Comentario
de Sergio Martínez
Este film
italiano recientemente estrenado en Montreal es dirigido por Emanuele Crialese y
cuenta con la actuación de Penélope Cruz, Luana Giulani y Vincenzo Amato, en
los roles principales.
Adri (Luana Giulani) y su madre Clara (Penélope Cruz) comparten una relación no siempre muy fluida |
Ambientada
en los años 70, Clara (Penélope Cruz) y Felice (Vincenzo Amato) forman un
típico matrimonio de clase acomodada que subsiste más por las apariencias, que
por la afectividad de la pareja. En los hechos, esta última prácticamente no
existe.
La
mujer, que ciertamente no es feliz en su vida matrimonial, busca en sus tres
hijos, una suerte de refugio a su propia condición. Aunque tampoco esa relación
fluye siempre como ella quisiera.
Esto es especialmente cierto en la relación con su hija mayor, Adriana (Luana Giulani), una preadolescente que no se halla cómoda en su cuerpo, prefiere llamarse Andrea -en italiano nombre masculino que equivale a Andrés- y busca alguna señal desde el espacio exterior, pues alega haber sido concebida por extraterrestres. Básicamente, la muchacha es transgénero, pero en un momento en que no hay una real comprensión ni menos aceptación de esa condición, su apariencia y actitudes son tomadas como “rarezas”, ligeramente aceptadas porque ella aun es percibida como niña. Lo que los demás no saben es que Adri (Andrea) ya ha incursionado, aunque muy inicialmente, en la búsqueda del amor.
Los tres niños del matrimonio; Adri ciertamente no oculta su malestar |
Los
otros niños, aunque más pequeños, también insinúan gestos de malestar: Gino
(Patrizio Francioni), el muchacho del medio, generalmente temeroso de
desobedecer a sus padres, lo mostrará de un modo muy poco higiénico.
El film
retrata a personajes que bregan por ser ellos mismos, a pesar de las cortapisas
de las convenciones familiares y sociales. Hay algo de simbolismo en la
búsqueda de una señal desde el espacio exterior por parte de Adriana (Andrea)
que en verdad es posible que simplemente esté buscando una señal de afecto real
desde su espacio más inmediato.
En las fantasías de Adri, su madre aparece de un modo muy diferente a como es su vida real |
Filmada
especialmente en escenarios cerrados —las habitaciones de la casa, la sala de
clases de Adriana, o la capilla de la escuela- ello hace que la película
refuerce la idea de encierro emocional de los personajes. El único escape lo
provee las fantasías en que incurre la imaginación de Adriana, que pone a su
madre en escenas de exuberantes despliegues musicales, todo lo contrario de lo
que es su propia vida.
Es una
película que recomendamos.
Estrenado
el 26 de mayo en Cinéma du Musée (subtítulos en francés), Cinema Forum
(subtítulos en inglés) y Cinéma du Parc (subtítulos en inglés).
Duración:
97 min.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario