The Dark Knight Rises, el nuevo film sobre las aventuras de Batman satisfará a los que gustan de los despliegues de acción, mucha balacera, peleas a puño limpio y voladuras de puentes y edificios, pero también nos dice algo sobre esa misma violencia y plantea algunas interesantes ambivalencias.
Comentario de Sergio Martínez
El tercer film en la trilogía sobre Batman que ha dirigido Christopher Nolan (las anteriores fueron Batman Begins (de 2005, aplaudida por muchos pero a mi juicio una completa distorsión del personaje con esa retorcida experiencia mística en el oriente ¡cómo si para luchar contra el crimen uno necesitara de algún misticismo…! Por cierto esto fue el corolario de esa moda de occidente de buscar la “sabiduría” del pensamiento oriental, irónicamente al mismo tiempo en que los orientales en prácticamente todas esas partes de Asia andaban buscando, no la sabiduría de occidente, sino sus más concretas expresiones materiales, desde la Coca Cola, pasando por la ropa de marca, hasta los autos deportivos), luego The Dark Knight, de 2008, que hizo más de mil millones en la taquilla. En todas estas versiones el rol principal de Batman/Bruce Wayne estuvo encarnado por Christian Bale, quien esta vez vuelve al personaje.
Como sabemos, Batman no es estrictamente un súper héroe ya que no posee súper poderes como Superman o algunos de los otros personajes que surgieron después de 1938. Lo que sí tiene es una abundante fortuna, heredada de sus padres que fueron cruelmente asesinados.
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Renuentemente, Batman regresa para salvar a su ciudad |
En todo caso, las vulnerabilidades de Batman quedan bien expuestas en este film: las financieras cuando—ni las empresas de Bruce Wayne se salvan de la crisis—el holding empresarial del héroe se ve en problemas que eventualmente pueden llevarla a su quiebra; y las físicas, cuando Batman recibe una feroz golpiza de parte de su nuevo enemigo: Bane (Tom Hardy) un personaje aparentemente brutal y cruel, pero cuyas reales motivaciones sólo se conocen al final del film.
Batman o más bien dicho Bruce Wayne, que a comienzos del film se había mostrado afectado por una previa lesión y es aconsejado por su fiel mayordomo Alfred (Michael Caine) de desistir de volver a desempeñar su rol de vigilante en persecución de los criminales que asolan a Ciudad Gótica, de manera un tanto renuente regresa a su rol sólo para ser severamente golpeado por Bane quien lo hace prisionero mientras este último, con un ejército de mercenarios se apodera de la ciudad.
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Batman confronta a su nuevo enemigo, Bane |
Aquí el film muestra una interesante ambivalencia respecto del rol de Bane y su gente, ¿son meros asesinos dedicados a la destrucción de la ciudad o más bien sus liberadores? Muy significativamente, el ataque de Bane a la ciudad comienza por el asalto a la bolsa de valores, más significativamente también, esa escena se filma enfrente de Wall Street, en el mismo punto donde el año pasado se había lanzado el movimiento Occupy Wall Street. La línea divisoria entre un grupo de terroristas y una tentativa revolucionaria no queda tan clara, Bane incluso hace un discurso enfrente de un grupo de convictos que bien podría ser un manifiesto a una acción de rebeldía más que meramente destructiva. Por si hubiera más dudas sobre el carácter ambivalente de la acción de Bane y su posible carácter terrorista, el punto álgido del drama, de llegar a concretarse y es ese el punto de suspenso, es lo que en última instancia sería una masiva acción de suicidio con bomba.
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La bella Catwoman y sus ambigüedades |
El clima de ambigüedad es también reflejado en otros dos personajes cuyas acciones tienen importantes implicancias para la suerte del personaje principal, Cat Woman (Anna Hathaway) una habitual adversaria del héroe, y la también multimillonaria filántropa y en algún momento interés amoroso y sexual de Batman, Miranda Tate (Marion Cotillard).
The Dark Knight Rises es en última instancia un film entretenido, con mucha acción pero que también ofrece algunas ocasiones de reflexión. Recomendable para ver, sin prejuicios claro está.
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Los mercenarios de Bane ¿terroristas o liberadores? |