Comentario de Sergio Martínez
Jane (Odessa Young) trabaja
para los NIvens
Dirigida
por Eva Husson y basada en la novela de Graham Swift, Mothering Sunday cuenta
la historia de Jane Fairchild (Odessa Young), que es una empleada doméstica. Estamos
en 1924 y ella trabaja para los Nivens (Colin Firth y Olivia Colman). Como
mucha gente de la época, los Nivens aún sufren los efectos emocionales de haber
perdido a su hijo durante la Gran Guerra.
Aprovechando
el Domingo de las Madres -un evento tradicional inglés, con una connotación más
religiosa que el Día de la Madre en América del Norte o América Latina- Jane
aprovecha su día libre para pasar la tarde haciendo el amor con Paul Sheringham
(Josh O'Connor), un vecino de los Nivens. De todos los jóvenes del condado,
Paul es uno de los pocos que ha conseguido sobrevivir a la guerra. Esto le ha
creado un cierto sentimiento de culpa de superviviente y ha aumentado su
sentido del deber hacia su familia. Parte de ese deber será casarse con una
mujer de su misma posición social. También planea convertirse en abogado. Al
mismo tiempo, sin embargo, Paul y Jane mantienen su relación amorosa secreta.
Un giro
inesperado de los acontecimientos ese mismo día, cuando las dos familias
regresaban de una excursión, cambiaría las cosas para Jane. Unos días más
tarde, ella dejará la mansión del condado para trabajar en una librería. Esto
también nos lleva a un nuevo momento de la historia.
Jane ha
conocido a Donald (Sope Dirisu), un filósofo que acaba animándola a escribir.
Donald se está muriendo de cáncer y Jane quiere seguir su consejo y escribir.
Esto nos lleva al tercer momento de la narración, ambientado en los años
ochenta, cuando Jane (ya anciana, interpretada por Glenda Jackson) es abordada
por los periodistas tras ganar un prestigioso premio literario. Ella no parece
muy impresionada; ha ganado numerosos premios literarios.
Paul (Josh O'Connor) y Jane (Odessa Young) mantienen una secreta relación de amantes |
Mothering
Sunday nos ofrece un vívido retrato de la joven que busca el placer sexual, y
el hecho de que esté desnuda en la habitación es una celebración visual de la
belleza. La fotografía, en este caso, es crucial. Sin embargo, todo parece ir
demasiado rápido en los dos últimos segmentos de estos recuerdos. El espectador
nunca ve el desarrollo de la relación con Donald ni su transformación en una escritora
famosa. Todo ello queda compactado por exigencias de tiempo, dejando la
sensación de que falta algo.
Desnudos y
algunas escenas de sexo.
Duración: 104 min.