9.12.11

UNA CARTA DE AMOR AL CINE MUDO



THE ARTIST. Francia, 2011. Un film escrito y dirigido por Michel Hazanavicius


Comentario de Jorge Gutman


Si bien hubo varios filmes -entre ellos algunos notables como el clásico Singin’ in the Rain (1952)- abordando la desaparición del cine mudo para ceder paso al sonoro, The Artist enfoca ese tema bajo una óptica diferente y al hacerlo brinda un cálido homenaje a aquellas películas que cuando el sonido real era todavía inexistente debían expresarse exclusivamente a través de las imágenes. El director Michel Hazanavicius se ha arriesgado a considerar un tópico que a primera vista parecería anticuado y a contracorriente con lo que en la actualidad se presencia en la pantalla grande; afortunadamente, ha ganado la partida con un film no parlante en blanco y negro que cautivará al gran público si se juzga el éxito popular logrado en su primera exhibición en el Festival de Cannes así como en los otros eventos internacionales en que fue presentado.

El film que transcurre durante los años 20 del siglo pasado es fundamentalmente la historia del ascenso y caída de George Valentin (Jean Dujardin), un ídolo del cine hollywoodense. Cuando comienza el relato, George es uno de los astros más cotizados con una popularidad comparada a la que gozara en ese entonces Douglas Fairbanks y Rodolfo Valentino o bien en la época actual Brad Pitt y George Clooney. El guión muestra cómo el galán le da una oportunidad a Peppy Miller (Bérénice Béjo), una de sus entusiastas admiradoras, que en poco tiempo avanza en su carrera desde extra principiante hasta convertirse en la pareja cinematográfica del actor. Todo cambia dramáticamente con la llegada del cine sonoro y George ya no es considerado útil para su productor (John Goodman) que para la etapa que se inicia prefiere nuevos talentos de actores con voces agradables y provistos de una modalidad de actuación diferente frente a las cámaras; precisamente la belleza y juventud de Peppy representan su carta de triunfo para la ocasión. Lo que continúa es un relato profundamente humano centrado en el ocaso de la carrera de un actor donde quedan expuestos algunos temas como la vanidad y el orgullo menoscabado así como hasta dónde puede conducir el deterioro de la autoestima.

En líneas generales el film evoca el espíritu y sentimiento de las películas de esa gloriosa era pero con la perspectiva actual en lo que concierne a la forma de relatar una historia, la actuación, el encuadre y la dirección escénica. El indudable mérito de Hazanavicius es haber superado la limitación impuesta por la ausencia del texto dialogado, permitiendo que sus imágenes hablaran por sí mismas expresando el sentido del relato; de esta manera logró un poético film que llega al espectador del mismo modo como si se tratara de uno sonoro.

Dujardin tiene el apropiado físico y reúne las condiciones adecuadas en materia de estilo y ductilidad para transmitir la simpatía, egocentrismo, dolor y derrumbe de su personaje; por su parte Béjo aporta vivacidad, frescura y gracia como la actriz que al llegar al pináculo de la fama sabe que tiene una deuda moral que saldar con el hombre que le brindó la posibilidad de triunfar y en consecuencia debe rescatarlo del pozo en que se hundió. En un equipo bien homogéneo donde también participan Penélope Ann Miller como la esposa del protagonista y James Cromwell como el fiel mayordomo y chófer de George, nobleza obliga a destacar a Uggie, el perrito inteligente y cómplice del protagonista quien muy bien entrenado juega un papel importante en la historia del relato.

Rodado íntegramente en estudios interiores, la muy buena fotografía así como los magníficos diseños de producción reflejan acabadamente el Hollywood de la época en que transcurre el relato y no cabe duda que el realizador estuvo bien documentado para que su equipo técnico lograra el efecto deseado.

Resulta fácil pronosticar que con el estreno que tiene lugar hoy en América del Norte, el público gozará con este maravilloso y nostálgico film debido al sentimiento y emoción que transmite y porque constituye una hermosa carta de amor al cine mudo.

Como nota adicional, la semana pasada el New York Critics Circle ha considerado a este film como el mejor del año y a Hazanavicius como el mejor director, reforzando de este modo la visibilidad de The Artist en su carrera hacia los Oscars.

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