Comentario de Sergio Martínez
La 26ª edición del Festival Internacional de Documentales de Montreal (Rencontres internationales du documentaire de Montréal) llegó a su fin este pasado domingo 26 de noviembre con la entrega de premios y los habituales balances sobre la muestra. Tratándose de un evento de carácter competitivo, también hubo la entrega de galardones.
Knit's Island (La isla de Knit)
En la categoría de
largometraje internacional, el Gran Premio fue para el film Knit’s Island (La
isla de Knit), dirigido por Guilhem Causse, Ekiem Barbier y Quentin
L’helgoualc’h (Francia). El Premio del Jurado fue adjudicado a Crowrã dirigido
por João Salaviza and Renée Nader Messora (coproducción Brasil- Portugal). Una Mención
Especial fue acordada para This Woman de Alan Zhang (China, Malasia).
En los largometrajes
nacionales, la película ganadora fue While the Green Grass Grows de Peter
Mettler (coproducción Canadá-Suiza). El Premio especial del Jurado fue para Má
Sài Gòn (Mother Saigon) de Khoa Lê (provincia de Quebec, Canadá).
El premio de Nuevas Visiones
fue para el film Meezan de Shahab Miha
ndoust (coproducción Canadá-Irán). While the Green Grass Grows
(Mientras crece el verde pasto)
En la categoría de corto o
medio metrajes internacionales la ganadora fue Ever Since, I Have Been Flying de
Aylin Gökmen (Suiza) y se dio una mención especial a Aqueronte del director Manuel
Muñoz Rivas (España). Jill, Uncredited de
Anthony Ing (Canadá-Reino Unido) fue el film ganador en la categoría nacional. Un
premio especial fue concedido a Holiday Native Land by Nicolas Renaud and Brian
Virostek (provincia de Quebec, Canadá).
La Guardia Blanca de
Julien Elie (provincia de Quebec, Canadá) ganó el premio Magnus-Isacsson, este
film también ganó el premio del jurado estudiantil. Éviction de Mathilde Capone
(provincia de Quebec, Canadá) se adjudicó el premio del público.
El Premio del Recambio discernido por Radio Canadá fue para Where Motion Has Not Yet Ceased (Canadá- República Checa).
REDEFINIENDO EL GÉNERO
Algunas de las películas
que tuve ocasión de ver hacen reflexionar sobre si en la producción de ciertos documentales
en verdad se está estrechando el límite con la ficción. En algunos casos eso
puede ocurrir de un modo positivo, como búsqueda dramática, para acentuar
ciertos aspectos del propósito de ‘documentar’, tal fue el caso del film
canadiense Mademoiselle Kenopsia dirigido por Denis Coté, el cual en cierto
modo es una película onírica, en el sentido de documentar no una particular
realidad, sino más bien la imaginación y sueños de la protagonista. Éviction
En otro caso, el del film
español A House for Wandering Souls, centrado en el reencuentro del cineasta
con su abuela y el entorno de las tradiciones de su pueblo también se mueve más
allá de lo estrictamente documental y entra de algún modo en el mundo subjetivo
de sus protagonistas.
Sin embargo, no todas
estas búsquedas que estiran el significado del documental son exitosas. Uno de
los requisitos para que un suceso sea un tema de legítimo interés, es que sea
relevante más allá de sus protagonistas; si no se tratará simplemente de una
película de familia, sin mayor valor ni estético ni temático. Este fue, lamentablemente,
el caso del film Aqueronte del director Manuel Muñoz Rivas, quien con su
testimonio del cruce en un ferry intentaba retratar algo de los pasajeros, que
no queda bien definido.
Sin embargo, el peor
ejemplo de ese afán de rediseñar el cine documental, pero haciéndo
lo en cambio
irrelevante en su temática, fue el mediometraje Cold and Dark (Frío y oscuro)
coproducción eslovaca-canadiense dirigida por Peter Hoštak. Ambientado en el
campo eslovaco, intenta mostrar las vicisitudes de recolectores de leña, pero
en su afán de darle un cierto tono de cine de ficción, incluye largas escenas de
los hombres bebiendo y una escena particularmente innecesaria, la del noble
caballo Kubo, defecando. Si se lo quería homenajear por su dedicado trabajo
acarreando los maderos, esa escena lo malogra todo.
Probablemente este estirar
la definición del documental hasta incluir elementos de cine de ficción se
seguirá dando, lo importante es que no se deje de lado la misión esencial del
género, que es la de intentar retratar hechos de la vida real sin aditamentos.