5.9.18

FFM: PELÍCULA COSTARRICENSE PREMIADA EN CATEGORÍA PRIMERAS OBRAS


Este pasado 3 de septiembre llegó a su fin la 42ª edición del Festival de Filmes del Mundo de Montreal.  En la Competencia Oficial la película húngara Curtiz se alzó con el Grand Prix des Amériques, en tanto que la costarricense El baile de la Gacela obtuvo el Zénit de Oro en la categoría de Primeras Obras.

Crónica de Sergio Martínez

Con especiales agradecimientos a los voluntarios, durante su ceremonia de clausura, finalizó la 42ª edición del Festival de Filmes del Mundo de Montreal (FFM). Sin duda, un gesto merecido: aquejado de fuertes restricciones monetarias por la falta de apoyo de las agencias gubernamentales, el FFM tuvo que apoyarse en la dedicación de voluntarios para una serie de trabajos que normalmente hacían funcionarios, desde labores de oficina, al corte de los boletos a la entrada de las diferentes salas donde se realizó el evento.


Serge Losique, presidente y director del FFM en su saludo final insistió en el mandato central de su festival: ser una ventana al cine del mundo. Y una vez más –a pesar de sus limitaciones económicas– el FFM fue bastante diverso en lo que hace a representar el cine de diferentes lugares del mundo. América Latina, por cierto, estuvo bien representada, con filmes tanto en la competencia oficial, como en el certamen de primeras obras.

LOS PREMIADOS
Escena del film Curtiz
Como “una película acerca de una película” fue caracterizada la ganadora del primer premio (Grand Prix des Amériques) de este año, la húngara Curtiz, dirigida por Tamas Yvan Topolansky. El título del film alude a Michael Curtiz, director de origen húngaro que en 1942 dirigió uno de los más emblemáticos filmes de todos los tiempos: Casablanca con Humphrey Bogart e Ingrid Bergman en los roles protagónicos. El film de Topolansky se centra principalmente en este controvertido director, su obsesivo afán mujeriego y sobre todo, la conflictiva relación con su hija. Durante la filmación de Casablanca, también se muestra la tensión entre su director y el agente del gobierno estadounidense que estaba especialmente interesado en que la película tuviera un efecto propagandístico.  Siendo el cine el más influyente medio cultural y comunicacional en ese tiempo, Washington esperaba que el producto final diera un respaldo a los esfuerzos militares en Europa, donde tropas estadounidenses se estaban desplegando para luchar contra los nazis.
Tamas Yvan Topolansky y su 
equipo durante la premiación
Pero Curtiz se resistía a hacer un mero film de propaganda, tampoco le interesaba una historia de “buenos versus malos” tan típicas de Hollywood. Eso finalmente lo pondría en serio conflicto con el agente de Washington, pero al final Curtiz tendría razón, Casablanca no sólo tuvo un importante impacto en denunciar a los nazis, pero además lo hizo sin descuidar la calidad artística del producto cinematográfico. Hasta hoy día, Casablanca es una obra maestra del cine.

Curtiz, el film,  por otro lado no oculta otro conflicto personal en la vida del célebre director, que era judío y aun tenía a miembros de su familia en Hungría: a pesar de su fama en Hollywood, no tuvo éxito en lograr que el gobierno húngaro liberara a su hermana la que eventualmente fue a dar a un campo de concentración.

Escena del film 
El baile de la Gacela
El Gran Premio del Jurado (segundo premio) fue compartido por dos excelentes filmes que tuvimos oportunidad de disfrutar: La promesa del samurái de Daisiku Kimura (Japón) y La sonrisa etrusca de  Mihal Brezis y Oded  Binnun (coproducción Suiza-Alemania-EE.UU.-Reino Unido).

El premio a la mejor película en la categoría de Primeras Obras fue para El baile de la Gacela de Iván Porras (Costa Rica). Un film centrado en un grupo de adultos mayores, quienes se reúnen en un club donde realizan diversas actividades, una de las más importantes, el baile. Entre los miembros del grupo destaca un ex futbolista al que apodaban “Gacela” y Carmen, una viuda que atrae su atención. También está el instructor de baile, un ex bailarín, gay, que vive en la casa de Carmen ya que fue pareja del hermano de la mujer.

Iván Porras en la ceremonia 
de entrega de premios
Porras caracteriza a sus personajes como “adolescentes de 70 años” aludiendo a los diversos aspectos que los adultos mayores confrontan, en especial su soledad y también, la búsqueda del amor. También el tema del prejuicio contra los homosexuales está presente. El film tiene una muy buena fotografía, al contrario de muchas películas donde el baile es el tema central, la cámara en las escenas de baile sólo enfoca los pasos cuando es necesario, en cambio se concentra bastante en las expresiones faciales y la comunicación de los bailarines, lo que contribuye a transmitir las vivencias emocionales de los personajes. Un film que aborda varios temas, pero que resuelve de manera sobria los conflictos.

El premio al Mejor Documental fue para  Morir para contar de Hernán Zin (España). Un film que narra las vicisitudes de periodistas que cubren las noticias en lugares de alta tensión o de guerra.

LOS DEMÁS GALARDONES
Mejor Director: Attila Szász por su film Eterno invierno (Hungría)
Serge Losique durante 
la ceremonia de cierre:
 una ventana al cine del 

mundo
Mejor Actriz: Maya Szopa por su actuación en Extraños de paciencia de Vladimir Alenikov (Rusia).
Mejor Actor: Hiroshi Tachi por su actuación en Vida en sobretiempo de Hideo Nakata, (Japón).
Mejor Guión: Compartido por Jianv Han, Wei Zhong y Muye Wen por Morir para sobrevivir de Muye Wen (China) y Mirko Locatelli y Giuditta Tarantelli por Isabelle de Mirko Locatelli (coproducción Italia – Francia)
Mejor Contribución Artística: Toyon Kyyl de Eduard Novikov (Rusia).
Premio a la Innovación: Ruganje so Hristos (Burlándose de Cristo) by Jani Bojadzi  (República de Macedonia).

 Lista completa de los ganadores (en versión francesa e inglesa) puede verse en el sitio web www.ffm-montreal.org

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