13.6.13

El HOMBRE DE ACERO: EL MITO VUELA NUEVAMENTE

Comentario de Sergio Martínez

Desde la antigüedad los mitos han sido contados una y otra vez. Siguiendo esa tradición Man of Steel (Hombre de acero) dirigido por Zack Snyder pone en la pantalla una narración actualizada  de los orígenes de Superman conservando la idea básica pero introduciendo algunas importantes variaciones—un golpe militar dirigido por el general Zod poco antes de la destrucción del planeta Kriptón—y recurriendo extensamente a los efectos visuales que por lo demás encajan bien en el formato 3D del film. Superman es por cierto uno de los más grandes mitos de la cultura popular norteamericana, el primer relato de su origen se hace en el número uno de la revista de historietas Action Comics de junio de 1938. La misma historia fue recontada en la serial de los años 40 y posteriormente en la exitosa versión de 1978 que dirigió Richard Donner y que marcó el debut de Christopher Reeve en el rol del súper héroe.

Ahora al evaluar esta nueva versión de los orígenes de Superman uno debe enfocar dos aspectos principales: cómo se presenta el mito en términos de la trama misma, la capacidad de la narrativa de introducir al espectador en la película, y cómo la historia se concreta en términos de la actuación, fotografía, efectos visuales, música, etc.

En relación al primer aspecto aunque las bases de la historia están allí, en Man of Steel hay más énfasis sobre las dificultades que Superman (Henry Cavill) enfrenta como alguien que ha crecido en la ficticia Villachica, y que enfrenta también el riesgo de ser discriminado por sus extraños poderes. En su etapa infantil (Cooper Timberline lo encarna a la edad de 9 años y Dylan Sprayberry lo hace cuando tiene 13) Clark Kent ya ha experimentado situaciones complicadas y sus padres adoptivos Jonathan Kent (Kevin Costner) y Martha (Diane Lane) quieren protegerlo de quienes pudieran verlo como “bicho raro”. De algún modo este es un comentario sobre las actitudes prejuiciadas que la mayoría de los estadounidenses tienen en relación a quienes son o actúan de manera diferente. Hay sin embargo un aspecto que aquí es casi por completo abandonado, el de la secreta doble identidad Clark Kent-Superman, en los hechos Lois Lane (Amy Adams) conoce el secreto, esto le roba a la historia uno de sus elementos semi-cómicos: Clark Kent el reportero que oculta su otro yo por el simple expediente de llevar anteojos.

La ya mencionada variación de la historia aunque de alguna manera cambia las circunstancias de la destrucción de Kriptón, por otro lado se transforma en un aspecto esencial de la trama, ya que ello desencadenará un conflicto de proporciones épicas, cuando el general Zod (Michael Shannon) y sus seguidores, en especial su lugarteniente Faora (Antjie Traue) desciendan sobre la Tierra para exigir que le entreguen a Kal-El (el nombre dado a Superman-Clark Kent en su nativo Kriptón) e intenten cumplir una misión que pondrá a Superman en un difícil dilema.

Henry Cavill encarna el mítico súper héroe
En cuanto al segundo aspecto, Man of Steel es una convincente película de acción, el despliegue gráfico de la destrucción de Kriptón y especialmente las escenas de combate entre Superman y sus enemigos son impresionantes y realistas, lo que la filmación en 3D acentúa aun más. El británico Cavill por otro lado, presenta un interesante perfil de Superman, diferente de la imagen más lúdica que ofrecieron Reeve o Brandon Routh, que encarnaron al personaje en filmes anteriores. Cavill, el primer no-estadounidense en representar al emblemático súper héroe, le da un carácter más enrabiado y fiero al personaje. Amy Adams en el rol de Lois Lane sin embargo no logra darle al personaje las características inquisitivas y la temeridad casi irresponsable que le dio Margot Kidder en las primeras películas, una lástima considerando que Amy Adams es en verdad una actriz talentosa, pero en este caso su rol es muchas veces un agregado, alguien “que tenía que estar allí” pero que no añade gran cosa. Además—aunque esto puede
Michael Shannon como el villano, el general Zod
ser efecto de la 3D—la actriz ni siquiera aparece muy atractiva y hasta pareciera haber ganado peso. Otro aspecto que uno echa de menos: falta una música incidental como la que creara tan brillantemente el compositor John Williams para la versión de 1978. En contraste, la música que para este film compuso Hans Zimmer es totalmente olvidable.

Man of Steel es una película que a pesar de las dudas respecto de las variaciones introducidas a la historia original, es una adecuada manera de introducir a las nuevas generaciones a este clásico de la cultura popular norteamericana, especialmente por el buen despliegue visual; en cuanto a las generaciones mayores, esta versión vale la pena verla por lo que decíamos al comienzo: siempre es interesante ver diferentes versiones de un viejo mito.

Duración: 148 minutos

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