Líbano-Francia, 2007. Un film de Nadine Labaki
En su primer film, Nadine Labaki ofrece un relato que agrupa varias historias femeninas, no muy diferentes de lo que el cine americano consideró en varias ocasiones; lo que distingue a Caramel es que su acción transcurre en Líbano, donde las costumbres y la forma de vida de su gente no son necesariamente semejantes a las de Europa o América del Norte. A pesar de no haber grandes sorpresas, el film depara algunos rasgos culturales interesantes de apreciar, dentro de un clima liviano que siempre destila una calidez atrayente, y con cierta dulzura como para justificar el título que lleva.
Casi todo se desarrolla en un salón de belleza de Beirut, en torno a 5 mujeres, de las cuales algunas de ellas trabajan en el establecimiento y otras son clientas del mismo. El local se presta para las confidencias femeninas y a través de las mismas se van conociendo la personalidad y vicisitudes atravesadas por cada miembro del quinteto.
La realizadora se ha reservado un papel en el elenco animando a Layale, la dueña del instituto; mantiene una relación con un hombre casado mucho mayor que ella sin que exista esperanza alguna de que el adúltero marido deje a su señora e hija para irse a vivir con su amante.
Nisrine (Yasmine Elmasri) es una chica musulmana que tiene problemas al irse acercando la fecha de su boda; ella perdió su virginidad sin que su novio aún lo sepa y por eso teme que el hecho le traiga problemas cuando llegue el momento en que él habrá de descubrirlo. Otro de los personajes, probablemente el más osado en términos de las costumbres locales, es el de Rima (Joanna Moukarzel) que siente una inclinación sexual hacia una de sus clientas. Resulta interesante, el modo en que Labaki encara el tema del lesbianismo, un hecho tabú para las costumbres libanesas; con máxima discreción ilustra el ritual de cortejo de Rima, exponiendo la atracción sexual que siente pero que resulta desapercibida a la vista de terceros.
Rose (Siham Haddad), es la tía de una de las personas que trabaja en la peluquería y que enfrentando la última posibilidad de encontrar el gran amor de su vida se halla arrinconada debido a que debe atender a su hermana mayor (Aziza Semaan) quien padece de deterioro mental. Finalmente se encuentra Jamale (Gisèle Aouad), una actriz de edad madura que rehúsa aceptar el paso inclemente del tiempo.
Algunos personajes están mejor desarrollados (Lavale y Nisrine) que otros, y los más logrados son los que ofrecen las situaciones más fluidas y dinámicas del film. Con todo, el tedio nunca asoma porque en líneas generales, el deseo de estas mujeres por realizarse en la vida y el lazo de amistad que las sostiene, terminan contagiando gratamente a la audiencia. Con contrapuntos humorísticos bien logrados, su tono optimista y la acertada observación de ritos culturales, el film satisface a pesar de su levedad y de transitar por terrenos familiares.
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J.G.
PPP
10.11.06
CARAMEL
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