11.4.12

INDUMENTARIA INTIMA

INTIMATE APPAREL. Autor: Lynn Nottage. Dirección: Micheline Chevrier. Elenco: Lucinda Davis, Eloi ArchamBaudoin, Quincy Armorer, Tamara Brown, Ranee Lee, Patricia Summersett. Decorados: Pierre-Étienne Locas. Vestuario: Susana Vera. Iluminación: Martin Sirois. Es loable la intención de la dramaturga Lynn Nottage de reproducir el clima existente a principios del siglo pasado en Nueva York con el flujo inmigratorio recibido no solo del exterior sino también con la enorme cantidad de afroamericanos que después de haber dejado atrás la Guerra Civil se dirigían hacia el norte en busca de horizontes más prósperos.


En tal sentido Intimate Apparel, que transcurre en la ciudad de los rascacielos en 1905, cumple su objetivo ilustrando el empeño y esfuerzo de gente que como su protagonista trata de abrirse camino con tesón y empuje. Ella es Esther (Lucinda Davis), una noble y humilde analfabeta afroamericana de 35 años que desde hace tiempo vive en Nueva York en una casa de huéspedes después de haber dejado su hogar de Carolina del Norte cuando era adolescente; trabaja afanosamente con su máquina de coser, creando ropa para gente de diferente condición social. Como mujer, anhela hallar al hombre de sus sueños antes de que sea demasiado tarde; finalmente encuentra a su pretendiente George (Quincy Armorer), un hombre negro de Barbados trabajando en el canal de Panamá, a través de un romance que se establece a la distancia mediante correspondencia epistolar y que culmina en boda. Sin embargo, Esther pronto habrá de comprobar que su nuevo estado civil está lejos de lo que pudo haber soñado frente a un marido insensible y egoísta.


Lo que más trasciende de esta pequeña obra feminista es la relación que Esther mantiene con los personajes que la rodean y que permiten brindar algunos momentos de legítima emoción. Así se encuentra el Sr. Marks (Eloi ArchamBaudoin), quien es un afable soltero ortodoxo judío oriundo de Rumania y fabricante de ropa, que mantiene un delicado y sutil vínculo con Esther en ocasión de mostrarle su mercadería. No menos atractiva es la personalidad de Mayme (Tamara Brown), una vivaz prostituta que aporta la nota de humor y colorido al clima de la pieza. Igualmente agradable es la personalidad de la señora Van Buren (Patricia Summersett) en el trato que mantiene con Esther.


A través de sencillos pero genuinos diálogos, la obra -sin ser excepcional o descollante- atrae por la humanidad de sus personajes y por ofrecer una pintura satisfactoria de una época ya ida, donde las mujeres pertenecientes a diferentes niveles culturales tuvieron que saber adaptarse y adquirir fortaleza frente a los cambios sociales que se iban imponiendo.


La directora Micheline Chevrier ha sabido brindar un marco íntimo a lo que la pieza ofrece y al propio tiempo ha extraído lo mejor del calificado elenco que la integra.


Las representaciones tienen lugar en el escenario del teatro Centaur y siguen hasta el 29 de abril (http://www.centaurtheatre.com/). Jorge Gutman


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