25.10.23

FESTIVAL DU NOUVEAU CINÉMA EN UN TIEMPO DE TRANSICIÓN

Comentario de Sergio Martínez

Luego de la desaparición del Festival de Filmes del Mundo (FFM)—un hecho en que las culpas se repartieron entre los burócratas de la SODEC y Telefilm Canada, y el propio mandamás del otrora glorioso festival, Serge Losique—los comentaristas y seguidores del cine en Montreal se preguntaban sobre cuál de los festivales existentes ocuparía el lugar que había tenido el otrora venerable festival del Teatro Imperial. El Festival du Nouveau cinéma era uno de los candidatos a suceder al fenecido FFM, también Fantasía. Otros como el FIFA o Cinemania se descartaban porque se trata de eventos con un foco bien preciso y limitado: uno al arte (y espero que en algún momento le cambien ese ridículo nombre que lo vincula al órgano que regula el fútbol a nivel mundial) y el otro al cine francófono.

Sin embargo, a este momento lo más probable es que Montreal no tendrá un sucesor del FFM, el Festival du Nouveau cinéma en esta reciente edición ha confirmado que tiene una identidad diferente, algo a lo que siempre aspiró y eso es bueno; pero ciertamente no tiene la vocación de amplitud de enfoques que tenía el FFM. Esa identidad es no tanto quizás como “nuevo cine” en algún sentido de búsqueda formal o de foco temático, sino más bien como una plataforma para un cine de corte alternativo que no siempre llega a las pantallas de exhibición comercial. También como un lugar para que jóvenes cineastas expongan nuevas tendencias o para dar tribuna a un cine de carácter experimental. Nótese, sin embargo, que cine realizado por “nuevos alquimistas” como los llama el propio Festival y cine experimental, no garantizan necesariamente un buen cine. Como siempre ha sido, sea que se hagan películas de un modo convencional o buscando nuevas avenidas narrativas o temáticas, en el análisis final lo que cuenta es si se trata de buen o mal cine, o cine merecedor de calificaciones intermedias, por cierto.

En cuanto al lugar de este Festival en el ámbito de los festivales de Montreal, tal vez lo que corresponda es simplemente situarlo como un evento—por cierto, con una respetable trayectoria—que busca mostrar las nuevas tendencias del cine tanto nacional como mundial, un trabajo que hace razonablemente bien, agregaríamos. Por otro lado, y para ser franco, no llega a llenar el espacio dejado por la desaparición del FFM. Pero, por último, a lo mejor en Montreal estamos bien así. Ni Fantasía, ni menos FIFA, cumplen tampoco los requisitos para ser ‘el festival de cine’ de la ciudad, al modo como lo fue el FFM o como es el TIFF (Toronto International Film Festival) en la principal metrópolis del país. Entonces la pregunta a hacerse ¿es que necesitamos en Montreal un tal evento? A lo mejor no.

Estos festivales que cubren ciertos nichos y por tanto apelan a audiencias específicas cumplen un interesante rol también. Fantasía con su foco en el cine de terror, fantástico, de ciencia-ficción, con especial énfasis en la producción asiática y con una notable cobertura del cine de animación, especialmente japonesa, es tal cual es, un evento de gran impacto. El Festival du Nouveau cinéma, con las características que ya reseñamos también hace su aporte a la escena fílmica local. Y así también lo hacen FIFA con sus películas sobre arte, Cinemania con el cine francófono, el siempre interesante Festival del Documental (RIDM, por su acrónimo francés), y por cierto los variados festivales que dan a conocer las producciones de distintas regiones del mundo: el Festival de Cine Latinoamericano, obra del incansable Roland Smith, y los festivales de cine italiano, árabe, israelí, africano, haitiano, brasileño, québécois, de las primeras naciones canadienses, y otros.

En este sentido entonces, asistimos a una transición en que los que se posicionen como eventos icónicos del cine en Montreal, serán estos eventos, empezando por el propio Festival du Nouveau cinéma; más focalizados, pero por ello mismo, más eficaces en captar audiencias particulares, en un momento en que, como todos sabemos, asistencia a las salas de cine tiende a decrecer. Aunque—para bien de este Festival—al final del evento los organizadores indicaron que la asistencia a sus exhibiciones tuvo un incremento de un 26% respecto del promedio de los diez años anteriores, sin  duda un buen signo.

ALGO DE LO MEJOR

Los encargados de ejecutar
la sangrienta misión en Los colonos












El premio al mejor largometraje en la competencia internacional (Louve d’Or) fue adjudicado al film chileno-argentino Los colonos, dirigido por Felipe Gálvez Haberle. Habíamos tenido la oportunidad de ver esta película en el Festival de Toronto donde ya la habíamos comentado favorablemente: “Ambientada en la isla de Tierra del Fuego entre finales del siglo 19 y comienzos del 20, la cinta nos presenta una recreación del proceso por el cual ese territorio fue colonizado para introducir la crianza de ovejas. Para que ello ocurriera, sin embargo, fue necesario exterminar a la población indígena que la habitaba: los selknam y los onas”. (Los colonos) “me ha impresionado, tanto por su desarrollo dramático, la fuerza de su historia y lo impactante de sus imágenes”.

Mars Express un film francés de animación, dirigido por Jérémie Périn ganó el premio del público, ciertamente un merecido galardón para esta original historia futurista en que los humanos han sido reemplazados, en muchos ámbitos, por robots y androides.

Mars Express es una impresionante 
cinta de animación, que invita a reflexionar sobre el futuro

En el film Do Not Expect Too Much From the End of the World (No esperes demasiado del fin del mundo) dirigido por Radu Jude (coproducción de Rumania-Luxemburgo-Francia-Croacia) es donde mejor se ha reflejado ese espíritu entre rompedor, rebelde y anárquico de la tradición del Festival du Nouveau cinéma. Combinando escenas en blanco y negro y en color, así como situaciones actuales con las de la Rumania de los tiempos de Ceasescu, esta película nos hace reflexionar sobre si el cambio en una particular sociedad como la rumana, ha sido para bien o no.

La coproducción italiano-suiza-francesa La chimera (La quimera) de la directora Alice Rohrwacher, aunque excesivamente larga en algunas escenas, contenía una interesante historia con una final también muy especial. Tras la búsqueda de objetos antiguos, se desarrolla también una dedicación especial a otro tipo de encuentro.

Y TAMBIÉN ALGO DE LO MALO

Si en la anterior reseña aludía a un cierto elemento místico, pero en un marco muy de este mundo, el film Samsara (Lois Patiño, España) por otro lado nos llevó a un ambiente de misticismo en Asia y África, durante casi dos horas, y con la sensación de haber asistido a una reunión de seguidores de la New Age. Curiosamente, la sala estaba llena para esta función, prueba de que estas cosas de la reencarnación al estilo oriental todavía tienen cierto appeal. No para este crítico que no encontró mayor valor cinematográfico en esto que ni siquiera tenía una historia.

La película argentina El rostro de la medusa dirigida por Melisa Liebenthal fue también decepcionante. La historia de Marina, una joven maestra que súbita e inexplicablemente se encuentra de la noche a la mañana con que su rostro ha cambiado, tiene que enfrentarse a esta nueva situación. Sin embargo, el film no muestra como era ella antes, y tampoco hay una clara y plausible descripción de porqué esta situación genera un problema. La intrusiva e injustificable inserción de ciertas imágenes animadas, no contribuye a la narrativa tampoco.

15.10.23

MOVIES AT LA PLAZA: TESTAMENT—Denys Arcand, irreverent, incisive, and brilliant

Movie Review by Sergio Martinez

Denys Arcand's most recent film reaffirms him as an irreverent, incisive, and brilliant filmmaker. Testament satirically takes on the excesses of political correctness, the imposture of those young Anglophones who embrace other people's causes and of those intellectuals who pose as rebels, health freaks, bureaucrats, the mediocre Quebec political class and the old nostalgic Quebec nationalists. As if that were not enough, it also offers us a gentle vision of ageing and the importance of love, no matter what age.

Jean-Michel Bouchard (Rémy Girard) is 70 years old, living in a retirement home appropriately named Maison Parizeau-Duplessis, but still active as a civil servant at the National Archives.  At this point in his life, however, he is just waiting for the natural course of things to lead to his death, which he hopes will be quiet and probably unnoticed by anyone. He has a somewhat cynical attitude to existence, both his own and that of others.

Sophie Lorain as Suzanne, and Rémy Girard as Jean-Michel 
in Testament, the most recent film by Quebec director Denys Arcand


For her part, Suzanne (Sophie Lorain) is the director of the establishment and tries to run it as efficiently as possible and follow official directives to the letter. Basically, life at the nursing home goes on in an expected and uneventful routine.

However, the tranquillity and predictability of the residence will suffer a serious disruption when a group of activists learns that a mural adorning the main room contains images, they consider offensive to First Nations. The mural depicts the encounter between French explorer Jacques Cartier and a group of indigenous people. The leader of the young activists —all English-speaking— remarks that the Europeans are carrying guns and that one of the indigenous women has her breasts bared, which, in the young protester's opinion, "makes her a sexual object." The impact of the "offensive" mural will grow due to the media exposure it gets, forcing the intervention of the minister in charge of the case, who is questioned in the Quebec legislature. Through the bureaucrat on duty, she will force Suzanne to take a radical measure, which she will eventually come to regret.

The hitherto indifferent Jean-Michel, for his part, will gradually become involved in the case. He had previously attended a prize-giving ceremony for Quebec writers where he had been awarded one, but it was not clear to him why. The occasion in any case serves the filmmaker to ridicule much of the fashion of a literature that is supposed to be groundbreaking in form and content. In much of it, there is an attitude of posturing. A hilarious moment is offered by the poet who presents the title of her work: "The vagina on fire”.

The controversial painting
When the problem of the offensive mural is finally solved, following the directives of the Minister of Social Services herself, on whom the nursing homes depend, a new problem will arise in which Suzanne, the director of the establishment, will end up paying the price. New demonstrators, this time the nationalists in defence of Quebec's "artistic heritage", will come to the fore.

For his part, Jean-Michel, from his loneliness, can also understand the loneliness of others, including that of Suzanne, who has not seen her only daughter for years. This will lead him to change some of his convictions.

Testament aims at many targets
in an ironic way


Testament is a film that captivates the viewer from the first moment, especially those of us who like irony as the most subtle and elegant way to express our critical view of society. Remarkable performances by Girard and Sophie Lorain, complemented by an intimate cinematography that helps to enter the feelings of the characters make it a film that we highly recommend.

Running Time: 1 h 55 min.

In the Montreal region, it is shown at Quartier Latin, Forum (with English subtitles), Beaubien, StarCité, Carrefour Angrignon, Mega-Plex Marché Central, Mega-Plex Taschereau, Mega-Plex Jacques Cartier, Mega-Plex Sphèretech, Mega-Plex Lacordaire, Cineplex Odeon Brossard, Mega-Plex Pont Viau, Cineplex Odeon St-Bruno, Cineplex Laval, Carnaval, Mega-Plex Terrebonne, Cinéma Triomphe, Cinéma St-Eustache, Mega-Plex Deux Montagnes, Mega-Plex-S-Jean, Cinéma Beloil, Capitol St-Jean and Cineplex Odeon Carrefour Dorion.

13.10.23

CINE EN LA PLAZA: TESTAMENT—Denys Arcand, irreverente, incisivo y genial

Comentario de Sergio Martínez

El más reciente film de Denys Arcand viene a reafirmar su sello como realizador irreverente, incisivo y genial. Testament (Testamento) las emprende de manera satírica contra los excesos de la political correctness, la impostura de esos jóvenes anglófonos que abrazan causas ajenas y de intelectuales que posan de rebeldes, los fanáticos de la “vida sana”, los burócratas, la mediocre clase política quebequense y los viejos nostálgicos del nacionalismo québécois. Por si eso fuera poco, también nos ofrece una tierna visión del envejecimiento y de la importancia del amor, no importa a qué edad.

Jean-Michel Bouchard (Rémy Girard) tiene 70 años, vive en una residencia de ancianos—apropiadamente llamada Maison Parizeau-Duplessis—pero aun está activo como funcionario de los Archivos Nacionales.  A esta altura de su vida, sin embargo, él sólo espera que el transcurso natural de las cosas lo lleve a su muerte, que espera que sea tranquila y que probablemente nadie la va a notar. Él tiene una actitud un tanto cínica de la existencia, tanto la propia como la ajena.

Suzanne (Sophie Lorain) directora de la Residencia Parizeau-Duplessis
y Jean-Michel Bouchard (Rémy Girard), uno de los residentes 

Por su parte, Suzanne (Sophie Lorain) es la directora del establecimiento y trata de conducirlo de la manera más eficaz posible y siguiendo al pie de la letra las directivas oficiales. Básicamente, la vida de la residencia de ancianos transcurre dentro de una rutina esperada y sin mayores acontecimientos.

Sin embargo, la tranquilidad y predictibilidad de la residencia van a sufrir una seria perturbación cuando un grupo de activistas se entera que un mural que adorna la sala principal del local contiene imágenes que considera ofensiva para las Primeras Naciones. El mural retrata el encuentro entre el explorador francés Jacques Cartier y un grupo de indígenas. La líder de los jóvenes activistas—todos anglófonos—remarca que los europeos portan armas y que una de las mujeres indígenas lleva sus pechos desnudos, lo que, en opinión de la joven manifestante, “la hace un objeto sexual”. El impacto del “ofensivo” mural irá creciendo por la exposición mediática que alcanza, forzando la intervención de la ministra del caso, que es interpelada en la legislatura quebequense. Ella a través del burócrata de turno, forzará a Suzanne a tomar una medida radical, que eventualmente llegará a lamentar.

El hasta ahora indiferente Jean-Michel, por su parte, poco a poco se irá involucrando también en el caso. Antes había concurrido a una entrega de premios a escritores quebequenses donde había sido galardonado con uno, pero sin tener claridad por qué. La ocasión en todo caso sirve al realizador para ridiculizar mucho de la moda de una literatura que se supone es rupturista en lo formal y el contenido. En realidad, en mucho de ello hay una actitud de pose. Un momento hilarante lo ofrece la poeta que presenta el título de su obra: “La vagina incendiada”.

Un mural considerado ofensivo por
unos activistas generará toda una crisis
Cuando finalmente el problema del ofensivo mural es resuelto, siguiendo las directivas de la propia ministra de Servicios Sociales, de quien dependen las residencias de ancianos, se desatará un nuevo problema en el cual Suzanne, la directora del establecimiento, terminará pagando los platos rotos. Nuevos manifestantes saltarán a la palestra, esta vez los nacionalistas en defensa del “patrimonio artístico” del Quebec.

Por su parte, Jean-Michel, desde su soledad puede también entender la soledad de los otros, incluyendo la de Suzanne, que no ve a su única hija desde hace años. Ello lo llevará a dar un vuelco a algunas de sus convicciones.

El personaje del viejo residente
ilustra de modo claro la visión crítica 
del realizador





Testament es una película que encanta al espectador desde el primer momento, especialmente a quienes gustamos de la ironía como la manera más sutil y elegante de sembrar nuestra crítica social. Notables actuaciones por parte de Girard y Sophie Lorain, con una fotografía intimista que ayuda a entrar en los sentimientos de los personajes. Es una cinta que recomendamos con mucho gusto.

Duración: 1 h 55 min.

En la región de Montreal se exhibe en los cines Quartier Latin, Forum (con subtítulos en inglés), Beaubien, StarCité, Carrefour Angrignon, Mega-Plex Marché Central, Mega-Plex Taschereau, Mega-Plex Jacques Cartier, Mega-Plex Sphèretech, Mega-Plex Lacordaire, Cineplex Odeon Brossard, Mega-Plex Pont Viau, Cineplex Odeon St-Bruno, Cineplex Laval, Carnaval, Mega-Plex Terrebonne, Cinéma Triomphe, Cinéma St-Eustache, Mega-Plex Deux Montagnes, Mega-Plex-S-Jean, Cinéma Beloil, Capitol St-Jean y Cineplex Odeon Carrefour Dorion.