TRUE NATURE
La primera producción de esta nueva temporada del Teatro Centaur es True Nature de la dramaturga canadiense Colleen Curran. Con una muy buena puesta en escena de la directora Amanda Kellock, la pieza utiliza una excusa científica para ilustrar un romance entre dos científicos de mediana edad.
La trama presenta a Anna (Leny Parker) una investigadora obsesionada por el trabajo realizado por Mary Anning, una paleontóloga inglesa que vivió durante la primera mitad del siglo 19 y que como coleccionista de fósiles efectuó importantes hallazgos que habrían de ser útiles a Charles Darwin en la elaboración de su teoría sobre la evolución de la especie. Cuando la pieza comienza Anna pronuncia una conferencia sobre esta mujer y entre sus asistentes está Mitch (Bruce Dinsmore), quien es también un científico especializado en el mismo tema. Como consecuencia de este primer encuentro comienza un romance entre ambos.
La obra está estructurada a través de viñetas donde además de la pareja central, participan tres personajes más que son una amiga de Anna (Mary Harvey), la hermana de Mitch (Felicia Shulman) y un amigo gay (Michel Perron) que poco añaden al conflicto central de esta historia; eso se evidencia casi una hora después de su desarrollo cuando Anna comunica a su novio que ha aceptado un trabajo que la llevará por 6 meses a residir en otra ciudad; como él no acepta seguirla, esa circunstancia conlleva a una fractura temporal de la relación.
La obra está estructurada a través de viñetas donde además de la pareja central, participan tres personajes más que son una amiga de Anna (Mary Harvey), la hermana de Mitch (Felicia Shulman) y un amigo gay (Michel Perron) que poco añaden al conflicto central de esta historia; eso se evidencia casi una hora después de su desarrollo cuando Anna comunica a su novio que ha aceptado un trabajo que la llevará por 6 meses a residir en otra ciudad; como él no acepta seguirla, esa circunstancia conlleva a una fractura temporal de la relación.
Todo el tono de la obra es liviano, matizado con cierto humor donde la autora quiere mostrar algunas facetas de la fragilidad afectiva de sus personajes en la cuarentena de sus vidas y las dificultades que se producen cuando se debe decidir entre la carrera profesional o estar al lado de la persona que uno ama.
En palabras, todo resulta más importante que lo que el texto de Curran provee. Se trata de una obra demasiado endeble, aunque se deja ver debido a la ingeniosa escenografía de James Lavoie complementada por ciertos recursos visuales de logrado efecto y a la eficiente dirección de Amanda Kellock que además de imprimir un ágil ritmo en el cambio de las diferentes escenas logra que el entusiasmo de sus eficientes intérpretes contagie positivamente al espectador.
Se representa en el escenario del Centaur hasta el 6 de noviembre próximo.
Felicia Shulman y Leni Parker
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