13.10.23

CINE EN LA PLAZA: TESTAMENT—Denys Arcand, irreverente, incisivo y genial

Comentario de Sergio Martínez

El más reciente film de Denys Arcand viene a reafirmar su sello como realizador irreverente, incisivo y genial. Testament (Testamento) las emprende de manera satírica contra los excesos de la political correctness, la impostura de esos jóvenes anglófonos que abrazan causas ajenas y de intelectuales que posan de rebeldes, los fanáticos de la “vida sana”, los burócratas, la mediocre clase política quebequense y los viejos nostálgicos del nacionalismo québécois. Por si eso fuera poco, también nos ofrece una tierna visión del envejecimiento y de la importancia del amor, no importa a qué edad.

Jean-Michel Bouchard (Rémy Girard) tiene 70 años, vive en una residencia de ancianos—apropiadamente llamada Maison Parizeau-Duplessis—pero aun está activo como funcionario de los Archivos Nacionales.  A esta altura de su vida, sin embargo, él sólo espera que el transcurso natural de las cosas lo lleve a su muerte, que espera que sea tranquila y que probablemente nadie la va a notar. Él tiene una actitud un tanto cínica de la existencia, tanto la propia como la ajena.

Suzanne (Sophie Lorain) directora de la Residencia Parizeau-Duplessis
y Jean-Michel Bouchard (Rémy Girard), uno de los residentes 

Por su parte, Suzanne (Sophie Lorain) es la directora del establecimiento y trata de conducirlo de la manera más eficaz posible y siguiendo al pie de la letra las directivas oficiales. Básicamente, la vida de la residencia de ancianos transcurre dentro de una rutina esperada y sin mayores acontecimientos.

Sin embargo, la tranquilidad y predictibilidad de la residencia van a sufrir una seria perturbación cuando un grupo de activistas se entera que un mural que adorna la sala principal del local contiene imágenes que considera ofensiva para las Primeras Naciones. El mural retrata el encuentro entre el explorador francés Jacques Cartier y un grupo de indígenas. La líder de los jóvenes activistas—todos anglófonos—remarca que los europeos portan armas y que una de las mujeres indígenas lleva sus pechos desnudos, lo que, en opinión de la joven manifestante, “la hace un objeto sexual”. El impacto del “ofensivo” mural irá creciendo por la exposición mediática que alcanza, forzando la intervención de la ministra del caso, que es interpelada en la legislatura quebequense. Ella a través del burócrata de turno, forzará a Suzanne a tomar una medida radical, que eventualmente llegará a lamentar.

El hasta ahora indiferente Jean-Michel, por su parte, poco a poco se irá involucrando también en el caso. Antes había concurrido a una entrega de premios a escritores quebequenses donde había sido galardonado con uno, pero sin tener claridad por qué. La ocasión en todo caso sirve al realizador para ridiculizar mucho de la moda de una literatura que se supone es rupturista en lo formal y el contenido. En realidad, en mucho de ello hay una actitud de pose. Un momento hilarante lo ofrece la poeta que presenta el título de su obra: “La vagina incendiada”.

Un mural considerado ofensivo por
unos activistas generará toda una crisis
Cuando finalmente el problema del ofensivo mural es resuelto, siguiendo las directivas de la propia ministra de Servicios Sociales, de quien dependen las residencias de ancianos, se desatará un nuevo problema en el cual Suzanne, la directora del establecimiento, terminará pagando los platos rotos. Nuevos manifestantes saltarán a la palestra, esta vez los nacionalistas en defensa del “patrimonio artístico” del Quebec.

Por su parte, Jean-Michel, desde su soledad puede también entender la soledad de los otros, incluyendo la de Suzanne, que no ve a su única hija desde hace años. Ello lo llevará a dar un vuelco a algunas de sus convicciones.

El personaje del viejo residente
ilustra de modo claro la visión crítica 
del realizador





Testament es una película que encanta al espectador desde el primer momento, especialmente a quienes gustamos de la ironía como la manera más sutil y elegante de sembrar nuestra crítica social. Notables actuaciones por parte de Girard y Sophie Lorain, con una fotografía intimista que ayuda a entrar en los sentimientos de los personajes. Es una cinta que recomendamos con mucho gusto.

Duración: 1 h 55 min.

En la región de Montreal se exhibe en los cines Quartier Latin, Forum (con subtítulos en inglés), Beaubien, StarCité, Carrefour Angrignon, Mega-Plex Marché Central, Mega-Plex Taschereau, Mega-Plex Jacques Cartier, Mega-Plex Sphèretech, Mega-Plex Lacordaire, Cineplex Odeon Brossard, Mega-Plex Pont Viau, Cineplex Odeon St-Bruno, Cineplex Laval, Carnaval, Mega-Plex Terrebonne, Cinéma Triomphe, Cinéma St-Eustache, Mega-Plex Deux Montagnes, Mega-Plex-S-Jean, Cinéma Beloil, Capitol St-Jean y Cineplex Odeon Carrefour Dorion.

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