14.5.11

FESTIVAL DE MÚSICA DE CÁMARA: LA CONTAGIOSA VITALIDAD DE LOS SWINGLE SINGERS

Crónica de Sergio Martínez

Desde su fundación en 1963 el grupo británico The Swingle Singers ha marcado un hito en cuanto a lo que es la interpretación a capella, introduciendo no sólo una provocativa fusión de jazz, barroco y otras expresiones de la música clásica, sino además llevando lo que pudiera llamarse “el arte de tararear” a un grado de insuperable excelencia.

Quienes tuvimos la oportunidad de asistir al concierto ofrecido por este grupo este 12 de mayo en la iglesia Saint George, en el marco del 16º Festival de Música de Cámara de Montreal, hemos podido comprobar de primera mano la calidad y a la vez, esa contagiosa vitalidad que el grupo exuda en cada uno de los temas que interpretó.

Sin duda los organizadores de este festival escogieron bien cuando decidieron traer a este grupo, pues su repertorio así como su carácter exploratorio de estilos y técnicas lo hacen un muy interesante ejemplo de las posibilidades de la música de cámara, música ejecutada en un ambiente más íntimo que permite examinar en detalle cada matiz de las interpretaciones ofrecidas.

Interpretar música a capella entraña desafíos grandes, sobre todo si se ha de hacer en la forma como la hacen Los Swingle Singers. La voz humana, de algún modo el instrumento elemental de toda música si uno piensa que los primeros seres humanos empezarían a hacer música primeramente imitando con ella los sonidos de la naturaleza, tiene la suficiente versatilidad como para dar una vasta gama de sonidos y tonalidades.

Los Swingle Singers lo saben muy bien y su lograda técnica les permitió en el concierto que comento abordar desde una delicada canción de cuna (Nana, del español Manuel de Falla), hasta la exuberante sonoridad de la Overtura 1812 de Tchaikovsky, sin olvidar por cierto le extraordinaria versión que nos dieron de Libertango, de Astor Pizzolla. También fueron destacadas las interpretaciones de una canción folklórica turca, las jazzeadas re-creaciones de los temas de Johann Sebastián Bach, así como los temas que inmortalizaron Los Beatles, creaciones de Lennon y McCartney, y por cierto el barroco de Vivaldi.

Ciertamente uno de los eventos musicales de mayor envergadura en lo que va de este año en Montreal, trasladando esa noche una vitalidad y originalidad que a casi cincuenta años, aun mantiene la vigencia de este excepcional grupo musical.

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