6.8.18

CELEBRANDO AL GATO


Comentario de  Sergio Martínez

Lo más seguro es que poca gente sepa que este 8 de agosto se celebra el Día Internacional del Gato. No sé si su rival en el afecto humano –el perro– tenga una celebración similar, por cierto que su enemigo en las historietas y dibujos animados, y víctima en la vida real –el ratón– no la tiene.

Si Ud. todavía no me cree, debe chequear la información en el Internet ahora mismo: el Día Internacional del Gato fue oficialmente establecido en 2002 por el International Fund for Animal Welfare (Fondo Internacional para el Bienestar Animal), un organismo que desde 1969 se ocupa de proteger a los animales, tanto domésticos como salvajes, y que tiene su sede central aquí mismo en Canadá.

En lo personal debo decir que desde mi infancia conviví con perros y gatos, tuve un perro cuando niño y en casa de mi abuela había casi siempre un par de gatos, mascotas de una tía. Cuando recién llegué a Canadá, en la ciudad de Edmonton, una amiga que se iba fuera del país por un tiempo, me dejó un gatito blanco que, sin embargo, dada mi vida de soltero, combinada con un amplio repertorio de largas reuniones políticas (con sus naturales disputas), no podía atender debidamente. Para su bienestar decidí darlo en adopción a una familia que además tenía niños y donde el pequeño felino vivió rodeado de afecto hasta el final de sus días.
Pasado ya mucho tiempo desde la última vez que he tenido alguna mascota en casa, sí admito que soy más “gatuno” que “perruno”. Hay algo admirable en esa independencia y sentido de rebeldía que muestra el gato, al revés de la actitud más bien sumisa y dependiente del perro. Por cierto el argumento en favor del perro descansa en su fidelidad, inteligencia, benevolencia respecto de los humanos y el servicio que prestan. No pongo en cuestión su primera cualidad –siempre respecto de sus amos eso sí– en cuanto a inteligencia hay que distinguir entre diversas razas de perros, al parecer los más grandes se llevan las palmas en esto ya que perros chicos como los chihuahuas y otros que parecen de juguete, son más bien tontos. Paso sobre la benevolencia, desde que un ejemplar al que yo considero derechamente psicópata me mordió pese a que se supone que me conocía: perros chicos no son de fiar. En cuanto a servicio, si bien no hay gatos-policías ni gatos que rescaten a gente en desastres naturales, no hay que olvidar que los gatos fueron domesticados en tiempos antiguos para que se deshicieran de los ratones, así es que algún servicio han prestado. Eso sí, es la imagen del gato displicentemente tirado sobre algún sillón la que habitualmente representa al simpático personaje. Incluso en cuanto a cazar ratones, eso es algo que sólo hará cuando le dé ganas, aunque cuando lo haga se lo ofrecerá gentilmente a su propio amo primero.

LOS GATOS EN LA CULTURA POPULAR
Muchas de las imágenes del gato vienen por vía de la cultura popular, y ellas no siempre han sido favorables a estos compañeros de cuatro patas. En tiempos medievales, el gato, especialmente si era negro, aparecía en dibujos y grabados donde se mostraba escenas de brujería. Todavía en el imaginario popular perdura esa creencia que si un gato negro se cruza en el camino, ello augura mala suerte.

Las expresiones modernas de la cultura popular tampoco han sido muy generosas con los gatos. Tom y Jerry, personajes creados por William Hanna y Joseph Barbera en 1940 para los estudios MGM, mostraban generalmente al gato superado por la habilidad de los ratones. Muchos años antes, en 1910, Krazy Kat, una historieta creada por George Herriman mostraba al ratón Ignatz siempre lanzándole un ladrillo, lo que la gata interpretaba como señales de amor…  ¡Qué decir que la expresión más completa del gato como villano se presentaba en el famoso Súper Ratón (Mighty Mouse su nombre en inglés) creado en 1942! En esta popular serie de películas e historietas, los gatos, especialmente el siniestro Aceitoso, siempre queriendo raptar a la bella Perla Pura, la novia del súper héroe, son los malos que Súper Ratón mantiene a raya a golpe de puños.
Pocos quizás se enteraron que en ese universo de la historieta y el dibujo animado, hubo eso sí, un súper héroe felino: Cosmo Gato (Cosmo Cat) creado en 1945 pero que después de los años 50 sólo tuvo esporádicas apariciones. Yo lo conocí por una edición que se hacía en Argentina entre 1953 y 1954 aproximadamente.
Otros retratos del gato en la cultura popular pudieron verse en la popular Peanuts, de Charles M. Schulz, donde el simpático perro Snoopy de vez en cuando veía su casa atacada por un gato que nunca aparecía (Schulz jamás dibujaba a adultos ni a personajes ajenos a los niños del grupo de Charlie Brown) aunque sí era de temer, dados los estragos que causaba en la casa de Snoopy. Garfield, creado en 1978 por Jim Davis reivindicó al gato como personaje central, aunque para ello profundizó en los estereotipos a propósito del animalito: flojo, comilón, y absolutamente indiferente respecto de su amo.
En tiempos más recientes hemos visto algunas películas que presentan al gato de una manera mucho más favorable: “Kedi” un documental de Ceyda Torun realizado en 2016 es un verdadero reportaje en profundidad sobre la vida de los gatos en la ciudad turca de Estambul y de cómo esos felinos, descendientes de aquellos que desembarcaban en búsqueda de aventuras, de barcos que recalaban en el puerto, han llegado a ser parte del tejido social de los habitantes de la ciudad. Otro film reciente con un tratamiento del personaje felino con mucho afecto, es el japonés titulado en inglés como “The Travelling Cat Chronicles” (“Las crónicas del gato viajero”) de Koichiro Miki (2018) en que la historia es “narrada” por el gato Nana, para quien su amo Satoru anda buscando un nuevo hogar que lo pueda recibir. Sólo en la mitad de la película la audiencia se entera por qué Satoru quiere deshacerse de su querida mascota, y no es por un motivo trivial.

GATOS FAMOSOS, PERSONAJES FAMOSOS
¿Qué tienen en común Charles Baudelaire, Abraham Lincoln y Vladimir Ilich Lenin? Los tres aparecen en la lista de personas que tuvieron gatos y un gran afecto por esos animales. Baudelaire incluso escribió un poema “Le chat” en cuya primera estrofa se puede leer: “Viens, mon beau chat, sur mon coeur amoureux; / Retiens les griffes de ta patte, / Et laisse-moi plonger dans tes beaux yeux, / Mêlés de métal et d'agate…” (“Ven, bello gato, a mi amoroso pecho; / Retén las uñas de tu pata, /  Y deja que me hunda en tus ojos hermosos / Mezcla de ágata y metal”. Lincoln tenía dos gatos en la Casa Blanca, Dixie y Tabby, tan mimados, que los felinos presidenciales se permitían libertades como saltar sobre la mesa durante un banquete oficial. En una ocasión el presidente habría dicho “Dixie es más inteligente que mi entero gabinete”. Y en cuanto a Lenin, no conocemos que haya dicho algo en particular, pero de los tres personajes famosos es el único que aparece en fotografías con su gato, al que se ve acariciar con especial dedicación. Los tiempos serían complicados en los días de la revolución, pero había tiempo para el gato familiar.

Lenin junto a su esposa y el gato familiar



¡Feliz Día Internacional del Gato, a todos los felinos que alegran nuestra existencia y a quienes les dedican sus cuidados, sabiendo que a cambio sólo van a tener la oportunidad de acariciar su delicado pelaje –si es que ellos así lo quieren. No van a traerle las pantuflas, ni recoger el periódico, ni mucho menos ayudar a descubrir alguna droga de contrabando en un aeropuerto, pero eso sí, le darán a su amo esa mirada con los “ojos hermosos” que destacaba Baudelaire en su poema.

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