Crónica de Sergio Martínez
· Atrás ha quedado ya 2007 y como es habitual en nuestro sitio, proponemos nuestro ranking de lo mejor del año en materia de cine visto en Montreal.
· Partiendo desde atrás, colocamos en el número 10 a Once (Una vez) Irlanda, 2007, escrito y dirigido por John Carney, por su calidad humana y por el tratamiento dramático de la historia.
· Número 9 es Michael Clayton de EE.UU. dirigido Tony Gilroy, un interesante retrato de las maniobras de un abogado que a su vez expone cuestiones éticas importantes hoy día.
· Para el 8 consideramos a The Darjeeling Limited (EE.UU.) realizado por Wes Anderson que con una adecuada dosis de humor nos sitúa ante diversas encrucijadas que los seres humanos deben confrontar de tiempo en tiempo.
· En el número 7 situamos a The Savages (Los Savage) de EE.UU., dirigido por Tamara Jenkins, un film estrenado casi a fines de año que ilustra de modo muy sincero y con una bien lograda narrativa, las disyuntivas que enfrentan dos hermanos cuando deben hacerse cargo de su padre senil, un padre que estaba lejos de haber sido un modelo.
· El tema de la senilidad está también presente en nuestro preferido para número 6 Away From Her (Lejos de ella) un film canadiense dirigido por Sarah Polley que con gran ternura y una excelente actuación narra la historia de una mujer que debido a la enfermedad ya mencionada, ve deslizarse su vida y sus memorias.
· El excelente film alemán La vida de los otros de Florian Henckel von Donnersmarck (Alemania), centrado en el período en que en la ex Alemania del Este se llevaba un detallado control de la vida de los ciudadanos, es en nuestra opinión el número 5 de esta selección.
· Para número 4 nos inclinamos por The Wind that Shakes the Barley (El viento que mueve la hierba) un film irlandés en co-producción con tres países más y dirigido por Ken Loach, por ser no sólo una interesante reconstrucción histórica de un dramático momento en la historia irlandesa sino por exponer a sus personajes en un contexto donde deben tomar las más difíciles decisiones.
· El drama muy real de la guerra en Irak está subyacente en los dos siguientes filmes de nuestra preferencia: número 3 para Redacted de Brian de Palma (EE.UU.) por la descripción de la vida de los soldados estadounidenses y sus penurias y las que a su vez hacen sufrir a los iraquíes.
· Para número 2 la preferencia va para In the Valley of Elah (En el valle de Elah) del director Paul Haggis, por hacer muy concreto el drama de la guerra en la persona del padre (Tommy Lee Jones) en la búsqueda de su hijo que ha sobrevivido la guerra en Irak sólo para ser muerto en extrañas circunstancias en el propio EE.UU.
· Y para número 1 de 2007, el cine de animación representado por Paprika (Japón) bajo la dirección de Yasutaka Tsyutsui, se lleva las palmas como lo mejor del año con su mezcla de fantasía, thriller, y análisis psicológico.
· ¿Menciones honrosas? Unas cuantas: Cashback (Gran Bretaña, dirigido por Sean Ellis), Sicko el excelente documental de Michael Moore, The Simpsons de David Silverman (EE.UU.), Fracture (EE.UU., Gregory Hoblit), Black Book de Paul Verhoeven (Holanda), Lions for Lambs de Robert Redford (EE.UU.), Into the Wild Sean Penn (EE.UU.) , Waitress de Adrianne Shelley (EE.UU.) , Notes on a Scandal de Richard Eyre (EE.UU.), Before the Devil Knows You Are Dead de Sydney Lumet (EE.UU.) y Atonement (Expiación) de Joe Wright (Gran Bretaña).
<<-Redacted, el film de Brian de Palma, es número tres en el ranking de 2007 -In the Valley of Elah, dirigido por Paul Hagáis, número dos -El excelente film de animación japonés Paprika, bajo la dirección de Yasutaka Tsyutsui, es el número 1 en la preferencia de Sergio Martínez >>
24.12.07
CINE VISTO EN 2007
23.12.07
Cine Diciembre 2007
CINE EN LA PLAZA
I’M NOT THERE. Estados Unidos, 2007. Un film de Todd Haynes
MARGOT AT THE WEDDING. Estados Unidos, 2007. Un film de Noah Baumbach
ENCHANTED. Estados Unidos, 2007. Un film de Kevin Lima
BEFORE THE DEVIL KNOWS YOU’RE DEAD. Estados Unidos, 2007. Un film de Sidney Lumet
REDACTED. Estados Unidos, 2007. Un film escrito y dirigido por Brian de Palma
LOVE IN THE TIME OF CHOLERA. Estados Unidos, 2007. Un film de Mike Newell
DARFUR NOW. Estados Unidos, 2007. Un film escrito y dirigido por Theodore Braun
MUSIC WITHIN. Estados Unidos, 2007. Un film de Steven Sawalich
DIALOGUE AVEC MON JARDINIER. Francia, 2007. Un film de Jean Becker
LIONS FOR LAMBS. Estados Unidos, 2007. Un film de Robert Redford
LARS AND THE REAL GIRL. Estados Unidos, 2007. Un film de Craig Gillespie
SURVIVING MY MOTHER. Canada, 2007. Un film de Émile Gaudreault
NUE PROPRIÉTÉ. Bélgica, 2006. Un film de Joachim Lafosse.
DVDs
STANLEY KUBRICK. (Warner Home Video)
CRAZY LOVE (Mongrel-Metropol)
LIVE FREE OR DIE HARD (Fox Home Entertainment)
TITANIC: 10mo. Aniversario (Paramount)
I’M NOT THERE. Estados Unidos, 2007. Un film de Todd Haynes
Bob Dylan es considerado como una de las figuras emblemáticas de la música popular de los Estados Unidos. Creador prolífico, intérprete de un estilo personal e inconfundible, este canta autor además ha sido dotado de una capacidad poética única que lo ha convertido en una de las figuras más respetadas de su país. ¿Cómo abarcar en un film la compleja y contradictoria personalidad de este individuo? El realizador Todd Haynes decidió hacerlo acudiendo a un método eminentemente experimental, imaginando varios Dylans diferentes. De allí que deja de lado la biografía tradicional, y recurre a 6 actores para ilustrar las distintas facetas de este artista a lo largo de diferentes períodos de su vida y entremezclando la realidad con la ficción. Lo que queda por ver es hasta dónde su propósito ha sido logrado.
El film es una compilación de historias desarrolladas en su mayor parte durante los años 60 y 70, probablemente el período más relevante en la vida del compositor. En cada relato hay un Dylan con nombre diferente, aunque todos son sus alter egos. El primero de ellos es Woody (Marcus Carl Franklin), un niño negro en constante huída que siente fascinación por la música de Woody Guthrie; otra faceta es brindada por Jack Rollins (Christian Bale), un artista que canta y es autor de la letra de sus temas vinculados con música de protesta; también está Robbie (Heath Ledger), un mujeriego cuya vida personal queda reflejada en sus canciones de amor; el Dylan más curioso resulta ser Jude (Cate Blanchet), un joven andrógino y gran figura del rock; el quinto Dylan es Billy (Richard Gere), un actor que aparece en una película del oeste; el sexto personaje es Arthur (Ben Whishaw), un hombre que siente un gran interés por el poeta Arthur Rimbaud y que ejercerá gran influencia en su composición musical; finalmente, Bale vuelve a interpretar al Dylan que se convierte en pastor evangélico.
El problema fundamental del film es la conexión existente entre estos personajes que no son presentados en forma cronológica y que cuando reaparecen, al no quedar bien claro en la memoria del espectador, crean confusión al no saberse cuál es el Dylan que se está presenciando. Haynes recurre a un mecanismo de presentación original, pero quien no esté familiarizado con el artista corre el riesgo de asistir a un espectáculo sin saber lo qué está pasando. No hay duda que el estilo visual del film es original, pero la forma no debe prevalecer sobre la esencia de un relato que trata de homenajearlo. Se puede admitir que no se esté frente a una biografía rigurosa, pero al menos es lógico esperar que lo que Haynes expone –ya sea verdad o fantasía- permita que uno se forme una idea sobre la vida del músico; eso es precisamente lo que no se percibe en este relato deshilvanado cuyas anécdotas solamente podrán ser apreciadas por los seguidores del músico.
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Todos los artistas cumplen acertadamente con sus roles, aunque por razones del personaje especial que le toca encarar Blanchett es quien más se destaca en la composición que realiza del autor; es de interés la entrevista concedida a un periodista británico (Bruce Greenwood), que de algún modo refleja la particular relación del artista con los medios de comunicación.
La banda sonora del film es uno de sus mayores logros e indudablemente seducirá a los incondicionales de Dylan. Sin embargo, y más allá del respeto que merece Haynes como director, el resultado dista de satisfacer porque no llega a exponer con claridad la vida pública y/privada del compositor. En suma, Dylan sigue siendo un misterio.
Jorge Gutman (J.G.)
MARGOT AT THE WEDDING. Estados Unidos, 2007. Un film de Noah Baumbach
El tema de familias disfuncionales sigue seduciendo al director Noah Baumbach. Después de su anterior título “The Squid and the Whale”, que giraba en torno a la desintegración de un matrimonio y el efecto causado en sus dos hijos, ahora retorna con otro cuadro de familia inestable donde el conflicto se centra en dos hermanas mal avenidas.
Después de haber estado varios años sin hablarse con su hermana Pauline (Jennifer Jason Leigh), Margot (Nicole Kidman) retorna a la casa familiar para asistir a su boda. Desde las primeras escenas en que la cámara enfoca a Margot viajando en tren con su hijo Claude (Zane Pais) al lugar de destino, uno ya tiene la idea de que el encuentro distará de ser placentero. Pocos momentos después del arribo y reencuentro fraternal, comienzan a surgir las tensiones entre ambas que poco ayudarán a cicatrizar viejas heridas. Pauline, que vive con su hija Ingrid (Flora Cross), está embarazada aunque su novio Malcom (Jack Black) aún no lo sabe. Las críticas que efectúa Margot a su hermana por casarse con un individuo sin trabajo fijo, con aire de perdedor y con una apariencia física poco atractiva, generan la primera de las fricciones que habrán de continuar frente a acontecimientos que no resultan de mayor interés para quienes son ajenos al problema de sus personajes.
Contemplar este film es algo parecido a la de asistir a una sesión masoquista donde las riñas familiares terminan frustrando y poniendo a prueba la paciencia del espectador. Si el film previo de Baumbach llegaba a satisfacer con un tema parecido, es porque lo que allí se consideraba tenía la trascendencia suficiente para permitir la inmediata identificación con los problemas de sus personajes. En este caso, las peleas y exabruptos fraternales, más la adición de otros personajes no muy agradables van conformando un clima sofocante donde todo el mundo, con excepción de Malcom, transmite su neurosis de manera tan intensa que contagia irremediablemente al espectador.
Al margen del conflicto central, el relato se completa con hechos poco convincentes; así, la llegada inesperada del marido de Margot (John Turturro) de quien está a punto de separarse, la visita de su amante (Ciaran Hinds) acompañado por una hija adolescente y “lolita” (Halley Feiffer) que es capaz de encender deseos ocultos, sólo ayudan a que la trama resulte más melodramática y fatigante.
Dicho sea de paso, el film nunca aclara qué es lo que distanció a estas hermanas, aunque uno puede presumir que eso se haya debido a celos, competitividad, o frustraciones personales.
Las interpretaciones de Kidman y Jason Leigh son magníficas. La primera se luce brindando una Margot narcisista, malévola y maquiavélica, mientras que. Jason Leigh transmite con precisión la vulnerabilidad de la hermana que tuvo menos oportunidad de triunfar en la vida.
Sin ser decididamente mediocre, el film no está logrado desde el punto de vista de lo que cuenta. A pesar de las excelentes actuaciones y de algunos diálogos punzantes, al terminar su proyección se siente una sensación de antipatía tan marcada con los caracteres del relato que no alcanza a justificar el tiempo invertido en su visión.
J.G.
P½
ENCHANTED. Estados Unidos, 2007. Un film de Kevin Lima
Este último producto de los estudios Disney constituye un retorno a la fuente de las historias de antaño que solían encender la imaginación de los pequeños a través de narrativas sencillas pero siempre plenas de emoción y calidez. A juzgar por el éxito obtenido durante los primeros días de exhibición, la fórmula todavía funciona al atraer en gran número a la gente menuda de una nueva generación. En esta oportunidad, el film combina los dibujos animados con personajes reales; al hacerlo con ingenio y humor, el resultado es un entretenimiento muy agradable que hace honor a su título por ser simplemente encantador.
Amy Adams, cuya labor fue elogiada en “Junebug” (2005), de aquí en más será recordada por su interpretación de la princesa Giselle. En el reino de Andalasia, su soberana Narissa (Susan Sarandon teme que su hijastro, el príncipe Edward (James Marsden), al casarse con Giselle llegue en algún momento a desplazarla del trono. Para ello, la reina resuelve deshacerse de la joven enviándola a un lugar muy lejano del reino mágico donde el príncipe no la pueda ubicar. Después de los primeros 10 minutos de animación, Giselle, vestida con su atuendo de princesa, sale de una alcantarilla ubicada en pleno Manhattan y a partir de allí comienza a vivir sus primeras experiencias como personaje de carne y hueso. No habiendo logrado aún ubicarse y sintiéndose perdida, logra hacer buenas migas con una niña de 6 años (Rachel Covey) quien convence a su apuesto padre (Patarick Dempsey) soltero para que la ayude, brindándole alojamiento. Lo que sigue después es un relato tierno que adopta la modalidad de una comedia romántico-musical con bellas canciones (música de Alan Menken y letra de Stephen Schwartz) y danzas bien coreografiadas.
Con una reina villana que se asemeja a la de Blanca Nieves y con una princesa tan adorable que podría estar asociada a las heroínas de La Cenicienta y la Bella Durmiente, esta película también trae recuerdos de la magia inolvidable de Mary Poppins. Puede que haya quienes encuentren al film un tanto ingenuo en su comparación con algunos otros afortunados exponentes del género de la era actual (como la serie de “Shrek”), pero lo que no cabe duda es que dentro de sus propios parámetros este espectáculo resulta muy agradable de contemplar y que además cuenta con un sano humor que no recurre a expedientes de dudoso gusto para lograr la fácil carcajada.
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Dentro del homogéneo y buen elenco, sobresale Adams; a través de su gracia, señorío y distinción, ella conquista fácilmente a los espectadores. Una mención especial también merece Julie Andrews quien presta su expresiva voz como narradora del relato. La película no puede igualarse a algunas de las obras maestras realizadas por Walt Disney, pero ciertamente el inolvidable maestro de la animación habría gustosamente aprobado esta buena producción.
J.G.
PPP
BEFORE THE DEVIL KNOWS YOU’RE DEAD. Estados Unidos, 2007. Un film de Sidney Lumet
Un cautivante relato de suspenso y más aún es lo que ofrece el veterano realizador Sydney Lumet en su última película. Gracias a un magnífico guión de Kelly Masterson, se asiste a una original y compleja historia humana plena de sorpresas. Para no malograr el interés del potencial espectador sólo se mencionará el punto de partida correspondiente a los primeros 5 minutos de metraje. Andy (Philip Seymour Hoffman) y Hank (Ethan Hawke) son dos hermanos que por diferentes razones están urgidos de dinero. Andy es un ejecutivo de una empresa inmobiliaria y por su condición de drogadicto requiere cada vez de mayores fondos para satisfacer su adicción; Hank, el hermano menor y considerado como un total alcornoque por parte de su ex esposa (Amy Ryan), tiene que afrontar los gastos de mantenimiento de la pequeña hija sin disponer de los suficientes medios financieros para lograrlo. Para solucionar sus problemas, ambos conciben el robo perfecto a una joyería; sin embargo, la operación no resulta como estaba preparada y sus efectos letales gravitarán angustiosamente en la vida de sus familiares.
Lumet demuestra que con sus 83 años aún está en plena forma para brindar un relato potente de gran envergadura emocional. Aquí reanuda un género que ya ha tratado en otros policiales y thrillers (The Anderson Tapes, Sérpico, Dog Day Afternoon), pero en este caso lo acopla con un melodrama familiar; el resultado es un film creativo y absorbente que intriga fuertemente porque es difícil predecir lo que ocurrirá en futuras escenas sin defraudar las expectativas creadas.
Según el material de prensa, el realizador pide al espectador que deje de lado el descreimiento y que acepte las circunstancias y comportamiento de sus personajes. Sin embargo, nada de lo visto parece increíble o poco probable de que suceda en la realidad. Con más frecuencia se asiste en la vida real a comportamientos dinámicos emocionales de grupos familiares que son similares a los de la presente historia.
Gran parte de la atracción del film reside en la forma contada por Lumet. Su narrativa, siempre expeditiva y eficaz, es efectuada en forma no lineal adoptando saltos en el tiempo que se manifiestan en situaciones que tienen lugar antes y después del acto del robo, que a su vez es el motor de propulsión del relato; este recurso permite al público apreciar mejor algunos acontecimientos claves que se van repitiendo bajo la perspectiva de los diferentes personajes.
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La interpretación es de primer nivel. Además de los méritos personales de cada uno de los actores participantes, sus caracteres se ajustan a las necesidades de la historia para justificar sus acciones. Entre los nombres destacables figura Philip Seymour Hoffman; este versátil actor brinda todos los matices requeridos como la eminencia gris de la tragedia familiar. El otro gran actor es Albert Finney animando al padre de los hermanos que está furiosamente obsesionado en saber quién o quiénes han sido los autores del drama familiar. Rosemary Harris, como es habitual en ella, aporta su señorío y capacidad artística en las breves escenas que le toca participar.
En síntesis, el público asiste a un melodrama negro y lúgubre con connotaciones éticas y morales de culpa, remordimiento y castigo. Puede que esta visión lúgubre y pesimista de la condición humana no resulte muy cómoda para algunos espectadores, pero su trama fascinante hace válido el esfuerzo de ver este film de indudable calidad.
J.G.
PPP½
REDACTED. Estados Unidos, 2007. Un film escrito y dirigido por Brian de Palma
Brian de Palma incursiona nuevamente en el cine político repitiendo su experiencia de “Casualties of War” de 1989. Así como en aquella oportunidad se refería a la violación y asesinato de una chica vietnamita por parte de tropas americanas, aquí la historia se repite con un cambio de lugar geográfico, Irak en lugar del sudeste asiático. El nudo del film está basado en un episodio real que tuvo lugar en Marzo de 2006 cerca de Bagdad, donde soldados estadounidenses penetraron a una casa, violaron a una adolescente iraquí de 14 años y después la mataron junto con otros miembros de su familia. El tema no puede ser más candente y aunque los títulos iniciales aclaran que lo que se exhibe es una historia de ficción, nadie duda que lo que está viendo es algo más que mera imaginación del guión escrito por de Palma.
El relato, que asume la forma de un falso documental, presenta la vida cotidiana de un pelotón de jóvenes soldados en Irak; ninguno de sus integrantes sabe muy bien porqué está allí, salvo el de cumplir estrictamente con las tareas asignadas. El film ilustra el enorme estrés y desgaste psicológico que estos muchachos experimentan en los puestos de control de Samarra, arriesgando sus vidas con el intenso tránsito que allí tiene lugar y en donde cada vehículo que atraviesa puede ser el potencial portador de una carga explosiva. Consecuencia de todo ello, es la alienación y desmoralización que la guerra va generando, perturbando emocionalmente a algunos soldados hasta llevarlos a un nivel de locura irracional que los transforma en asesinos de gente inocente.
De este modo el realizador lanza sus severas críticas a los excesos cometidos por Estados Unidos en Irak y trata de demostrar –como otras películas han venido haciéndolo en forma reciente- que esta guerra es un absoluto fracaso y una catástrofe monumental. A través de un tema urticante y controversial Redacted se presta para que algunos lo juzguen como un documento poco patriótico, mientras que otros lo consideren el verdadero espejo de una cruel realidad.
Desde mi visión personal, el film expone en forma cruda y feroz, imágenes que llegan a sacudir para movilizar la conciencia de los responsables sobre lo que está ocurriendo, a fin de revertir la trágica situación. Al propio tiempo desea demostrar cómo los medios de comunicación pueden influir de diferente manera en el público corriente sobre lo que realmente sucede en Irak; desgraciadamente, la verdad objetiva -donde nada ni nadie puede ser confiable- resulta otra de las tantas víctimas de la guerra.
Muy lejos de ser un film que explote gratuitamente la violencia, de Palma -valiéndose de actores desconocidos que otorgan mayor autenticidad al docudrama- brinda un desapasionado alegato antibélico que al estar enfocado en forma inteligente es capaz de satisfacer a audiencias selectivas.
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J.G.
PPP
LOVE IN THE TIME OF CHOLERA. Estados Unidos, 2007. Un film de Mike Newell
Una profunda frustración, para no decir cólera, es el sentimiento que produce esta película. Es increíble que “El amor en los tiempos del cólera”, una de las sublimes novelas del escritor viviente más importante de América latina, haya sido malograda en su traslado cinematográfico por el poco esmero demostrado por Mike Newell. A pesar de que este realizador británico ha sido el responsable de una de las mejores comedias románticas del cine universal como lo fuera “Four Weddings and a Funeral”, en este caso su traspié se debe a su incapacidad de captar el espíritu del libro de Gabriel García Márquez. A pesar de que la historia esencial no ha sido alterada, lo que en cambio está ausente es su lirismo y el realismo mágico de la novela sobre una relación amorosa abortada.
En la novela, el autor relata a través de poco más de medio siglo el voluptuoso romance de Florentino Ariza con Fermina Daza hacia finales del siglo 19. Cuando el padre de su amada los separa por razones sociales y ella se casa con el Dr. Juvenal Urbino, el desconsolado Florentino aguardará durante 53 años, 7 meses y 11 días a que su amada Fermina quede liberada de los lazos conyugales para poder consumar la asignatura pendiente de un amor juvenil inconcluso.
¿Qué es lo que aquí no marchó? En primer lugar el contenido dramático de la obra literaria se ha convertido en un folletín melodramático de inferior categoría, que solamente puede satisfacer a una audiencia poco exigente. Mientras que en la novela su tema central es complementado con anécdotas brillantemente expuestas por la pluma mágica de su autor, en el film las subhistorias resultan poco atractivas y están narradas fatigosamente.
No menos importante es la rutinaria caracterización de los personajes y el pobre maquillaje de los actores a medida que pasan los años. Aunque Javier Bardem sea un excelente actor –como lo demostrara en el reciente estreno de “No man’s land”- aquí no tiene oportunidad de lucirse; su Florentino Ariza resulta poco inspirado como el hombre libidinoso que mantiene innumerables relaciones sexuales para lograr calmar su pena de amor. Giovanna Mezzogiorno aparece deslucida como Fermina y la química que debería existir con Florentino prácticamente no existe.
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Caricaturesco resulta el personaje del padre de Fermina animado por John Leguizamo en tanto que la buena actriz Catalina Sandino Moreno está desaprovechada y fuera de tipo como la amiga de Fermina. No hay mayor objeción para Benjamin Bratt como Juvenal Urbino, mientras que la excelente Fernanda Montenegro es quien relativamente más se destaca animando a la madre de Florentino.
Si la ambientación física está lograda al haberse rodado en la ciudad colombiana de Cartagena, captando maravillosamente la belleza del lugar donde transcurre la acción, lo que no satisface en cambio es el aspecto cultural debido a que el film es dialogado en inglés. ¿Cómo admitir a personajes eminentemente latinoamericanos comunicándose en el lenguaje de Shakespeare, mientras que el entorno callejero –animado por extras colombianos- habla español? Eso perjudica la autenticidad deseada, impidiendo la identificación de la audiencia con la trama narrada.
Lo que podría haber sido una verdadera meditación sobre el amor, resulta en cambio un relato que por su mediocre ejecución no llega a cobrar vuelo. Para peor, los que desconocen la novela, no se sentirán inclinados en leer la obra original creyendo que el film reproduce su espíritu. Sin duda, García Márquez merecía algo mejor.
J.G.
P
DARFUR NOW. Estados Unidos, 2007. Un film escrito y dirigido por Theodore Braun
Poco tiempo después del genocidio perpetrado en Ruanda, el continente africano se encuentra con otro fenómeno similar en Darfur, ubicado en la región occidental de Sudán. El realizador Theodore Braune enfoca el drama vivido por los grupos tribales de Darfur –en especial la tribu Fur- que han sido víctimas de la limpieza étnica ejecutada por las milicias Janjaweed (diablos a caballo) con el respaldo del gobierno sudanés. Las aterradoras estadísticas indican que en los últimos 4 años 200.000 personas fueron asesinadas y 2 millones y medio de habitantes fueron desplazados a campos de refugiados.
El film analiza el conflicto a través de 6 personas altruistas de diferentes lugares del mundo que asumieron el compromiso de ofrecer lo mejor de sí mismos para contribuir a que la humanidad entera se imponga del drama. He aquí una breve descripción de cada uno de ellos.
Hejewa Adam, residente de la región, vivió la tragedia de haber visto morir a su hijito de 3 meses, además de haber sido atacada y violada por las milicias asesinas. Eso motivó que se uniera a los rebeldes que luchan contra los opresores.
Ahmed Mohammed Abakar es un granjero de Darfur que vive en el campo de Hamadea junto con otros 47 mil individuos desplazados; su misión es proteger a esta gente y su anhelo es poder retornar eventualmente a su hogar.
Luís Moreno Ocampo es un fiscal de la Corte Penal Internacional de La Haya que analiza la compleja maraña de crímenes cometidos, persiguiendo implacablemente a los responsables del genocidio.
Adam Sterling, estudiante de la Universidad de California de Los Ángeles, es el carismático joven encargado de pregonar el dolor de la gente africana; sus esfuerzos están destinados a instar al gobierno del estado de California para que presione financieramente a Sudán mediante la sanción de una ley que obligue a retirar las inversiones efectuadas en ese país.
Pablo Recalde que tiene a su cargo el Programa Mundial de Alimentación (World Food Program), se ocupa de movilizar a los camiones que entregan los alimentos a la gente de Darfur, y no se inmuta ante las amenazas recibidas de grupos terroristas que tratan de obstaculizar la humanitaria acción.
Finalmente está la presencia de Don Cheadle quien mientras estuvo en África filmando “Hotel Ruanda” se enteró de la triste realidad de Sudán. Aprovechando su popularidad como actor, trata de despertar la conciencia de los políticos de su país para que tomen urgente acción en el asunto; para tan loable tarea cuenta con la colaboración de su amigo George Clooney.
El objetivo del documental es noble y conmovedor al tratar de quebrar la apatía de gran parte de la población mundial que ignora o no percibe el conflicto de Darfur; sin embargo, como film dista de satisfacer plenamente. A pesar de los hechos dramáticos contenidos, el documento carece de la energía necesaria para transmitir en toda su dimensión la devastadora tragedia. Eso se debe en parte a que enfatizando la acción de los activistas de esta causa, no suministra la información necesaria para entender el trasfondo del conflicto; así uno no ve con claridad las causas de la guerra civil de Sudán, que se extiende por más de medio siglo, y las razones que motivaron la acción asesina de las milicias. Finalmente, no existe un hilo conductor que vincule las experiencias de las personas mencionadas –con excepción de la tarea realizada por el carismático Sterling junto con Cheadle y Clooney-, impidiendo una integración más sólida del relato.
A pesar de las objeciones mencionadas, este proyecto es importante porque más allá de su relativo valor cinematográfico, tiene la nobleza de exponer un genocidio que constituye una vergüenza para la humanidad en su conjunto.
J.G.
PP½
MUSIC WITHIN. Estados Unidos, 2007. Un film de Steven Sawalich
Steven Sawalich debuta como realizador en un film ciertamente inspirador. El relato se basa en la vida de Ron Livingston (Richard Pimentel), un individuo que a través de su acción llegó a cambiar la forma en que la gente percibe a los individuos físicamente disminuidos. Las buenas intenciones del film superan la calidad del mismo, pero su tema, la sinceridad de lo que exhibe y algunas excelentes interpretaciones permiten que sea recomendable con algunas reservas.
Proveniente de una familia disfuncional, en especial por el hecho de haber tenido una madre (Rebecca de Mornay) depresiva y con tendencias suicidas, Livingston no atravesó una infancia muy agradable; a pesar de eso, el niño logró superar el problema y a medida que fue creciendo desarrolló una personalidad agradable, en parte gracias a su facilidad de palabra que hizo de él un buen orador. Cuando al haber participado en la guerra de Vietnam el ruido de la explosión de una bomba lo deja sordo, a su regreso se une a aquéllas personas que como él están incapacitados físicamente y marginados socialmente. Siendo capaz de leer los labios de las personas cuando hablan, llega a conocer y hacerse amigo de Art Honeyman (Michael Sheen), un muchacho confinado a una silla de ruedas que padece de parálisis cerebral que le provoca una falta de coordinación motora y postural. Después de un triste incidente ocurrido en un restaurante por el cual se le pide a Art que deje el establecimiento ya que su estado físico puede desagradar a la clientela, Pimentel cree que ha llegado el momento de actuar con firmeza. Al lanzarse como activista político, utiliza su habilidad oratoria para defender a los discapacitados y su contribución influyó en la promulgación del Acta de Protección para los Discapacitados de 1990 (American with Disabilities Act) que evita cualquier tipo de discriminación para los afectados.
La dirección de Sawalich transita por lo convencional y sin aportes mayores para enriquecer la historia, aunque logra que Pimentel convenza como un individuo que con su mensaje logró mejorar la condición y el trato recibido por quienes han tenido la desgracia de sufrir de impedimentos físicos.. Sin embargo, quien se lleva los laureles interpretativos es Michael Sheen caracterizando a Honeyman y proveyendo al film de un humor fresco y optimista debido a la personalidad vivaz y pícara de este personaje. Las posturas y movimientos que adopta imitando a la persona que padece de perlesía, es de una naturalidad asombrosa al punto de que uno crea estar frente a un verdadero individuo discapacitado; lo más interesante es que este rol es la antítesis del que desempeñó animando al ex Primer Ministro de Inglaterra en “The Queen”; además, su personaje es el que provee al film de un humor fresco y optimista debido a la personalidad vivaz y pícara del mismo. Aunque en una breve participación, también se destaca la actuación de Yul Vázquez como un alcohólico veterano de Vietnam que acumula rabia y desdén por su experiencia vivida.
En resumen, un film de alcances modestos, pero honesto y entretenido.
J.G.
PP½
DIALOGUE AVEC MON JARDINIER. Francia, 2007. Un film de Jean Becker
Este sensible film de Jean Becker brinda la oportunidad de apreciar nuevamente la labor de dos excelentes actores de Francia como lo son Daniel Auteuil y Jean Pierre Darrousin. Basado en la novela de Henry Cueco del mismo nombre, “Diálogo con mi jardinero” está narrado con sentimiento y nobleza describe la relación que se entabla entre un artista pintor quincuagenario que deja París para retornar a la casa de sus años adolescentes, ubicada en el centro de Francia, y su jardinero que fue un gran amigo durante los años de educación primaria. Los diálogos intercambiados por esos dos hombres a través de conversaciones sencillas y emotivas van incrementando la amistad entre ellos hasta el momento en que el drama se hace presente frente a situaciones que inexorablemente forman parte de la vida. He aquí un film directo y sencillo pero decididamente bello y luminoso.
J.G.
PPP
LIONS FOR LAMBS. Estados Unidos, 2007. Un film de Robert Redford
Esta película engrosa la lista de los numerosos filmes que el cine americano ha considerado sobre la política exterior de los Estados Unidos en Irak y Afganistán. Aquí Robert Redford encara este tema, a través de tres escenarios diferentes, en principio no relacionados aunque uno de los episodios es el que vincula a los otros dos.
En este documento se ilustra la estrategia empleada por el gobierno americano en el Medio Oriente con las incursiones militares realizadas allí después de los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001. Aunque lo expuesto constituye una ácida crítica de Redford a la actual administración del presidente Bush, también deja un espacio reservado para que los que están de acuerdo con el orden actual existente expongan sus puntos de vista.
El episodio más sustancioso del guión preparado por Matthew Michael Carnahan tiene lugar en Washington D.C. donde Janine Roth (Meryl Streep), una experimentada reportera de televisión, logra una entrevista exclusiva con Jasper Irving (Tom Cruise), un senador republicano con aspiraciones presidenciales. En el transcurso de la misma, la periodista se impone que el congresal ha lanzado una nueva estrategia en las zonas donde se encuentran los enemigos de los Estados Unidos, que consiste en el envío de pequeñas fuerzas especiales en las regiones montañosas de Afganistán.
El debate que se suscita entre las dos partes es altamente provocativo. Mientras que a través de sus candorosas preguntas Janine cuestiona la validez de la estrategia empleada que le parece similar a la que se utilizó para Vietnam, el senador defiende con apasionamiento su punto de vista; Irving además señala que la guerra durará el tiempo que sea necesario y que el costo de la pérdida de algunas vidas inocentes queda más que compensado por el beneficio potencial de salvar a la población americana de tragedias similares a las del 11/9. Nadie sale ganador de esa entrevista, donde al final de la misma se evidencia la decepción, cansancio y pena de Janine en oposición a la determinación y convicción del senador.
Intercalado con el episodio descripto, se asiste a la conversación que el Dr. Stephen Malley, un veterano catedrático (Robert Redford) de ciencias políticas de una universidad californiana, mantiene con Todd Hayes ( Andrew Garfield), un alumno suyo que fue convocado a su despacho para reprenderlo por no asistir a sus clases. Cuando el profesor le critica su falta de interés y motivación para asumir un verdadero compromiso en la vida antes que alienarse en el materialismo y consumismo que ostenta la presente generación, el muchacho le responde con argumentos difíciles de rebatir, sobre los sueños desvanecidos de una juventud que no ve en los actuales líderes ningún ejemplo para imitar. En ese momento, el ya desganado docente ve que a su alumno no le falta razón; más aún, siente que el idealismo que a ultranza sembró en sus clases motivó a que dos ex-alumnos, Arian (Derek Luke) y Ernest (Michael Peña), se enrolaran en las fuerzas armadas para participar en la lucha contra el terrorismo en Afganistán.
El tercer episodio, también intercalado entre los otros dos, enfoca a Arian y Ernest en pleno campo de acción tratando de sobrevivir en el inhóspito terreno montañoso de Afganistán hasta que finalmente son abatidos por las fuerzas enemigas.
Redford conduce el relato con máxima sobriedad tratando de evitar cualquier tipo de emoción para que los sensibles tópicos considerados sean objeto de un análisis lo más racional y objetivo posible. Ese factor hará que algunos espectadores puedan considerar que el relato resulte frío o carezca de la necesaria intensidad dramática. Sin embargo, la actuación excepcional del elenco permite que los personajes adquieran vida propia y que el público se identifique con los mismos, al margen de cualquier ideología.
La interpretación de Streep es magistral. Personalmente retengo la escena en que viajando en taxi, su personaje observa a través de la ventana del vehículo el cementerio donde reposan los restos de los jóvenes idealistas que ofrendaron su vida por la patria; su compungido rostro es totalmente revelador de la expresividad de esta excepcional actriz. Cruise sorprende gratamente dando convicción a la completa seguridad y confianza detentada por el legislador, quien a través de la entrevista concedida trata de influir en la periodista para que su nota le reditúe ventajas políticas. Por último, se destaca la actuación de Dunn como el alumno que prefiere adoptar una actitud de cinismo frente a los compromisos asumidos por los líderes de su nación.
Sin ser el mejor film de Redford, este documento político es inteligente y estimulante al enfocar un relato pleno de ideas de candente actualidad con connotaciones éticas y morales importantes. Además, su material altamente controvertido y originalmente expuesto, pone el dedo en la llaga de los diferentes espectros de una sociedad conflictiva que no encuentra el camino preciso para salir del pantano político y militar que la envuelve. En resumen, un relato que plantea problemas trascendentes sin dar respuestas para que cada espectador encuentre las que considere más apropiadas de acuerdo a su forma de pensar y actuar.
J.G.
PPP
LARS AND THE REAL GIRL. Estados Unidos, 2007. Un film de Craig Gillespie
Ciertamente, nadie habrá de criticar la falta de originalidad de este film. Tanto el director Craig Gillespie como su guionista Nancy Oliver son responsables de esta sorprendente rareza. Sin embargo, la singularidad de su trama no se corresponde con el nivel de satisfacción que esta “historia de amor” llega producir; en tal sentido. Lars and the real girl atraviesa por serios altibajos debido a su relativa inconsistencia. Como un drama del absurdo poco importaría que el relato resista credibilidad, sin embargo lo que resulta objetable es que partiendo de una hipótesis clara, ésta sea dejada de lado a mitad de camino y pierda continuidad con la idea inicial.
Ryan Gosling interpreta a Lars, un introvertido y tímido individuo de 27 años de edad. Vive en algún lugar del corazón americano, en un garaje que se encuentra al lado de la casa donde pasó su infancia y que ahora está habitada por su hermano Gus (Paul Schneider) y su cuñada Karin (Emily Mortimer) que está esperando su primer hijo. Por su forma de ser, rechaza la insistente invitación de sus parientes para desayunar, cenar o estar junto a ellos, prefiriendo llevar una existencia recluida. Pocas imágenes resultan suficientes para apreciar que el muchacho es algo más que un individuo aislado porque su rostro y sus gestos delatan claros síntomas de perturbación mental, aunque aparentemente lleve una vida normal trabajando como oficinista.
Esa anormalidad se ve confirmada cuando recibe una encomienda que contiene una muy atractiva muñeca que la compró por internet. La sorpresa es mayor cuando Lars muestra esta adquisición a sus familiares y la presenta como Bianca, su novia recién llegada del extranjero; además les pide que la reciban como huésped en su hogar. Cabe aclarar que según Lars, Bianca es una misionera danesa oriunda de Brasil y que necesita de una silla de ruedas para desplazarse.
Hasta ese momento nadie se espanta de la disparatada premisa. La expectativa natural es que el relato presentará el caso de la infatuación de un individuo desequilibrado por un objeto. Cuando sus parientes deciden consultar con la doctora local Dagmar Berman (Patricia Clarkson) sobre el desorden mental de Lars, el relato promete un interés creciente. El diagnóstico de Berman es que Lars padece de un serio delirio y recomendando que Gus, Karin y todos los habitantes del lugar cooperen con el muchacho hasta que su crisis concluya; para ello deberán actuar como si nada extraño pasara, aceptando a Bianca como una persona real.
Como en un cuento de hadas, la comunidad hace causa común con el problema de Lars y trata a Bianca como un personaje de carne y hueso. El problema se presenta cuando esta anómala situación excede el límite de lo tolerable y el espectador ya no está en condiciones de discernir si Lars es el único que padece de trastornos mentales o si todo el pueblo también está delirando.
En vez de explorar la psicología del personaje central, cuyo trauma parecería estar asociado al hecho de que su madre murió en el momento en que él nació, el film va perdiendo interés frente a la suposición de que la vida sigue normal con Blanca por tiempo indeterminado; finalmente, el decepcionante desenlace deja atónito al espectador con el resultado de estar presenciando un absurdo drama.
En algunos momentos el film recuerda las hermosas fantasías plasmadas por Frank Capra resaltando la calidez y solidaridad humana de una pequeña ciudad; pero esa magia aquí no funciona. Si uno aceptara que la adhesión del prójimo a la imaginación surrealista de Lars le ayudará a superar su desequilibrio mental, la conclusión del relato habría adoptado un rumbo diferente.
Los aspectos favorables de este film se encuentran en la sobresaliente composición que logra Gosling de Lars y en la ternura emanada de los diferentes personajes del relato. Con todo, estas virtudes están al servicio de una historia que al cambiar de tono termina resultando patéticamente frustrante y falsamente condescendiente.
J.G.
PP½
SURVIVING MY MOTHER. Canada, 2007. Un film de Émile Gaudreault
El exitoso dúo que hace algunos años brindó “Mambo Italiano” vuelve a tentar fortuna en una nueva comedia dramática; lamentablemente, tanto el director Emile Gaudreault como su guionista Steve Gallucio han fracasado en la intención de proporcionar un retrato de una familia disfuncional que incluye tres generaciones de mujeres.
Escrito en papel, su tema resulta más interesante que lo que se aprecia en pantalla. Clara (Ellen David) es una mujer abnegada que sacrificó mucho en su vida por cuidar a su madre (Véronique LeFlaguais) enferma de cáncer. Antes de morir, la anciana le confiesa que nunca llegó a conocerla bien. Abrumada por esa revelación inesperada y para no repetir el error de su madre, Clara está ansiosa de conocer mejor a su hija Bianca (Caroline Dhavernas) de 21 años, quien en parte quedó relegada a un segundo plano por el tiempo que le absorbía su madre.
En su intento de seguir los pasos de su hija, Clara llega a sorprenderse al comprobar que la joven encuentra distracción y placer procurando amantes a través del internet y llevando una vida promiscua.
Cuidar a los padres cuando llegan a envejecer y necesitan de una atención especial es por cierto un tópico relevante, pero los responsables del film no están preocupados por ese hecho sino que lo utilizan como excusa para forzar la risa a través de un folletín que se asemeja a un sitcom televisivo de calidad discutible.
Por tratarse de un tema que pretende indagar en la naturaleza femenina, uno no puede evitar de asociarlo con Almodóvar; sin embargo lo que aquí se ve no admite comparación alguna con la profundidad que el inteligente manchego analiza en sus relatos la psicología femenina. Este film es un producto comercial desenfocado que no permite ver con claridad hacia donde apunta; por ejemplo, en ninguno momento se aprecia si la vida licenciosa de Bianca es consecuencia de la poca atención que le dispensara su madre o si bien se debe a una manifestación natural de su personalidad. En todo caso, la película está integrada por una sucesión de anécdotas banales tratando de obtener la complacencia del público en base a situaciones poco ocurrentes.
La pobreza de Surviving my mother queda en parte mitigada por su excelente reparto. Con un elenco bilingüe, es loable el modo en que los actores tratan de infundir calidad a personajes mediocremente delineados. Así, LeFlaguais proporciona el justo tono de una anciana antipática, quejumbrosa y de amargo cinismo. David inspira pena y conmiseración lidiando en circunstancias difíciles, ya sea como hija o como madre; Adam J. Harrington convence como un joven cura llevando una doble vida, y el comediante canadiense-escocés Colin Mochrie proporciona una agradable y tierna personalidad como el marido de Clara. Finalmente, la verdadera revelación es Dhavernas como la licenciosa Bianca; es de desear que esta eficiente actriz encuentre en el futuro algún proyecto más afortunado que el de este olvidable relato.
J.G.
P
NUE PROPRIÉTÉ. Bélgica, 2006. Un film de Joachim Lafosse.
En esta coproducción belga-francesa de Joachim Lafosse, la gran Isabelle Huppert ofrece otra inolvidable interpretación animando a una Pascale, una mujer que vive sola con sus dos hijos mellizos (Jéremie y Yannick Renier) e inmaduros, en una residencia campestre de Bélgica. Las relaciones conflictivas que ella mantiene con quien fuera su marido y con sus hijos dan lugar a un drama emocional. El colapso familiar se produce cuando los hijos drásticamente desaprueban que su madre venda la casa donde viven, que aunque pertenece al ex-cónyuge de Pascale, ella es la que ejerce la nuda propiedad. La violencia íntima de los personajes y su efecto destructivo ofrecen el clima de una moderna tragedia donde no es mucho lo que pasa por fuera sino que son los sentimientos internos los que permanentemente están a punto de estallar. El film ofrece un interesante estudio de caracteres.
J.G.
PPP
DVDs
STANLEY KUBRICK. (Warner Home Video)
A pesar de una filmografía que abarca sólo 12 títulos, Stanley Kubrick fue uno de los directores más remarcables del siglo XX. Además de dedicarse a la exploración de grandes temas reflejando los aspectos absurdos de nuestra existencia, la complejidad y vulnerabilidad del comportamiento humano y la necedad de los conflictos bélicos, este cineasta fue un preciosista por excelencia y afanoso de la perfección en cada una de las tomas realizadas durante el rodaje. A 7 años de su desaparición, su obra sigue entusiasmando y es por eso que la reciente edición de una colección que agrupa a 5 de sus películas, confiere especial interés a todos aquéllos amantes del cine de autor.
Mientras que los anteriores DVDs de sus filmes estaban preparados para su exhibición televisiva, en esta ocasión el público tiene la oportunidad de juzgar la versión original tal como fue presentada en las salas de cine; además, en algunos casos esta presentación cuenta con la ventaja adicional de contener escenas filmadas por Kubrick pero veladas en oportunidad de su exhibición. Esto último sucede con Eyes Wide Shut (1999), su trabajo póstumo con Tom Cruise y Nicole Kidman; como habrá de recordarse, el personaje de Cruise va internándose en una extraña odisea hasta llegar a un lugar donde enfrenta una escena de orgía que en América del Norte fue digitalmente oscurecida para evitar problemas de censura; ahora, por primera vez es posible contemplar la visión no censurada, tal como fuera juzgada en otras regiones del mundo.
Otro de los títulos incluidos es 2001: A Space Odyssey (1968), una obra de profunda meditación que transporta al público en un viaje espacial inolvidable; el film está enriquecido por su música y sus extraordinarios efectos visuales. Si 2001 fue poco menos que revolucionario en oportunidad de su estreno, hoy día sigue manteniendo su validez.
Dentro del paquete se encuentra The Shining (1980), una obra maestra del terror no superada hasta la fecha; Jack Nicholson hipnotiza en una de sus más descollantes actuaciones como el hombre que va enloqueciendo en un aislado hotel de montaña.
La mirada de Kubrick sobre la guerra de Vietnam se refleja en Full Metal Jacket (1987), una alucinante crítica a los efectos de la guerra en la desintegración del individuo.
El conjunto se completa con A Clockwork Orange (1971), posiblemente su film más controvertido y que dejó al público ciertamente perturbado con la cruda pintura de un neo punk asesino en su proceso de rehabilitación; pocas veces en la historia del cine, una banda sonora causó un impacto tan preciso y profundo así como funcional al relato.
La colección también incluye un valioso CD denominado Stanley Kubric: Una vida a través del cine donde queda reseñada la carrera de este gran director, sobre todo en sus primeros años; se trata de un documental de indudable interés, narrado por Tom Cruise y que cuenta con la participación de colegas, colaboradores y familiares del director.
Los extras de esta presentación difieren de acuerdo a las características de cada una de las películas incluidas. Pero en general, todos los agregados son esclarecedores sobre la personalidad de este gran cineasta que no reparó en límite alguno para lograr su propósito. Ciertamente, una personalidad descollante que sirvió de inspiración a muchos realizadores de la actualidad.
Los CDs se presentan en la versión original inglesa y también doblados al francés; cuentan además con subtítulos opcionales en español, francés e inglés, mientras que los extras solamente están en inglés.
CRAZY LOVE (Mongrel-Metropol)
Crazy Love, el documental recientemente editado por Mongrel, da la impresión de parecerse más a un film de ficción. De haberlo sido, se habría dicho que la historia narrada dista de ser creíble; de allí que sea válido afirmar que en este caso la realidad supera ampliamente a cualquier imaginación. El documentalista recuenta la historia verdadera de una obsesión enfermiza, valiéndose del testimonio de sus protagonistas, de sus familiares y amigos, así como también de material de archivo y películas de uso personal.
En los últimos años de la década del 50, Burt Pugach, en ese entonces un abogado de 32 años de edad y de muy buena posición económica, se enamora perdidamente de Linda Riss, una hermosa chica de 20 años. Ella ignora que él es casado y durante el primer año de esa relación disfruta de las máximas atenciones dispensadas por su galán. Cuando Linda se entera del estado civil de su novio, para calmarla él le promete que pronto habrá de divorciarse de su esposa. Como eso no llega a concretarse, ella lo deja aunque él por su parte insiste infructuosamente en mantener la relación. Cuando Burt se entera de que Linda se casará con otro hombre, furioso de celos contrata a tres individuos para infligirle a su amada un daño irreparable al dejarla ciega. Su delito lo habrá de pagar con 14 años de prisión, y dos años después de haber recobrado su libertad se casa con ella.
Hasta el presente, el matrimonio lleva 28 años de vida conyugal y su historia ha sido objeto de gran publicidad. La pareja no tuvo resquemores en ventilar la intimidad de lo ocurrido entre ellos y es así que el público contempla este inusual drama de amor contado por sus propios protagonistas.
Si bien el relato intriga y llega a desconcertar, ninguna de las manifestaciones de las personas entrevistadas en el documental llega a aclarar o explicar la actitud de Linda, una mujer mentalmente sana que une su vida al hombre que la dejó ciega para siempre. Lo único que uno atina a pensar es acerca del extraño funcionamiento de la psiquis humana.
Desde un aspecto estrictamente fílmico, el documental es más bien rutinario, sin algún elemento esencial que lo resalte, salvo su tema decididamente perturbador.
El film se presenta en su versión original inglesa con subtítulos opcionales en francés.
LIVE FREE OR DIE HARD (Fox Home Entertainment)
Después de la tercera serie de la franquicia popularizada por Bruce Willis, el cuarto capítulo que llega doce años después, logra mantener interés así como el actor –a pesar del paso del tiempo- conserva el vigor necesario para continuar desplegando la energía requerida por el héroe de esta saga. Sin ofrecer nada nuevo u original, el director Len Wiseman se limita a ofrecer un relato de entretenimiento decididamente comercial para satisfacción de una audiencia proclive a este tipo de cine.
En esta oportunidad el policía John McClane se las tiene que ver con peligrosos terroristas que sin ideología precisa y valiéndose de sistemas computadorizados, siembran el caos e intentan atacar la infraestructura básica que puede paralizar a la nación entera. Nadie duda sobre cómo concluirá la aventura, pero durante el metraje hay un moderado suspenso, explosivas escenas más efectos especiales que compensan y/o disimulan la carencia de convicción psicológica de sus personajes.
El film ha sido editado en tres configuraciones. El público puede optar por un disco único acompañado por comentarios audio de Willis y Wiseman; por dos discos donde se incorporan escenas suprimidas de la versión cinematográfica original más música video “Die Hard” por Guyz Nite; también se encuentra la edición en Blu-Ray que incluye todos los extras contenidos en las otras dos opciones.
TITANIC: 10mo. Aniversario (Paramount)
A 10 años del estreno de “Titanic”, Paramount ha editado un DVD especial que incluye dos discos y especiales agregados.
Como bien es sabido, a pocas semanas de su estreno que tuvo lugar en Diciembre de 1997 este film batió el récord mundial de boletería hasta esa fecha y además recolectó 11 estatuillas de Hollywood, entre las mismas el premio al mejor film del año y al mejor director. Sin entrar a un análisis crítico de la película, se recordará que el realizador James Cameron logró una película que cumplió dos propósitos. Por un lado reproducir con lujo de detalles la tragedia del hundimiento del famoso paquebote que tuvo lugar en 1912 y al propio tiempo -dentro de ese contexto- relatar una historia de amor entre una joven aristócrata y un muchacho de humilde condición social; más allá que ese romance fuese considerado cursi por varios críticos, lo cierto es que tanto Leonardo DiCaprio como Kate Winslet convencieron como los jóvenes amantes apasionados que se encuentran prisioneros en el barco que se va hundiendo, ganando los corazones de espectadores a través del mundo.
En la presente edición, además de asistir nuevamente a esta colosal aventura romántica, hay algunos extras que resaltan al film. Entre ellos figuran un final alternativo de la historia, la música video del tema central del film “My heart will go on” interpretado por Celine Dion, comentarios de James Cameron y otros miembros del equipo de filmación con especial referencia a los diseños de producción y efectos especiales empleados, a la vez que una interesante explicación histórica suministrada por Don Lynch y Ken Marschall.
Jorge Gutman
23.11.07
Cine Noviembre 2007
Comentarios de Jorge Gutman
AMERICAN GANGSTER. Estados Unidos, 2007. Un film de Ridley Scott.
CONTROL. Gran Bretaña, 2007. Un film de Anton Corbijn
SLEUTH. Gran Bretaña, 2007. Un film de Kenneth Branagh
ELIZABETH: THE GOLDEN AGE. Estados Unidos, 2007. Un film de Shekhar Kapur
LUST CAUTION. Hong Kong-Estados Unidos, 2007. Un film de Ang Lee
LADRON QUE ROBA A LADRON. Estados Unidos, 2007. Un film de Joe Menéndez
WE OWN THE NIGHT. Estados Unidos, 2007. Un film de James Gray
THE DARJEELING LIMITED. Estados Unidos, 2007. Un film de Wes Anderson
INTO THE WILD. Estados Unidos, 2007. Un film de Sean Penn
SHAKE HANDS WITH THE DEVIL. Canadá, 2007. Un film de Roger Spottiswoode
THE JANE AUSTEN BOOK CLUB. Estados Unidos, 2007. Un film de Robin Swicord
FEAST OF LOVE. Estados Unidos, 2007. Un film de Robert Benton
DVDs
REPRISE (Mongrel)
LE PRESSENTIMENT (Mongrel-Métropole)
KIKA (Alliance Atlantis)
EL GRADUADO (Fox Film, Metro Goldwyn Mayer Home Entertainment)
AMERICAN GANGSTER. Estados Unidos, 2007. Un film de Ridley Scott.
Aunque sin llegar al nivel de excelencia que obtuvo con Blade Runner y Gladiator, este film de Ridley Scott es elogiable en la narración que efectúa acerca de Frank Lucas (Denzel Washington), una figura emblemática de Harlem de los años 70 que llegó a montar un negocio extraordinariamente lucrativo traficando drogas.
Lo que distingue a American Gangster de otros filmes similares, es que Lucas actuaba en forma independiente, sin estar vinculado a ningún miembro de la Cosa Nostra, demostrando de este modo que un afroamericano sin mayor educación formal también podía aspirar y alcanzar el American Dream.
Basado en un amplio reportaje aparecido en 2000 en el New York Magazine y con la colaboración del guionista Steven Zaillian, Scott recuenta la singular “proeza” del mencionado gángster, desde su llegada a Nueva York en 1946 hasta su captura en 1976 por el incorruptible policía Richie Roberts (Russell Crowe). El relato está estructurado siguiendo paralelamente la historia de cada uno de estos dos personajes hasta el momento en que se produce el encuentro de ellos en los últimos quince minutos.
Lucas, que provenía de una familia de origen humilde de Carolina del Norte, era por cierto un individuo inteligente. En forma instintiva supo explotar su ingenio para prescindir de intermediarios en el proceso de comercialización de su producto. De este modo, durante el período de la guerra de Vietnam y valiéndose de un pariente militar con asiento en Tailandia introdujo voluminosas partidas de heroína a los Estados Unidos. Con la complicidad de militares, la droga era colocada en los féretros de los soldados americanos muertos en acción, cuando eran repatriados al país. De ese modo, y con los policías corruptos del NYPD (Departamento de Policía de la ciudad de Nueva York) haciendo la vista gorda, Lucas obtuvo extraordinarios beneficios con el tráfico de drogas ya que podía venderlas a un precio inferior que el de la competencia.
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Scott logra una muy buena descripción de sus dos personajes. Comenzando con la personalidad de Lucas, este individuo creía que estaba manejando una empresa como si se tratara de cualquier otra instalada legalmente; su forma de vestir conservadora, sus movimientos y gestos pulcros, su normal asistencia a la iglesia, la devoción que siente por su esposa portorriqueña (Lymari Nadal), su madre (excelente Ruby Dee) y hermanos, lo convierte en el abnegado marido, hijo y hombre de familia respetable. Al propio tiempo, nada ni nadie le impide actuar con máxima frialdad cuando tiene que ejecutar sin remordimiento a quienes lo traicionan o le son desleales, tal como se aprecia en la primera escena del film. Esas facetas contradictorias que reflejan el ambiguo comportamiento humano, están extraordinariamente vertidas por Washington y además –mérito de Scott- no lo convierte en un individuo que pueda lograr la irracional simpatía por parte del espectador, aunque tampoco se lo percibe como una figura desagradable o repelente.
Por su parte, Crowe también imprime nervio e intensidad a un policía obsesivo que se asemeja a un lobo solitario. Este buen actor brinda convicción a un hombre que convencido de la criminalidad de Lucas, encuentra serios escollos para atraparlo debido a la corrupción de la mayoría de sus colegas quienes tratan de obtener el mejor partido posible en la complicidad mantenida con los traficantes de drogas. La ambivalencia de Richie también se hace notar porque a pesar de su integridad e incorruptibilidad, en el plano familiar no demuestra mucha madurez como padre.
Cuando en el excelente climax del film Frank y Richie se reúnen, el relato ofrece las escenas de mayor interés, evidenciando una vez más el discutible procedimiento legal que adopta la justicia estadounidense. De enemigos irreconciliables, ambos hombres llegan a forjar un acuerdo de “intercambio de servicios”; el criminal caído en desgracia ofrece al triunfante detective una lista de los inculpados que pertenecieron a la escuadra de estupefacientes de la NYPD y en recompensa Frank ve disminuida su condena de 70 años a tan sólo 15 años de prisión.
Además de Washington y Crowe, todos los papeles secundarios están muy bien caracterizados, pero sobre todo se destaca Josh Brolin quien impone su magnética presencia animando a un prestigioso detective policial que a la vez es un desenfadado corrupto. En lo que concierne a su factura técnica, la reproducción de época proporciona máxima autenticidad al relato.
Resumiendo, American Gangster es una buena película aunque demasiada larga con sus dos horas y 37 minutos de metraje. En su afán de brindar igual peso a los personajes de Washington y Crowe, el relato se alarga innecesariamente en algunas escenas de la vida personal de Richie, como las relacionadas con los trámites de su divorcio y la custodia legal de su hijo; además, algunas secuencias violentas pudieron haber sido eliminadas en su edición final, sin que la narración quedase afectada. De todos modos, el espectador presencia un buen film de entretenimiento que supera al promedio del género.
Jorge Gutman
PPP
CONTROL. Gran Bretaña, 2007. Un film de Anton Corbijn
Aunque este film enfoque la vida de un cantante de una conocida agrupación de música rock, el realizador Anton Corbijn dista de adoptar el enfoque tradicional. En lugar de asumir el carácter de un film musical, enfatiza en la faceta de un individuo atormentado que no pudo enfrentar las responsabilidades que la vida le exigía.
Control aborda la vida de Ian Curtis, una leyenda del rock que fue el miembro líder de la banda orquestal “Joy Division”. El director obtuvo fotografías de Curtis en varias oportunidades; ese contacto directo que tuvo con él, permite suponer que lo que se ve en pantalla se basa en forma fidedigna en los acontecimientos descriptos. Rodado en blanco y negro, el film adopta un singular realismo con su tono grisáceo y lúgubre, muy semejante a la de la angustiada existencia de su protagonista. Sin caer en la fácil concesión de ciertos melodramas, el relato es hondamente emotivo y además se destaca por la buena descripción de sus personajes y la pintura del medio en que transcurre la acción.
La historia está inspirada en la autobiografía Touching from a Distance de Deborah Curtis, quien fue la abnegada y devota compañera de Ian, donde relata las experiencias vividas con su marido. Durante los primeros años de la década del 70, el muchacho vio pasar sus años de adolescencia en una pequeña ciudad sin muchos atractivos, cercana a Manchester. Sus ratos de ocio transcurren escuchando la música de sus ídolos del rock como Iggy Pop y David Bowie, en tanto que su vida sentimental está ligada a Deborah, una buena chica del lugar. Después de 3 años de noviazgo y con sólo 19 años de edad, se casa con ella. El comienzo de la vida en común es auspicioso; además de contar con una compañera y amiga que siempre lo apoya, Ian encuentra el espacio necesario para satisfacer sus inclinaciones musicales y así forma con sus amigos una banda musical donde además de ser su elemento crucial, también se ocupa de escribir la letra de los temas musicales. En poco tiempo el grupo alcanza gran notoriedad y adopta el nombre de “Joy Division”.
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A partir de allí hay una serie de elementos que comenzarán a perturbar la vida de Ian; por un lado, es víctima de la epilepsia, por el otro, aunque feliz con el nacimiento de la hija que llega al hogar, siente que las responsabilidades crecientes de marido y padre lo van abrumando. Los hechos se complican cuando se relaciona sentimentalmente con una chica belga que está a cargo de la promoción musical del conjunto. No pudiendo tolerar la enorme carga que lleva sobre sus hombros con un sentimiento de culpa que lo corroe y su condición neurológica creciente, decide poner fin a su existencia a la temprana edad de 23 años y en pleno éxito de su carrera musical.
El guión de Matt Greenhalgh exuda una gran autenticidad en la descripción de sus personajes. Contrariamente a lo que uno esperaría de una personalidad del rock, Curtis es un individuo de desgarbada presencia física reflejando casi permanentemente un estado de melancolía y de gran vulnerabilidad. Sam Riley lo encarna a la perfección y va transmitiendo con dolor el sentimiento de culpa que embarga a su personaje al estar engañando a su esposa y destruir el núcleo familiar; la falta de orientación y enfoque, así como su falta de madurez para ser responsable de sus actos, logra en Riley una total compenetración.
Por su parte Samantha Morton también se luce como Deborah; esta versátil actriz transmite toda la gran pena de alguien que queriendo mucho a su marido, se halla impotente en poder calmarle sus traumas y ansiedades. Alexandra Maria Lara también resulta muy convincente en un papel pequeño como la amante de Ian a quien trata de infundirle amor y confianza.
No es necesario estar familiarizado ni tener predilección por la música rock para gustar de este film; es lo suficientemente humano y conmovedor como para que ningún espectador resulte indiferente a lo que está presenciando. Al concluir el relato, hay una sensación de tristeza al comprobar de qué manera uno puede caer en la fatalidad de adoptar irracionalmente el acto destructivo e irreparable del suicidio.
J.G.
PPP½
SLEUTH. Gran Bretaña, 2007. Un film de Kenneth Branagh
Este film basado en la obra de Anthony Shaffer ya fue llevado al cine en 1972 por el realizador Joseph Mankiewicz, con la interpretación de Laurence Olivier y Michael Caine. Esta nueva versión, cuyo conflicto central y resolución no se diferencia de la anterior, tiene su razón de ser debido a la excelencia de su equipo; así, la presencia de un gran guionista, un inteligente director y dos actores que se han sumergido por completo en la piel de sus personajes, contribuyen a que este divertimento lúgubre pueda seguir deleitando a pesar del paso del tiempo.
Shaffer no concibió una obra maestra sino una pieza de cámara nada pretenciosa que permitía mantener la atención del público siguiendo los parlamentos de sus actores. Aquí sigue prevaleciendo el mismo criterio con la nueva adaptación realizada por Harold Pinter. Este eximio dramaturgo y ganador del premio Nóbel de literatura, hace uso de su tradicional habilidad para introducir diálogos ingeniosos a los artificios y vueltas de giro elaborados por Shaffer. De allí, que el film debe ser juzgado más por el duelo verbal que se suscita entre sus dos protagonistas que por la naturaleza intrínseca del relato.
En esencia, la historia gira en torno a un novelista millonario de novelas detectivescas que recibe en su casa a un actor desempleado que mantiene una relación amorosa con su esposa. El visitante quiere que el dueño de casa otorgue el divorcio a su amante para que pueda casarse con él; el escritor le hace una proposición como condición para acceder a su deseo. Hasta aquí el planteo de Shaffer; lo demás es mejor no anticipar para no develar las diferentes sorpresas que el autor va deparando.
En todo caso el público asiste a un juego macabro de tres partidas donde cada uno de los dos jugadores trata de sacarle ventaja al otro hasta el momento en que alguno de ellos resulte triunfador.
Lo expuesto está brindado a través de conversaciones brillantemente dialogadas gracias a Pinter. De este modo, los diálogos entre Michael Caine, como el maduro novelista Andrew Wyke, y Jude Law, como el joven visitante Milo Tindle, adquieren momentos bien logrados de tensión, humor, e ironía.
El relato que transcurre exclusivamente en los interiores de la mansión de Andrew evita cualquier efecto claustrofóbico; eso es debido en buena parte a la satisfactoria dirección de Kenneth Branagh quien con su puesta escénica aprovecha al máximo el espacio en que se desplazan Wyke y Tindle; además, el placer visual que proporciona el lugar con su original dispositivo de alarma, sistema de seguridad máxima y un despliegue de elementos de metal y vidrio asemejando a una galería artística de estilo modernista, evita cualquier posibilidad de monotonía.
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La interpretación es otro de los méritos del film. Michael Caine, en el papel que en 1972 desempeñaba Olivier y Jude Law, en el rol que asumió Caine en la primera versión, obtienen una química excelente; ambos actores transmiten la lucha física y psicológica que sus personajes requieren para determinar quien será el vencedor en la puja que los involucra.
Para concluir, la única objeción que merece esta versión es la aproximación homo-erótica que Pinter brinda a sus caracteres en la parte final del relato; aunque constituye una sorpresa adicional del mismo, no resulta acertada con la visión que uno se ha formado de sus personajes. La observación señalada no llega a desmerecer al film. J.G.
PPP
ELIZABETH: THE GOLDEN AGE. Estados Unidos, 2007. Un film de Shekhar Kapur
Se suele decir que segundas partes no son buenas. Aunque no siempre es cierto (por ejemplo The Godfather II fue superior a The Godfather), esta versión de Elizabeth I -continuación de la película juzgada en 1998 con el mismo director y actriz principal- desilusiona porque carece de la ingeniosidad, dinamismo y frescura de aquélla. Lo que aquí se presencia se asemeja más a una historieta que a una visión histórica del momento en que transcurre la acción.
A su favor, cabe señalar que el film se ve realzado por su pomposidad, fastuosidad, riqueza visual, vestuario y diseños de producción, además de un elenco de lujo que contribuye a brindarle un toque de distinción. Sin embargo, lo objetable es el pobre guión de William Nicholson y Michael Hirst; más allá de la falta de rigurosidad histórica, el libro cinematográfico se entretiene con detalles innecesarios mientras que pasa con demasiada rapidez aspectos más relevantes de destacar si se tiene en cuenta el momento dramático que atravesaba Inglaterra en el período en que transcurren los hechos.
El año es 1585. España –en ese entonces la nación más poderosa de Europa- inicia una guerra santa apoyada por el Papa, para implantar el catolicismo en el continente; el obstáculo que debe vencer es Inglaterra que cuenta con una reina protestante. La estrategia del monarca español Felipe II es reemplazar a Elizabeth I (Cate Blanchett) por su prima católica Mary (Samantha Morton), reina de Escocia y prisionera política de aquélla.
Frente a este planteo inicial, el relato prefiere enfatizar en los aspectos internos que Elizabeth I debe abordar. Conocida en la historia como la Reina Virgen, sus consejeros, entre ellos Sir Francis Walsingham (Geoffrey Rush), tratan de persuadirla para que se case; sin embargo, la soberana va rechazando a sus potenciales cortejantes hasta que llega el momento en que se siente atraída por Sir Walter Raleigh (Clive Owen), un navegante explorador de buena presencia recién llegado del Nuevo Mundo y que aunque leal a Su Majestad prefiere en cambio la dulzura de su joven camarista (Abbie Cornish). Históricamente, poco se sabe sobre la relación entre Elizabeth I y Raleigh, pero lo concreto es que ese episodio que culmina con una escena de celos de la monarca –muy poco convincente por cierto- sacrifica espacio del relato para hechos más importantes como, por ejemplo, los referidos a la presión que ella siente de sus consejeros para decidir la suerte de María Estuardo, su enemiga política. Finalmente, la guerra final que España libra contra Inglaterra y que origina la lucha naval entablada entre las dos armadas, se asemeja más a un film de aventuras que a un relato dramático de honda envergadura.
En lo que concierne a la interpretación, Blanchett está radiante a pesar de que no representa los 52 años que su personaje tenía en la época que se desarrolla la acción, Rush vuelve a repetir sus logros del film anterior, Owen ofrece brío y masculinidad a su personaje mientras que Morton transmite cabalmente la dignidad de María Estuardo en los últimos instantes de su vida, secuencia que da lugar a la única escena emotiva del film. Sin embargo, los meritos de los actores no logran compensar la falta de una intriga dramática que otorgue aliento al relato; así nadie llega a conmiserarse de los sacrificios que Elizabeth debe realizar por el bienestar de sus súbditos, ni tampoco importa mucho la suerte de los restantes personajes. En conclusión, en lugar de un film meritorio el público asiste a una lección de historia anémica y opaca. J.G.
PP
LUST CAUTION. Hong Kong-Estados Unidos, 2007. Un film de Ang Lee
Ang Lee, ganador del Oscar 2006 al mejor director por Brokeback Mountain, retorna al cine con Lust Caution. Se trata de un relato bien hecho y de indiscutible belleza, cuyo contenido sexual puede ser cuestionado por la forma en que ha sido expuesto. En el último festival de Venecia este film obtuvo el máximo premio aunque está muy lejos de ser una obra maestra; es demasiado contenido, su acción es innecesariamente lenta y solamente en su segunda mitad adquiere relevancia.
Lee ha trasladado a la pantalla un cuento (Se, Jei) de Eileen Chang, con un tema de espionaje que origina lealtades conflictivas. El relato que transcurre durante el período de la ocupación japonesa en China, comienza en Shangai en 1942, retrocede a 1938 en Hong Kong y posteriormente la acción retorna a Shangai en 1941 hasta su desenlace que tiene lugar al año siguiente. En ese período convulsionado y crítico que vivió el pueblo chino, Wong Chia Chi (Tang Wei), una joven estudiante universitaria, acepta colaborar con un movimiento patriótico de resistencia; su labor consistirá en servir de anzuelo para atraer a Mr. Yee (Tony Leung) y entregarlo al grupo para ser asesinado. Yee, es un alto funcionario chino colaboracionista de los japoneses cuya función es la de investigar, torturar y ejecutar a sus conciudadanos.
Para lograr su propósito, Wong asume una identidad diferente, simulando ser la señora de un importante hombre de negocios; en forma sutil y gradual va seduciendo a Yee hasta el instante en que se produce entre ambos una fuerte descarga sexual. Así surge una relación pasional que en su comienzo adopta un carácter sado-masoquista, un tanto desagradable de contemplar.
Sin llegar a lo pornográfico o gratuito, los desnudos frontales y las escenas de copulación cobran máximo relieve ilustrando la unión de dos cuerpos efectuando proezas deportivas y adoptando posiciones sexuales raramente vistas en cine. Lee trata de enfatizar la coerción, tormento, dolor e intimidad que experimenta la pareja en cada uno de esos encuentros, así como resaltar el modo en que un sentimiento de odio puede desembocar en una tórrida atracción hasta el límite de llegar a frustrar las motivaciones que persigue la joven espía. Con todo, esa franqueza sexual lograda a expensas de su contenido erótico puede ser discutible.
Los detalles de producción son inobjetables; además de la excelente recreación de época –donde hasta un tango rioplatense se deja oír en un café de Shangai-, la película se destaca por la buena fotografía de Rodrigo Prieto y la acertada música compuesta por Alexandre Desplat.
Las objeciones del film residen en sus 157 minutos de duración donde en su primera hora y media es muy poco lo que está sucediendo. Hay secuencias excesivamente largas como la de una partida de mahjong -un juego de mesa de origen chino- en donde diez minutos de metraje son utilizados para seguir las conversaciones banales de sus jugadores. Curiosamente, y a pesar de su larga duración, poco se puede inferir de la verdadera personalidad de sus personajes, impidiendo una identificación con los mismos porque todo transcurre en un clima demasiado distante y de escasa emoción. Después de su proyección, el espectador queda con la impresión de haber visto un film de respetable nivel artístico pero cuya frialdad hará difícil que perdure en su memoria. J.G.
PP½
LADRON QUE ROBA A LADRON. Estados Unidos, 2007. Un film de Joe Menéndez
El relato de este film, eminentemente latino a pesar de tratarse de una producción estadounidense, gira en torno a un asalto cuidadosamente concebido. El tema no es nuevo y obviamente el mejor ejemplo en la materia es el clásico film francés de Jules Dassin Rififí(1955), aunque hay otros títulos incluyendo la reciente serie de Danny Ocean (11, 12 y 13) con George Clooney y/o Brad Pitt entre otros. A pesar de que estos actores no formen parte del elenco de este film, el reparto de actores latinos que participan en el mismo imprimen dinamismo, expresividad y simpatía, gracias a las peripecias alocadas que les hacen vivir sus personajes.
La acción que transcurre en Los Angeles se centra en dos experimentados ladronzuelos, Emilio (Miguel Varoni) y Alejandro (Fernando Colunga), quienes están dispuestos a vengarse de un gran manipulador y estafador de guante blanco como lo es Moctesuma Valdés (Saúl Lizaso). La intención es despojarlo de su inmensa fortuna obtenida a través de la venta televisiva de productos falsamente medicinales que supuestamente solucionan el problema de la calvicie, mejoran la proeza sexual masculina, disminuyen la grasa excedente de las mujeres, y hasta llegan a curar el cáncer. Como siempre existen ingenuos que caen en la trampa, este desagradable y arrogante empresario va amasando su riqueza a costa de ellos.
En la primera parte Emilio y Alejandro van integrando su equipo humano, formado por inmigrantes legales de la comunidad latina, a quienes se les adjudican las tareas que deberán desempeñar durante el asalto; entre los mismos se encuentra un experto electrónico, un obrero de la construcción, y una institutriz que trabaja en la casa de la víctima y es cómplice de la operación.
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La implementación del robo tiene lugar en la segunda parte del film y en la residencia de Valdés porque este individuo no confía de las instituciones bancarias para resguardar su dinero, prefiriendo mantenerlo en su propia caja de seguridad. La ocasión es en ocasión de celebrarse una fiesta en su honor por haber sido consagrado “el empresario del año”.
En tono de comedia risueña, donde la credibilidad de las situaciones puede ser puesta en tela de juicio, Joe Menéndez como realizador y Jojo Henrickson como guionista han logrado un film agradable que además de distraer permite que uno se contagie con el entusiasmo desplegado por artistas latinos provenientes de Argentina, México, Venezuela y Estados Unidos. Todos ellos, son, capaces de animar un relato cálido con un desenlace a lo Robin Hood que justifica al bien conocido refrán de que “quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón”.
J.G.
PP½
WE OWN THE NIGHT. Estados Unidos, 2007. Un film de James Gray
Presentado en el último festival de Cannes, We Own the Night suscitó controversias debido a que muchos críticos consideraron que la narrativa demasiado convencional del film no lo hacía meritorio de haber sido seleccionado en la sección competitiva. Sin embargo, y aunque ciertamente no se aparta de los moldes tradicionales de un melodrama policial, la película denota autenticidad, está bien realizada y no está exenta de impacto emotivo; además, supera con amplitud el nivel de algunos filmes presentados en la misma sección como lo fueron, Promise me this de Emir Kusturica y The Man from London de Béla Tarr.
Sin la profundidad ni la caracterización psicológica de The Departed de Martin Scorcese o de Eastern Promises de David Cronemberg, la película de James Gray no llega a defraudar. El film, cuyo título proviene de la divisa de la unidad criminal de la policía de Nueva York encargada de los delitos en la vía pública, transcurre en la década del 80 y se centra en una familia de origen polaco. Bert Grusinsky (Robert Duvall), que es un eminente miembro policial de Nueva York, tiene dos hijos que han adoptado actividades profesionales completamente dispares; mientras que Joseph (Mark Wahlberg) decidió seguir los pasos de su padre integrando la fuerza policial, su hermano Bobby (Joaquin Phoenix) es el gerente de un club nocturno que pertenece a la mafia rusa y que utiliza al local para encubrir actividades vinculadas con el narcotráfico. Por obvias razones, Bobby se cuida muy bien en ocultar sus lazos familiares, sobre todo porque su padre y hermano están al acecho para desenmascarar las actividades delictivas de esos gangsters. Cuando el enfrentamiento entre los mafiosos y la policía se torna más violento, Bobby se encuentra arrinconado al tener que optar entre la lealtad familiar o evitar traicionar la confianza depositada en él por sus jefes; sin embargo, cuando su hermano es herido por uno de los miembros de la mafia y su padre se convierte en víctima, ya no le caben dudas sobre el camino que deberá seguir para proteger a su familia.
A pesar de recurrir a ciertos estereotipos del género y admitiendo que no siempre todo los elementos de la trama llegan a convencer en forma completa, el film compensa esos inconvenientes al reflejar fielmente el ambiente nocturno donde transcurre la acción con sus aristas sombrías y lúgubres. Además registra algunas secuencias de lograda acción, como –por ejemplo- la que tiene lugar durante una implacable persecución de automóvil; aunque esa cacería humana no constituye algo novedoso para el cine, aquí existe una palpable tensión que no tiene desperdicio alguno.
A nivel de actuación, tanto Phoenix como Wahlberg demuestran una confianza total en sus respectivos personajes transmitiéndolos con naturalidad y convicción. Por su parte Duvall se impone con su presencia y ofrece otro de sus trabajos que sirve para ratificar su solidez interpretativa.
En síntesis, aunque este tercer largometraje de Gray no sea una obra memorable, es apreciada con interés porque en ningún momento deja de cumplir con su cometido de eficaz entretenimiento que habrá de satisfacer a los adictos del género. J.G.
PPP
THE DARJEELING LIMITED. Estados Unidos, 2007. Un film de Wes Anderson
Wes Anderson es uno de los directores más originales del cine independiente americano debido, entre otras razones, al tratamiento que imprime a sus relatos, donde queda resaltada la excentricidad de sus personajes. The Darjeeling Limited sigue la línea usual y la impresión que cause en el espectador dependerá de su estado de humor para aceptar o no la lógica o coherencia que el film le propone.
El relato transcurre en la India y gran parte del mismo tiene lugar a bordo de un tren que lleva como nombre el título del film. Después de haber estado separados por espacio de un año, tres hermanos americanos con diferente nivel de neurosis se reúnen en el mencionado tren para solidificar el lazo familiar y emprender un viaje espiritual. El mayor de ellos, Francis (Owen Wilson) de naturaleza dominante, es quien convocó a los otros dos para el encuentro; él es el más frágil y vulnerable de los tres, sobre todo después de haber sufrido un accidente de motocicleta que casi lo mata, habiéndole dejado marcas en su rostro y en su cabeza que están cubiertos por vendas para cicatrizar las heridas. Peter (Adrien Brody), el hermano que le sigue en edad, es el que aparenta más estabilidad aunque parece que tiene algunos problemas con su esposa quien está a pocas semanas de dar a luz; en su relación con Francis, no le resulta agradable que éste decida e imponga lo que le parece más conveniente. Finalmente, Jack (Jason Schwartzman) con vocación de escritor, siente pena porque su novia acaba de abandonarlo y está obsesionado en verificar los mensajes que ella recibe en su contestador telefónico. Quien más, quien menos, estos tres personajes con valijas que irán perdiendo a lo largo del camino, guardan un pintoresquismo nada desestimable y durante el trayecto ferroviario se comportan como adolescentes que fastidian a los restantes pasajeros, entre otras razones por llevar consigo una no muy amistosa serpiente. A la hora de metraje, y después de ser expulsados por el inspector del tren, se encuentran obligados a vagar por el desierto hasta llegar al próximo destino que es un retirado convento donde vive la madre (Anjelica Huston) que abandonó el hogar para convertirse en monja.
Si de lo que precede, el lector llega a creer que el film se remite a una sarta de tonteras, en principio no estará muy desacertado. Lo que sucede es que los disparates expuestos pueden ser aceptados porque llegan al límite de lo tolerable y aunque la historia no tiene mucho contenido para rellenar sus 90 minutos de metraje, exuda cierta atractiva melancolía que permite mantener interés, sobre todo por saber cómo concluirá el relato.
Como balance general esta película se deja ver por el pintoresquismo de sus personajes centrales, por el exótico medio ambiente indio donde transcurre la acción, y porque las situaciones absurdas planteadas ofrecen un humor seco que provoca algunas sonrisas amables. La interpretación global es de buen nivel, así como la resplandeciente fotografía, su agradable música y el colorido vestuario. J.G.
PP½
INTO THE WILD. Estados Unidos, 2007. Un film de Sean Penn
Sean Penn reafirma sus condiciones de importante realizador en Into the Wild su trabajo más logrado hasta la fecha.
Este film, que en ciertos momentos reviste características épicas, es de gran contenido humanista en su ilustración de cómo aquellos individuos no apegados a los valores tradicionales (the “American Way of Life”) del gran país americano o quienes disienten de los excesos de una sociedad materialista, terminan siendo condenados como seres marginales. Con tal propósito, Penn conduce al espectador desde el corazón de los Estados Unidos hasta los confines montañosos de Alaska, a través de vastos escenarios naturales poblados por personajes inusuales, generalmente ignorados en el diario vivir de las grandes urbes.
El guión escrito por el realizador en base al libro de Jon Krakauer del mismo nombre recuenta en forma no lineal la verídica historia de Christopher McCandless. Este joven de 22 años de edad, proveniente de un confortable hogar de clase alta, apenas graduado de la Universidad de Emory en 1990 decide abandonar todos los privilegios que la riqueza es capaz de ofrecerle dejando su hogar y sin comunicar su paradero a sus padres (William Hurt y Marcia Gay Harden) ni a su hermana (Jena Malone). Después de destinar su dinero personal a obras de caridad y de destruir su cédula de identificación personal para eliminar su pasado por completo, inicia un largo viaje. Desde Atlanta a Arizona, pasando Dakota del Sur, California y otras regiones del país, llegará finalmente a su meta que es Alaska. En su trayecto, habrá de encontrarse con inconvenientes de diferente índole y con personajes cálidos, como un granjero que es arrestado por producir drogas (Vince Vaughn), una pareja de hippies (Brian Dierker y Catherine Keener) llevando una vida bohemia, una jovencita (Kristen Stewart) de 16 años con quien mantendrá una relación platónica, y un anciano viudo (Hal Holbrook) de nobles sentimientos que desea adoptarlo como nieto.
Como gran poeta de lo visual, Penn incorpora a la naturaleza como el co-protagonista de su obra. Madre natura gravita en las peripecias que atraviesa Christopher a lo largo de su periplo; así tanto las cimas nevadas, como las mesetas, montañas, valles, desiertos, saltos, ríos y otros accidentes geográficos parecerían adquirir voz propia y contribuyen a darle a este muchacho el medio ambiente apropiado para lo que él cree que constituye el sentido último de su existencia; todo ese vasto espacio libre, virgen, rústico, yermo, no contaminado por la civilización, es ofrecido con un lirismo singular, donde gran parte del mérito es debido a la extraordinaria fotografía de Eric Gautier, brindando imágenes hipnóticas y redescubriendo un continente diferente.
Además de la ambientación física, el film descansa en la personalidad de un individuo difícil de precisar. ¿Cómo calificar a este antihéroe que encontrará un trágico final en la soledad de un destartalado autobús abandonado de Alaska? Penn lo describe como el típico rebelde, pero también como un empedernido vagabundo, un explorador aventurero dispuesto a encontrar un sentido a su vida, un muchacho egoísta que no prevé el dolor de sus padres pero que en su pensamiento póstumo se ve como el hijo pródigo retornando al hogar y abrazando a los suyos; ¿pero fue realmente todo eso, o simplemente un idealista utópico? Poco importa la respuesta ya que cada espectador habrá de encontrar la suya. Lo concreto es que Into the Wild emerge como una obra lúcida e inteligente gracias a su brillante director y a un conjunto de notables actores donde sobresalen Emile Hirsch, transmitiendo todas las facetas de la compleja personalidad de Christopher McCandless, y la veteranía del gran intérprete Hil Holbrook. J.G.
PPP½
SHAKE HANDS WITH THE DEVIL. Canadá, 2007. Un film de Roger Spottiswoode
Los varios filmes exhibidos en los últimos años reflejando el drama de Ruanda me hicieron pensar que otro nuevo en la materia no agregaría mucho más a lo ya conocido. Debo admitir que estuve equivocado puesto que este documento es sin duda el que mejor refleja la tragedia vivida por el pequeño país africano. Basado en el libro autobiográfico del General Roméo Dallaire, el realizador Roger Spottiswoode ha logrado una película de calidad que constituye una genuina oda al heroísmo, coraje e integridad de un individuo excepcional como Dallaire.
Si el material contenido en el libro es de fundamental importancia para ilustrar la inoperancia de los países de mayor poder económico y político y la inacción de las Naciones Unidas para haber evitado el genocidio de Ruanda, el film se valoriza por la participación de Roy Dupuis quien realiza una labor admirable animando al héroe canadiense; no solamente su aspecto físico se asemeja al de Dallaire, sino que también es sorprendente apreciar cómo lo refleja humanamente. En todo caso, lo que interesa destacar es que lo que aquí se recuenta y expone con gran claridad y honestidad, constituye un importante legado para que futuras generaciones asimilen esta triste lección; lo fundamental es que los hechos de Ruanda no pueden ser olvidados o considerados simplemente como un capítulo más de la reciente historia africana sino como una aberrante manifestación de crueldad del siglo pasado.
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El film más allá de reseñar los hechos que condujeron a la guerra civil y a la matanza de 800 mil tutsis y moderados hutus por parte de los hutus, destaca la crisis de conciencia que vive Dallaire, un general que en 1993 se traslada de Canadá a Kigali al haber sido designado jefe de la misión de paz de las Naciones Unidas; eso acontece poco antes del comienzo de la masacre en Abril de 1994 y que habría de extenderse durante tres sangrientos meses.
Aunque los hechos reseñados son conocidos, el film enfatiza la difícil situación de Dallaire. El general, que no debe tomar partido con ninguno de los grupos beligerantes, se halla prácticamente arrinconado; con un reducido contingente y con un mandato inadecuado por parte de las Naciones Unidas, no cuenta ni con la autoridad ni con los recursos necesarios para conjurar la crisis. La poca o nula cooperación de las potencias internacionales y la acción burocrática de las Naciones Unidas contribuyen a que este hombre se encuentre impotente de cumplir con su misión pacificadora creándole un problema moral que lo llega a atormentar. Aunque no ha sido capaz de frenar el genocidio, el general desempeña su misión con lucidez, humanidad e imparcialidad excepcional, logrando salvar 30 mil vidas. De todos modos, eso le sirve de escaso alivio para su conciencia ya que en su visión –objetivamente indiscutible- nadie puede resucitar la vida de niños, hombres y mujeres inocentes masacrados en la guerra fratricida.
Después de su retorno a Canadá, habiendo arriesgado su vida con gran valor, Dallaire continúa con su misión inquebrantable de recordar al mundo lo sucedido en Ruanda, para que la comunidad internacional reaccione con más energía frente a otros crímenes de la humanidad como en el caso de Darfur
De acuerdo a lo que se indica en los créditos finales de este film, este auténtico héroe continúa preocupándose sobre las violaciones de los derechos del hombre, los genocidios y la limpieza étnica que agobia a la humanidad. Por Dallaire, por la magnífica reconstrucción de los hechos, y por la extraordinaria interpretación de Roy Dupuis, esta película filmada en los auténticos escenarios donde transcurrieron los hechos, merece mi incondicional recomendación. J.G.
PPP
THE JANE AUSTEN BOOK CLUB. Estados Unidos, 2007. Un film de Robin Swicord
El realizador Robin Swicord no habrá inventado la rueda pero hay que reconocerle su habilidad para narrar una película que, aunque liviana, reúne la dosis necesaria de romance, drama y humor para conformar. El film es un relato coral basado en la novela de Karen Joy Fowler, quien a su vez se inspiró en la producción literaria de la célebre escritora Jane Austen. No es condición necesaria conocer la obra de esta autora, pero quien esté familiarizado con la misma gozará más con la problemática de sus personajes.
Teniendo en cuenta que Austen escribió seis libros en su breve existencia (1775-1817), el film los iguala en el número de sus personajes principales donde sus respectivas guardan cierta similitud con los caracteres concebidos por ella en cada una de sus novelas. A pesar de que la acción transcurre en escenarios diferentes -Sacramento, California- y en la época actual, lo que el film trasluce es que el idealismo romántico, las desilusiones, la complejidad de la vida matrimonial, la amistad y solidaridad y algunas de las complicaciones que entraña la vida social comunitaria, son aspectos que resultan inmunes al paso del tiempo y que no reconocen fronteras geográficas.
Entre los varios personajes se encuentra Jocelyn (María Bello) una mujer en sus cuarenta y tantos años y alejada de compromisos sentimentales; al morir su fiel perro, experimenta enorme pena y un gran vacío. Su gran amiga Bernadette (Kathy Baker), de opuesta personalidad y con 6 casamientos y divorcios a cuesta, trata de ofrecerle consuelo y apoyo resolviendo formar un club de lectores consagrado a las obras de Austen. Al mismo se adhiere Sylvia (Amy Brenneman), otra amiga de larga data de Jocelyn, quien sufre el desconsuelo de ver que su marido (Jimmy Smits) decide dejarla por otra mujer después de 25 años de casados. El cuarto miembro del club es Allegra (Maggie Grace), hija de Sylvia, quien lo hace para ofrecerle apoyo. Prudie (Emyly Blunt), una joven profesora de francés recién casada, se desilusiona cuando su marido anula su anhelado viaje a Francia –país que jamás visitó- por razones de negocios y cuando llega a conocer a Bernadette acepta su invitación para participar en el grupo. El sexto y único miembro masculino del club es Grigg (Hugh Dancy), quien se asocia al mismo para estar cerca de Jocelyn, por quien se siente atraído. Estas seis personas se reúnen durante el transcurso de 6 meses, cada vez en la casa del otro, para discutir los diferentes textos de Austen, y brindando interpretaciones personales sobre la novela que se está analizando; además del propósito intelectual, estas reuniones sirven como terapia para resolver o mitigar los problemas individuales de cada miembro del grupo.
No siempre las dificultades emocionales de estos seis caracteres son un exacto reflejo de lo que acontece con los personajes de Austen, sin embargo en líneas generales se aproximan a los mismos ofreciendo un paralelismo aceptable. Aunque el guión no alcance la ingeniosidad del repertorio literario de Austen, es lo suficientemente satisfactorio para conformar un film que está animado por un grupo de actores -integrado por nombres muy conocidos- que infunde entusiasmo al relato. En resumen, sin tener relevante trascendencia, este film se deja ver como un entretenimiento agradable. J.G.
PP½
FEAST OF LOVE. Estados Unidos, 2007. Un film de Robert Benton
Aunque bien inspirado y noble en su intención de examinar las experiencias amorosas de un grupo de personas, Feast for Love nunca llega a cristalizar; se deja ver pero no llega a impactar.
Sin ser decididamente mediocre, el film es un proyecto fallido que deja la sensación de algo rancio, o vetusto. Como lo que aquí se ofrece es algo que ya ha sido considerado en múltiples ocasiones, lo “deja vu” debe ser superado infundiendo energía y/o fuerza dramática al relato; eso es lo que el realizador Robert Benton deja de lado y en consecuencia la novela de Charles Baxter, en el que la historia está basada, pierde vigor en su transposición cinematográfica.
La acción que transcurre en una pequeña comunidad de Oregón presenta a Harry Stevenson (Morgan Freeman), un profesor de filosofía que observa los movimientos y el comportamiento del grupo humano del lugar, además actúa como consejero sentimental para quienes lo necesiten. Este hombre que trasunta nobleza quiere en forma entrañable a Esther, su mujer (Jane Alexander), y ambos no pueden disimular la tristeza que les agobia al haber perdido a un hijo por causa de una sobredosis de heroína.
Bradley (Greg Kinnear), es otro de los habitantes de la zona y dueño de una cafetería a la que Harry asiste diariamente. Su vida sentimental es poco menos que un desastre; así, su señora (Selma Blair) lo deja por haberse enamorado de otra chica y cuando se casa por segunda vez con una agente inmobiliaria (Radha Mitchell), ésta lo engaña con un hombre casado (Billy Burke).
Otro vínculo romántico se establece entre Oscar (Toby Hemigway), un empleado de la cafetería de Bradley, y Chloe (Alexa Davalos), una joven que llega allí en procura de empleo; el apasionado amor a primera vista de estos muchachos atraviesa momentos difíciles debido a la actitud del padre de Oscar (Fred Ward), un borracho empedernido, que desaprueba esa relación.
En rigor de verdad, el relato no expone suficiente material como para extraer conclusiones acerca de la naturaleza del amor y sus variaciones; el tono melodramático del film tampoco ayuda. El romance de Oscar y Chloe reviste poco interés, el mal de amores de Bradley es muy poco convincente y solamente el amargo trance de Harry y su esposa ofrece la posibilidad de rescatar los escasos momentos emotivos del film.
En general, los acontecimientos transcurren en un lapso de escasas semanas sin que exista un desarrollo dramático que perfile mejor la evolución de los hechos, que por otra parte son predecibles y no reservan sorpresa alguna. Los actores brindan lo mejor de sí mismos con el material que se les ofrece; pero ciertamente el mensaje de esta historia -el amor como fuente de nutrición para recomponer o cicatrizar heridas- aparece deslucido y sin mayor gravitación; esa es la razón por la que el film aparezca añejo y vetusto. J.G.
PP
DVDs
REPRISE (Mongrel)
No es muy frecuente presenciar cine de origen noruego, con excepción de los filmes que en ciertas ocasiones suelen figurar en la programación de los festivales canadienses. Precisamente, REPRISE que fue exhibido el año pasado en el Festival de Toronto pero nunca estrenado comercialmente en Canadá, permite ahora ser juzgado en video gracias a la edición de Mongrel.
Esta primera película de Joachim Trier se aproxima al mundo inquieto de los jóvenes noruegos deseosos de convertirse en escritores. El relato sigue los pasos de dos de ellos y amigos entre sí, Philip (Anders Danielsen Lie) y Erick (Espen Klouman-Heiner), donde en el comienzo del film envían sus respectivas primeras novelas a los editores. Mientras que Philip tiene éxito al conseguir que su trabajo sea publicado, Erick fracasa en el intento aunque eso no le impide tratar de vencer los obstáculos hasta llegar a lograr su propósito.
Más allá de describir el clima intelectual y los trajines vividos en el medio literario, a través de breves escenas bien elaboradas ,el relato se encarga de ir ilustrando los avatares sentimentales de sus personajes, el torbellino emocional que los envuelve, así como las ilusiones y los sinsabores del éxito.
Desde un punto de vista estrictamente estilístico, el film adopta una estructura original apelando a la presencia de un narrador desconocido que cuenta lo que acontecería si las fantasías de sus personajes se convirtieran en realidad; aunque eso interrumpe la linealidad del relato, su coherencia siempre prevalece y además permite un mejor conocimiento de sus protagonistas.
Como toda primera obra, hay ciertos desniveles en su narrativa pero en todo caso, el espectador tiene posibilidad de acceder a ciertas características de una cultura que a pesar de su modalidad escandinava tiene validez universal.
El DVD se presenta en su versión original noruega con subtítulos en inglés.
LE PRESSENTIMENT (Mongrel-Métropole)
Jean Pierre Darrousin es un buen actor francés que siempre conservó un bajo perfil aunque eso no le impidió distinguirse en los numerosos papeles de apoyo en que le tocó participar. En esta ocasión se ubica por primera vez detrás de la cámara como director y también lo hace como principal intérprete en un relato sencillo y sensible. Basado en una novela de Emmanuelle Bove, su tema enfoca el caso de un abogado parisino de casi 50 años de edad, que deja a su familia y su medio burgués para convivir con gente humilde a quien pueda ayudar o favorecer. Sintiendo que su vida flotaba en un vacío y sin mucha trascendencia, Charles Benesteau (Darrousin) –el personaje en cuestión-, toma su bicicleta y alquila un modesto departamento en un edificio de viviendas populares de París. Observando al mundo de un modo pasivo con relación a todo lo que gira en torno suyo, vivirá algunas experiencias gratificantes, entre ellas la de brindar protección a una chica adolescente.
Más un estudio de caracteres que un relato pleno de acción, el film se deja ver placenteramente porque a pesar del comportamiento un tanto inusual de Charles, uno llega a comprender su deseo de no querer que la vida lo aliene mientras que se esfuerza en ocupar un lugar que más se adecue con su generosidad y altruismo.
El film cuenta con un sólido reparto aunque todo se centra en Darrousin que como intérprete aporta delicadez y ternura a su personaje; en cuanto a su labor como realizador, puede señalarse que su ópera prima es bien auspiciosa ya que ofrece un relato intrigante, luminoso y de a ratos poético, en una narración que campea entre el drama realista y la fábula.
El DVD cuenta con una buena definición y clara nitidez y es presentado en su versión original francesa con subtítulos en inglés.
KIKA (Alliance Atlantis)
Esta película de 1993 constituye la última comedia dislocada de Almodóvar antes de que comenzara su período de madurez artística con “La Flor de mi Secreto” en 1995 hasta “Volver” en 2006. Kika es una mezcla de sátira, farsa y humor negro, que no se distingue por desarrollar una historia con mucho sentido; sin embargo, y a pesar de su incoherencia, nadie se toma muy en serie lo que está contemplando. Tanto el entusiasmo desplegado por su equipo de actores, y la riqueza visual que emana del film, permite que se lo contemple con agrado. Kika, el personaje protagónico interpretado por Verónica Forqué, es una cosmetóloga requerida para maquillar el cuerpo de Ramón (Alex Casanovas), el hijastro de un escritor (Peter Coyote); cuando comienza a hacerlo se da cuenta de que el supuesto occiso no está muerto y a partir de ese instante Almodóvar introduce en su guión una serie de absurdas situaciones con una galería de pintorescos personajes que van apareciendo en escena, en especial el animado por Victoria Abril como una desenfadada anfitriona de un programa televisivo de corte sensacionalista. Sexo, violación, crimen y humor no faltan en un extraño cóctel realzado por vívidos colores y por algunos extravagantes vestuarios aportados por Gianni Versace. En resumen, un caótico film que sin ser el mejor de su realizador lleva impreso sus características distintivas. El DVD está editado en su versión original española con subtítulos en inglés.
EL GRADUADO (Fox Film, Metro Goldwyn Mayer Home Entertainment)
En su época resultó un film refrescante, pleno de gracia, cínico y tonificante que sirvió para consagrar a un joven actor llamado Dustin Hoffman y para cimentar la reputación del director Mike Nichols. La rebeldía juvenil imperante en los años 60 está bien descripta y la banda sonora con las canciones de Simon y Garfunkel sigue fascinando del mismo modo que en su estreno de 1967.
La historia gira en torno de Benjamin, un tímido graduado (Hoffman) que habiendo concluido sus estudios no tiene claro sobre cómo encaminar su futuro. Dentro de esa “problemática”, la confusión del joven aumenta cuando llega a ser seducido por la mujer del socio de su padre (una sexual Mrs. Robinson animada por Anne Bancroft). En tal sentido, pocas comedias hasta ese momento habían logrado transmitir la iniciación sexual de la juventud como lo consiguió esta desenfadada sátira. El momento crucial del film se produce cuando Benjamin llega a enamorarse de la chica de sus sueños (Katharine Ross) y para su gran sorpresa comprueba que la joven es la hija de la madura seductora.
En este DVD lanzado en conmemoración de cumplirse 40 años de su estreno, los agregados son realmente importantes. Se presenta en dos discos que reúnen los comentarios de Dustin Hoffman y Katharine Ross, los de Mike Nichols y Steven Soderbergh, un documental retrospectivo ilustrando la opinión de realizadores y críticos de cine que se refieren a la influencia que tuvo este film, y finalmente 4 canciones de la banda sonora, incluyendo su tema principal Mrs. Robinson. Está editado en su versión original inglesa, doblado al francés, y con subtítulos opcionales en inglés, o español.