CINE EN LA PLAZA
I’M NOT THERE. Estados Unidos, 2007. Un film de Todd Haynes
MARGOT AT THE WEDDING. Estados Unidos, 2007. Un film de Noah Baumbach
ENCHANTED. Estados Unidos, 2007. Un film de Kevin Lima
BEFORE THE DEVIL KNOWS YOU’RE DEAD. Estados Unidos, 2007. Un film de Sidney Lumet
REDACTED. Estados Unidos, 2007. Un film escrito y dirigido por Brian de Palma
LOVE IN THE TIME OF CHOLERA. Estados Unidos, 2007. Un film de Mike Newell
DARFUR NOW. Estados Unidos, 2007. Un film escrito y dirigido por Theodore Braun
MUSIC WITHIN. Estados Unidos, 2007. Un film de Steven Sawalich
DIALOGUE AVEC MON JARDINIER. Francia, 2007. Un film de Jean Becker
LIONS FOR LAMBS. Estados Unidos, 2007. Un film de Robert Redford
LARS AND THE REAL GIRL. Estados Unidos, 2007. Un film de Craig Gillespie
SURVIVING MY MOTHER. Canada, 2007. Un film de Émile Gaudreault
NUE PROPRIÉTÉ. Bélgica, 2006. Un film de Joachim Lafosse.
DVDs
STANLEY KUBRICK. (Warner Home Video)
CRAZY LOVE (Mongrel-Metropol)
LIVE FREE OR DIE HARD (Fox Home Entertainment)
TITANIC: 10mo. Aniversario (Paramount)
I’M NOT THERE. Estados Unidos, 2007. Un film de Todd Haynes
Bob Dylan es considerado como una de las figuras emblemáticas de la música popular de los Estados Unidos. Creador prolífico, intérprete de un estilo personal e inconfundible, este canta autor además ha sido dotado de una capacidad poética única que lo ha convertido en una de las figuras más respetadas de su país. ¿Cómo abarcar en un film la compleja y contradictoria personalidad de este individuo? El realizador Todd Haynes decidió hacerlo acudiendo a un método eminentemente experimental, imaginando varios Dylans diferentes. De allí que deja de lado la biografía tradicional, y recurre a 6 actores para ilustrar las distintas facetas de este artista a lo largo de diferentes períodos de su vida y entremezclando la realidad con la ficción. Lo que queda por ver es hasta dónde su propósito ha sido logrado.
El film es una compilación de historias desarrolladas en su mayor parte durante los años 60 y 70, probablemente el período más relevante en la vida del compositor. En cada relato hay un Dylan con nombre diferente, aunque todos son sus alter egos. El primero de ellos es Woody (Marcus Carl Franklin), un niño negro en constante huída que siente fascinación por la música de Woody Guthrie; otra faceta es brindada por Jack Rollins (Christian Bale), un artista que canta y es autor de la letra de sus temas vinculados con música de protesta; también está Robbie (Heath Ledger), un mujeriego cuya vida personal queda reflejada en sus canciones de amor; el Dylan más curioso resulta ser Jude (Cate Blanchet), un joven andrógino y gran figura del rock; el quinto Dylan es Billy (Richard Gere), un actor que aparece en una película del oeste; el sexto personaje es Arthur (Ben Whishaw), un hombre que siente un gran interés por el poeta Arthur Rimbaud y que ejercerá gran influencia en su composición musical; finalmente, Bale vuelve a interpretar al Dylan que se convierte en pastor evangélico.
El problema fundamental del film es la conexión existente entre estos personajes que no son presentados en forma cronológica y que cuando reaparecen, al no quedar bien claro en la memoria del espectador, crean confusión al no saberse cuál es el Dylan que se está presenciando. Haynes recurre a un mecanismo de presentación original, pero quien no esté familiarizado con el artista corre el riesgo de asistir a un espectáculo sin saber lo qué está pasando. No hay duda que el estilo visual del film es original, pero la forma no debe prevalecer sobre la esencia de un relato que trata de homenajearlo. Se puede admitir que no se esté frente a una biografía rigurosa, pero al menos es lógico esperar que lo que Haynes expone –ya sea verdad o fantasía- permita que uno se forme una idea sobre la vida del músico; eso es precisamente lo que no se percibe en este relato deshilvanado cuyas anécdotas solamente podrán ser apreciadas por los seguidores del músico.
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Todos los artistas cumplen acertadamente con sus roles, aunque por razones del personaje especial que le toca encarar Blanchett es quien más se destaca en la composición que realiza del autor; es de interés la entrevista concedida a un periodista británico (Bruce Greenwood), que de algún modo refleja la particular relación del artista con los medios de comunicación.
La banda sonora del film es uno de sus mayores logros e indudablemente seducirá a los incondicionales de Dylan. Sin embargo, y más allá del respeto que merece Haynes como director, el resultado dista de satisfacer porque no llega a exponer con claridad la vida pública y/privada del compositor. En suma, Dylan sigue siendo un misterio.
Jorge Gutman (J.G.)
MARGOT AT THE WEDDING. Estados Unidos, 2007. Un film de Noah Baumbach
El tema de familias disfuncionales sigue seduciendo al director Noah Baumbach. Después de su anterior título “The Squid and the Whale”, que giraba en torno a la desintegración de un matrimonio y el efecto causado en sus dos hijos, ahora retorna con otro cuadro de familia inestable donde el conflicto se centra en dos hermanas mal avenidas.
Después de haber estado varios años sin hablarse con su hermana Pauline (Jennifer Jason Leigh), Margot (Nicole Kidman) retorna a la casa familiar para asistir a su boda. Desde las primeras escenas en que la cámara enfoca a Margot viajando en tren con su hijo Claude (Zane Pais) al lugar de destino, uno ya tiene la idea de que el encuentro distará de ser placentero. Pocos momentos después del arribo y reencuentro fraternal, comienzan a surgir las tensiones entre ambas que poco ayudarán a cicatrizar viejas heridas. Pauline, que vive con su hija Ingrid (Flora Cross), está embarazada aunque su novio Malcom (Jack Black) aún no lo sabe. Las críticas que efectúa Margot a su hermana por casarse con un individuo sin trabajo fijo, con aire de perdedor y con una apariencia física poco atractiva, generan la primera de las fricciones que habrán de continuar frente a acontecimientos que no resultan de mayor interés para quienes son ajenos al problema de sus personajes.
Contemplar este film es algo parecido a la de asistir a una sesión masoquista donde las riñas familiares terminan frustrando y poniendo a prueba la paciencia del espectador. Si el film previo de Baumbach llegaba a satisfacer con un tema parecido, es porque lo que allí se consideraba tenía la trascendencia suficiente para permitir la inmediata identificación con los problemas de sus personajes. En este caso, las peleas y exabruptos fraternales, más la adición de otros personajes no muy agradables van conformando un clima sofocante donde todo el mundo, con excepción de Malcom, transmite su neurosis de manera tan intensa que contagia irremediablemente al espectador.
Al margen del conflicto central, el relato se completa con hechos poco convincentes; así, la llegada inesperada del marido de Margot (John Turturro) de quien está a punto de separarse, la visita de su amante (Ciaran Hinds) acompañado por una hija adolescente y “lolita” (Halley Feiffer) que es capaz de encender deseos ocultos, sólo ayudan a que la trama resulte más melodramática y fatigante.
Dicho sea de paso, el film nunca aclara qué es lo que distanció a estas hermanas, aunque uno puede presumir que eso se haya debido a celos, competitividad, o frustraciones personales.
Las interpretaciones de Kidman y Jason Leigh son magníficas. La primera se luce brindando una Margot narcisista, malévola y maquiavélica, mientras que. Jason Leigh transmite con precisión la vulnerabilidad de la hermana que tuvo menos oportunidad de triunfar en la vida.
Sin ser decididamente mediocre, el film no está logrado desde el punto de vista de lo que cuenta. A pesar de las excelentes actuaciones y de algunos diálogos punzantes, al terminar su proyección se siente una sensación de antipatía tan marcada con los caracteres del relato que no alcanza a justificar el tiempo invertido en su visión.
J.G.
P½
ENCHANTED. Estados Unidos, 2007. Un film de Kevin Lima
Este último producto de los estudios Disney constituye un retorno a la fuente de las historias de antaño que solían encender la imaginación de los pequeños a través de narrativas sencillas pero siempre plenas de emoción y calidez. A juzgar por el éxito obtenido durante los primeros días de exhibición, la fórmula todavía funciona al atraer en gran número a la gente menuda de una nueva generación. En esta oportunidad, el film combina los dibujos animados con personajes reales; al hacerlo con ingenio y humor, el resultado es un entretenimiento muy agradable que hace honor a su título por ser simplemente encantador.
Amy Adams, cuya labor fue elogiada en “Junebug” (2005), de aquí en más será recordada por su interpretación de la princesa Giselle. En el reino de Andalasia, su soberana Narissa (Susan Sarandon teme que su hijastro, el príncipe Edward (James Marsden), al casarse con Giselle llegue en algún momento a desplazarla del trono. Para ello, la reina resuelve deshacerse de la joven enviándola a un lugar muy lejano del reino mágico donde el príncipe no la pueda ubicar. Después de los primeros 10 minutos de animación, Giselle, vestida con su atuendo de princesa, sale de una alcantarilla ubicada en pleno Manhattan y a partir de allí comienza a vivir sus primeras experiencias como personaje de carne y hueso. No habiendo logrado aún ubicarse y sintiéndose perdida, logra hacer buenas migas con una niña de 6 años (Rachel Covey) quien convence a su apuesto padre (Patarick Dempsey) soltero para que la ayude, brindándole alojamiento. Lo que sigue después es un relato tierno que adopta la modalidad de una comedia romántico-musical con bellas canciones (música de Alan Menken y letra de Stephen Schwartz) y danzas bien coreografiadas.
Con una reina villana que se asemeja a la de Blanca Nieves y con una princesa tan adorable que podría estar asociada a las heroínas de La Cenicienta y la Bella Durmiente, esta película también trae recuerdos de la magia inolvidable de Mary Poppins. Puede que haya quienes encuentren al film un tanto ingenuo en su comparación con algunos otros afortunados exponentes del género de la era actual (como la serie de “Shrek”), pero lo que no cabe duda es que dentro de sus propios parámetros este espectáculo resulta muy agradable de contemplar y que además cuenta con un sano humor que no recurre a expedientes de dudoso gusto para lograr la fácil carcajada.
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Dentro del homogéneo y buen elenco, sobresale Adams; a través de su gracia, señorío y distinción, ella conquista fácilmente a los espectadores. Una mención especial también merece Julie Andrews quien presta su expresiva voz como narradora del relato. La película no puede igualarse a algunas de las obras maestras realizadas por Walt Disney, pero ciertamente el inolvidable maestro de la animación habría gustosamente aprobado esta buena producción.
J.G.
PPP
BEFORE THE DEVIL KNOWS YOU’RE DEAD. Estados Unidos, 2007. Un film de Sidney Lumet
Un cautivante relato de suspenso y más aún es lo que ofrece el veterano realizador Sydney Lumet en su última película. Gracias a un magnífico guión de Kelly Masterson, se asiste a una original y compleja historia humana plena de sorpresas. Para no malograr el interés del potencial espectador sólo se mencionará el punto de partida correspondiente a los primeros 5 minutos de metraje. Andy (Philip Seymour Hoffman) y Hank (Ethan Hawke) son dos hermanos que por diferentes razones están urgidos de dinero. Andy es un ejecutivo de una empresa inmobiliaria y por su condición de drogadicto requiere cada vez de mayores fondos para satisfacer su adicción; Hank, el hermano menor y considerado como un total alcornoque por parte de su ex esposa (Amy Ryan), tiene que afrontar los gastos de mantenimiento de la pequeña hija sin disponer de los suficientes medios financieros para lograrlo. Para solucionar sus problemas, ambos conciben el robo perfecto a una joyería; sin embargo, la operación no resulta como estaba preparada y sus efectos letales gravitarán angustiosamente en la vida de sus familiares.
Lumet demuestra que con sus 83 años aún está en plena forma para brindar un relato potente de gran envergadura emocional. Aquí reanuda un género que ya ha tratado en otros policiales y thrillers (The Anderson Tapes, Sérpico, Dog Day Afternoon), pero en este caso lo acopla con un melodrama familiar; el resultado es un film creativo y absorbente que intriga fuertemente porque es difícil predecir lo que ocurrirá en futuras escenas sin defraudar las expectativas creadas.
Según el material de prensa, el realizador pide al espectador que deje de lado el descreimiento y que acepte las circunstancias y comportamiento de sus personajes. Sin embargo, nada de lo visto parece increíble o poco probable de que suceda en la realidad. Con más frecuencia se asiste en la vida real a comportamientos dinámicos emocionales de grupos familiares que son similares a los de la presente historia.
Gran parte de la atracción del film reside en la forma contada por Lumet. Su narrativa, siempre expeditiva y eficaz, es efectuada en forma no lineal adoptando saltos en el tiempo que se manifiestan en situaciones que tienen lugar antes y después del acto del robo, que a su vez es el motor de propulsión del relato; este recurso permite al público apreciar mejor algunos acontecimientos claves que se van repitiendo bajo la perspectiva de los diferentes personajes.
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La interpretación es de primer nivel. Además de los méritos personales de cada uno de los actores participantes, sus caracteres se ajustan a las necesidades de la historia para justificar sus acciones. Entre los nombres destacables figura Philip Seymour Hoffman; este versátil actor brinda todos los matices requeridos como la eminencia gris de la tragedia familiar. El otro gran actor es Albert Finney animando al padre de los hermanos que está furiosamente obsesionado en saber quién o quiénes han sido los autores del drama familiar. Rosemary Harris, como es habitual en ella, aporta su señorío y capacidad artística en las breves escenas que le toca participar.
En síntesis, el público asiste a un melodrama negro y lúgubre con connotaciones éticas y morales de culpa, remordimiento y castigo. Puede que esta visión lúgubre y pesimista de la condición humana no resulte muy cómoda para algunos espectadores, pero su trama fascinante hace válido el esfuerzo de ver este film de indudable calidad.
J.G.
PPP½
REDACTED. Estados Unidos, 2007. Un film escrito y dirigido por Brian de Palma
Brian de Palma incursiona nuevamente en el cine político repitiendo su experiencia de “Casualties of War” de 1989. Así como en aquella oportunidad se refería a la violación y asesinato de una chica vietnamita por parte de tropas americanas, aquí la historia se repite con un cambio de lugar geográfico, Irak en lugar del sudeste asiático. El nudo del film está basado en un episodio real que tuvo lugar en Marzo de 2006 cerca de Bagdad, donde soldados estadounidenses penetraron a una casa, violaron a una adolescente iraquí de 14 años y después la mataron junto con otros miembros de su familia. El tema no puede ser más candente y aunque los títulos iniciales aclaran que lo que se exhibe es una historia de ficción, nadie duda que lo que está viendo es algo más que mera imaginación del guión escrito por de Palma.
El relato, que asume la forma de un falso documental, presenta la vida cotidiana de un pelotón de jóvenes soldados en Irak; ninguno de sus integrantes sabe muy bien porqué está allí, salvo el de cumplir estrictamente con las tareas asignadas. El film ilustra el enorme estrés y desgaste psicológico que estos muchachos experimentan en los puestos de control de Samarra, arriesgando sus vidas con el intenso tránsito que allí tiene lugar y en donde cada vehículo que atraviesa puede ser el potencial portador de una carga explosiva. Consecuencia de todo ello, es la alienación y desmoralización que la guerra va generando, perturbando emocionalmente a algunos soldados hasta llevarlos a un nivel de locura irracional que los transforma en asesinos de gente inocente.
De este modo el realizador lanza sus severas críticas a los excesos cometidos por Estados Unidos en Irak y trata de demostrar –como otras películas han venido haciéndolo en forma reciente- que esta guerra es un absoluto fracaso y una catástrofe monumental. A través de un tema urticante y controversial Redacted se presta para que algunos lo juzguen como un documento poco patriótico, mientras que otros lo consideren el verdadero espejo de una cruel realidad.
Desde mi visión personal, el film expone en forma cruda y feroz, imágenes que llegan a sacudir para movilizar la conciencia de los responsables sobre lo que está ocurriendo, a fin de revertir la trágica situación. Al propio tiempo desea demostrar cómo los medios de comunicación pueden influir de diferente manera en el público corriente sobre lo que realmente sucede en Irak; desgraciadamente, la verdad objetiva -donde nada ni nadie puede ser confiable- resulta otra de las tantas víctimas de la guerra.
Muy lejos de ser un film que explote gratuitamente la violencia, de Palma -valiéndose de actores desconocidos que otorgan mayor autenticidad al docudrama- brinda un desapasionado alegato antibélico que al estar enfocado en forma inteligente es capaz de satisfacer a audiencias selectivas.
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J.G.
PPP
LOVE IN THE TIME OF CHOLERA. Estados Unidos, 2007. Un film de Mike Newell
Una profunda frustración, para no decir cólera, es el sentimiento que produce esta película. Es increíble que “El amor en los tiempos del cólera”, una de las sublimes novelas del escritor viviente más importante de América latina, haya sido malograda en su traslado cinematográfico por el poco esmero demostrado por Mike Newell. A pesar de que este realizador británico ha sido el responsable de una de las mejores comedias románticas del cine universal como lo fuera “Four Weddings and a Funeral”, en este caso su traspié se debe a su incapacidad de captar el espíritu del libro de Gabriel García Márquez. A pesar de que la historia esencial no ha sido alterada, lo que en cambio está ausente es su lirismo y el realismo mágico de la novela sobre una relación amorosa abortada.
En la novela, el autor relata a través de poco más de medio siglo el voluptuoso romance de Florentino Ariza con Fermina Daza hacia finales del siglo 19. Cuando el padre de su amada los separa por razones sociales y ella se casa con el Dr. Juvenal Urbino, el desconsolado Florentino aguardará durante 53 años, 7 meses y 11 días a que su amada Fermina quede liberada de los lazos conyugales para poder consumar la asignatura pendiente de un amor juvenil inconcluso.
¿Qué es lo que aquí no marchó? En primer lugar el contenido dramático de la obra literaria se ha convertido en un folletín melodramático de inferior categoría, que solamente puede satisfacer a una audiencia poco exigente. Mientras que en la novela su tema central es complementado con anécdotas brillantemente expuestas por la pluma mágica de su autor, en el film las subhistorias resultan poco atractivas y están narradas fatigosamente.
No menos importante es la rutinaria caracterización de los personajes y el pobre maquillaje de los actores a medida que pasan los años. Aunque Javier Bardem sea un excelente actor –como lo demostrara en el reciente estreno de “No man’s land”- aquí no tiene oportunidad de lucirse; su Florentino Ariza resulta poco inspirado como el hombre libidinoso que mantiene innumerables relaciones sexuales para lograr calmar su pena de amor. Giovanna Mezzogiorno aparece deslucida como Fermina y la química que debería existir con Florentino prácticamente no existe.
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Caricaturesco resulta el personaje del padre de Fermina animado por John Leguizamo en tanto que la buena actriz Catalina Sandino Moreno está desaprovechada y fuera de tipo como la amiga de Fermina. No hay mayor objeción para Benjamin Bratt como Juvenal Urbino, mientras que la excelente Fernanda Montenegro es quien relativamente más se destaca animando a la madre de Florentino.
Si la ambientación física está lograda al haberse rodado en la ciudad colombiana de Cartagena, captando maravillosamente la belleza del lugar donde transcurre la acción, lo que no satisface en cambio es el aspecto cultural debido a que el film es dialogado en inglés. ¿Cómo admitir a personajes eminentemente latinoamericanos comunicándose en el lenguaje de Shakespeare, mientras que el entorno callejero –animado por extras colombianos- habla español? Eso perjudica la autenticidad deseada, impidiendo la identificación de la audiencia con la trama narrada.
Lo que podría haber sido una verdadera meditación sobre el amor, resulta en cambio un relato que por su mediocre ejecución no llega a cobrar vuelo. Para peor, los que desconocen la novela, no se sentirán inclinados en leer la obra original creyendo que el film reproduce su espíritu. Sin duda, García Márquez merecía algo mejor.
J.G.
P
DARFUR NOW. Estados Unidos, 2007. Un film escrito y dirigido por Theodore Braun
Poco tiempo después del genocidio perpetrado en Ruanda, el continente africano se encuentra con otro fenómeno similar en Darfur, ubicado en la región occidental de Sudán. El realizador Theodore Braune enfoca el drama vivido por los grupos tribales de Darfur –en especial la tribu Fur- que han sido víctimas de la limpieza étnica ejecutada por las milicias Janjaweed (diablos a caballo) con el respaldo del gobierno sudanés. Las aterradoras estadísticas indican que en los últimos 4 años 200.000 personas fueron asesinadas y 2 millones y medio de habitantes fueron desplazados a campos de refugiados.
El film analiza el conflicto a través de 6 personas altruistas de diferentes lugares del mundo que asumieron el compromiso de ofrecer lo mejor de sí mismos para contribuir a que la humanidad entera se imponga del drama. He aquí una breve descripción de cada uno de ellos.
Hejewa Adam, residente de la región, vivió la tragedia de haber visto morir a su hijito de 3 meses, además de haber sido atacada y violada por las milicias asesinas. Eso motivó que se uniera a los rebeldes que luchan contra los opresores.
Ahmed Mohammed Abakar es un granjero de Darfur que vive en el campo de Hamadea junto con otros 47 mil individuos desplazados; su misión es proteger a esta gente y su anhelo es poder retornar eventualmente a su hogar.
Luís Moreno Ocampo es un fiscal de la Corte Penal Internacional de La Haya que analiza la compleja maraña de crímenes cometidos, persiguiendo implacablemente a los responsables del genocidio.
Adam Sterling, estudiante de la Universidad de California de Los Ángeles, es el carismático joven encargado de pregonar el dolor de la gente africana; sus esfuerzos están destinados a instar al gobierno del estado de California para que presione financieramente a Sudán mediante la sanción de una ley que obligue a retirar las inversiones efectuadas en ese país.
Pablo Recalde que tiene a su cargo el Programa Mundial de Alimentación (World Food Program), se ocupa de movilizar a los camiones que entregan los alimentos a la gente de Darfur, y no se inmuta ante las amenazas recibidas de grupos terroristas que tratan de obstaculizar la humanitaria acción.
Finalmente está la presencia de Don Cheadle quien mientras estuvo en África filmando “Hotel Ruanda” se enteró de la triste realidad de Sudán. Aprovechando su popularidad como actor, trata de despertar la conciencia de los políticos de su país para que tomen urgente acción en el asunto; para tan loable tarea cuenta con la colaboración de su amigo George Clooney.
El objetivo del documental es noble y conmovedor al tratar de quebrar la apatía de gran parte de la población mundial que ignora o no percibe el conflicto de Darfur; sin embargo, como film dista de satisfacer plenamente. A pesar de los hechos dramáticos contenidos, el documento carece de la energía necesaria para transmitir en toda su dimensión la devastadora tragedia. Eso se debe en parte a que enfatizando la acción de los activistas de esta causa, no suministra la información necesaria para entender el trasfondo del conflicto; así uno no ve con claridad las causas de la guerra civil de Sudán, que se extiende por más de medio siglo, y las razones que motivaron la acción asesina de las milicias. Finalmente, no existe un hilo conductor que vincule las experiencias de las personas mencionadas –con excepción de la tarea realizada por el carismático Sterling junto con Cheadle y Clooney-, impidiendo una integración más sólida del relato.
A pesar de las objeciones mencionadas, este proyecto es importante porque más allá de su relativo valor cinematográfico, tiene la nobleza de exponer un genocidio que constituye una vergüenza para la humanidad en su conjunto.
J.G.
PP½
MUSIC WITHIN. Estados Unidos, 2007. Un film de Steven Sawalich
Steven Sawalich debuta como realizador en un film ciertamente inspirador. El relato se basa en la vida de Ron Livingston (Richard Pimentel), un individuo que a través de su acción llegó a cambiar la forma en que la gente percibe a los individuos físicamente disminuidos. Las buenas intenciones del film superan la calidad del mismo, pero su tema, la sinceridad de lo que exhibe y algunas excelentes interpretaciones permiten que sea recomendable con algunas reservas.
Proveniente de una familia disfuncional, en especial por el hecho de haber tenido una madre (Rebecca de Mornay) depresiva y con tendencias suicidas, Livingston no atravesó una infancia muy agradable; a pesar de eso, el niño logró superar el problema y a medida que fue creciendo desarrolló una personalidad agradable, en parte gracias a su facilidad de palabra que hizo de él un buen orador. Cuando al haber participado en la guerra de Vietnam el ruido de la explosión de una bomba lo deja sordo, a su regreso se une a aquéllas personas que como él están incapacitados físicamente y marginados socialmente. Siendo capaz de leer los labios de las personas cuando hablan, llega a conocer y hacerse amigo de Art Honeyman (Michael Sheen), un muchacho confinado a una silla de ruedas que padece de parálisis cerebral que le provoca una falta de coordinación motora y postural. Después de un triste incidente ocurrido en un restaurante por el cual se le pide a Art que deje el establecimiento ya que su estado físico puede desagradar a la clientela, Pimentel cree que ha llegado el momento de actuar con firmeza. Al lanzarse como activista político, utiliza su habilidad oratoria para defender a los discapacitados y su contribución influyó en la promulgación del Acta de Protección para los Discapacitados de 1990 (American with Disabilities Act) que evita cualquier tipo de discriminación para los afectados.
La dirección de Sawalich transita por lo convencional y sin aportes mayores para enriquecer la historia, aunque logra que Pimentel convenza como un individuo que con su mensaje logró mejorar la condición y el trato recibido por quienes han tenido la desgracia de sufrir de impedimentos físicos.. Sin embargo, quien se lleva los laureles interpretativos es Michael Sheen caracterizando a Honeyman y proveyendo al film de un humor fresco y optimista debido a la personalidad vivaz y pícara de este personaje. Las posturas y movimientos que adopta imitando a la persona que padece de perlesía, es de una naturalidad asombrosa al punto de que uno crea estar frente a un verdadero individuo discapacitado; lo más interesante es que este rol es la antítesis del que desempeñó animando al ex Primer Ministro de Inglaterra en “The Queen”; además, su personaje es el que provee al film de un humor fresco y optimista debido a la personalidad vivaz y pícara del mismo. Aunque en una breve participación, también se destaca la actuación de Yul Vázquez como un alcohólico veterano de Vietnam que acumula rabia y desdén por su experiencia vivida.
En resumen, un film de alcances modestos, pero honesto y entretenido.
J.G.
PP½
DIALOGUE AVEC MON JARDINIER. Francia, 2007. Un film de Jean Becker
Este sensible film de Jean Becker brinda la oportunidad de apreciar nuevamente la labor de dos excelentes actores de Francia como lo son Daniel Auteuil y Jean Pierre Darrousin. Basado en la novela de Henry Cueco del mismo nombre, “Diálogo con mi jardinero” está narrado con sentimiento y nobleza describe la relación que se entabla entre un artista pintor quincuagenario que deja París para retornar a la casa de sus años adolescentes, ubicada en el centro de Francia, y su jardinero que fue un gran amigo durante los años de educación primaria. Los diálogos intercambiados por esos dos hombres a través de conversaciones sencillas y emotivas van incrementando la amistad entre ellos hasta el momento en que el drama se hace presente frente a situaciones que inexorablemente forman parte de la vida. He aquí un film directo y sencillo pero decididamente bello y luminoso.
J.G.
PPP
LIONS FOR LAMBS. Estados Unidos, 2007. Un film de Robert Redford
Esta película engrosa la lista de los numerosos filmes que el cine americano ha considerado sobre la política exterior de los Estados Unidos en Irak y Afganistán. Aquí Robert Redford encara este tema, a través de tres escenarios diferentes, en principio no relacionados aunque uno de los episodios es el que vincula a los otros dos.
En este documento se ilustra la estrategia empleada por el gobierno americano en el Medio Oriente con las incursiones militares realizadas allí después de los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001. Aunque lo expuesto constituye una ácida crítica de Redford a la actual administración del presidente Bush, también deja un espacio reservado para que los que están de acuerdo con el orden actual existente expongan sus puntos de vista.
El episodio más sustancioso del guión preparado por Matthew Michael Carnahan tiene lugar en Washington D.C. donde Janine Roth (Meryl Streep), una experimentada reportera de televisión, logra una entrevista exclusiva con Jasper Irving (Tom Cruise), un senador republicano con aspiraciones presidenciales. En el transcurso de la misma, la periodista se impone que el congresal ha lanzado una nueva estrategia en las zonas donde se encuentran los enemigos de los Estados Unidos, que consiste en el envío de pequeñas fuerzas especiales en las regiones montañosas de Afganistán.
El debate que se suscita entre las dos partes es altamente provocativo. Mientras que a través de sus candorosas preguntas Janine cuestiona la validez de la estrategia empleada que le parece similar a la que se utilizó para Vietnam, el senador defiende con apasionamiento su punto de vista; Irving además señala que la guerra durará el tiempo que sea necesario y que el costo de la pérdida de algunas vidas inocentes queda más que compensado por el beneficio potencial de salvar a la población americana de tragedias similares a las del 11/9. Nadie sale ganador de esa entrevista, donde al final de la misma se evidencia la decepción, cansancio y pena de Janine en oposición a la determinación y convicción del senador.
Intercalado con el episodio descripto, se asiste a la conversación que el Dr. Stephen Malley, un veterano catedrático (Robert Redford) de ciencias políticas de una universidad californiana, mantiene con Todd Hayes ( Andrew Garfield), un alumno suyo que fue convocado a su despacho para reprenderlo por no asistir a sus clases. Cuando el profesor le critica su falta de interés y motivación para asumir un verdadero compromiso en la vida antes que alienarse en el materialismo y consumismo que ostenta la presente generación, el muchacho le responde con argumentos difíciles de rebatir, sobre los sueños desvanecidos de una juventud que no ve en los actuales líderes ningún ejemplo para imitar. En ese momento, el ya desganado docente ve que a su alumno no le falta razón; más aún, siente que el idealismo que a ultranza sembró en sus clases motivó a que dos ex-alumnos, Arian (Derek Luke) y Ernest (Michael Peña), se enrolaran en las fuerzas armadas para participar en la lucha contra el terrorismo en Afganistán.
El tercer episodio, también intercalado entre los otros dos, enfoca a Arian y Ernest en pleno campo de acción tratando de sobrevivir en el inhóspito terreno montañoso de Afganistán hasta que finalmente son abatidos por las fuerzas enemigas.
Redford conduce el relato con máxima sobriedad tratando de evitar cualquier tipo de emoción para que los sensibles tópicos considerados sean objeto de un análisis lo más racional y objetivo posible. Ese factor hará que algunos espectadores puedan considerar que el relato resulte frío o carezca de la necesaria intensidad dramática. Sin embargo, la actuación excepcional del elenco permite que los personajes adquieran vida propia y que el público se identifique con los mismos, al margen de cualquier ideología.
La interpretación de Streep es magistral. Personalmente retengo la escena en que viajando en taxi, su personaje observa a través de la ventana del vehículo el cementerio donde reposan los restos de los jóvenes idealistas que ofrendaron su vida por la patria; su compungido rostro es totalmente revelador de la expresividad de esta excepcional actriz. Cruise sorprende gratamente dando convicción a la completa seguridad y confianza detentada por el legislador, quien a través de la entrevista concedida trata de influir en la periodista para que su nota le reditúe ventajas políticas. Por último, se destaca la actuación de Dunn como el alumno que prefiere adoptar una actitud de cinismo frente a los compromisos asumidos por los líderes de su nación.
Sin ser el mejor film de Redford, este documento político es inteligente y estimulante al enfocar un relato pleno de ideas de candente actualidad con connotaciones éticas y morales importantes. Además, su material altamente controvertido y originalmente expuesto, pone el dedo en la llaga de los diferentes espectros de una sociedad conflictiva que no encuentra el camino preciso para salir del pantano político y militar que la envuelve. En resumen, un relato que plantea problemas trascendentes sin dar respuestas para que cada espectador encuentre las que considere más apropiadas de acuerdo a su forma de pensar y actuar.
J.G.
PPP
LARS AND THE REAL GIRL. Estados Unidos, 2007. Un film de Craig Gillespie
Ciertamente, nadie habrá de criticar la falta de originalidad de este film. Tanto el director Craig Gillespie como su guionista Nancy Oliver son responsables de esta sorprendente rareza. Sin embargo, la singularidad de su trama no se corresponde con el nivel de satisfacción que esta “historia de amor” llega producir; en tal sentido. Lars and the real girl atraviesa por serios altibajos debido a su relativa inconsistencia. Como un drama del absurdo poco importaría que el relato resista credibilidad, sin embargo lo que resulta objetable es que partiendo de una hipótesis clara, ésta sea dejada de lado a mitad de camino y pierda continuidad con la idea inicial.
Ryan Gosling interpreta a Lars, un introvertido y tímido individuo de 27 años de edad. Vive en algún lugar del corazón americano, en un garaje que se encuentra al lado de la casa donde pasó su infancia y que ahora está habitada por su hermano Gus (Paul Schneider) y su cuñada Karin (Emily Mortimer) que está esperando su primer hijo. Por su forma de ser, rechaza la insistente invitación de sus parientes para desayunar, cenar o estar junto a ellos, prefiriendo llevar una existencia recluida. Pocas imágenes resultan suficientes para apreciar que el muchacho es algo más que un individuo aislado porque su rostro y sus gestos delatan claros síntomas de perturbación mental, aunque aparentemente lleve una vida normal trabajando como oficinista.
Esa anormalidad se ve confirmada cuando recibe una encomienda que contiene una muy atractiva muñeca que la compró por internet. La sorpresa es mayor cuando Lars muestra esta adquisición a sus familiares y la presenta como Bianca, su novia recién llegada del extranjero; además les pide que la reciban como huésped en su hogar. Cabe aclarar que según Lars, Bianca es una misionera danesa oriunda de Brasil y que necesita de una silla de ruedas para desplazarse.
Hasta ese momento nadie se espanta de la disparatada premisa. La expectativa natural es que el relato presentará el caso de la infatuación de un individuo desequilibrado por un objeto. Cuando sus parientes deciden consultar con la doctora local Dagmar Berman (Patricia Clarkson) sobre el desorden mental de Lars, el relato promete un interés creciente. El diagnóstico de Berman es que Lars padece de un serio delirio y recomendando que Gus, Karin y todos los habitantes del lugar cooperen con el muchacho hasta que su crisis concluya; para ello deberán actuar como si nada extraño pasara, aceptando a Bianca como una persona real.
Como en un cuento de hadas, la comunidad hace causa común con el problema de Lars y trata a Bianca como un personaje de carne y hueso. El problema se presenta cuando esta anómala situación excede el límite de lo tolerable y el espectador ya no está en condiciones de discernir si Lars es el único que padece de trastornos mentales o si todo el pueblo también está delirando.
En vez de explorar la psicología del personaje central, cuyo trauma parecería estar asociado al hecho de que su madre murió en el momento en que él nació, el film va perdiendo interés frente a la suposición de que la vida sigue normal con Blanca por tiempo indeterminado; finalmente, el decepcionante desenlace deja atónito al espectador con el resultado de estar presenciando un absurdo drama.
En algunos momentos el film recuerda las hermosas fantasías plasmadas por Frank Capra resaltando la calidez y solidaridad humana de una pequeña ciudad; pero esa magia aquí no funciona. Si uno aceptara que la adhesión del prójimo a la imaginación surrealista de Lars le ayudará a superar su desequilibrio mental, la conclusión del relato habría adoptado un rumbo diferente.
Los aspectos favorables de este film se encuentran en la sobresaliente composición que logra Gosling de Lars y en la ternura emanada de los diferentes personajes del relato. Con todo, estas virtudes están al servicio de una historia que al cambiar de tono termina resultando patéticamente frustrante y falsamente condescendiente.
J.G.
PP½
SURVIVING MY MOTHER. Canada, 2007. Un film de Émile Gaudreault
El exitoso dúo que hace algunos años brindó “Mambo Italiano” vuelve a tentar fortuna en una nueva comedia dramática; lamentablemente, tanto el director Emile Gaudreault como su guionista Steve Gallucio han fracasado en la intención de proporcionar un retrato de una familia disfuncional que incluye tres generaciones de mujeres.
Escrito en papel, su tema resulta más interesante que lo que se aprecia en pantalla. Clara (Ellen David) es una mujer abnegada que sacrificó mucho en su vida por cuidar a su madre (Véronique LeFlaguais) enferma de cáncer. Antes de morir, la anciana le confiesa que nunca llegó a conocerla bien. Abrumada por esa revelación inesperada y para no repetir el error de su madre, Clara está ansiosa de conocer mejor a su hija Bianca (Caroline Dhavernas) de 21 años, quien en parte quedó relegada a un segundo plano por el tiempo que le absorbía su madre.
En su intento de seguir los pasos de su hija, Clara llega a sorprenderse al comprobar que la joven encuentra distracción y placer procurando amantes a través del internet y llevando una vida promiscua.
Cuidar a los padres cuando llegan a envejecer y necesitan de una atención especial es por cierto un tópico relevante, pero los responsables del film no están preocupados por ese hecho sino que lo utilizan como excusa para forzar la risa a través de un folletín que se asemeja a un sitcom televisivo de calidad discutible.
Por tratarse de un tema que pretende indagar en la naturaleza femenina, uno no puede evitar de asociarlo con Almodóvar; sin embargo lo que aquí se ve no admite comparación alguna con la profundidad que el inteligente manchego analiza en sus relatos la psicología femenina. Este film es un producto comercial desenfocado que no permite ver con claridad hacia donde apunta; por ejemplo, en ninguno momento se aprecia si la vida licenciosa de Bianca es consecuencia de la poca atención que le dispensara su madre o si bien se debe a una manifestación natural de su personalidad. En todo caso, la película está integrada por una sucesión de anécdotas banales tratando de obtener la complacencia del público en base a situaciones poco ocurrentes.
La pobreza de Surviving my mother queda en parte mitigada por su excelente reparto. Con un elenco bilingüe, es loable el modo en que los actores tratan de infundir calidad a personajes mediocremente delineados. Así, LeFlaguais proporciona el justo tono de una anciana antipática, quejumbrosa y de amargo cinismo. David inspira pena y conmiseración lidiando en circunstancias difíciles, ya sea como hija o como madre; Adam J. Harrington convence como un joven cura llevando una doble vida, y el comediante canadiense-escocés Colin Mochrie proporciona una agradable y tierna personalidad como el marido de Clara. Finalmente, la verdadera revelación es Dhavernas como la licenciosa Bianca; es de desear que esta eficiente actriz encuentre en el futuro algún proyecto más afortunado que el de este olvidable relato.
J.G.
P
NUE PROPRIÉTÉ. Bélgica, 2006. Un film de Joachim Lafosse.
En esta coproducción belga-francesa de Joachim Lafosse, la gran Isabelle Huppert ofrece otra inolvidable interpretación animando a una Pascale, una mujer que vive sola con sus dos hijos mellizos (Jéremie y Yannick Renier) e inmaduros, en una residencia campestre de Bélgica. Las relaciones conflictivas que ella mantiene con quien fuera su marido y con sus hijos dan lugar a un drama emocional. El colapso familiar se produce cuando los hijos drásticamente desaprueban que su madre venda la casa donde viven, que aunque pertenece al ex-cónyuge de Pascale, ella es la que ejerce la nuda propiedad. La violencia íntima de los personajes y su efecto destructivo ofrecen el clima de una moderna tragedia donde no es mucho lo que pasa por fuera sino que son los sentimientos internos los que permanentemente están a punto de estallar. El film ofrece un interesante estudio de caracteres.
J.G.
PPP
DVDs
STANLEY KUBRICK. (Warner Home Video)
A pesar de una filmografía que abarca sólo 12 títulos, Stanley Kubrick fue uno de los directores más remarcables del siglo XX. Además de dedicarse a la exploración de grandes temas reflejando los aspectos absurdos de nuestra existencia, la complejidad y vulnerabilidad del comportamiento humano y la necedad de los conflictos bélicos, este cineasta fue un preciosista por excelencia y afanoso de la perfección en cada una de las tomas realizadas durante el rodaje. A 7 años de su desaparición, su obra sigue entusiasmando y es por eso que la reciente edición de una colección que agrupa a 5 de sus películas, confiere especial interés a todos aquéllos amantes del cine de autor.
Mientras que los anteriores DVDs de sus filmes estaban preparados para su exhibición televisiva, en esta ocasión el público tiene la oportunidad de juzgar la versión original tal como fue presentada en las salas de cine; además, en algunos casos esta presentación cuenta con la ventaja adicional de contener escenas filmadas por Kubrick pero veladas en oportunidad de su exhibición. Esto último sucede con Eyes Wide Shut (1999), su trabajo póstumo con Tom Cruise y Nicole Kidman; como habrá de recordarse, el personaje de Cruise va internándose en una extraña odisea hasta llegar a un lugar donde enfrenta una escena de orgía que en América del Norte fue digitalmente oscurecida para evitar problemas de censura; ahora, por primera vez es posible contemplar la visión no censurada, tal como fuera juzgada en otras regiones del mundo.
Otro de los títulos incluidos es 2001: A Space Odyssey (1968), una obra de profunda meditación que transporta al público en un viaje espacial inolvidable; el film está enriquecido por su música y sus extraordinarios efectos visuales. Si 2001 fue poco menos que revolucionario en oportunidad de su estreno, hoy día sigue manteniendo su validez.
Dentro del paquete se encuentra The Shining (1980), una obra maestra del terror no superada hasta la fecha; Jack Nicholson hipnotiza en una de sus más descollantes actuaciones como el hombre que va enloqueciendo en un aislado hotel de montaña.
La mirada de Kubrick sobre la guerra de Vietnam se refleja en Full Metal Jacket (1987), una alucinante crítica a los efectos de la guerra en la desintegración del individuo.
El conjunto se completa con A Clockwork Orange (1971), posiblemente su film más controvertido y que dejó al público ciertamente perturbado con la cruda pintura de un neo punk asesino en su proceso de rehabilitación; pocas veces en la historia del cine, una banda sonora causó un impacto tan preciso y profundo así como funcional al relato.
La colección también incluye un valioso CD denominado Stanley Kubric: Una vida a través del cine donde queda reseñada la carrera de este gran director, sobre todo en sus primeros años; se trata de un documental de indudable interés, narrado por Tom Cruise y que cuenta con la participación de colegas, colaboradores y familiares del director.
Los extras de esta presentación difieren de acuerdo a las características de cada una de las películas incluidas. Pero en general, todos los agregados son esclarecedores sobre la personalidad de este gran cineasta que no reparó en límite alguno para lograr su propósito. Ciertamente, una personalidad descollante que sirvió de inspiración a muchos realizadores de la actualidad.
Los CDs se presentan en la versión original inglesa y también doblados al francés; cuentan además con subtítulos opcionales en español, francés e inglés, mientras que los extras solamente están en inglés.
CRAZY LOVE (Mongrel-Metropol)
Crazy Love, el documental recientemente editado por Mongrel, da la impresión de parecerse más a un film de ficción. De haberlo sido, se habría dicho que la historia narrada dista de ser creíble; de allí que sea válido afirmar que en este caso la realidad supera ampliamente a cualquier imaginación. El documentalista recuenta la historia verdadera de una obsesión enfermiza, valiéndose del testimonio de sus protagonistas, de sus familiares y amigos, así como también de material de archivo y películas de uso personal.
En los últimos años de la década del 50, Burt Pugach, en ese entonces un abogado de 32 años de edad y de muy buena posición económica, se enamora perdidamente de Linda Riss, una hermosa chica de 20 años. Ella ignora que él es casado y durante el primer año de esa relación disfruta de las máximas atenciones dispensadas por su galán. Cuando Linda se entera del estado civil de su novio, para calmarla él le promete que pronto habrá de divorciarse de su esposa. Como eso no llega a concretarse, ella lo deja aunque él por su parte insiste infructuosamente en mantener la relación. Cuando Burt se entera de que Linda se casará con otro hombre, furioso de celos contrata a tres individuos para infligirle a su amada un daño irreparable al dejarla ciega. Su delito lo habrá de pagar con 14 años de prisión, y dos años después de haber recobrado su libertad se casa con ella.
Hasta el presente, el matrimonio lleva 28 años de vida conyugal y su historia ha sido objeto de gran publicidad. La pareja no tuvo resquemores en ventilar la intimidad de lo ocurrido entre ellos y es así que el público contempla este inusual drama de amor contado por sus propios protagonistas.
Si bien el relato intriga y llega a desconcertar, ninguna de las manifestaciones de las personas entrevistadas en el documental llega a aclarar o explicar la actitud de Linda, una mujer mentalmente sana que une su vida al hombre que la dejó ciega para siempre. Lo único que uno atina a pensar es acerca del extraño funcionamiento de la psiquis humana.
Desde un aspecto estrictamente fílmico, el documental es más bien rutinario, sin algún elemento esencial que lo resalte, salvo su tema decididamente perturbador.
El film se presenta en su versión original inglesa con subtítulos opcionales en francés.
LIVE FREE OR DIE HARD (Fox Home Entertainment)
Después de la tercera serie de la franquicia popularizada por Bruce Willis, el cuarto capítulo que llega doce años después, logra mantener interés así como el actor –a pesar del paso del tiempo- conserva el vigor necesario para continuar desplegando la energía requerida por el héroe de esta saga. Sin ofrecer nada nuevo u original, el director Len Wiseman se limita a ofrecer un relato de entretenimiento decididamente comercial para satisfacción de una audiencia proclive a este tipo de cine.
En esta oportunidad el policía John McClane se las tiene que ver con peligrosos terroristas que sin ideología precisa y valiéndose de sistemas computadorizados, siembran el caos e intentan atacar la infraestructura básica que puede paralizar a la nación entera. Nadie duda sobre cómo concluirá la aventura, pero durante el metraje hay un moderado suspenso, explosivas escenas más efectos especiales que compensan y/o disimulan la carencia de convicción psicológica de sus personajes.
El film ha sido editado en tres configuraciones. El público puede optar por un disco único acompañado por comentarios audio de Willis y Wiseman; por dos discos donde se incorporan escenas suprimidas de la versión cinematográfica original más música video “Die Hard” por Guyz Nite; también se encuentra la edición en Blu-Ray que incluye todos los extras contenidos en las otras dos opciones.
TITANIC: 10mo. Aniversario (Paramount)
A 10 años del estreno de “Titanic”, Paramount ha editado un DVD especial que incluye dos discos y especiales agregados.
Como bien es sabido, a pocas semanas de su estreno que tuvo lugar en Diciembre de 1997 este film batió el récord mundial de boletería hasta esa fecha y además recolectó 11 estatuillas de Hollywood, entre las mismas el premio al mejor film del año y al mejor director. Sin entrar a un análisis crítico de la película, se recordará que el realizador James Cameron logró una película que cumplió dos propósitos. Por un lado reproducir con lujo de detalles la tragedia del hundimiento del famoso paquebote que tuvo lugar en 1912 y al propio tiempo -dentro de ese contexto- relatar una historia de amor entre una joven aristócrata y un muchacho de humilde condición social; más allá que ese romance fuese considerado cursi por varios críticos, lo cierto es que tanto Leonardo DiCaprio como Kate Winslet convencieron como los jóvenes amantes apasionados que se encuentran prisioneros en el barco que se va hundiendo, ganando los corazones de espectadores a través del mundo.
En la presente edición, además de asistir nuevamente a esta colosal aventura romántica, hay algunos extras que resaltan al film. Entre ellos figuran un final alternativo de la historia, la música video del tema central del film “My heart will go on” interpretado por Celine Dion, comentarios de James Cameron y otros miembros del equipo de filmación con especial referencia a los diseños de producción y efectos especiales empleados, a la vez que una interesante explicación histórica suministrada por Don Lynch y Ken Marschall.
Jorge Gutman
23.12.07
Cine Diciembre 2007
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