Películas de
Francia, China, Turquía y Canadá galardonadas
Crónica de Sergio
Martínez
La historia de
amor tumultuoso de un sacerdote en la Francia rural a finales de la década de 1950—la
que terminó en tragedia— fue el tema de Fou d'amour (Loco de amor) la película
que ganó el Gran Premio de las Américas en la ceremonia de clausura del
Festival de Filmes del Mundo de Montreal (FFM). Dirigida por Philippe Ramos,
que no estuvo presente pero envió un mensaje en video agradeciendo la
distinción, Fou d’amour causó bastante impresión en el jurado presidido por el
escritor quebequense Dany Laferrière para obtener el primer premio en la
competencia oficial. En nuestra opinión, una buena elección, aunque hubiéramos preferido para ese premio la película española Feliz 140
de Gracia Querejeta, pero así es como son las cosas en estos eventos donde al
final hay muchos factores (más o menos subjetivos) en la determinación de los
resultados de la competencia. El Premio Especial del Jurado fue para la
película turca Misafir (La visitante) una obra minimalista por Mehmet Eryilmaz
que reabre viejas heridas en una relación familiar con motivo de una mujer que
visita la casa de sus padres después de una larga ausencia, con el fin de ver a
su madre moribunda.
En la competencia
de Primeras Obras la película china Chuyi (El Funeral) de Qi Wang ganó el Zenit
de Oro (primer premio), el Zenit de Plata fue para la película brasileña Para
Minha Amada Morta (Para mi amada) por Ali Muritiba y el Zenit de Bronce para La
Delgada Línea Amarilla de Celso García (México). El premio al mejor
cortometraje fue ganado por La Voz de David Uloth (Canadá).
Hubo un empate
por el premio al mejor director: Mikko Kuparinen quien dirigió la película 2
Nights 'Til Morning (Finlandia / Lituania) compartió honores con Georgi
Balabanov, director de El Archivo Petrov (Bulgaria / Alemania). El premio al
mejor guión fue otorgado a Michal Rogalski (Polonia / Alemania) por la película
Solsticio de Verano (de hecho una historia muy buena, aunque con un final
extraño). En la categoría de Mejor Contribución Artística el ganador fue Xing
Jian por su película Siete días (China). El premio a la Innovación fue dado a
Un instante en La Habana de Guillermo Iván Dueñas (EE.UU. / Cuba / México /
Colombia), en nuestra opinión, un premio inmerecido ya que no había elementos
innovadores en esta película: ni la historia, ni su narrativa eran
particularmente "nuevas" y en cambio caía demasiado en el
sentimentalismo (una tendencia que a veces ha dañado la reputación de las
películas latinas).
Por supuesto las películas
dependen mucho de las actuaciones de sus actores, que también son reconocidos
por el FFM. El premio a la mejor actriz fue para Malin Buska por The Girl King
(La niña rey) de Mika Kaurismäki (Canadá / Finlandia / Alemania / Suiza), quien
encarnó muy sólidamente a la reina Kristina de Suecia en este relato histórico
de una monarca muy interesante e ilustrada del siglo 17. El premio al mejor
actor fue para Wolfram Berger por Rider Jack de This Lüscher (Suiza).
Misafir (La visitante) el film turco que ganó el premio del jurado |
Otros premios
fueron los otorgados por el Jurado Ecuménico basado en los valores humanísticos
de las películas: la principal distinción fue para Midnight Orchestra (Orquesta
de Medianoche) de Jérôme Cohen Olivar (Marruecos), este jurado también confirió
dos menciones especiales, a En el camino a Berlín, de Sergei Popov
( Rusia) y Un instante en La Habana (de Guillermo Iván Dueñas); y luego los
premios otorgados por la FIPRESCI (Federación Internacional de la Prensa
Cinematográfica) a Misafir (La visitante) dirigida por Mehmet Eryilmaz (Turquía)
en la Competencia Mundial, y Rosa Chumbe de Jonatan Relayze Chiang (Perú) en la
competencia de primeras obras.
Si uno tiene que
hacer un balance del evento, diríamos que la calidad general de la muestra de
las películas en competencia (vimos la mayoría de ellos) fue ligeramente inferior
en comparación con años anteriores. Pero eso es una apreciación muy subjetiva y
en este sentido siempre hay variaciones de año en año. En lo que el FFM sigue
brillando es en ser la más extensa (es decir, en cantidad de películas),
completa (es decir, continentes y culturas presentes), y representativa (es
decir, el número de países presentes) muestra de cine del mundo que se puede
ver en Montreal. Ningún otro festival ofrece tal cosa.
Serge Losique durante el cierre del festival |
Como siempre al
final de la ceremonia de clausura Serge Losique, presidente del FFM se dirigió
al público y con el mismo tono desafiante que hemos escuchado desde hace algún
tiempo, nos invitó a todos para la próxima edición del festival, que se
celebrará entre el 26 de agosto y el 6 de septiembre de 2016. Esa también será
una ocasión especial: la 40ª edición del evento que ha estado sufriendo de una
serie de infortunios en los últimos años, básicamente, el resultado de los
problemas financieros causados principalmente por la decisión de las
principales agencias de gobierno, federal, provincial y locales, de cortar sus
aportes financieros. Por otra parte, la asistencia al FFM sigue siendo bastante
buena, en muchos casos con la gente haciendo cola en la calle para entrar al
Teatro Imperial, la sede principal del evento. Uno puede preguntarse entonces:
¿tienen los burócratas culturales que poseen control discrecional sobre el
dinero público, derecho a retirar su apoyo a un evento que, después de todo, y a
pesar de todas las críticas que algunos pueden hacer, todavía goza de un apoyo
masivo del mismo público cuyo dinero esos burócratas administran?
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