Comentarios de Jorge Gutman
A pesar de que desde el comienzo se sabe que las cosas no terminarán bien, esta película romántica de Marc Webb destila frescura y originalidad, permitiendo que pueda disfrutarse de un relato desprovisto de los clisés y formulas trilladas que generalmente predominan en los filmes de este género.
La historia se centra en Tom (Joseph Gordon-Levitt), un romántico empedernido de 30 años de edad que vive en Los Ángeles y ansía ubicar la mujer de su vida. En el momento menos esperado, la encuentra en la oficina donde trabaja con la llegada de Summer (Zooey Deschanel), la nueva secretaria de la empresa.
La narración adopta un criterio no lineal, retrocediendo y avanzando en el tiempo durante los 500 días en que Tom vive su singular experiencia amorosa; además, el relato obliga a que la audiencia preste atención al día específico (aparece en pantalla) en el que cada escena se desarrolla para comprender los estados anímicos que prevalecen en cada uno de los miembros de la pareja.
Parte del encanto del film deriva de sus dos actores principales –con mayor énfasis en Gordon-Levitt que en Deschanel- prodigando espontaneidad y vitalidad a sus caracteres. Así, la empatía que la platea mantiene con Tom es inmediata, frente al entusiasmo que manifiesta al creer que ha encontrado a la compañera ideal y que podrá vivir junto a ella el resto de su vida. Por su parte, Summer también transmite simpatía a pesar de que su opinión sobre el amor sea diferente a la de Tom, al preferir una relación más pragmática y menos comprometida; si su personalidad resulta elusiva y difícil de detectar, eso se debe a que la visión que se tiene de ella es exclusivamente a través de la óptica del muchacho al transmitir su experiencia.
El vivaz e ingenioso guión de Scott Neustadter y Michael Weber se nutre de los altibajos de esa relación hasta su ruptura y el subsecuente esfuerzo desplegado por Tom para recobrar a Summer. Todo eso está narrado en forma sencilla y natural donde en algunas situaciones el director recurre al uso de la pantalla compartida para explicitar mejor el pensamiento del joven enamorado; así, en una escena, una parte de la pantalla ilustra las expectativas del muchacho de revivir su amor, mientras que la otra expone la realidad que echa por tierra sus fantasías.
El film que por su estilo se asemeja a muchas de las buenas comedias románticas del director francés Eric Rohmer, está plenamente logrado a pesar de ciertas observaciones menores. De ser demasiado exigente, uno podría objetar cierto exceso de dulzura de sus principales actores, o bien de que Webb podría haber evitado ese ir y venir del relato a través del tiempo ya que si fuese contado en forma cronológica, nada se habría alterado. Pero esos reparos son menores porque lo que subsiste es un film, que sin ser excelente, se caracteriza por su delicadeza y fineza donde el buen gusto siempre está presente; sin duda se trata de un debut promisorio para su director, quien ofrece las reflexiones sobre el amor desde una perspectiva masculina en lugar de la tradicional visión femenina que los relatos sobre el tema suelen adoptar.
Visualmente, resulta destacable la fotografía de Eric Steelberg captando la bella arquitectura de algunos edificios de Los Ángeles.
El film es presentado en los formatos DVD y Blu-ray. Los principales suplementos del DVD incluyen comentarios del director, los guionistas y del actor Gordon-Levitt. También se han incorporado escenas eliminadas y extendidas con comentarios sobre las mismas a cargo del director, guionistas y del actor mencionado. El Blu-ray además agrega el proceso de rodaje del film, seis conversaciones con la pareja protagónica, un video musical, etc. La banda sonora es en inglés, español, francés o portugués, conteniendo subtítulos opcionales en español e inglés.
LE SILENCE DE LORNA. De Jean-Pierre y Luc Dardenne
Esta película belga de los hermanos Dardenne relata una historia sórdida que transcurre en Lieja. El sólido guión ilustra a una joven albanesa enamorada de un compatriota suyo (Alban Ukaj), que viviendo ilegalmente en Bélgica acepta casarse con un muchacho belga drogadicto (Jérémie Renier) a fin de obtener la ciudadanía de ese país. La operación que es manejada por personajes de baja catadura moral, contempla el inmediato asesinato del toxicómano para que ella, habiendo legalizado su situación, a su vez repita la operación con otro individuo de la mafia rusa (Morgan Marinne) deseoso de lograr la residencia.
El film abordado en forma despojada y austera constituye un lúgubre retrato de inmigrantes que al tratar de dejar los países pobres en que viven para intentar suerte en los más ricos de Europa se encuentran involuntariamente presionados por la desesperación y deben recurrir a procedimientos éticos altamente cuestionables. Un relato profundamente humano aunque no para todos los gustos, cuenta con una muy buena interpretación de Arta Dobroshi en el papel principal. La precisa dirección y la impecable caracterización que los intérpretes logran de sus personajes permiten presenciar una buena pintura social como consecuencia del desplazamiento migratorio actual que vive el continente europeo.
El DVD es presentado en su versión original francesa con subtítulos en inglés.
INGLOURIOUS BASTERDS. De Quentin Tarantino
Tarantino, el “niño terrible” del cine estadounidense, es uno de los pocos directores internacionales cuyo nombre es conocido tanto por los espectadores selectivos que gustan del cine de autor, como por el gran público que busca exclusivo entretenimiento. De allí el interés despertado por su último film cuyo DVD acaba de aparecer.
Sin que su propósito consista en efectuar un revisionismo histórico, la audacia del realizador consiste en haber reinventado los hechos que describe en su relato, permitiendo que la audiencia reflexione de qué manera habría cambiado la historia del siglo XX si lo que se ve en pantalla se hubiera producido realmente. Lo que permanece inalterable es el escenario de referencia, que en este caso es la Segunda Guerra Mundial y la ocupación nazi en la Francia de Vichy; lo demás proviene de la fértil imaginación de su autor.
Dividido en varios capítulos, el film narra varias historias simultáneas que finalmente terminarán convergiendo. Algunos de los capítulos están mejor logrados que otros, pero decididamente el primero de los mismos constituye un ejemplo del mejor cine de Tarantino. El comienzo que transcurre en 1941 en una campiña francesa completamente alejada de ruido o bullicio, introduce la sinuosa y maquiavélica presencia de Hans Landa, un coronel nazi (Christoph Waltz) quien con cinismo diabólico llega a intimidar a un granjero francés (Denis Menochet) para que le diga si oculta en el subsuelo de su casa a una familia judía. Son 20 minutos de glorioso cine en donde Tarantino no podría haber escrito mejor la conversación que tiene lugar entre ambos personajes. El amable aunque decididamente firme interrogatorio efectuado por el coronel, mientras disfruta de dos vasos de leche fresca que le es ofrecido, logra que el granjero -completamente arrinconado y con lágrimas en sus ojos- le indique donde están escondidos sus visitantes; acto seguido tiene lugar la ejecución de los judíos donde sólo Shosanna (Melanie Laurent), una chica adolescente de 18 años de edad, logra milagrosamente escapar con vida.
En el segundo capítulo, el relato presenta a Brad Pitt dando vida a un teniente que lidera a un grupo de 12 soldados judíos americanos cuyo propósito es eliminar la mayor cantidad de nazis posible; la manera de matar a sus enemigos es mejor no revelarla, excepto señalar que responde al típico estilo de Tarantino cuando emplea la violencia en situaciones similares. Sin llegar a adquirir la misma fuerza del capítulo anterior, la ilustración de esta formación de soldados excéntricos, que para sus enemigos son conocidos como “malditos bastardos”, impresiona positivamente.
Los segmentos restantes tienen lugar en 1944, donde Shosanna, habiendo cambiado de identidad bajo un falso nombre, es dueña de un pequeño cine en un barrio de París; gracias a circunstancias imprevistas que juegan indudablemente en su favor, ella tratará de concretar una venganza personal contra el responsable coronel que asesinó a su familia así como también tratar de que Goebbels, Goring, Borman y otros altos jerarcas del Tercer Reich sean eliminados; la concatenación de los acontecimientos hará que el destino de los bastardos -sin haber llegado a conocer a Shosanna-, coincida con el mismo propósito.
Si se tuviera que calificar a este film por su elenco exclusivamente, uno llegaría a considerarlo excelente. Eso es debido a la solidez interpretativa de un reparto donde casi no hay protagonistas exclusivos sino una labor de conjunto impuesta por el guión. A medida que avanza en su carrera, Pitt confirma que además de ser uno de los actores de mayor popularidad mundial, igualmente posee genuinas condiciones de actor; también altamente convincente resulta Laurent cuya caracterización le obliga a refrenar sus sentimientos de odio frente a sus enemigos; entre otros nombres del satisfactorio reparto se destacan Daniel Brühl (un soldado considerado como un héroe de guerra nazi que se siente fuertemente atraído por Shosanna), Elie Roth (uno de los sargentos del grupo bastardo), Hugo Stiglitz (otro de los sargentos del comando), Diane Kruger (una artista alemana y doble espía que se une a la causa de los bastardos), Michael Fasbender (encarnando a un espía británico), y por último Waltz, un actor que causó sensación en Cannes y merece párrafo aparte.
Christoph Waltz, que hasta el último festival de Cannes era un actor con un gran curriculum profesional pero solamente conocido en Austria –su tierra natal-, hoy día es una figura de renombre internacional por el trabajo brindado en este film; su personificación del siniestro coronel Landa, el experto “cazador de judíos”, es sencillamente sorprendente. Aparte de adueñarse de la película cada vez que le toca intervenir, su caracterización es nada menos que extraordinaria y su premio como mejor actor en el festival de Cannes no solamente que fue totalmente merecido sino que seguramente le posibilitará a que su nombre figure como uno de los que aparezcan nominados a la hora de los Oscares de 2010. Tarantino, encontró en este actor a un aliado impagable para otorgarle brillantez a su obra; además, su fluido manejo de diferentes idiomas –inglés, francés, alemán, e italiano- ha contribuido para lograr máxima autenticidad en las escenas donde él participa.
¿Qué decir de Tarantino? Sería un pleonasmo señalar que es un gran realizador; cualquiera que vea este film sin saber quien lo dirigió descubrirá su estilo inconfundible, imaginación excepcional como escritor, con una innegable capacidad para describir a sus personajes y una gran versatilidad en la puesta escénica. Como en la mayor parte de su filmografía, aquí también están presentes la acción, violencia y las sesudas intrigas, con diálogos precisos que se combinan con franco humor.
Ahora bien, desde un perspectiva global, no todo el film mantiene igual ritmo debido a que muchas excelentes secuencias están contrarrestadas con otras donde la acción llega a resentirse por su excesiva duración; eso se nota claramente en el cuarto capítulo donde la secuencia que transcurre en una taberna es excesivamente alargada; algo similar se aprecia en el episodio final, que si bien crea una atmósfera de suspenso muy buena, hay escenas que pudieron haber sido eliminadas sin perder la esencia de la mismas para ganar mayor dinamismo. A los reparos señalados, habrá que agregar algunas secuencias de violencia desmesurada que pudieron haber sido más contenidas.
Más allá de los elementos favorables y de las observaciones indicadas, no dejo de admirar a Tarantino por su maestría en mezclar los géneros, cuidar detalles fundamentales –como por ejemplo las diferentes lenguas que se hablan y que nunca traicionan el idioma original de sus personajes-, así como su sapiencia y pasión que siente por el cine donde aquí le otorga un rol importante e intercalándolo muy bien en el relato. Los valores de producción del film son de primer nivel y su adecuada banda sonora incorpora en los créditos iniciales la bien conocida melodía de Dimitri Tiomkin “The Green Leaves of Summer”, para posteriormente oír, entre otros temas, “Putting Out the Fire” de David Bowie y extractos musicales de Ennio Morricone.
Sin ser la mejor película de Tarantino, Inglourious Basterds es un film que inspira gran respeto y que se llega a disfrutar, aunque solo fuese por contemplar a Christoph Waltz.
El DVD contiene un abundante material de interesantes suplementos y está presentada en su versión original inglesa, doblada al español y al frances y con subtítulos optativos en cualquiera de los tres idiomas mencionados.
Aunque Peter Jackson, el elogiado director de The Lord of the Rings, no sea quien tuvo a su cargo la responsabilidad del film neozelandés District 9 su asociación como productor del mismo constituye una garantía de calidad. Esta aventura de ciencia-ficcilón satisface ampliamente, sirviendo como una buena carta de presentación del novel realizador sudafricano Neill Blomkamp, quien también fue autor del guión junto con Terri Tatchell.
Presentado como un falso documental, el relato tiene lugar en Sudáfrica. De las informaciones que se van brindando a través de diferentes reporteros televisivos, se sabe que en la ciudad de Johannesburgo aterrizó hace más de 20 años una nave espacial, cuyos habitantes pertenecientes a una raza alienígena fueron confinados por los humanos a vivir en el Distrito 9, una jurisdicción militar de la ciudad. Con el apoyo de notables efectos visuales, los extraterrestres asumen la forma de gigantescos insectos de 4 patas desplazándose en forma erguida y transmitiendo una sensación de efectivo realismo.
Viendo que la coexistencia de residentes e inmigrantes no resulta posible debido a continuados estallidos de violencia, Wikus van der Merwe (Sharito Copley) –un agente coordinador de una corporación multinacional, tiene la responsabilidad de dirigir un operativo tendiente a relocalizar a los indeseables extranjeros hacia el Distrito 10, ubicado a 200 kilómetros del lugar actual.
El proceso de evacuación resulta complicado debido a la resistencia que oponen los “extranjeros” a tener que dejar el lugar donde viven, y es así por eso que en muchos casos el procedimiento se realiza invadiendo las viviendas de los mismos; en una de las mismas, el coordinador entra por accidente en contacto con un virus alienígeno que modifica su DNA adoptando un comportamiento que se asimila al de los “inmigrantes” indeseados.
A partir de allí Wikus huye de su organización al saber que sus miembros tienen la intención de usarlo para realizar experimentos peligrosos. Esa persecución origina escenas de acción que aunque ya vistas en otros filmes, están muy bien montadas y seguramente no habrá de defraudar a los seguidores del género.
Queda como resultado un relato que sin ser excepcional impresiona gratamente por la forma diferente en que es planteada la relación entre humanos y extraterrestres. Aunque no hay pretensión de mensaje social alguno, la historia puede constituir una metáfora sobre la xenofobia y el tratamiento discriminatorio y a veces humillante que en muchas regiones del mundo reciben los inmigrantes como ciudadanos de segunda categoría. No menos importante es que teniendo en cuenta que Blomkamp nació y se crió en Sudáfrica durante la época en que regía el apartheid, su film tenga algo que decir sobre el trato que sus compatriotas negros fueron objeto por parte de la minoría gobernante blanca.
Como una fantasía de acción, el relato no ofrece mucho margen para profundizar en la psicología de sus personajes. Con todo, Copley logra infundir convicción como un burócrata que, arrogante y seguro de sí mismo al comienzo, logra humanizarse como resultado de la metamorfosis que lo ubica en un mismo plano de igualdad que el de los discriminados extraterrestres.
El film está presentado en formato DVD y Blu-Ray y entre sus extras figuran algunas escenas que fueron suprimidas en el montaje original, un muy buen comentario del director, varios reportajes sobre los diseños de producción y efectos visuales, etc. La banda audio es en francés e inglés, con subtítulos opcionales en ambos idiomas.