9.11.11

EL CANTO DE LA SIRENA

OPERA DE MONTREAL PRESENTA RUSALKA

En calidad de premiere, la Opera de Montreal presentó Rusalka, la creación lírica de Antonin Dvorák. Aunque la obra del compositor checo es más conocida por su repertorio musical, de todas maneras compuso 10 óperas de las cuales la presente es la más importante. Su argumento es una fantasía dramática donde Rusalka, el personaje principal, es una ondina que se enamora de un príncipe que habita en tierra firme; para casarse con él, la bella serena debe convertirse en un ser humano, hecho que habrá de lograrlo con la colaboración de la hechicera Jezibaba. En la noche de bodas, el príncipe la abandona por una princesa extranjera y cuando posteriormente vuelve a ella y le pide perdón, terminará muriendo en sus brazos en tanto que Rusalka volverá a las aguas para recobrar su estado natural.

Como ópera no es mucho lo que el amante del arte lírico debe aguardar porque lo más importante queda relegado a la orquestación musical. De hecho, esta ópera carece de arias importantes, con excepción de la muy conocida “Canción a la Luna” cantada por Rusalka al promediar el primer acto. En última instancia lo que predomina aquí son las hermosas melodías de Dvorak que causan placer auditivo.

La ópera es cantada por un reparto internacional integrado por la soprano americana Kelly Kaduce en el rol del título, el tenor ruso Khachatur Badalyan como su amado príncipe, la soprano polaca Ewa Biegas encarnando a la princesa extranjera, el bajo canadiense Robert Pomakov como el Genio de las Aguas y padre de Rusalka y la mezzo soprano rumana Liliana Nikiteanu dando vida a Jezibaba. El elenco cumple satisfactoriamente su cometido con especial referencia a las sopranos Kaduce y Biegas quienes ofrecen una exquisita riqueza vocal además de transmitir intensidad dramática en sus actuaciones.

Lo más importante de esta moderna producción es su deslumbrante contenido visual. Gracias a un dispositivo tecnológico –el uso de pantalla gigante LED de alta definición- la proyección de imágenes crea la ilusión de estar asistiendo a un espectáculo encantador que prestigia la puesta escénica de Bill Murray y complementando armoniosamente los decorados creados por Erhard Rom.

En el podio está el maestro John Keenan dirigiendo correctamente a la Orquesta Metropolitana, así como Claude Webster logra positivos resultados con el coro de la ODM.

Para los lectores que deseen apreciar un extracto del espectáculo, pueden visitar http://www.operademontreal.com/fr/popup_fr.html?id=1198&indexGroup=4

La ópera se seguirá representando los días 12, 15, 17 y 19 de noviembre (19h30h) en la Sala Wilfrid Pelletier de la Place des Arts, en la versión original checa con subtítulos en francés e inglés (http://www.operademontreal.com)/


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