5.10.15

FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE TORONTO: GANADORES, SORPRESAS Y PERDEDORES

Crónica de Sergio Martínez

El Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF, por su sigla en inglés) llegó a su fin con sus tradicionales fiestas por toda la ciudad y la entrega de premios. El TIFF sin embargo no es un festival competitivo (el único en Canadá es el Festival de Filmes del Mundo de Montreal), pero eso no impide al TIFF entregar algunos premios—algunos de ellos proporcionado por otras organizaciones o corporaciones. En general sin embargo, el Festival de Toronto es más un escaparate de la producción, especial pero no exclusivamente de los grandes estudios, y una plataforma para los nuevos cineastas de todo el mundo, antes que un evento competitivo.

El TIFF es una celebración del cine

De todos los premios, probablemente, la que genera más expectativa es el dado por el público: los espectadores pueden emitir su voto al término de cada película y toman este papel con mucho entusiasmo. El Premio Popular Grolsch fue para Room (La sala) película de Lenny Abrahamson. Contada a través de los ojos de Jack, un niño de cinco años de edad, Room es una emocionante y emotiva historia que celebra la capacidad de resistencia y el poder del espíritu humano. Para Jack, la habitación es el mundo... Pero mientras que es el hogar de Jack para su madre en verdad es una prisión. A través de su feroz amor por su hijo, ella ha logrado crear una infancia para él en su espacio de 3 por 3 metros.

La Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica (FIPRESCI) otorgó dos premios, en la categoría Discovery (primer largometraje) el galardón fue para Eva Nova de Marko Škop, y en la categoría Presentaciones Especiales para Desierto de Jonas Cuarón. La Red para la Promoción del Cine Asiático distinguió la película The Whispering Star de Sion Sono. El premio de nueva creación, el Premio Plataforma Toronto, fue otorgado a Alan Zweig por su película Hurt.

Los cineastas canadienses también recibieron distinciones especiales: el Premio Ciudad de Toronto para la Mejor Primera Película Canadiense fue para Sleeping Giant de Andrew Cividino, mientras que el Premio Canada Goose para Mejor Largometraje Canadiense fue para Closet Monster de Stephen Dunn.  El jurado también concedió una mención de honor a Philippe Falardeau por My Internship in Canada (Mi Pasantía en Canadá) por "su inteligencia destreza e ingenio cinematográfico" (esta película cuyo título francés es Guibord s'en va-t-en-guerre se ha estrenado en Montreal).

Y no podemos terminar este comentario del festival de cine más grande del país sin algunas referencias a otras películas exhibidas durante los diez días del evento. Empezamos por algunas de las mejores, como fue el caso de The Man Who Knew Infinity (El hombre que conocía el infinito) dirigida por Matthew Brown (Reino Unido), una deliciosa película basada en la historia real de Ramanujan (Dev Patel), un autodidacta genio de las matemáticas de la India que en 1913 asistió al Trinity College, donde trabajaría con el excéntrico profesor G.H. Hardy (Jeremy Irons), que después de algunas vacilaciones se convirtió en su mentor. Ramanujan tiene que enfrentarse a los prejuicios y algunos otros problemas tanto en casa como en Inglaterra. Sus logros sin embargo, son hoy parte de la matemática moderna. La película es un muy buen retrato del periodo de tiempo en el que la historia se desarrolla.

Emma Watson y Daniel Brühl en Colonia
Otra película que muy probablemente se exhibirá en Montreal es "Colonia", dirigida por Florian Gallenberger con Emma Watson y Daniel Brühl en los papeles principales. La historia está basada en hechos reales: después del golpe militar en Chile en 1973 en una zona solitaria hay un asentamiento de alemanes integrantes de una congregación religiosa dirigida por Paul Schaffer (Michael Nyqvist) la que se utiliza como centro de detención y tortura de presos políticos. Daniel (Daniel Brühl) un joven activista alemán que vive en Chile en ese momento, es arrestado y llevado al siniestro campo. Lena (Emma Watson), su novia, decide unirse a la secta con el fin de ver a Daniel y tratar de escapar de la colonia. Un thriller político que mantiene al público interesado todo el tiempo.

Luego las sorpresas: una primera película del director belga Robin Pront The Ardennes (Las Ardenas) es otro tipo de thriller con alguna reminiscencia de la antigua leyenda de Caín y Abel. Dos hermanos de bandidos, uno recién salido de prisión, y el otro con ganas de escapar de su pasado criminal, forman un triángulo amoroso potencialmente explosivo con la ex novia del ex convicto. Esperamos que esta película llegue a Montreal también. Luego, otra pequeña joya, Girls Lost, una película sueca encantadora dirigida por Alexandra Teresa Keining con la historia de tres niñas Kim, Bella y Momo, que son intimidadas en la escuela y que un día encuentran una semilla misteriosa que en muy poco tiempo se convierte en una planta. Desconcertadas por la extraña flor de la planta, deciden beber de su néctar que tiene la propiedad mágica de transformar temporalmente a las niñas en varones. El contraste entre el mundo de los muchachos y muchachas adolescentes es explorado por la película que también nos permite descubrir más aspectos de la personalidad de las chicas.

Y por último las perdedoras, las películas que no vale la pena que lleguen aquí o a cualquier otra parte: El Apóstata es una película española dirigida por Federico Veiroj que nos cuenta la historia de "un joven que debe navegar por la desconcertante burocracia de la Iglesia Católica cuando trata de renunciar formalmente a su fe”. La historia está demasiado llena de referencias locales que hacen que sea irrelevante para los espectadores no españoles (aquí en este país la gente simplemente deja de ir a la iglesia, no hay necesidad de un retiro formal de ella). La otra opción desafortunada era una película mexicana, Te prometo anarquía dirigida por Julio Hernández Cordón, que en primer lugar no tiene nada que ver con la política (el título es pues engañoso), sino más bien con una idea más vaga de la anarquía, lo que de hecho se podría llamar la anomia o el caos moral. La película es sobre todo una sucesión de escenas de sexo sin una trama coherente para dar algún sentido a las secuencias. Miguel y Johnny ganan dinero mediante la venta de sangre, un día ellos piensan que han hecho un gran negocio, pero las cosas no salen como esperaban.

La 40ª edición del Festival Internacional de Cine de Toronto ha terminado y, como siempre, ha dejado un sinfín de recuerdos para los cineastas y estrellas, pero sobre todo para un entusiasta público que se reunía todos los días delante de los teatros para conseguir billetes o para ver a sus estrellas favoritas. Pero también y sobre todo, es un evento que permite examinar algo de lo mejor del cine mundial en la actualidad.

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