6.7.12

CRISIS CONYUGAL


TAKE THIS WALTZ. Canadá, 2011. Un film escrito y dirigido por Sarah Polley. Elenco: Michelle Williams, Seth Rogen, Luke Kirby


Después de su promisorio debut como realizadora en Away from Her (2007), la joven actriz y directora canadiense Sarah Polley vuelve a ubicarse detrás de las cámaras en Take this Waltz para abordar un caso de adulterio. Aunque bien actuada y visualmente atractiva, la película no alcanza a generar entusiasmo suficiente así como tampoco empatía alguna hacia su principal personaje, en gran medida porque no está lo suficientemente descripto como para comprender bien sus motivaciones.


Michelle Williams anima a Margot, una joven cercana a los 30 años que vive en Toronto y está casada desde hace cinco años con su buen y afable marido Lou (Seth Rogen). En un viaje aéreo que efectúa desde Nova Scotia de retorno a su hogar, conoce en el aeropuerto a Daniel (Luke Kirby), de edad similar, entablando una conversación no del todo espontánea o natural. En la aeronave ambos tienen asignados asientos contiguos y en el aeropuerto de Toronto deciden compartir un taxi; al llegar al domicilio de Margot, ambos descienden del vehículo porque Daniel vive justo enfrente de su casa; es decir que son vecinos sin haberlo sabido antes.


Dejando de lado este tipo de casualidades, poco a poco se va reflejando un interés, entre curiosidad y atracción indefinida, que Margot siente por Daniel, observándolo a través de la ventana de su hogar. De ahí en más, y a partir de encuentros que se producen en la calle, va surgiendo entre ellos una relación platónica amistosa donde no es necesario ser muy perspicaz o intuitivo para imaginar cómo esta relación habrá de concluir.

Diferentes lecturas se pueden brindar a lo que Polley vuelca en su guión. En la descripción de la relación conyugal de Margot y su marido no hay nada que trasunte algún dejo anormal; por lo tanto, frente a lo que se observa parecería que ningún vínculo sentimental es duradero cuando se presenta una tercera persona capaz de despertar interés romántico en alguno de los cónyuges. Otra interpretación es que a pesar de la buena relación matrimonial, hay algo raro en la personalidad de Margot que la torna extraña y enigmática; por ejemplo, manifiesta un temor en las conexiones de los vuelos aéreos además de manifestar en sus gestos que algo interior le produce insatisfacción sin que quede claro qué es lo que realmente la inquieta o bien qué es lo que motiva su atracción por Daniel arriesgando de este modo un matrimonio bien avenido. En todo caso, hay una tensión sexual que se trasluce a lo largo del relato, incluyendo una escena muy bien resuelta y de cargado erotismo que se produce en una conversación entre Margot y Daniel, donde éste le describe qué es lo que sexualmente haría con ella si se presentara la oportunidad de efectuarlo.


Sería indiscreto anticipar el modo en que Polley resuelve la situación planteada en este triángulo amoroso. A pesar de que el film diste de brindar un relato consistente de desilusión conyugal como lo que se pudo apreciar en Blue Valentine(2010), el film se deja ver debido a un ritmo sostenido y por la muy buena interpretación de su elenco. Aunque su personaje resulte ambiguo, Williams logra una natural caracterización de una mujer descontenta que amando a su marido no puede evitar gustar de otro hombre. Rogen, excepcionalmente cálido, demuestra un completo dominio en un rol de envergadura dramática; por su parte, Kirby convence como el personaje exterior que amenaza la estabilidad conyugal de Margot y Lou; finalmente, Sarah Silverman se luce en un papel secundario como la hermana de Lou recuperándose de una adicción alcohólica.


Conclusión: Describiendo la crisis de una joven mujer casada, Polley ofrece un film serio aunque no completamente satisfactorio. Jorge Gutman





















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