23.12.11

UNA EXCEPCIONAL ARTISTA DE LA DANZA

PINA. Alemania, 2011. Un film de Wim Wenders

Comentario de Jorge Gutman


Para quienes no hayan oído hablar de ella, vale aclarar que Pina Bausch fue una extraordinaria coreógrafa alemana, además de eximia bailarina, profesora y directora de ballet. Con su distintivo estilo conjugando movimientos, sonidos y excepcionales puestas escénicas, se convirtió en una de las personas de mayor influencia en el género de la danza moderna desde los años 70.


Por la razón que antecede, el prominente realizador Wim Wenders, desde hacía tiempo deseaba efectuar un documental sobre la artista, donde la magia del cine pudiera amalgamarse con la riqueza artística de su ballet. El destino dispuso algo diferente porque cuando en junio de 2009 todo estaba preparado para el rodaje del film, Bausch sucumbe de un cáncer dos días antes de su comienzo. A pesar de esa gran pérdida, y en lugar de anular el proyecto, Wenders decidió llevarlo a cabo a través de sus intérpretes y como un homenaje póstumo a su arte creador; por esa razón lleva como subtítulo Un film para Pina Bausch de Wim Wenders.


De este modo el realizador decidió concentrarse en los integrantes de la compañía Tanztheater de la ciudad de Wuppertal que Bausch dirigía desde 1973 seleccionando algunas de sus famosas coreografías que incluyen Cafe Müller, La Consagración de la Primavera, Vollmond y Kontakthof. Para que el documental adquiera dinamismo cinematográfico, las cámaras además del escenario teatral enfocan el desplazamiento de los bailarines actuando en las calles y parques de Wuppertal.

El film se complementa con algunos materiales de archivo y con entrevistas de los artistas expresando sus comentarios sobre la labor que realizan, la experiencia de haber trabajado con su inolvidable maestra y lo que para ellos significó en términos de aprendizaje y enriquecimiento artístico la presencia de Pina.

Por primera vez en su filmografía, Wenders utiliza la técnica 3D para que el espectador sintiera una experiencia diferente a la de visualizar un espectáculo de ballet filmado en formato 2D. Aunque hasta el presente la tercera dimensión es generalmente utilizada para resaltar los efectos especiales de las producciones espectaculares de Hollywood, la decisión del realizador ha sido acertada; lejos de querer impresionar con imágenes que salen de la pantalla, el documental crea la sensación de estar apreciando un espectáculo de danza con la profundidad del escenario así como logra reforzar la intensidad dramática y la variada gama de emociones emanadas de la coreografía de Bausch en los fragmentos de los ballets representados.

Conclusión: Un film poético y de cautivante poder visual que la inolvidable Pina habría aprobado sin reserva alguna.


LAS NIEVES DE KILIMANJARO

LES NEIGES DU KILIMANDJARO. Francia, 2011. Un film de Robert Guédiguian


Comentario de Jorge Gutman


Este film es un buen documento social enmarcado dentro del clima de la crisis económica que afecta al mundo y en donde Francia no es la excepción. Ubicando la acción, como gran parte de la filmografía del realizador, en su bienamada ciudad de Marsella, los personajes son gente de la clase obrera que trabajan duramente para ganar el dinero que proveerá el sustento a sus familias.


En esta historia concebida por Guédiguian y el coguionista Jean-Louis Milési, Michel (Jean-Pierre Darroussin) es un noble y bien querido líder sindical que representa a los estibadores portuarios; debido a la crisis, la administración de la empresa se ve obligada a licenciar 19 trabajadores y es Michel quien debe decidir quienes serán los afectados. Para que el proceso resulte democrático, este noble individuo decide librarlo a la suerte, efectuando un sorteo donde todo el personal y él mismo participan. Resultado del mismo es que Michel es uno de los trabajadores que quedan sin empleo. La nueva situación de prematuro jubilado lo obliga a reacomodar su vida y aunque la adaptación a la nueva situación no resulte muy fácil al menos cuenta con el calor familiar procurado por su devota esposa Marie-Claire (Ariane Ascaride) y el cariño de sus hijos y pequeños nietos.


A los pocos días, Michel celebra sus 30 años de casado con una pequeña fiesta a la cual acuden familiares y amigos, donde él y su señora reciben de los invitados un cofre conteniendo dos pasajes a Tanzania para visitar la montaña de Kilimanjaro y un monto adicional de dinero para las expensas de este viaje que el buen hombre soñó ver realizado algún día. Pero el destino dispone otra cosa cuando horas después de la reunión, el matrimonio que se encuentra en su casa junto con la hermana de Marie-Claire y su marido (Gérard Meylan, Denise Marilyne) son brutalmente asaltados por dos ladrones enmascarados que además de robarles la caja conteniendo los pasajes y el dinero para el viaje, también les sustraen las tarjetas de crédito. Sería injusto revelar la identidad de los asaltantes y menos aún de lo que acontece después; con todo baste señalar que la historia adquiere el carácter de un cuento moral cuando Michel entra en crisis con su conciencia al haber denunciado a uno de sus agresores después de haber sido identificado.


Para realizar este film Guediguian se inspiró lejanamente en el poema de Victor Hugo Les pauvres gens (La gente pobre), un verdadero canto a la solidaridad y generosidad humana; eso es lo que refleja el contenido de este emotivo relato, sobre todo en su conmovedor desenlace. Frente a un mundo cada vez más egoísta, individual y materialista, donde el triunfo se mide por el éxito económico, es posible que lo que aquí se expone resulte demasiado idealista como para ser completamente creíble. Pero el realizador prefirió que su historia adquiera el carácter de fábula aleccionadora donde los valores de la dignidad e integridad se imponen.


Guediguian contó para los papeles principales con un elenco de actores que participan en la mayoría de sus filmes como lo son Ascaride (su esposa en la vida real), su actor fetiche Darroussin y Meylan; en los roles secundarios se destacan Marilyne Canto y Grégoire Leprince-Ringuet, así como en los renglones técnicos se distingue la fotografía de Pierre Milon.


Conclusión: Un film enormemente gratificante por su profundo contenido humanista.


MISION CUMPLIDA

MISSION IMPOSSIBLE – GHOST PROTOCOL. Estados Unidos, 2011. Un film de Brad Bird

Comentario de Jorge Gutman


Aunque la popularidad de Tom Cruise se ha visto disminuida en los últimos años, Mission Impossible – Ghost Protocol trata de resucitarla; en efecto, dada la extraordinaria energía física que despliega en este film, demuestra que se encuentra en plena forma animando películas de acción. Por su parte el director Brad Bird -que dio muestras de su talento en el campo de la animación (Ratatouille, “The Incredibles)- en su primer film en vivo se adapta muy bien al propósito del relato permitiendo que Cruise disponga de la libertad de acción necesaria para que su actuación llegue a gravitar.


Este cuarto capítulo escrito por Josh Appelbaum y André Nemec, basado en la popular serie televisiva del mismo nombre, comienza con alto voltaje al presenciarse cómo el agente Ethan Hunt (Cruise) es liberado espectacularmente de una cárcel de Moscú gracias al manejo electrónico orquestado desde el exterior por Benji Dunn (Simon Pegg), uno de los hombres de su confianza; nunca se llega a saber porqué estuvo allí, pero eso poco parecería importar. Inmediatamente, es solicitado por la IMF (Impossible Mission Force) para una nueva tarea de la cual además de Benji, participa también la agente Jane Carter (Paula Patton). Esta misión tiene como propósito infiltrarse en el Kremlin para apoderarse de un expediente de Kurt Hendricks (Michael Nyqvist), un siniestro individuo capaz de lanzar armas nucleares que pueden extinguir a la humanidad. Pero la operación queda seriamente comprometida cuando después de que el grupo sale del Kremlin se produce una fuerte explosión donde gran parte del edificio queda destruido. Como consecuencia del atentado, y antes de que Rusia pueda atribuirlo a los Estados Unidos, el jefe de Ethan (Tom Wilkinson) le comunica que el presidente de la nación ha decidido considerar a la IMS fuera de circulación convirtiéndola en un “protocolo fantasma”. La respuesta de Ethan es contundente: con sus dos compañeros y el apoyo de William Brandt (Jeremy Renner) -un analista del Ministerio de Defensa-, saldrá a la caza del brutal asesino quien fue el causante de la detonación.


Lo que sigue encuadra dentro de los relatos del género donde además de acción se trata de generar alguna cuota dramática y cierta tensión al entrar en juego las relaciones de las dos grandes potencias. Como el argumento es completamente disparatado e inverosímil, para tratar de acomodarse al esquema del film es necesario dejar de lado cualquier pensamiento o raciocinio lógico, tratando a cambio de disfrutar del magnífico despliegue visual –tal como se lo contempla en IMAX- así como de alguno que otro momento de impacto dramático. Hay una secuencia que quita el aliento; la misma tiene lugar en Dubai cuando Ethan a 300 metros de altura va escalando con guantes adhesivos las paredes exteriores del Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo; a decir verdad, la filmación de esa escena, la cual ignoro si acaso fue real o generada por computadora, constituye un verdadero logro por el vértigo que produce y la consecuente tensión de ver cómo nuestro héroe logrará salvar su vida.


En líneas generales, el relato no se aparta de lo rutinario; lo que aquí se ofrece es un entretenimiento masivo con algunos momentos de oportuno humor y una constante acción traducida en una sucesión de corridas, saltos, vuelos humanos, persecuciones peligrosas, que a la postre se tornan repetitivas. En cuanto a la esencia dramática del film configurada por la posibilidad de un holocausto nuclear, los enemigos que Ethan debe enfrentar –el sanguinario Hendricks y una sugestiva asesina (Lea Seydoux)- están débilmente delineados por el guión como para que lleguen a causar pánico.


A nivel de interpretación, los actores se limitan a cumplir lo que el guión les provee donde sus personajes son descriptos de manera superficial y sin profundidad alguna. Excepción a la regla es Cruise quien ofrece una actuación absorbente; con su destreza, agilidad, entusiasmo y devoción logra que su personaje resulte atractivo y dinámico.


Para el placer de la vista la fotografía de Robert Elswit aprovecha acabadamente los escenarios de Moscú, Dubai y Mumbay donde la acción se desarrolla, en tanto que en la banda sonora la música Michael Giaccchino es muy buena e intercala el conocido tema central de la serie compuesta por Lalo Schifrin.


Conclusión: Un espectáculo para el lucimiento de Tom Cruise y al servicio del gran público que quiera disfrutar de un entretenimiento aceptable aunque no remarcable.

20.12.11

EL CIRQUE DU SOLEIL VISITA MONTREAL



DRALION. Dirección escénica: Guy Caron. Dirección artística: Stéphane Roy. Intérpretes: Vladislav Myagkostupov, Han Yuzen, Jonathan Morin, Marie-Ėve Bisson. Bailarines: Amanda Orozco, Lorant Markocsany. Cantantes: Cristian Zabala, Agnes Sohier. Música: Violaine Corradi. Coreografía: Julie Lachance. Vestuario: François Barbeau. Iluminación: Luc Lafortune



Comentario de Jorge Gutman


Nuevamente el público de Montreal tiene la ocasión de disfrutar un espectáculo de calidad con el renombrado Cirque du Soleil en ocasión de la presentación de Dralion. En rigor de verdad se trata de un reestreno puesto que el espectáculo tuvo su estreno en abril de 1999 en la tradicional carpa circense y de esa manera recorrió el mundo entero. A partir de octubre de 2010 la compañía comenzó a representar el espectáculo en las arenas de Canadá y Estados Unidos con el propósito de congregar a un público más numeroso y poder incluir ciudades más pequeñas.


Si bien es cierto que la carpa permite un encuentro más íntimo con sus intérpretes lo cierto es que el brillo del espectáculo sigue vigente. El elenco ya no es el mismo y ahora está prestigiado con la participación de artistas de origen oriental, además de haber sido reelaborado parcialmente con la inclusión de nuevos cuadros, aunque sin alterar la esencia de su contenido original.


El objetivo de Dralion es tratar de fusionar la tradición milenaria de las artes acrobáticas chinas con el enfoque multidisciplinario que ha caracterizado a todas las producciones de esta compañía. La trama está inspirada en la filosofía oriental de la búsqueda de un equilibrio entre el ser humano y la naturaleza; a pesar de que el hilo temático es endeble, de ningún modo disminuye la jerarquía de lo que se presencia.


Con un equipo interpretativo que incluye más de 50 acróbatas, atletas, músicos y cantantes provenientes de diferentes lugares del mundo, Dralion cobra enorme vuelo en sentido figurativo y también literal en el marco del escenario donde se desarrolla. Dentro de sus variados números se destaca el de apertura, denominado “Los cuatro elementos y el pequeño buda”, donde están presentes los factores fundamentales que rigen el orden natural y representados por el aire, agua, fuego y tierra. Otros cuadros incluyen un sorprendente ballet con los “draliones” -mitad dragón y mitad león- a través de dinámicas y magnéticas secuencias con los artistas realizando movimientos acrobáticos mientras logran balancear pelotas de cuero. Más íntimo y de admirable belleza plástica es un “pas de deux” de una danza aérea donde sus bailarines dan prueba de su competencia en materia de flexibilidad y fuerza. También remarcable es observar a un artista realizando un estupendo acto de malabarismo con siete pelotas simultáneamente con estilizada coreografía y reminiscencia de danza moderna. El arte de la acrobacia despierta admiración en el despliegue realizado por 10 artistas que se zambullen y se tiran entre ellos como si se tratara de flechas a través de pequeños aros de madera.


Además de sus números artísticos, la fusión de la cultura occidental y oriental se manifiesta en la presencia de la música con motivos rítmicos y líricos inspirados en melodías indias con influencia europea, así como con su fastuoso y exótico vestuario de intensos colores provenientes de China, India y África.


Si hay alguna objeción que el espectáculo me ha merecido es la inclusión de payasos que de algún modo no se acomodan a la naturaleza del mismo. Más allá de esta observación debo aclarar que el entusiasmo de los espectadores al terminar la función ratifica una vez más el merecido prestigio mundial del Cirque du Soleil. Las representaciones continúan hasta el 30 de diciembre en el Centro Bell.


PARIS JE T'AIME

MIDNIGHT IN PARIS. España-Estados Unidos, 2011. Un film escrito y dirigido por Woody Allen. Distribución: Sony Pictures Home Entertainment (2011)

Comentario de Jorge Gutman


Si no hubiese vivido en Manhattan lo habría hecho en París. Eso es lo que expresa Woody Allen a quien quiera escucharlo y para demostrarlo basta ver su última película Medianoche en París que ciertamente constituye una carta de amor a París, ciudad con la que este director se siente totalmente identificado y a la que considera la más hermosa del mundo. Si bien Allen ya había utilizado el mismo escenario en parte de su film Everyone Says I Love You (1996), en esta oportunidad está totalmente dedicado a París. Habiendo plasmado una bella comedia sentimental, el prolífico realizador transporta a su público en un viaje retrospectivo a la capital de Francia de los años luminosos del siglo 20, cuando atraía a los más grandes creadores internacionales de la literatura, pintura, cine, danza y otras expresiones artísticas.

Los primeros minutos del film no dialogados constituyen una hermosa postal turística que bien podría haber sido promocionada por la Oficina Nacional de Turismo de la ciudad. Así se la aprecia de día, por la tarde, al anochecer, a la medianoche, con buen tiempo y con lluvia, con la extraordinaria belleza de sus calles, jardines, bulevares, restaurantes, cafés y en donde la Torre Eiffel permanece erguida como el majestuoso símbolo de la bien denominada Ciudad Luz. Ahí llegan de visita Gil (Owen Wilson) junto con su novia Inez (Rachel McAdams) y sus futuros suegros, John (Kurt Fuller) y Helen (Mimi Kennedy) quienes son unos recalcitrantes conservadores y no consideran al muchacho como el más adecuado compañero para su hija. Gil es un exitoso escritor de Hollywood, de espíritu bohemio, pero su aspiración mayor es convertirse en un gran autor literario; en tal sentido está completamente absorbido con la novela que está escribiendo y que está convencido de sentirse inspirado en París, ciudad a la que ama y donde le gustaría vivir el resto de su vida. Ese punto de vista de ninguna manera es compartido por su novia quien jamás dejaría los Estados Unidos y además encuentra que Gil vive más en un mundo de ensueño que en la realidad que lo circunda.

Una noche en que el aspirante a novelista se encuentra solitario y vagando sin rumbo fijo por las calles de la ciudad, llega la hora de la medianoche y a través de un mecanismo mágico la actual realidad cede paso al pasado no vivido por él pero al que siempre añoró haber estado presente. Invitado por los novelistas F. Scott (Tom Hiddleston) y Zelda Fitzgerald (Alison Pill), participará de una fiesta noctámbula que lo hará conocer a su reverenciado Ernest Hemingway (Corey Stoll) a quien le pide ayuda para que le lea el borrador de la novela que está escribiendo y le dé su opinión; el célebre escritor le responde que la persona más adecuada para hacerlo es Gertrude Stein (Kathy Bates), la famosa escritora, poeta y coleccionista de arte; cuando llegan a su salón literario ahí se encuentra con otros famosos artistas como Pablo Picasso (Marcial Di Fonzo Bo), su amante de turno Adriana (Marion Cotillard) y el cineasta Luis Buñuel (Adrien de Van), entre otros, en medio de apreciaciones y discusiones sobre el último trabajo que Picasso acaba de completar.

Cuando el alba irrumpe, el ensueño de Gill lo traslada a la realidad aunque sus horas vividas con los grandes artistas lo siguen acompañando en el resto de la jornada al punto tal que su novia llega a dudar de su estado mental. La fantasía seguirá sucediéndose en las siguientes medianoches y el período de los años locos volverá nuevamente a cobrar vida con un Gil que, entre asombrado, hipnotizado y deleitado, va conociendo a los grandes pintores Henry Matisse (Yves-Antoine Spoto), Paul Gauguin (Olivier Rabourdin), Edgar Degas (François Rostain), al glorioso compositor Cole Porter (Yves Heck), la gran cantante Joséphine Baker (Sonia Rolland) y nada menos que al dramaturgo y excepcional poeta Thomas S. Elliot (David Lowe).

Allen ya había logrado con gran éxito la convivencia de una historia de la vida real transformándola en ocurrente fantasía en The Purple Rose of Cairo (1985). Aquí nuevamente consigue que su vivaz ingeniosidad cobre vuelo llevando al espectador a un mundo esplendoroso habitado por personajes que realmente existieron y que cobran vida no solamente a través de notables caracterizaciones sino por un casting que trató de cuidar de que los actores seleccionados se asemejen físicamente a quienes deberían personificar. Por si eso fuera poco, cabe felicitar a Allen por la forma en que su inspiración le permitió lograr algunos momentos muy ingeniosos; como vía de ejemplo, se puede mencionar una escena –que los cinéfilos amarán- en que Gil le adelanta a Buñuel lo que sería el argumento de El Angel Exterminador, film que el genial cineasta dirigió en 1962.

Otros detalles que destacan al film son sus diálogos. No es sorpresa que Allen siempre se destacó por la excelencia de los mismos, incluso en sus trabajos menos logrados. Pero aquí, ese aspecto queda resaltado aún más porque en las conversaciones ficticias que Gil mantiene con algunos personajes, tales como Hemingway, Dali, Stein, Buñuel por ejemplo, parecería que éstas fuesen verdaderas y en donde cada una de las frases dichas es objeto de regocijo.

La recreación de época por parte de Anne Seibel como diseñadora de producción y el vestuario de Sonia Grande, son detalles meticulosamente tenidos en cuenta, reflejando con autenticidad tanto el período de los años 20 como el París actual.

Como de costumbre, la música de jazz que Allen utiliza en sus filmes, aquí más que nunca se presta adecuadamente en perfecta combinación con algunas de las melodías encantadoras de Porter.

He dejado para el final el rubro interpretación. Nuevamente queda ratificado que Allen es un excelente director de actores. Comenzando por el protagonista, el Gil de Wilson es remarcable; lo que podría ser una suerte de alter ego de Allen pero sin su neurosis, este actor es el alma del film dado que su personaje transmite una sinceridad y un entusiasmo capaz de contagiar a la audiencia y lograr que en todo momento simpatice con su persona. Dentro de los personajes actuales se destaca Michael Sheen animando muy bien a un pedante intelectual y cuya presencia irrita sobremanera a Gil. Dentro de los personajes de antaño, sobresalen Bates, Brody y sobretodo Cotillard brindando ternura como el interés sentimental de Gil quien encuentra en ella lo que está ausente en su novia del presente. Algunas palabras para Carla Bruni; la actual Primera Dama de Francia aparece en 4 breves escenas animando a una guía de museo parisina; aunque su actuación no tenga mayor relevancia, cumple su cometido en forma satisfactoria en función de lo que el guión le permite.

Aunque éste no sea el mejor film de Allen, sin duda está entre los mejores que realizó en la última década. En esencia, hay una atmósfera nostálgica excelentemente lograda, una forma ideal de retratar el clima intelectual de una época en forma sencilla y nada pretenciosa; hay un humor chispeante que se manifiesta permanentemente, un montaje adecuado que logra en 94 precisos minutos que el ritmo e interés no decaiga en momento alguno y por último en el fondo hay una ciudad que brilla más que nunca gracias a la hermosa fantasía que Woody Allen nos ofrece.

El film está editado en los formatos Blu-ray y DVD en inglés y francés con subtítulos optativos en español, francés e inglés. Como suplemento contiene extractos de la conferencia de prensa que tuvo lugar en el Festival de Cannes de este año en oportunidad de su primera exhibición pública; en la misma participan Woody Allen, Owen Wilson, Rachel McAdams y Adrien Brody.

16.12.11

UNA HISTORIA DE ADULTERIO

TUESDAY, AFTER CHRISTMAS. Rumania, 2010. Un film de Radu Muntean


Comentario de Jorge Gutman

Confirmando la calidad que el cine rumano vino deparando en los últimos años (4 meses, 3 semanas, 2 días, La Muerte del Sr. Lazarescu, Bu12:08 Hora Este de Bucarest) el film de Radu Munteau vuelve a sorprender abordando el tema del adulterio: si bien ese tópico ha sido tratado en múltiples oportunidades, aquí adquiere una fisonomía distintiva por su franco realismo.

Como si el espectador estuviese asistiendo en forma invisible, las primeras imágenes que transcurren durante unos 7 minutos y con una cámara prácticamente inamovible, reflejan la intimidad de una pareja durante el acto de amor y los instantes que le siguen con el relajamiento postcoital. Nada de lo que se dice es trascendente pero la banalidad de las palabras no podría reflejar más adecuadamente lo que en la vida real suele ocurrir entre dos personas que se aman. La siguiente escena demuestra que Paul (Mimi Branescu) y Raluca (María Popistasu) son amantes; en efecto cuando él y su esposa Adriana (Mirela Oprisor) están en una zapatería comprando un calzado para Paul queda claro que ella no sospecha que algo esté aconteciendo en su relación conyugal y el comportamiento de ambos no se diferencia mucho del de otras parejas casadas que aunque guardan mutuo cariño, después de varios años de convivencia la pasión inicial se ha visto disminuida. Un momento de cierta tensión se produce cuando Adriana acude con su marido al consultorio dental donde su hijita Mara (Sasa Paul-Szel) de 9 años es tratada por Raluca quien en su carácter de dentista explica a los padres el tratamiento al que la pequeña es sometida.

El guión escrito por el realizador y sus colaboradores Alexandru Baciu y Razvan Radulesco evita el tono melodramático y tampoco recurre a situaciones vistas en otras muestras sobre infidelidad conyugal; aquí ni la amante exige la separación ni tampoco la esposa es desagradable o poco simpática. Por el contrario, el relato se interesa en describir la situación ambigua de Paul de la manera más natural posible creando en su primera hora de metraje la curiosidad de saber cómo y cuándo la verdad saldrá a relucir y de qué modo reaccionarán las partes afectadas. Cuando la misma llega con la confesión del hombre a su esposa, la calma inicial se traduce en dolor y posteriormente ella reacciona con ira; a pesar de ese momento de honda intensidad emocional, la narración no llega a desbordar.

La historia transcurre durante los días previos a la celebración de las fiestas navideñas, período en que por lo general queda evidenciado el valor de la familia y donde aquí ocurre precisamente lo contrario.. De allí que el relato mantenga la intriga hasta el final por ver cómo Paul y Adriana revelarán a su hija y a los padres de Paul lo que está pasando.

En ningún momento Muntean juzga moralmente a sus personajes sino que se limita a exponer los hechos para que el público lo catalogue por sí mismo. No hay indicio alguno que señale cómo un hombre casado, donde aparentemente todo marchaba bien durante 10 años, tenga que optar entre dejar a su familia o bien a su amante. Por eso, el film puede producir cierta incomodidad y tristeza al comprobar cómo la falencia del comportamiento humano es capaz de conducir al quiebre de una sana relación matrimonial cuando el destino introduce inesperadamente a una tercera persona en el camino.

El film está impecablemente realizado, sus diálogos no son abundantes pero rigurosamente precisos y el uso de largos planos secuencia permite que uno se involucre plenamente de lo que está aconteciendo.

Conclusión: Una película íntima y sutil que deja una impresión decididamente positiva.

TINKER, TAILOR, SOLDIER, SPY. Gran Bretaña-Francia-Alemania, 2011. Un film de Tomas Alfredson.


Comentario de Jorge Gutman


Tomas Alfredson después de haber abordado exitosamente una historia de vampiros en el film sueco Let the Right One In (2008), hace su primera incursión en el cine de habla inglesa abordando un género completamente diferente; en esta ocasión se involucra en el mundo del espionaje tomando como referencia la novela de John Le Carré Tinker, Tailor, Soldier, Spy publicada en 1974. Lejos de las historias del mismo género y de gran acción concebidas por Ian Fleming con James Bond, Le Carré adopta en sus relatos un tono emocionalmente frío, cerebral y más pausado, algo que precisamente se aprecia en este film. Su historia ya fue objeto en 1979 de una satisfactoria miniserie británica para la televisión que duraba varias horas, mientras que aquí el tiempo queda reducido a un espacio de dos horas de metraje que, dada la naturaleza de su compleja trama, resulta insuficiente para expresar fielmente toda la riqueza de la obra literaria.


Este relato es una variación sobre los aspectos considerados por Le Carré en su literatura analizando la Guerra Fría durante los años de postguerra. Cuando Control (John Hurt), la máxima autoridad del Servicio de Inteligencia Británico -generalmente conocido como M16- sospecha que dentro de la organización hay un informante que actúa para los rusos, encomienda al agente Jim Prideaux (Max Strong) que viaje a Budapest a fin de contactar a un general que le habrá de suministrar el nombre del doble espía. Sin embargo, la operación fracasa cuando Jim es baleado en Budapest y Control es despedido de su cargo muriendo poco tiempo después. El problema es ahora abordado por uno de los ministros del gobierno (Simon McBurney); para ello convoca al jubilado George Smiley (Gary Oldman), quien fuera uno de los principales espías del M16, para que abandone temporalmente su retiro a fin de tomar las riendas del asunto; concretamente debe determinar quién es el topo infiltrado en la agencia dentro de una lista reducida a cuatro sospechosos que trabajan en la misma con nombres codificados; ellos son Percy Alleline (Toby Jones) “Tinker”, Bill Haydon (Colin Firth) “Tailor”, Roy Bland (Ciarán Hinds) “Soldier” y Toby Esterhase (David Dencik) “Poor Man”.


El relato es demasiado denso y absorbente creando algunas dificultades para seguir su desarrollo para quienes no hayan visto la serie o leído la novela. Así, cierta confusión se produce debido a diferentes razones, a saber: los numerosos personajes secundarios que contiene la historia no siempre están vinculados con claridad, las diferentes subtramas dentro de la trama central propenden a desviar la atención, las situaciones cambiantes que se van produciendo en el proceso de investigación de Smiley y los numerosos flashbacks del presente al pasado someten al espectador corriente al desafío de poder digerir en forma satisfactoria el desarrollo del relato. Curiosamente cuando muchas veces se suele objetar la excesiva duración de un film, éste es uno de los raros casos donde una media hora adicional de metraje podría haber permitido una mayor claridad expositiva.


A pesar de las observaciones formuladas, el film transmite el clima opresor y lúgubre de la Guerra Fría reflejando un moderado suspenso aunque sin escenas de gran tensión. A nivel de interpretación, la actuación de Oldman es sobresaliente al cargar sobre sus hombros el peso del relato, brindando considerable gravedad emocional a su personaje; otros nombres destacables son los de Hurt, Tom Hardy y Benedict Cumberbatch. En los renglones técnicos se destaca el excelente trabajo del compositor Alberto Iglesias en la banda sonora.

UNA DIFICIL RELACION FAMILIAR

THE EYE OF THE STORM. Australia, 2011. Un film de Fred Shepisi


Comentario de Jorge Gutman


Un potente drama aunque no del todo bien estructurado es lo que ofrece Fred Shepisi con The Eye of the Storm, sobre las dificultosas relaciones mantenidas entre una madre y sus dos hijos. Adaptado de la novela del mismo nombre del Premio Nobel de literatura Patrick White, este film se distingue por la calidad de su elenco encabezado por Charlotte Ramplilng, Geoffrey Rush y Judy Davis.

El guión de Judy Morris enfoca a Elizabeth Hunter (Rampling), una anciana octogenaria de gran fortuna quien gravemente enferma pasa sus últimos días de vida en una mansión palaciega en un suburbio de Sydney mientras aguarda la llegada de sus dos hijos expatriados. Ellos son Basil (Rush), un famoso actor de teatro de Londres, y Dorothy (Davis) quien vive en Francia y está divorciada de un hombre de la nobleza que la convirtió en princesa.

El reencuentro familiar no impide que la postrada Elizabeth en sus pocos momentos de lucidez, siga lanzando dardos ponzoñosos a sus hijos así como lo ha hecho durante toda su vida; en rigor de verdad, el retorno de Basil y Dorothy no se debe tanto al respeto que les merece su madre a punto de morir sino que por las dificultades financieras en que ambos se encuentran están interesados en hacerse cargo de la importante herencia que les habrá de corresponder.


Además de sus hijos, Elizabeth está rodeada por el leal personal que la atiende. Entre ellos se encuentra un par de enfermeras, una es Flora (Alexandra Schepisi) quien sabe cómo granjearse la simpatía de la enferma a la vez que astutamente seduce a Basil persiguiendo intereses personales; la otra es la sumisa Mary (Maria Theodorakis); también se encuentra Lotte (Helen Morse), una angustiada y devota cocinera que, ataviada con los elegantes vestidos de Elizabeth, la entretiene con sus bailes y números de cabaret durante sus horas libres. Otros personajes incluyen a Albert (John Gaden) el devoto abogado de Elizabeth, ocupado de redactar su testamento y de ejecutarlo cuando llegue el momento de hacerlo, y un aspirante Primer Ministro (Colin Friels) que trata de conquistar a Dorothy.


Aunque el film dure dos horas no es mucho lo que anecdóticamente se llega a resaltar. Parte del relato descansa en los recuerdos que acuden a la confusa mente de Elizabeth; allí retornan los fantasmas del pasado donde con veinte años más joven aparece menospreciando y humillando a sus hijos, especialmente a Dorothy al punto tal de arrebatarle a su atractivo novio. Si bien esas escenas intentan agregar nuevos matices sobre la personalidad de la moribunda, lo más importante, aunque no del todo lograda, es una escena de epifanía espiritual que experimenta como consecuencia de una borrascosa tormenta.


Aunque bien filmada, la película sufre los efectos de un guión un poco deshilvanado que resta fuerza al relato; por ejemplo una pareja con 4 hijos vive cerca del lugar donde Basil y Dorothy pasan cierto tiempo; sin embargo, nada se sabe quiénes son o cómo se injertan en el relato.

Rampling, en la piel de la sarcástica y malevolente anciana, ofrece una de las mejores actuaciones de su exitosa carrera; a su lado, Rush da otra muestra de solidez como un donjuanesco y presumido individuo, y Davis deja una indeleble impresión animando a una frustrada y un tanto neurótica mujer; todos los actores de apoyo también son muy convincentes. En resumen, éste es un film ambicioso que aunque no logra convencer por completo, se deja ver por el nivel de interpretación, indudablemente el plato fuerte del mismo.

15.12.11

CINE EN LA PLAZA: SHERLOCK HOLMES COMO CARICATURA

Los lectores del más popular detective tendrán otra vez que bregar para reconocer al real Sherlock Holmes—detective primeramente cerebral como lo concibió Arthur Conan Doyle—en medio de la maraña de balazos y violencia gratuita del recientemente estrenado Sherlock Holmes—A Game of Shadows (Sherlock Holmes—Un juego de sombras). Básicamente se trata de un Sherlock Holmes adaptado para las mentalidades light de Norteamérica.

Comentario de Sergio Martínez

SHERLOCK HOLMES—A GAME OF SHADOWS. Dirigida por Guy Ritchie (EE.UU., 2011)
Confieso haber ido a la exhibición de este film con cierta predisposición negativa fomentada por la primera versión de Sherlock Holmes, dirigida por el mismo realizador que esta vez nos ha endilgado una segunda parte a la historia del famoso detective. Lamentablemente ese sentimiento se vio confirmado una vez terminada la cinta.

Mi primera objeción apunta a la premisa misma del personaje central (encarnado por Robert Downey Jr.,) la que es completamente desvirtuada en esta segunda versión aun más que en la primera. En efecto, cualquiera que haya leído al menos algunas de las obras del famoso detective creado por Arthur Conan Doyle, o haya disfrutado de la excelente serie producida por Granada Television de Gran Bretaña en 1994, sabrá que Holmes es primeramente un detective cerebral, un hombre que resuelve sus casos recurriendo a lo que llama “deducción” (en estricto sentido, se trata de su opuesto, “inducción” la llegada a una conclusión a partir de la observación de un evento o detalle particular). En todo caso, básicamente un proceso lógico. Ese es su fuerte, como luego lo sería en otro detective famoso como Hercule Poirot, creado por Agatha Christie), y eso es lo que da al personaje su carácter esencial. En los textos originales efectivamente Holmes recurre ocasionalmente a la violencia y al uso de armas, pero eso es sólo un complemento a su trabajo detectivesco. Lo central es su impecable capacidad de razonamiento.

En este film en cambio lo que se enfatiza en algo así como un 90 por ciento de la historia, es el uso de armamento, incluyendo ametralladoras cuyo uso estaba muy lejos de ser generalizado en la época en que la película se sitúa (1891) sin contar que tampoco las armas cortas tenían el grado de precisión con que se las muestra aquí.

Downey en el rol de Holmes, le confiere al personaje un aspecto caricaturesco, propio de personajes cómicos que este actor ha encarnado en otras ocasiones, por cierto su interpretación no se condice con el personaje más bien severo creado por Conan Doyle, con sus excentricidades es cierto, pero un excéntrico con encanto, no el tipo deschavetado que Downey retrata. Tampoco Jude Law le hace honor al Dr. Watson, el compañero de aventuras de Holmes, el retrato del personaje cae también en la caricatura, muy lejos de ser el elemento catalizador de las energías y arranques del detective. La complementariedad de los personajes no se advierte por parte alguna.

La comparación a la serie que aquí conocimos por las ondas del canal PBS de Estados Unidos con Jeremy Brett en el rol estelar se nos hace inevitable, y por cierto Brett era mil veces mejor que el payasesco Downey, al punto que muchos lo llaman el “definitivo” Holmes. Lamentablemente dada la exposición mediática de este reciente film, es probable que ahora mucha gente, especialmente la más joven, termine con la idea de que Holmes era como lo ha caracterizado Downey en esta cinta. Lo que por cierto no le hace ninguna justicia al más famoso detective.

Sherlock Holmes—A Game of Shadows no se basa en alguna de las historias específicas del detective, sino más bien lo que los guionistas del film (Michele y Kieran Mulroney) hicieron fue combinar tramas de diversas historias, en especial The Adventure of the Final Problem donde tiene su encuentro mortal con el Profesor Moriarty y parcialmente en The Adventure of the Empty House, cuando al final el detective hace su retorno. Inspirándose en otras historias donde Holmes ponía su talento al servicio de uno u otro gobierno para desbaratar planes de enemigos internacionales. En este caso se trata de las acciones terroristas de grupos anarquistas, destinadas supuestamente a desestabilizar Europa y crear condiciones para un nuevo conflicto, especialmente entre Alemania y Francia. Recuérdese que este período victoriano de fines del siglo 19 es conocido también como la Belle Époque, un período de paz en el viejo continente que se había iniciado al terminar la guerra franco-prusiana y que se extendería con sólo pocas escaramuzas hasta la Gran Guerra de 1914-1918. Holmes, el Dr. Watson, con la ayuda de la gitana Simsa (Noomi Rapace) intentan llegar hasta las raíces de los atentados anarquistas y confrontar al villano que ha estado moviendo los hilos detrás de todos ellos.

El film en suma no hace justicia al personaje, por el contrario lo adapta a las demandas comerciales de un público que quiera ver mucha acción, peleas y balaceras en gran escala, pero quienes quieran ver al detective en acción en su juego deductivo (inductivo más bien) se verán defraudados, prácticamente no hay nada de eso, a no ser que se quiera hacer pasar por habilidad lógica, la aparente capacidad del Holmes de Downey de anticipar donde alguno de sus numerosos adversarios intentará golpearlo.

Sherlock Holmes—A Game of Shadows es un film que entretendrá a los que busquen diversión en una adaptación muy “light” del célebre personaje.

(En exhibición en Montreal desde el 16 de diciembre en versión original inglesa y en versión doblada al francés).

10.12.11

SOBRIO ESTUDIO DE LA ADICCION SEXUAL

SHAME. Gran Bretaña, 2011. Un film de Steve McQueen


Comentario de Jorge Gutman


A pesar de que el sexo constituye un ingrediente usual en los filmes de la época actual, la adicción sexual es un tema raramente abordado por el cine y eso puede deberse a que por su naturaleza se lo considere como un factor de difícil aceptación cultural; de allí que resulta de gran interés la propuesta que el realizador Steve McQueen ofrece con Shame. Se trata de un film provocativo aunque de ningún modo sensacionalista, donde el director efectúa un análisis clínico de la conducta sexual de su principal personaje; el resultado es una película de admirable franqueza que concita atención por la forma en que está relatada.


Con un guión que le pertenece y escrito junto con Abi Morgan, McQueen enfoca el comportamiento de Brandon (Fassbender), un exitoso ejecutivo neoyorkino de 30 y tantos años cuya compulsión sexual rige su vida en las relaciones indiferentes e impersonales que mantiene con el medio que le circunda. Así, en sus horas de ocio su existencia es matizada con encuentros sexuales que no duran más de una noche, relaciones mantenidas con una mujer que encuentra en un bar, prostitutas que llegan a su departamento y la gratificación solitaria de la masturbación practicada a la hora de ducharse o en el baño de su oficina; por si eso no bastara, también se nutre del material pornográfico que observa en su computadora personal a través de las páginas sexuales de la red de internet.


Aunque en apariencia no hay nada extraño que sus actitudes puedan reflejar para quien no lo conoce íntimamente, lo cierto es que su manera obsesiva de pensar y sus fantasías asociadas con el sexo opuesto responden a una necesidad compulsiva de la cual no puede liberarse convirtiéndolo en una persona atormentada y emocionalmente vacía.


Las cosas cobran un giro inesperado a partir del día en que inesperadamente recibe la visita de su hermana Sissy (Carey Mulligan) quien se dispone a quedarse a vivir en su departamento por tiempo indeterminado. Además de crearse una latente vinculación incestuosa, lo cierto es que Sissy, de naturaleza completamente opuesta a la de su hermano, invade en forma irritante su intimidad con lo que lo fuerza a relacionarse de modo diferente con el mundo exterior.


McQueen confirma en su segundo film la madurez que manifestó en “Hunger” (2008) al demostrar cómo es posible describir intenciones y actitudes sin necesidad de diálogos con solo permitir que la cámara cumpla con su objetivo. Como ejemplo, basta citar una escena de excelente cine en la que Brandon, viajando en un transporte público, divisa a una pasajera sentada a cierta distancia; sin intercambio de palabras, durante el corto trayecto puede observarse hasta qué punto la mujer se siente seducida por su mirada, generándose entre ambos una tensión sexual de considerable intensidad.


Trabajando nuevamente con Fassbender, el director encuentra en el joven actor al intérprete ideal que se despoja de su propia personalidad para sumergirse en la vida de un hombre sexualmente adicto que se ve obligado a confrontar sus demonios interiores; el trabajo de Fassbender es nada menos que excelente y constituye una de las razones para ver este film.


Puede que la última parte del relato no resulte completamente satisfactoria en la medida que adopta una narración convencional no del todo convincente; pero en todo caso, eso no disminuye su nivel de atracción. Por su tema perturbador, desnudos y situaciones sexuales explícitas Shame mantendrá incómodo a cierto sector del público; de todos modos, el mérito de McQueen es el haber realizado un minucioso trabajo quirúrgico develando ciertos tabúes que afectan el comportamiento humano e indirectamente invitando al espectador a enfrentar su propio pudor.

9.12.11

LAS AVENTURAS DE UN POPULAR PERSONAJE

THE ADVENTURES OF TINTIN: THE SECRET OF THE UNICORN. Estados Unidos-Nueva Zelandia, 2011. Un film de Steven Spielberg

Comentario de Jorge Gutman


Steven Spielberg como director y Peter Jackson en carácter de productor se asocian para brindar un film basado en Tintin, personaje popularizado a través de los cómic de George Remi quien utilizó el seudónimo de Hergé para firmar sus trabajos realizados entre 1929 y 1976. Se trata de un fenómeno interesante que habiendo nacido en Bélgica llegó a cautivar a varias generaciones de diferentes culturas del mundo en la medida en que los libros ilustrados de Hergé fueron traducidos a numerosos idiomas y alcanzaron un importante éxito comercial.

Spielberg retorna en gran forma en este relato de acción que ha sido filmado con la técnica de animación motion capture consistente en la captura digital de movimientos de los actores que posteriormente son incorporados en sus respectivos personajes. Aunque el film dé la impresión de pertenecer a una época ya pasada, reúne los elementos necesarios como para conformar especialmente tanto al público familiarizado con el personaje como así también para atraer al sector infantil comprendido entre los 10 y 13 años de edad; de todos modos, eso no implica que los adultos de cualquier edad queden excluidos de esta colorida aventura

El guión de Steven Moffat, Edgar Wright y Joe Cornish entremezcla tres de los relatos de Hergé (“The Crab With the Golden Claws, “The Secret of the Unicorn” y “Red Rackham’s Treasure”), pero siempre respetando el espíritu de los libros originales. La acción comienza en un mercado de pulgas de Bruselas donde el periodista Tintin (Jamie Bell), siempre acompañado de su querido perro “Snowy”, observa con curiosidad la maqueta de una nave de guerra (El Unicornio) del siglo XVII que naufragó; instantes después que el joven la adquiere por el valor de una libra aparece un americano (Joe Starr) y posteriormente un amenazador villano llamado Ivanovich Sakharine (Daniel Craig) tratando de comprársela pero Tintin rechaza la oferta. Cuando al regresar a su casa se da cuenta de que el objeto que adquirió contiene una valiosa información sobre un tesoro escondido en las profundidades marinas, ese hecho lo habrá de involucrar en un singular viaje que compartirá con su inseparable Snowy y también con Archibald Haddock (Andy Serkis). Este último es un pintoresco capitán adepto a la bebida y es el último sucesor de Sir Francis Haddock, el comandante del Unicornio que perdió su barco al ser atacado por piratas comandados por Red Rackham; quiere la casualidad que el temible Sakharine es a su vez descendiente de Rackham.


La búsqueda del tesoro por el trío y los enfrentamientos con Sakharine conforman la sustancia de una odisea que transporta a sus integrantes al Sahara y a una ciudad de Marruecos, entre otros lugares.


Tanto Bell como Serkis y Craig satisfacen ofreciendo los matices ilustrados en los álbumes originales, así como Snowy responde muy bien a la idea que el lector tiene del fiel canino de Tintin; entre algunos de los personajes secundarios se destacan los ineptos agentes de Interpol Thomson (Nick Frost) y Thompson (Simon Pegg) quienes ofrecen las notas de humor apropiadas para matizar el relato.


Desde una perspectiva visual, los efectos especiales empleados representan el último estadio de la tecnología, conformando de este modo al espectador más exigente. La captura digital de movimientos empleada es altamente ingeniosa dando la sensación de estar observando a actores en un film estándar de viva acción antes que en uno de animación. El empleo del 3D, permite realzar algunas escenas –por ejemplo, una persecución en motocicleta-otorgando sustancial relieve a las mismas; de todos modos no creo que el 2D opaque las cualidades inherentes del film. En resumen, Spielberg sale muy bien parado del desafío de llevar al cine a una figura mítica, cuidando minuciosamente los mínimos detalles para mantener la idiosincrasia de los personajes y el estilo que los caracteriza; a pesar de una duración un poco más larga de lo necesario, obtiene una buena película de aventuras donde la acción es prácticamente imparable y que resulta altamente entretenida, sobre todo para el público a quien especialmente está destinada.

UNA CARTA DE AMOR AL CINE MUDO



THE ARTIST. Francia, 2011. Un film escrito y dirigido por Michel Hazanavicius


Comentario de Jorge Gutman


Si bien hubo varios filmes -entre ellos algunos notables como el clásico Singin’ in the Rain (1952)- abordando la desaparición del cine mudo para ceder paso al sonoro, The Artist enfoca ese tema bajo una óptica diferente y al hacerlo brinda un cálido homenaje a aquellas películas que cuando el sonido real era todavía inexistente debían expresarse exclusivamente a través de las imágenes. El director Michel Hazanavicius se ha arriesgado a considerar un tópico que a primera vista parecería anticuado y a contracorriente con lo que en la actualidad se presencia en la pantalla grande; afortunadamente, ha ganado la partida con un film no parlante en blanco y negro que cautivará al gran público si se juzga el éxito popular logrado en su primera exhibición en el Festival de Cannes así como en los otros eventos internacionales en que fue presentado.

El film que transcurre durante los años 20 del siglo pasado es fundamentalmente la historia del ascenso y caída de George Valentin (Jean Dujardin), un ídolo del cine hollywoodense. Cuando comienza el relato, George es uno de los astros más cotizados con una popularidad comparada a la que gozara en ese entonces Douglas Fairbanks y Rodolfo Valentino o bien en la época actual Brad Pitt y George Clooney. El guión muestra cómo el galán le da una oportunidad a Peppy Miller (Bérénice Béjo), una de sus entusiastas admiradoras, que en poco tiempo avanza en su carrera desde extra principiante hasta convertirse en la pareja cinematográfica del actor. Todo cambia dramáticamente con la llegada del cine sonoro y George ya no es considerado útil para su productor (John Goodman) que para la etapa que se inicia prefiere nuevos talentos de actores con voces agradables y provistos de una modalidad de actuación diferente frente a las cámaras; precisamente la belleza y juventud de Peppy representan su carta de triunfo para la ocasión. Lo que continúa es un relato profundamente humano centrado en el ocaso de la carrera de un actor donde quedan expuestos algunos temas como la vanidad y el orgullo menoscabado así como hasta dónde puede conducir el deterioro de la autoestima.

En líneas generales el film evoca el espíritu y sentimiento de las películas de esa gloriosa era pero con la perspectiva actual en lo que concierne a la forma de relatar una historia, la actuación, el encuadre y la dirección escénica. El indudable mérito de Hazanavicius es haber superado la limitación impuesta por la ausencia del texto dialogado, permitiendo que sus imágenes hablaran por sí mismas expresando el sentido del relato; de esta manera logró un poético film que llega al espectador del mismo modo como si se tratara de uno sonoro.

Dujardin tiene el apropiado físico y reúne las condiciones adecuadas en materia de estilo y ductilidad para transmitir la simpatía, egocentrismo, dolor y derrumbe de su personaje; por su parte Béjo aporta vivacidad, frescura y gracia como la actriz que al llegar al pináculo de la fama sabe que tiene una deuda moral que saldar con el hombre que le brindó la posibilidad de triunfar y en consecuencia debe rescatarlo del pozo en que se hundió. En un equipo bien homogéneo donde también participan Penélope Ann Miller como la esposa del protagonista y James Cromwell como el fiel mayordomo y chófer de George, nobleza obliga a destacar a Uggie, el perrito inteligente y cómplice del protagonista quien muy bien entrenado juega un papel importante en la historia del relato.

Rodado íntegramente en estudios interiores, la muy buena fotografía así como los magníficos diseños de producción reflejan acabadamente el Hollywood de la época en que transcurre el relato y no cabe duda que el realizador estuvo bien documentado para que su equipo técnico lograra el efecto deseado.

Resulta fácil pronosticar que con el estreno que tiene lugar hoy en América del Norte, el público gozará con este maravilloso y nostálgico film debido al sentimiento y emoción que transmite y porque constituye una hermosa carta de amor al cine mudo.

Como nota adicional, la semana pasada el New York Critics Circle ha considerado a este film como el mejor del año y a Hazanavicius como el mejor director, reforzando de este modo la visibilidad de The Artist en su carrera hacia los Oscars.

6.12.11

EL HOMBRE QUE VENDIO SU ALMA AL DIABLO

FAUSTO


La ópera Fausto de Charles Gounod basada en la pieza teatral homónima de Wolfgang von Goethe con libreto de Jules Barbier ha sido objeto de una nueva producción en el Metropolitan de Nueva York el pasado 29 de noviembre y será la próxima creación lírica a ser transmitida en alta definición en distintos lugares del mundo. Fue cantada por primera vez en marzo de 1859 en el escenario del Théâtre Lyrique.de París y ha sido una de las más representadas mundialmente, además de haber sido la ópera con la cual el Met inauguró sus actividades el 22 de octubre de 1883.


La actual presentación es una coproducción con la English National Opera y ha sido dirigida por Des McAnuff, el galardonado director muy conocido en Broadway por haber sido premiado con el premio Tony, quien hace su debut para el Met. En esta versión la clásica historia del hombre que vendió su alma al diablo está ambientada en un laboratorio donde Fausto, un científico nuclear, se envenena y en su agonía va reviviendo su juventud.


La dirección musical corresponde al maestro canadiense Yannick Nézet-Seguin y cuenta con la participación del tenor Jonas Kaufmann en el rol titular. En los otros dos papeles centrales se destacan la soprano Marina Poplavskaya como Marguerite y el bajo René Pape asumiendo el rol de Méphistophélès. Participan también el barítono Russell Braun y la mezzo soprano Michèle Losier.


La difusión en las provincias de Quebec y Ontario tiene lugar el sábado 10 de diciembre (redifusión el 4 de febrero de 2012) a las 12h55 (hora del este) en las salas participantes de la compañía exhibidora CINEPLEX. Para los cines participantes y las horas locales en las diferentes ciudades de Canadá, el sitio web es www.cineplex.com/events o www.cineplex.com/evenements

3.12.11

EL POPULAR BALLET DE TCHAIKOVSKY

CASCANUECES
 
El público de Montreal  tiene la oportunidad de poder juzgar el popular ballet de Tchaikovsky Cascanueces basado en un cuento de hadas de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann  a través de la versión ofrecida por el famoso Ballet Bolshoi directamente desde Moscú.  La transmisión en alta definición tiene lugar el 18 de diciembre a las 13h00 y será redifundido al día siguiente, 19 de diciembre a las 18h30. En los roles protagónicos participan los bailarines Alexei Loparevich, Nina Kaptsova y Olga Suvorova.
 
La transmisión en la provincia de Quebec será realizada en los cines Quartier Latin, Scotiabank Montreal, Cavendish Mall, Colossus Laval, Colisée Kirkland, Ste. Foy, Brossard, Sherbrooke, pertenecientes a la compañía exhibidora Cineplex.

Información adicional se puede obtener en el sitio www.cineplex.com/evenements o bien en www.cineplex.com/events