La competencia internacional de fuegos artificiales en La Ronde y el Festival Internacional de Jazz en la Place des Arts brindaron emoción y goce en la que ha sido la primera mitad del verano montrealés en materia artístico-cultural.
(Crónica de Sergio Martínez)
Aunque algunos probablemente discutirán si los fuegos artificiales constituyen una forma de arte o no, tal disquisición no se les pasará por la mente a los creadores pirotécnicos que todos los veranos se congregan en Montreal para el que se considera como el mayor festival de fuegos de artificio en el mundo. Tampoco habrá mayor discusión para los centenares de miles que cada noche de fuegos observan el despliegue de colorido y sonido que son los fuegos artificiales.
De cualquier modo, los fuegos artificiales puede decirse que son una manera de dibujar en el cielo. Súmese a eso que el espectáculo también comprende un trasfondo musical con el cual las luces, desplazamientos de colores en el aire y estallidos pirotécnicos deben sincronizarse de acuerdo a una cierta estética; por lo tanto hay creatividad artística envuelta en el proceso.
La competencia internacional (auspiciada este año por Loto Québec), se inició el pasado 21 de junio con la presentación de la firma Prestatech-Artifices de Francia. Un espectáculo llamado “Montreal en las estrellas” en el que al ritmo de música relacionada con el espacio, fuera piezas sinfónicas o temas de filmes y series televisivas de aventuras espaciales, se desplegó una impresionante muestra de colorido y luminosidad.
El más reciente espectáculo pirotécnico que vimos fue “¿Me permite este baile?”, de la firma Hanwha Corporation de Corea del Sur. Un show que se consagró a música bailable de diversas latitudes, incluyendo un tango de Gardel y por supuesto, música tradicional coreana también, pasando por una variedad de temas occidentales. La presentación coreana, estuvo bien, pero a nuestro juicio inferior en calidad e integración de los elementos musicales y pirotécnicos a la presentación francesa ya mencionada.
TODO ESE JAZZ…
Celebrado entre el 26 de junio y el 6 de julio, el Festival Internacional de Jazz de Montreal ya está posicionado como el mayor evento de su naturaleza a nivel mundial.
Una larga lista de artistas llenó la explanada de la Place des Arts y calles adyacentes para los espectáculos gratuitos, entre ellos varios latinos: Chicha Libre, un grupo de Estados Unidos que hace una re-creación de la “chicha” un ritmo de origen peruano, integrando en sus ejecuciones elementos del jazz y de otros ritmos, impresionó gratamente al público.
En los conciertos en sala, Intakto, uno de los grupos con una vinculación latina – su principal vocalista es el chileno Alejandro Venegas – volvió a sorprender por la calidad de sus interpretaciones en el concierto que dio en el Club Soda. Ampliado ahora a siete integrantes, el conjunto muestra un crecimiento y ampliación en su repertorio que los hace destacar como un grupo que ha explorado nuevas formas de expresar música que tiene algunas de sus raíces en América Latina y otras en esta misma provincia.
Rodrigo y Gabriela, un dúo mexicano que tiene un gran número de seguidores en el medio montrealés fue otro de esos espectáculos inusuales. Cómo ambos intérpretes deleitaron al público del Teatro Maisonneuve esa noche con las más increíbles maneras de tocar la guitarra, en un espectáculo que presentó música de variados intérpretes de rock, de jazz y otro tanto de repertorio de origen latino y español.El Festival Internacional de Jazz de Montreal de este año fue uno de los más exitosos tanto desde el punto de vista artístico como de sus finanzas, de lo que cabe alegrarse pues esto último también garantiza que para la próxima edición habrá la misma reconocida calidad en sus espectáculos.
10.7.08
FUEGOS EN EL CIELO Y EN LOS ESCENARIOS
- 10.7.08
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