20.10.11

UN BUEN COMIENZO DE TEMPORADA PARA LES GRANDS BALLETS CANADIENS

RODIN/CLAUDEL es la primera producción que Les Grands Ballets Canadiens presenta en su nueva temporada y sin duda se trata de otra de las grandes creaciones artísticas que enriquecen al panorama cultural de Montreal. El autor de este ballet es Peter Quanz, excelente coreógrafo y bailarín canadiense, cuya inspiración se debe a una primera visita que efectuara años atrás al museo Rodin de París donde las esculturas de Auguste Rodin y Camille Claudel llegaron a conmoverle profundamente.

La historia del amor pasional e imposible de Rodin y Claudel es muy bien conocida dado que la literatura y el cine se ocuparon de ella, sobre todo en el hermoso film de Bruno Nuytten Camille Claudel donde Isabelle Adjani interpretó maravillosamente a la infortunada escultora. Como ballet, este drama alcanza una nueva dimensión artística al demostrar como el poder de la danza puede también llegar a ser expresado teatralmente teatro adaptando un capítulo de la vida real de dos extraordinarios artistas

A través de 105 minutos de gran espectáculo dividido en dos actos, hay momentos de gran desarrollo dramático como la consumación del amor de ambos escultores, las escenas del aborto de Camille, así como su enajenación mental frente al abandono de Rodin y la frustración que le produjo la pérdida del hijo que llevaba en sus entrañas. Con todo, la escena más impactante se produce cuando Claudel en un ataque de rabia y desesperación comienza a destruir furiosamente sus valiosas esculturas, magníficamente representadas por una docena de bailarines que forman parte del cuerpo de ballet; sin máscaras ni disfraces, Quanz ofrece otra muestra de su gran talento transformando seres humanos en esculturas realistas.

Puesto que el elenco es rotativo, en la velada del viernes 14 de octubre, los bailarines intervinientes hicieron gala de su singular maestría como lo fue con Edi Bloshmi como Rodin, Jéremy Galdeano animando a Paul Claudel, hermano de Camille, y Eline Malègue como Rose Beuret con quien Rodin estuvo sentimentalmente ligado; con todo, y debido a que el ballet gravita en torno de Camille Claudel, Graziella Lorriaux es la bailarina que ha descollado como la trágica escultora, brindando momentos de legítima emoción.

Enriqueciendo la calidad del espectáculo, el acompañamiento musical estuvo a cargo de la Orquesta de Grands Ballets Canadiens bajo la acertada dirección de Allan Lewis, interpretando temas entre otros como La Muerta de Ofelia de Berlioz, Los caminos del amor de Francis Poulenc con palabras de Jean Anouilh, Le Tombeau de Couperin y La Valse de Ravel, el Concierto para Pequeña Orquesta de Albert Roussel e In Memoriam de Alfred Schnittke.

Esta magnífica producción seguirá representándse los días 20, 22, 27, 28 y 29 de Octubre (20h00) en el escenario del Teatro Maisonneuve.


El coreógrafo Peter Quanz en uno de los ensayos de Rodin/Claudel

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