Comentario de Sergio Martínez
Desde el
título, Les passagers de la nuit (Los pasajeros de la noche), hay un cierto
sentido poético en este film dirigido por Mikhaël Hers. El hecho que se sitúe
en los años 80 en París, agrega además un dejo de nostalgia que es reforzado
por la belleza de las imágenes (excelente fotografía de Sébastien Buchmann) que
captan muy bien tanto el entorno urbano en que se mueven los personajes –el distrito
XV de la capital francesa, conocido como Beaugrenelle, con construcciones
levantadas principalmente en los años 70– como la intimidad de sus vidas.
Elisabeth Davies
(Charlotte Gainsbourg) se halla sola, con sus dos hijos, la mayor en la
universidad y el menor en la escuela secundaria, luego que su marido la ha
dejado. Ella debe enfrentar ahora una situación para la que no estaba
preparada, o al menos así lo creía. Su primera tarea será buscar trabajo.
La hija mayor,
Judith (Megan Northam), es una fervorosa activista estudiantil y su
envolvimiento político le deja poco tiempo para ocuparse de otra cosa. Para la
madre, será la compañía de su hijo Mathias, la que será relativamente más
cercana. Esto, aunque el muchacho está más interesado en escribir poesía que en
las materias de sus cursos.
Por eso mismo tiempo, ha aparecido en París otro personaje que también parece perderse en la ciudad: Talulah (Noée Abita), una joven de 18 años que no tiene domicilio fijo y que es adicta a las drogas.
Elisabeth (Charlotte Gainsbourg) es contratada por Vanda (Emmanuel Béart) como operadora telefónica para el programa radial nocturno que ella anima |
Los
esfuerzos por encontrar trabajo le rinden frutos a Elisabeth, cuando es contratada
como operadora de llamadas telefónicas para un programa radial que se emite
toda la noche, justamente “Los pasajeros de la noche”, que combina llamados de noctámbulos
solitarios con espacios musicales. El programa lo anima Vanda Dorval (Emmanuel Béart),
quien le tomará simpatía a Elisabeth, aunque le advierte que el sueldo no es
mucho. Eventualmente, para aumentar sus ingresos, Elisabeth encontrará otro
trabajo a tiempo parcial en una biblioteca.
Talulah es
una de las entrevistadas en uno de los programas nocturnos y cuando Elisabeth sale
de la radio la encuentra sentada en el banco de un parque. La joven no tiene
donde ir y eventualmente la mujer la invita a quedarse en su casa durante unos
días.
Las vidas
de Talulah y Elisabeth, y especialmente la de Mathias se entrelazarán, cuando
cuatro años más tarde ellos vuelven a encontrarse. Judith ya no vive con su
madre y Mathias trabaja haciendo aseo en un gimnasio. Por su parte, Elisabeth,
aunque con reticencias y dudas, intentará reiniciar su vida sentimental.
Después de 4 años, Talulah (Noée Abita) y los destinos de la familia de Elisabeth se entrecruzan nuevamente |
Les
passagers de la nuit es interesante como propuesta de la fluidez y temporalidad
de nuestras existencias, con un énfasis en lo importante de vivir cada uno de
esos instantes, pues sabemos que sólo durarán un tiempo. Y justamente ese es su
valor.
Es un film
que recomendamos por su sentido poético, la belleza de sus imágenes y cómo a
partir de simples premisas, el director y los guionistas concluyen entregando
un momento de encanto y nostalgia.
Se exhibe
en versión original francesa y con subtítulos en inglés.
Duración:
1 h 51 min.
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