia de un film de aventuras. Al propio tiempo, el film no está exento de algunas situaciones graciosas ofreciendo un humor no desestimable.

Con las licencias propias de cualquier adaptación, el relato presenta a un SH versátil. Más parecido a un personaje extraído de una tira de historietas que de la visión original de Doyle, Downey Jr. caracteriza excelentemente al actual detective que además de ser eficiente en su profesión sabe tocar el violín, es un devoto de las artes marciales, distinguiéndose también como diestro boxeador y buen espadachín. Siempre conviviendo con Watson, SH no disimula sus celos al saber que el doctor piensa casarse con Mary (Kelly Reilly), la chica de la cual se ha enamorado, y es así que cuando llega a conocerla no evita disminuirla sutilmente; ese hecho le da al personaje una lejana connotación homoerótica pero que de ningún modo gravita en el relato.
Law como el aliado y compañero leal de SH también convence en su caracterización guardando una buena química con aquél, en tanto que Rachel McAdams está correcta como la joven que mantiene una relación un tanto tempestuosa con nuestro héroe.
El guión del film es ágil aunque eso no lo exime de ciertas inconsistencias; así, en el momento de las revelaciones finales muchas de las explicaciones brindadas por SH sobre el esclarecimiento del caso que tuvo entre manos parecen surgidas de la galera de un mago, y se necesita cierta indulgencia para su aceptación racional. Con todo, y como suele ocurrir con muchas de las historias de superhéroes, nadie se toma muy a pecho las andanzas de este genial detective y en última instancia el público disfruta de un aceptable entretenimiento.
La buena fotografía de Philippe Rousselot, el original vestuario de Jenny Beavan y los esmerados diseños de producción de Sarah Greenwood contribuyen a una lograda reconstrucción de la época en que transcurre la acción.
PPP

YOUNG VICTORIA. Gran Bretaña-Estados Unidos, 2009. Un film de Jean-Marc Vallée
Reuniendo a Jean-Marc Vallée, quien registra en su haber el excelente film “C.R.A.Z.Y” (2005) y al guionista Julian Fellowes, elogiado en “Gosford Park” (2001), era de esperar que YOUNG VICTORIA llegara a tener especial importancia en la dramatización de los primeros años de la reina Victoria de Inglaterra. Lo que se aprecia aquí es un film de correcta presentación pero que está muy lejos de reflejar los dramas de época que el cine de Gran Bretaña ha ofrecido en múltiples oportunidades.
Asemejándose a un libro de historia ilustrado, el guión pasa revista a los episodios vividos por la reina Victoria desde pocos meses antes de suceder en la línea del trono a su tío, el rey William IV, hasta el nacimiento de su primera hija.

El film comienza en 1937 mostrando a la adolescente Victoria (Emily Blunt) de 17 años de edad quien como futura reina es objeto de una protección desmedida por su autoritaria madre (Miranda Richardson), la duquesa de Kent y su ambicioso asesor John Conroy (Mark Strong) quienes tratan de mantenerla apartada de la corte y tratando de bloquearle el camino para que asuma el reinado por ser demasiado joven. Cuando su primo, el príncipe Albert (Rupert Friend) de Alemania llega a conocerla, se enamora perdidamente de ella y aunque Victoria retribuye sus sentimientos, demora cierto tiempo para que la boda tenga lugar. Cuando muere su tío (Jim Broadbent) Victoria se convierte en la soberana más joven que haya tenido la nación. La fastuosa coronación que tiene lugar al año siguiente, el casamiento con Albert en febrero de 1840, un intento de asesinato que lesiona a su marido y el nacimiento de la primera hija, son los capítulos relevantes de este relato.

Aunque no se puede estar completamente seguro hasta dónde el guión se adhiere a los hechos tal cual acontecieron, lo cierto es que el film se deja ver pero de ninguna manera adquiere dimensión dramática. Eso es debido a la ausencia de grandes conflictos que lleguen a emocionar, con excepción de tres episodios aislados. Uno de los mismos se refiere a las atribuciones tomadas por Albert como marido consorte que no son admitidas por su esposa y haciéndole saber que es ella la que reina y no él; otro episodio se manifiesta en un acto de celos del príncipe hacia Lord Melbourne (Paul Bettany) el consejero político de la reina; el tercero, que es el intento de asesinato a la soberana donde ella sale ilesa pero su esposo queda levemente herido, no llega a tener trascendencia emocional.

Lo más importante de esta historia descansa en la visión romántica de Victoria y su marido que aunque sobriamente descripta no llega a conmover. Curiosamente, las connotaciones sociales de Gran Bretaña durante los primeros años de la joven reina no quedan reflejadas en el relato.

La dirección de Vallée es correcta aunque sin otorgarle un toque distintivo para que el relato adquiriese un nivel de mayor profundidad. Lo que sí merece destacarse es la elegancia del film resaltando, entre otras hermosas escenas, la de la coronación así como los grandes bailes de la realeza; sin duda se trata de un film de suntuosa factura donde los decorados, el vestuario, la fotografía y los diseños de producción son de primer nivel.
PP½

IT’S COMPLICATED. Estados Unidos, 2009. Un film escrito y dirigido por Nancy Meyers
La última película de Nancy Meyers es una comedia romántica fantasiosa sin mucho asidero realista. Enfocando a una ex pareja californiana divorciada que después de un cierto tiempo se reencuentra con motivo de acontecimientos sociales, el comienzo del relato es interesante pero gradualmente la trama va envolviendo a sus protagonistas en situaciones que obligan a que el espectador deje de lado la lógica; en todo caso, la simpatía del film compensa parcialmente su medianía.
La acción transcurre en California donde viven Jane (Meryl Streep) y Jake (Alec Baldwin), quienes después de haber estado casados por 19 años formando una familia con tres hijos, se divorciaron hace una década en forma civilizada. Mientras que Jane se dedicó a criar y educar a sus hijos forjándose un porvenir afortunado como dueña de una sofisticada panadería en Santa Bárbara, su ex marido -que es un abogado de buena posición económica- reconstruyó su vida casándose con una mujer (Lake Bell) mucho más joven que él y que no hace más que humillarlo.
Cuando ambos llegan a reencontrarse en una fiesta de aniversario de amigos comunes hay ciertos indicios de que el dicho “donde hubo fuego cenizas quedan” llega a cumplirse. Aunque esa reunión social no permite más que un breve diálogo circunstancial, es evidente que existe una atracción mutua no confesada. Eso vuelve a reiterarse cuando días después, ellos deben viajar a Nueva York para asistir a la ceremonia de graduación del menor de los hijos (Hunter Parrish) que tiene lugar en Nueva York y, ¡oh, casualidad!, cada uno de ellos ha reservado alojamiento en el mismo hotel para hospedarse. En el bar del establecimiento, nuevamente se encuentran, charlan, ríen, beben unas copas de más, cenan juntos y finalmente terminan la agradable velada disfrutándola sexualmente. Si no hay nada extraño que después de un divorcio dos personas puedan volver a interesarse, lo que aquí resulta poco creíble son las alternativas que siguen posteriormente.
Aunque la relación ambigua que se establece entre Jake y Jane es el elemento central de la trama, donde él se muestra apasionado con su ex mujer mientras que ella no sabe muy bien a qué atenerse, los altibajos de ese inestable vínculo se desdibujan con situaciones irrealistas. Para complicar un poco más las cosas, el guión introduce en el escenario a Adam (Steve Martin), un arquitecto divorciado que se ocupa de la ampliación de la casa de Jane y que gusta de ella; el problema está en que este personaje no llega a producir mayor conflicto dramático debido a que es demasiado blando y sin la personalidad necesaria para competir con Jake. Tampoco resulta convincente la presencia de los hijos que nada saben de la nueva relación existente entre sus padres, con excepción de un potencial joven yerno (John Krasinski) que es el único que ha descubierto lo que realmente está ocurriendo.
A pesar de una historia nada profunda y sin mucha convicción, el film tiene momentos muy hilarantes cómo una escena en donde a través del skype de internet, Adam queda estupefacto al contemplar las partes íntimas de Jake en lugar del rostro de Jane.
En líneas generales, el relato se deja ver por la simpatía de Baldwin y por la naturalidad de Streep quien como actriz siempre es estupenda y puede compensar, como en este caso, las flaquezas de un guión no muy articulado. Sintetizando, este film es un tibio pasatiempo con el que la gente adulta adicta a las historias de Meyer habrá de quedar satisfecha, aunque no lo registre en su memoria.
PP¼

THE IMAGINARIUM OF DOCTOR PARNASSUS. Gran Bretaña-Canadá, 2009. Un film de Terry Gilliam
Para los que gusten del cine fantástico esta película de Terry Gilliam satisfará sus expectativas. A través de un argumento entreverado, el cuento moral escrito por el realizador y Charles McKeown relata las andanzas del Doctor Parnassus quien es el dueño de una compañía teatral ambulante que efectúa representaciones especiales en la vía pública. Dotado del poder especial que le permite guiar la imaginación de la gente más allá de la realidad circundante, logra transportarla a un universo sorprendente mediante un espejo mágico. Pero el poder mágico de Parnassus así como su inmortal juventud han sido obtenidos tras haber firmado un pacto con el diablo por el que deberá entregarle a su hija el día en que ella cumpla 16 años. Es preferible no seguir relatando de qué modo el doctor podrá eludir su compromiso para no privar al espectador de la intriga que sigue y que está ilustrada través de exuberantes imágenes.

Debido a la situación especial creada durante la filmación con el inesperado deceso de Heath Ledger, dejando su actuación inconclusa, Gilliam logró obviar el gran inconveniente con la participación de Johnny Deep, Jude Law y Colin Farrell; no se trata de un mero reemplazo debido a que la trama reconfigurada por el director permite que cada uno de estos tres intérpretes sigan siendo representativos del personaje desempeñado por Ledger pero en universos paralelos con situaciones diferentes.

Más allá de algunos tropiezos que tuvo este director en anteriores trabajos, es imposible negar el caudal de imaginación e inventiva que vuelca en esta fábula. Podrá objetarse que en algunos momentos los esmerados efectos especiales de esta historia pueden llegar a desbordar; sin embargo, el carácter mágico del film permite excusar ciertos excesos como así también algunos saltos narrativos del relato.

El elenco que integra este delirante espectáculo sigue con gusto las directivas del guión. Así, además de las buenas actuaciones de Ledger, Deep, Law y Farrell, habrá que destacar la solvencia de Christopher Plummer protagonizando al Dr. Parnassus, así como la participación de Lily Cole, Verne Troyer, Andrew Garfield y Tom Waits.
En síntesis, un film de remarcable belleza visual a la vez que ingenioso y entretenido.
PP¾

No hay comentarios.:

Publicar un comentario