Crónica de Jorge Gutman
LOS PREMIOS MÁS IMPORTANTES ADJUDICADOS
El Festival de Cannes que concluyó el domingo pasado será recordado por un escándalo inusitado que, como ya se anunciara, originó la inmediata partida de Lars von Trier por sus “jocosos” comentarios señalando que era nazi y que además sentía un poco de simpatía hacia Hitler. Tratando de establecer una demarcación entre la obra y su autor, con atinado criterio el Comité Directivo del Festival decidió que su película MELANCHOLIA siguiera participando en competición a pesar de que el director fuese considerado “persona non grata”. En todo caso, esta 64va. Edición se distinguió por su muy buen nivel de calidad y eso es lo que realmente interesa en el momento de su evaluación.
He aquí mi apreciación de los filmes competitivos que han merecido los más importantes premios.
El film que despertó la mayor expectativa fue THE TREE OF LIFE de Terrence Malick. Una hora antes de comenzar la proyección para los críticos en la mañana del lunes 16 de mayo, ya había una larga cola ansiosa de poder ingresar a la sala del Teatro Lumière para poderlo ver. Después de su proyección la reacción fue mixta puesto que los cálidos aplausos de un sector del público se confundieron con los silbidos por parte de algunos espectadores que no gustaron del mismo. De todos modos, el jurado oficial presidido por Robert De Niro se adhirió a su favor recompensándolo con la Palma de Oro, el máximo galardón de la muestra. Se trata de una obra de gran ambición y belleza visual con una narrativa elíptica de gran complejidad y no lineal acerca de la vida de una familia americana durante la década del 50 cuyas querellas internas pueden ser comparadas con el poder creador y destructor del cosmos. En forma permanente se manifiestan las inquietudes de Malick sobre la vida y la muerte e implícitamente sobre el concepto de un Dios todopoderoso, omnipresente y fuente de la creación. Pero lo que más subyuga y produce admiración es la forma inusual en que el autor expresa sus ideas en imágenes hipnóticas y sensoriales dentro del contexto de un poema filosófico y espiritual.
El Gran Premio, segundo en orden de importancia, fue otorgado ex-aequo a ONCE UPON A TIME IN ANATOLIA de Nury Bilge Ceylan y LE GAMIN AU VÉLO de los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne.
ONCE UPON IN ANATOLIA es un relato de más de dos horas y media donde en sus primeros 90 minutos se asiste al procedimiento de una investigación criminal. En las estepas del sur de Anatolia, un médico forense, un procurador oficial y un equipo policial acompañan al hombre inculpado de asesinato para que indique dónde se encuentra el cadáver de la víctima; en lo que resta del metraje, el cuerpo es desenterrado, posteriormente identificado por su viuda y finalmente comienzan los procedimientos necesarios para practicar la autopsia médica. Bellamente filmado con atmosféricos planos-secuencia, el relato expone una burocracia que tiene que lidiar con la situación planteada y va revelando gradualmente algunas idiosincrasias culturales de la sociedad turca. En líneas generales el realizador logró un reparto que desempeña un impecable juego actoral; además, resulta bienvenida la presencia de cierto humor que permite distender las tensiones y disimular parcialmente su ritmo lento que en ciertas ocasiones puede poner a prueba la paciencia del espectador.
LE GAMIN AU VELO aborda el caso de un niño de 12 años abandonado por su padre que lo ha colocado en un centro infantil de Bélgica. Cuando escapa del mismo para ubicar a su progenitor, siente una gran frustración al saber que éste quiere desentenderse de él. La buena voluntad de una joven peluquera dispuesta a darle afecto y cariño durante los fines de semana servirá para que el chico encuentre en su protectora al hada madrina que habrá de salvarlo del delito y la violencia callejera. En un conciso relato de 87 minutos, esta pequeña joya sobre la infancia desamparada se asemeja a los mejores filmes del neorrealismo italiano de los años 40 y 50 pero expresado con la sencillez y profundidad que caracteriza a los relatos de los hermanos Dardenne. Es excelente la actuación de Thomas Doret en el rol central quien está acompañado eficientemente por Cécile de France y Jérémie Renier.
El Premio al Mejor Director fue adjudicado a Nicolas Winding Refn por DRIVE, un film que en principio no reúne las características de cine de autor pero que sin embargo se impone por su calidad. A pesar de que aparenta ser un típico film hollywoodense de acción y suspenso, Refn sabe cómo eludir los estereotipos del género y construir ingeniosamente un buen thriller. El protagonista es Drive, un joven hombre solitario que actúa como un doble de riesgo para filmes de Hollywood, además trabaja en un taller mecánico y también ofrece sus servicios de diestro conductor para ponerse al frente del volante de un coche y trasladar con gran pericia a asaltantes que necesitan una rápida vía de escape una vez cometido el delito, sin que él participe en el mismo. Cuando llega a conocer a Irene, una joven que vive con su hijito en un departamento del mismo piso que el suyo cuyo marido está por salir de la cárcel, su rutina se complica al involucrarse involuntariamente con una banda de mafiosos y asesinos que ponen en peligro la vida de la chica y su vástago. Con logrado suspenso, acción y mucha adrenalina, el director mantiene un ritmo ágil y entretenido, favorecido por la muy buena participación de Ryan Gosling y Carey Mulligan. Éste es el típico ejemplo de un film capaz de atraer tanto al espectador selectivo como al gran público; en tal sentido ha sido un verdadero acierto de la programación del Festival el haberlo incluido en la competencia oficial.
POLISSE, tercer largometraje de la actriz francesa Maïwenn Le Besco, recibió el Premio del Jurado. Su tema versa sobre el trabajo cotidiano realizado en Francia por los policías de la Brigada de Protección de Menores (BPM). Entre varios de sus casos se encuentra la acción emprendida contra pedófilos, los arrestos de carteristas menores, las audiencias que tienen lugar sobre padres que maltratan a sus hijos y las deposiciones realizadas por los chicos, aspectos vinculados con el despertar sexual de los adolescentes y sobre todo las relaciones solidarias y/o tensas que existen entre los miembros de la brigada. Dado que el número de incidentes considerados excede la posibilidad de ser englobados dentro del marco de un solo film, algunos de los mismos son resueltos precipitadamente. Con todo, la directora logra un relato honesto sobre la realidad enfrentada por la organización y hay algunas situaciones que realmente impactan emocionalmente; por ejemplo, el caso de una mujer sin recursos que duerme en la calle con su hijito y que quiere dejarlo en la BPM para que se ocupe del mismo; es desgarrante observar al pequeño cuando es obligado a separarse de su madre. El casting es excelente y está integrado entre otros, por la propia realizadora, Karin Viard, Marina Foïs, Nicolas Duvauchelle y Sandrine Kiberlain.
La rivalidad académica es lo que considera el realizador y guionista israelí Josef Cedar en FOOTNOTE, que recibió el Premio al Mejor Guión. Aunque el nivel de competitividad en el mundo académico es bien conocido, sin embargo este tema no ha sido tratado con frecuencia y aquí Cedar lo enfoca en una historia donde los dos rivales son padre e hijo. Eliezer Shkolnik (Shlomo Bar Aba) es un sabio minucioso que dedicó gran parte de su carrera profesional como investigador talmúdico. Por su parte su hijo Uriel (Lior Ashkenazi), ha seguido sus mismos pasos analizando los sagrados textos judíos. La única diferencia entre ambos reside en que el hijo es más comunicativo y fácil de agradar, en tanto que Eliezer no lo es tanto; de allí la existencia de latentes celos por parte de su padre que no considera a Uriel un investigador tan competente como lo es él. Durante gran parte de su vida, Eliezer anheló recibir el Premio Israel, que es el más prestigioso que el Estado de Israel otorga a personalidades o instituciones científicas o artísticas del país. Precisamente, el conflicto central se produce cuando el comité encargado de otorgar la distinción anual, decide que Uriel sea el destinatario; sin embargo, al producirse la notificación oficial, debido a un grave error administrativo, la comunicación es dirigida al padre en lugar del hijo. ¿Cómo rectificar la grave falta cometida sin dañar la sensibilidad del veterano investigador? En líneas generales, el tema apasiona pero la narración no guarda el mismo nivel que el guión que lo sustenta al volverse innecesariamente errático; pero en todo caso esta historia de celos, resentimientos, egos y envidias entre intelectuales se deja ver aunque más no fuera por la remarcable actuación de Ashkenazi.
Dejando atrás el affaire Lars von Trier, Robert DeNiro y sus colegas del jurado valoraron objetivamente su film MELANCHOLIA decidiendo otorgar el Premio de Interpretación Femenina a Kirsten Dunst. Su actuación animando a Justine, que a causa de su inestabilidad mental transforma la fiesta de su casamiento en una pesadilla, es un completo acierto. Estéticamente apreciable con algunas imágenes sublimes, el relato dividido en dos partes está sujeto a controversias. En su primera sección centrada en Justine, se aprecia la riqueza de sus diálogos y se disfruta de las situaciones jocosas producidas por algunos de los discursos pronunciados por los familiares de la novia durante la cena nupcial; la segunda mitad enfocando a su hermana Claire (Charlotte Gainsbourg) es menos efectiva; así, la angustia que evidencia aguardando el momento en que el planeta “Melancholia” se desmorone en la Tierra con la llegada del fin del mundo no llega a repercutir emocionalmente y tampoco hay un convincente enlace entre las dos secciones del relato. En los papeles de apoyo merece destacarse la excepcional participación de Charlotte Rampling y Jonh Hurt.
Una agradable sorpresa ha sido THE ARTIST de Michel Hazanavicius donde Jean Dujardin, su protagonista, obtuvo el Premio de Interpretación Masculina. La originalidad de esta película filmada en blanco y negro es que es prácticamente muda, con excepción de algunos efectos sonoros y sus escenas finales. En tal sentido, el desafío de concebir al film de este modo resultó grande pero el resultado es decididamente satisfactorio al haber recreado inteligentemente el mundo visual de los comienzos de la cinematografía. Su anécdota se refiere a las desventuras vividas por un famoso actor del cine mudo frente a la aparición del sonoro, mientras que la joven chica (Bérénice Béjo) que ingresó en su momento como extra se convierte en una estrella cinematográfica de gran popularidad. Frente a un guión tan esquemático como el descripto, resulta sorprendente apreciar cómo este film, genuino homenaje al cine mudo de antaño, resulta placentero dejando al público una sensación de bienestar y gratificación no exenta de legítima emoción.
LAS ACACIAS, film de Argentina dirigido por Pablo Giorgelli, recibió el Premio Cámara de Oro. Esta distinción es otorgada al mejor primer film presentado en Cannes en cualquiera de las categorías existentes, en donde este año han competido 23 ópera primas. A través de una ruta de 1500 kilómetros desde Asunción (Paraguay) a Buenos Aires (Argentina), un camionero (Germán de Silva) transporta a una mujer (Hebe Duarte) que no conoce y a su bebita (Nayra Calle Mamani). A primera vista nada pasa, pero a medida que transcurre el metraje y el camión se va aproximando al lugar de destino, se aprecia en las expresiones faciales de sus dos personajes adultos una transformación con respecto a lo que fueron antes de iniciar el recorrido. Así él descubrirá en ella la belleza de su alma, la importancia de una vida familiar y la responsabilidad que implica la paternidad, en tanto que la chica podrá atisbar la posibilidad de convivir con alguien para sentirse protegida y ahuyentar la soledad. Este es un ejemplo excelente de un cine sencillo, que a base de miradas y silencios se van revelando los sentimientos que muchas veces permanecen adormecidos sin que lleguemos a saberlo hasta que se produce el milagro de un encuentro como el de los protagonistas de esta poética historia.
Finalmente cabe mencionar dos filmes de la competencia oficial que habiendo merecido la adhesión de la mayoría de los críticos, sin embargo fueron ignorados por el jurado. Uno de ellos es LE HAVRE de Aki Kaurismäki cuya acción transcurre precisamente en la ciudad portuaria de Le Havre, al noroeste de Francia. El drama de la inmigración ilegal es abordado a través de la figura de un ex escritor retirado (André Wilms), convertido en bohemio lustrabotas cuya vida cambia súbitamente cuando encuentra y decide proteger a un niño indocumentado proveniente de Gabón que huyó de un contenedor. Como en toda su filmografía, este gran realizador finlandés recurre a un humor frío y convincente, en un relato de encomiable fraternidad. Todo el film discurre como una fábula impregnada de entrañable humanidad que sutilmente critica la política represiva de Francia con respecto a la inmigración proveniente de África. Uno de los mejores filmes vistos en Cannes.
El otro film olvidado a la hora de los premios ha sido HABEMUS PAPAM del director italiano Nanni Moretti. Tratando de humanizar la figura del Papa, Moretti relata el trauma psicológico de un cardenal (Michel Piccoli) que al ser designado Papa entra en un estado de completa angustia al creer que no podrá cargar sobre sus hombros la gran responsabilidad que le aguarda. Para destrabar la situación creada, el nuevo Pontífice es tratado por un psicoanalista (Nanni Moretti) quien tampoco encuentra el modo de solucionar el problema. De allí en más el guión escrito por el realizador junto a Francesco Piccolo y Federica Pontremoli hace que el electo Papa salga del Vaticano y deliberadamente deje atrás a sus escoltas para deambular incógnitamente por la ciudad de Roma. Los contactos circunstanciales mantenidos con los pasajeros de un bus, un sacerdote y un grupo de actores representando una obra de Chejov que le hace recordar su pasión por el teatro, irá aclarándole que es lo que más desea en su vida y la decisión final que debe adoptar de acuerdo a sus principios morales. Aunque algunas escenas de tono caricaturesco atenúan el tono dramático del relato, Moretti ha logrado un film de calidad con importantes reflexiones personales sobre la fe y la religión. La interpretación de Piccoli es estupenda así como los excelentes diseños de producción reproduciendo entre otros escenarios los aposentos internos del Vaticano incluyendo el de la Capilla Sixtina.
25.5.11
FESTIVAL DE CANNES (13)
- 25.5.11
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