23.12.11

UNA EXCEPCIONAL ARTISTA DE LA DANZA

PINA. Alemania, 2011. Un film de Wim Wenders

Comentario de Jorge Gutman


Para quienes no hayan oído hablar de ella, vale aclarar que Pina Bausch fue una extraordinaria coreógrafa alemana, además de eximia bailarina, profesora y directora de ballet. Con su distintivo estilo conjugando movimientos, sonidos y excepcionales puestas escénicas, se convirtió en una de las personas de mayor influencia en el género de la danza moderna desde los años 70.


Por la razón que antecede, el prominente realizador Wim Wenders, desde hacía tiempo deseaba efectuar un documental sobre la artista, donde la magia del cine pudiera amalgamarse con la riqueza artística de su ballet. El destino dispuso algo diferente porque cuando en junio de 2009 todo estaba preparado para el rodaje del film, Bausch sucumbe de un cáncer dos días antes de su comienzo. A pesar de esa gran pérdida, y en lugar de anular el proyecto, Wenders decidió llevarlo a cabo a través de sus intérpretes y como un homenaje póstumo a su arte creador; por esa razón lleva como subtítulo Un film para Pina Bausch de Wim Wenders.


De este modo el realizador decidió concentrarse en los integrantes de la compañía Tanztheater de la ciudad de Wuppertal que Bausch dirigía desde 1973 seleccionando algunas de sus famosas coreografías que incluyen Cafe Müller, La Consagración de la Primavera, Vollmond y Kontakthof. Para que el documental adquiera dinamismo cinematográfico, las cámaras además del escenario teatral enfocan el desplazamiento de los bailarines actuando en las calles y parques de Wuppertal.

El film se complementa con algunos materiales de archivo y con entrevistas de los artistas expresando sus comentarios sobre la labor que realizan, la experiencia de haber trabajado con su inolvidable maestra y lo que para ellos significó en términos de aprendizaje y enriquecimiento artístico la presencia de Pina.

Por primera vez en su filmografía, Wenders utiliza la técnica 3D para que el espectador sintiera una experiencia diferente a la de visualizar un espectáculo de ballet filmado en formato 2D. Aunque hasta el presente la tercera dimensión es generalmente utilizada para resaltar los efectos especiales de las producciones espectaculares de Hollywood, la decisión del realizador ha sido acertada; lejos de querer impresionar con imágenes que salen de la pantalla, el documental crea la sensación de estar apreciando un espectáculo de danza con la profundidad del escenario así como logra reforzar la intensidad dramática y la variada gama de emociones emanadas de la coreografía de Bausch en los fragmentos de los ballets representados.

Conclusión: Un film poético y de cautivante poder visual que la inolvidable Pina habría aprobado sin reserva alguna.


LAS NIEVES DE KILIMANJARO

LES NEIGES DU KILIMANDJARO. Francia, 2011. Un film de Robert Guédiguian


Comentario de Jorge Gutman


Este film es un buen documento social enmarcado dentro del clima de la crisis económica que afecta al mundo y en donde Francia no es la excepción. Ubicando la acción, como gran parte de la filmografía del realizador, en su bienamada ciudad de Marsella, los personajes son gente de la clase obrera que trabajan duramente para ganar el dinero que proveerá el sustento a sus familias.


En esta historia concebida por Guédiguian y el coguionista Jean-Louis Milési, Michel (Jean-Pierre Darroussin) es un noble y bien querido líder sindical que representa a los estibadores portuarios; debido a la crisis, la administración de la empresa se ve obligada a licenciar 19 trabajadores y es Michel quien debe decidir quienes serán los afectados. Para que el proceso resulte democrático, este noble individuo decide librarlo a la suerte, efectuando un sorteo donde todo el personal y él mismo participan. Resultado del mismo es que Michel es uno de los trabajadores que quedan sin empleo. La nueva situación de prematuro jubilado lo obliga a reacomodar su vida y aunque la adaptación a la nueva situación no resulte muy fácil al menos cuenta con el calor familiar procurado por su devota esposa Marie-Claire (Ariane Ascaride) y el cariño de sus hijos y pequeños nietos.


A los pocos días, Michel celebra sus 30 años de casado con una pequeña fiesta a la cual acuden familiares y amigos, donde él y su señora reciben de los invitados un cofre conteniendo dos pasajes a Tanzania para visitar la montaña de Kilimanjaro y un monto adicional de dinero para las expensas de este viaje que el buen hombre soñó ver realizado algún día. Pero el destino dispone otra cosa cuando horas después de la reunión, el matrimonio que se encuentra en su casa junto con la hermana de Marie-Claire y su marido (Gérard Meylan, Denise Marilyne) son brutalmente asaltados por dos ladrones enmascarados que además de robarles la caja conteniendo los pasajes y el dinero para el viaje, también les sustraen las tarjetas de crédito. Sería injusto revelar la identidad de los asaltantes y menos aún de lo que acontece después; con todo baste señalar que la historia adquiere el carácter de un cuento moral cuando Michel entra en crisis con su conciencia al haber denunciado a uno de sus agresores después de haber sido identificado.


Para realizar este film Guediguian se inspiró lejanamente en el poema de Victor Hugo Les pauvres gens (La gente pobre), un verdadero canto a la solidaridad y generosidad humana; eso es lo que refleja el contenido de este emotivo relato, sobre todo en su conmovedor desenlace. Frente a un mundo cada vez más egoísta, individual y materialista, donde el triunfo se mide por el éxito económico, es posible que lo que aquí se expone resulte demasiado idealista como para ser completamente creíble. Pero el realizador prefirió que su historia adquiera el carácter de fábula aleccionadora donde los valores de la dignidad e integridad se imponen.


Guediguian contó para los papeles principales con un elenco de actores que participan en la mayoría de sus filmes como lo son Ascaride (su esposa en la vida real), su actor fetiche Darroussin y Meylan; en los roles secundarios se destacan Marilyne Canto y Grégoire Leprince-Ringuet, así como en los renglones técnicos se distingue la fotografía de Pierre Milon.


Conclusión: Un film enormemente gratificante por su profundo contenido humanista.


MISION CUMPLIDA

MISSION IMPOSSIBLE – GHOST PROTOCOL. Estados Unidos, 2011. Un film de Brad Bird

Comentario de Jorge Gutman


Aunque la popularidad de Tom Cruise se ha visto disminuida en los últimos años, Mission Impossible – Ghost Protocol trata de resucitarla; en efecto, dada la extraordinaria energía física que despliega en este film, demuestra que se encuentra en plena forma animando películas de acción. Por su parte el director Brad Bird -que dio muestras de su talento en el campo de la animación (Ratatouille, “The Incredibles)- en su primer film en vivo se adapta muy bien al propósito del relato permitiendo que Cruise disponga de la libertad de acción necesaria para que su actuación llegue a gravitar.


Este cuarto capítulo escrito por Josh Appelbaum y André Nemec, basado en la popular serie televisiva del mismo nombre, comienza con alto voltaje al presenciarse cómo el agente Ethan Hunt (Cruise) es liberado espectacularmente de una cárcel de Moscú gracias al manejo electrónico orquestado desde el exterior por Benji Dunn (Simon Pegg), uno de los hombres de su confianza; nunca se llega a saber porqué estuvo allí, pero eso poco parecería importar. Inmediatamente, es solicitado por la IMF (Impossible Mission Force) para una nueva tarea de la cual además de Benji, participa también la agente Jane Carter (Paula Patton). Esta misión tiene como propósito infiltrarse en el Kremlin para apoderarse de un expediente de Kurt Hendricks (Michael Nyqvist), un siniestro individuo capaz de lanzar armas nucleares que pueden extinguir a la humanidad. Pero la operación queda seriamente comprometida cuando después de que el grupo sale del Kremlin se produce una fuerte explosión donde gran parte del edificio queda destruido. Como consecuencia del atentado, y antes de que Rusia pueda atribuirlo a los Estados Unidos, el jefe de Ethan (Tom Wilkinson) le comunica que el presidente de la nación ha decidido considerar a la IMS fuera de circulación convirtiéndola en un “protocolo fantasma”. La respuesta de Ethan es contundente: con sus dos compañeros y el apoyo de William Brandt (Jeremy Renner) -un analista del Ministerio de Defensa-, saldrá a la caza del brutal asesino quien fue el causante de la detonación.


Lo que sigue encuadra dentro de los relatos del género donde además de acción se trata de generar alguna cuota dramática y cierta tensión al entrar en juego las relaciones de las dos grandes potencias. Como el argumento es completamente disparatado e inverosímil, para tratar de acomodarse al esquema del film es necesario dejar de lado cualquier pensamiento o raciocinio lógico, tratando a cambio de disfrutar del magnífico despliegue visual –tal como se lo contempla en IMAX- así como de alguno que otro momento de impacto dramático. Hay una secuencia que quita el aliento; la misma tiene lugar en Dubai cuando Ethan a 300 metros de altura va escalando con guantes adhesivos las paredes exteriores del Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo; a decir verdad, la filmación de esa escena, la cual ignoro si acaso fue real o generada por computadora, constituye un verdadero logro por el vértigo que produce y la consecuente tensión de ver cómo nuestro héroe logrará salvar su vida.


En líneas generales, el relato no se aparta de lo rutinario; lo que aquí se ofrece es un entretenimiento masivo con algunos momentos de oportuno humor y una constante acción traducida en una sucesión de corridas, saltos, vuelos humanos, persecuciones peligrosas, que a la postre se tornan repetitivas. En cuanto a la esencia dramática del film configurada por la posibilidad de un holocausto nuclear, los enemigos que Ethan debe enfrentar –el sanguinario Hendricks y una sugestiva asesina (Lea Seydoux)- están débilmente delineados por el guión como para que lleguen a causar pánico.


A nivel de interpretación, los actores se limitan a cumplir lo que el guión les provee donde sus personajes son descriptos de manera superficial y sin profundidad alguna. Excepción a la regla es Cruise quien ofrece una actuación absorbente; con su destreza, agilidad, entusiasmo y devoción logra que su personaje resulte atractivo y dinámico.


Para el placer de la vista la fotografía de Robert Elswit aprovecha acabadamente los escenarios de Moscú, Dubai y Mumbay donde la acción se desarrolla, en tanto que en la banda sonora la música Michael Giaccchino es muy buena e intercala el conocido tema central de la serie compuesta por Lalo Schifrin.


Conclusión: Un espectáculo para el lucimiento de Tom Cruise y al servicio del gran público que quiera disfrutar de un entretenimiento aceptable aunque no remarcable.

20.12.11

EL CIRQUE DU SOLEIL VISITA MONTREAL



DRALION. Dirección escénica: Guy Caron. Dirección artística: Stéphane Roy. Intérpretes: Vladislav Myagkostupov, Han Yuzen, Jonathan Morin, Marie-Ėve Bisson. Bailarines: Amanda Orozco, Lorant Markocsany. Cantantes: Cristian Zabala, Agnes Sohier. Música: Violaine Corradi. Coreografía: Julie Lachance. Vestuario: François Barbeau. Iluminación: Luc Lafortune



Comentario de Jorge Gutman


Nuevamente el público de Montreal tiene la ocasión de disfrutar un espectáculo de calidad con el renombrado Cirque du Soleil en ocasión de la presentación de Dralion. En rigor de verdad se trata de un reestreno puesto que el espectáculo tuvo su estreno en abril de 1999 en la tradicional carpa circense y de esa manera recorrió el mundo entero. A partir de octubre de 2010 la compañía comenzó a representar el espectáculo en las arenas de Canadá y Estados Unidos con el propósito de congregar a un público más numeroso y poder incluir ciudades más pequeñas.


Si bien es cierto que la carpa permite un encuentro más íntimo con sus intérpretes lo cierto es que el brillo del espectáculo sigue vigente. El elenco ya no es el mismo y ahora está prestigiado con la participación de artistas de origen oriental, además de haber sido reelaborado parcialmente con la inclusión de nuevos cuadros, aunque sin alterar la esencia de su contenido original.


El objetivo de Dralion es tratar de fusionar la tradición milenaria de las artes acrobáticas chinas con el enfoque multidisciplinario que ha caracterizado a todas las producciones de esta compañía. La trama está inspirada en la filosofía oriental de la búsqueda de un equilibrio entre el ser humano y la naturaleza; a pesar de que el hilo temático es endeble, de ningún modo disminuye la jerarquía de lo que se presencia.


Con un equipo interpretativo que incluye más de 50 acróbatas, atletas, músicos y cantantes provenientes de diferentes lugares del mundo, Dralion cobra enorme vuelo en sentido figurativo y también literal en el marco del escenario donde se desarrolla. Dentro de sus variados números se destaca el de apertura, denominado “Los cuatro elementos y el pequeño buda”, donde están presentes los factores fundamentales que rigen el orden natural y representados por el aire, agua, fuego y tierra. Otros cuadros incluyen un sorprendente ballet con los “draliones” -mitad dragón y mitad león- a través de dinámicas y magnéticas secuencias con los artistas realizando movimientos acrobáticos mientras logran balancear pelotas de cuero. Más íntimo y de admirable belleza plástica es un “pas de deux” de una danza aérea donde sus bailarines dan prueba de su competencia en materia de flexibilidad y fuerza. También remarcable es observar a un artista realizando un estupendo acto de malabarismo con siete pelotas simultáneamente con estilizada coreografía y reminiscencia de danza moderna. El arte de la acrobacia despierta admiración en el despliegue realizado por 10 artistas que se zambullen y se tiran entre ellos como si se tratara de flechas a través de pequeños aros de madera.


Además de sus números artísticos, la fusión de la cultura occidental y oriental se manifiesta en la presencia de la música con motivos rítmicos y líricos inspirados en melodías indias con influencia europea, así como con su fastuoso y exótico vestuario de intensos colores provenientes de China, India y África.


Si hay alguna objeción que el espectáculo me ha merecido es la inclusión de payasos que de algún modo no se acomodan a la naturaleza del mismo. Más allá de esta observación debo aclarar que el entusiasmo de los espectadores al terminar la función ratifica una vez más el merecido prestigio mundial del Cirque du Soleil. Las representaciones continúan hasta el 30 de diciembre en el Centro Bell.


PARIS JE T'AIME

MIDNIGHT IN PARIS. España-Estados Unidos, 2011. Un film escrito y dirigido por Woody Allen. Distribución: Sony Pictures Home Entertainment (2011)

Comentario de Jorge Gutman


Si no hubiese vivido en Manhattan lo habría hecho en París. Eso es lo que expresa Woody Allen a quien quiera escucharlo y para demostrarlo basta ver su última película Medianoche en París que ciertamente constituye una carta de amor a París, ciudad con la que este director se siente totalmente identificado y a la que considera la más hermosa del mundo. Si bien Allen ya había utilizado el mismo escenario en parte de su film Everyone Says I Love You (1996), en esta oportunidad está totalmente dedicado a París. Habiendo plasmado una bella comedia sentimental, el prolífico realizador transporta a su público en un viaje retrospectivo a la capital de Francia de los años luminosos del siglo 20, cuando atraía a los más grandes creadores internacionales de la literatura, pintura, cine, danza y otras expresiones artísticas.

Los primeros minutos del film no dialogados constituyen una hermosa postal turística que bien podría haber sido promocionada por la Oficina Nacional de Turismo de la ciudad. Así se la aprecia de día, por la tarde, al anochecer, a la medianoche, con buen tiempo y con lluvia, con la extraordinaria belleza de sus calles, jardines, bulevares, restaurantes, cafés y en donde la Torre Eiffel permanece erguida como el majestuoso símbolo de la bien denominada Ciudad Luz. Ahí llegan de visita Gil (Owen Wilson) junto con su novia Inez (Rachel McAdams) y sus futuros suegros, John (Kurt Fuller) y Helen (Mimi Kennedy) quienes son unos recalcitrantes conservadores y no consideran al muchacho como el más adecuado compañero para su hija. Gil es un exitoso escritor de Hollywood, de espíritu bohemio, pero su aspiración mayor es convertirse en un gran autor literario; en tal sentido está completamente absorbido con la novela que está escribiendo y que está convencido de sentirse inspirado en París, ciudad a la que ama y donde le gustaría vivir el resto de su vida. Ese punto de vista de ninguna manera es compartido por su novia quien jamás dejaría los Estados Unidos y además encuentra que Gil vive más en un mundo de ensueño que en la realidad que lo circunda.

Una noche en que el aspirante a novelista se encuentra solitario y vagando sin rumbo fijo por las calles de la ciudad, llega la hora de la medianoche y a través de un mecanismo mágico la actual realidad cede paso al pasado no vivido por él pero al que siempre añoró haber estado presente. Invitado por los novelistas F. Scott (Tom Hiddleston) y Zelda Fitzgerald (Alison Pill), participará de una fiesta noctámbula que lo hará conocer a su reverenciado Ernest Hemingway (Corey Stoll) a quien le pide ayuda para que le lea el borrador de la novela que está escribiendo y le dé su opinión; el célebre escritor le responde que la persona más adecuada para hacerlo es Gertrude Stein (Kathy Bates), la famosa escritora, poeta y coleccionista de arte; cuando llegan a su salón literario ahí se encuentra con otros famosos artistas como Pablo Picasso (Marcial Di Fonzo Bo), su amante de turno Adriana (Marion Cotillard) y el cineasta Luis Buñuel (Adrien de Van), entre otros, en medio de apreciaciones y discusiones sobre el último trabajo que Picasso acaba de completar.

Cuando el alba irrumpe, el ensueño de Gill lo traslada a la realidad aunque sus horas vividas con los grandes artistas lo siguen acompañando en el resto de la jornada al punto tal que su novia llega a dudar de su estado mental. La fantasía seguirá sucediéndose en las siguientes medianoches y el período de los años locos volverá nuevamente a cobrar vida con un Gil que, entre asombrado, hipnotizado y deleitado, va conociendo a los grandes pintores Henry Matisse (Yves-Antoine Spoto), Paul Gauguin (Olivier Rabourdin), Edgar Degas (François Rostain), al glorioso compositor Cole Porter (Yves Heck), la gran cantante Joséphine Baker (Sonia Rolland) y nada menos que al dramaturgo y excepcional poeta Thomas S. Elliot (David Lowe).

Allen ya había logrado con gran éxito la convivencia de una historia de la vida real transformándola en ocurrente fantasía en The Purple Rose of Cairo (1985). Aquí nuevamente consigue que su vivaz ingeniosidad cobre vuelo llevando al espectador a un mundo esplendoroso habitado por personajes que realmente existieron y que cobran vida no solamente a través de notables caracterizaciones sino por un casting que trató de cuidar de que los actores seleccionados se asemejen físicamente a quienes deberían personificar. Por si eso fuera poco, cabe felicitar a Allen por la forma en que su inspiración le permitió lograr algunos momentos muy ingeniosos; como vía de ejemplo, se puede mencionar una escena –que los cinéfilos amarán- en que Gil le adelanta a Buñuel lo que sería el argumento de El Angel Exterminador, film que el genial cineasta dirigió en 1962.

Otros detalles que destacan al film son sus diálogos. No es sorpresa que Allen siempre se destacó por la excelencia de los mismos, incluso en sus trabajos menos logrados. Pero aquí, ese aspecto queda resaltado aún más porque en las conversaciones ficticias que Gil mantiene con algunos personajes, tales como Hemingway, Dali, Stein, Buñuel por ejemplo, parecería que éstas fuesen verdaderas y en donde cada una de las frases dichas es objeto de regocijo.

La recreación de época por parte de Anne Seibel como diseñadora de producción y el vestuario de Sonia Grande, son detalles meticulosamente tenidos en cuenta, reflejando con autenticidad tanto el período de los años 20 como el París actual.

Como de costumbre, la música de jazz que Allen utiliza en sus filmes, aquí más que nunca se presta adecuadamente en perfecta combinación con algunas de las melodías encantadoras de Porter.

He dejado para el final el rubro interpretación. Nuevamente queda ratificado que Allen es un excelente director de actores. Comenzando por el protagonista, el Gil de Wilson es remarcable; lo que podría ser una suerte de alter ego de Allen pero sin su neurosis, este actor es el alma del film dado que su personaje transmite una sinceridad y un entusiasmo capaz de contagiar a la audiencia y lograr que en todo momento simpatice con su persona. Dentro de los personajes actuales se destaca Michael Sheen animando muy bien a un pedante intelectual y cuya presencia irrita sobremanera a Gil. Dentro de los personajes de antaño, sobresalen Bates, Brody y sobretodo Cotillard brindando ternura como el interés sentimental de Gil quien encuentra en ella lo que está ausente en su novia del presente. Algunas palabras para Carla Bruni; la actual Primera Dama de Francia aparece en 4 breves escenas animando a una guía de museo parisina; aunque su actuación no tenga mayor relevancia, cumple su cometido en forma satisfactoria en función de lo que el guión le permite.

Aunque éste no sea el mejor film de Allen, sin duda está entre los mejores que realizó en la última década. En esencia, hay una atmósfera nostálgica excelentemente lograda, una forma ideal de retratar el clima intelectual de una época en forma sencilla y nada pretenciosa; hay un humor chispeante que se manifiesta permanentemente, un montaje adecuado que logra en 94 precisos minutos que el ritmo e interés no decaiga en momento alguno y por último en el fondo hay una ciudad que brilla más que nunca gracias a la hermosa fantasía que Woody Allen nos ofrece.

El film está editado en los formatos Blu-ray y DVD en inglés y francés con subtítulos optativos en español, francés e inglés. Como suplemento contiene extractos de la conferencia de prensa que tuvo lugar en el Festival de Cannes de este año en oportunidad de su primera exhibición pública; en la misma participan Woody Allen, Owen Wilson, Rachel McAdams y Adrien Brody.

16.12.11

UNA HISTORIA DE ADULTERIO

TUESDAY, AFTER CHRISTMAS. Rumania, 2010. Un film de Radu Muntean


Comentario de Jorge Gutman

Confirmando la calidad que el cine rumano vino deparando en los últimos años (4 meses, 3 semanas, 2 días, La Muerte del Sr. Lazarescu, Bu12:08 Hora Este de Bucarest) el film de Radu Munteau vuelve a sorprender abordando el tema del adulterio: si bien ese tópico ha sido tratado en múltiples oportunidades, aquí adquiere una fisonomía distintiva por su franco realismo.

Como si el espectador estuviese asistiendo en forma invisible, las primeras imágenes que transcurren durante unos 7 minutos y con una cámara prácticamente inamovible, reflejan la intimidad de una pareja durante el acto de amor y los instantes que le siguen con el relajamiento postcoital. Nada de lo que se dice es trascendente pero la banalidad de las palabras no podría reflejar más adecuadamente lo que en la vida real suele ocurrir entre dos personas que se aman. La siguiente escena demuestra que Paul (Mimi Branescu) y Raluca (María Popistasu) son amantes; en efecto cuando él y su esposa Adriana (Mirela Oprisor) están en una zapatería comprando un calzado para Paul queda claro que ella no sospecha que algo esté aconteciendo en su relación conyugal y el comportamiento de ambos no se diferencia mucho del de otras parejas casadas que aunque guardan mutuo cariño, después de varios años de convivencia la pasión inicial se ha visto disminuida. Un momento de cierta tensión se produce cuando Adriana acude con su marido al consultorio dental donde su hijita Mara (Sasa Paul-Szel) de 9 años es tratada por Raluca quien en su carácter de dentista explica a los padres el tratamiento al que la pequeña es sometida.

El guión escrito por el realizador y sus colaboradores Alexandru Baciu y Razvan Radulesco evita el tono melodramático y tampoco recurre a situaciones vistas en otras muestras sobre infidelidad conyugal; aquí ni la amante exige la separación ni tampoco la esposa es desagradable o poco simpática. Por el contrario, el relato se interesa en describir la situación ambigua de Paul de la manera más natural posible creando en su primera hora de metraje la curiosidad de saber cómo y cuándo la verdad saldrá a relucir y de qué modo reaccionarán las partes afectadas. Cuando la misma llega con la confesión del hombre a su esposa, la calma inicial se traduce en dolor y posteriormente ella reacciona con ira; a pesar de ese momento de honda intensidad emocional, la narración no llega a desbordar.

La historia transcurre durante los días previos a la celebración de las fiestas navideñas, período en que por lo general queda evidenciado el valor de la familia y donde aquí ocurre precisamente lo contrario.. De allí que el relato mantenga la intriga hasta el final por ver cómo Paul y Adriana revelarán a su hija y a los padres de Paul lo que está pasando.

En ningún momento Muntean juzga moralmente a sus personajes sino que se limita a exponer los hechos para que el público lo catalogue por sí mismo. No hay indicio alguno que señale cómo un hombre casado, donde aparentemente todo marchaba bien durante 10 años, tenga que optar entre dejar a su familia o bien a su amante. Por eso, el film puede producir cierta incomodidad y tristeza al comprobar cómo la falencia del comportamiento humano es capaz de conducir al quiebre de una sana relación matrimonial cuando el destino introduce inesperadamente a una tercera persona en el camino.

El film está impecablemente realizado, sus diálogos no son abundantes pero rigurosamente precisos y el uso de largos planos secuencia permite que uno se involucre plenamente de lo que está aconteciendo.

Conclusión: Una película íntima y sutil que deja una impresión decididamente positiva.

TINKER, TAILOR, SOLDIER, SPY. Gran Bretaña-Francia-Alemania, 2011. Un film de Tomas Alfredson.


Comentario de Jorge Gutman


Tomas Alfredson después de haber abordado exitosamente una historia de vampiros en el film sueco Let the Right One In (2008), hace su primera incursión en el cine de habla inglesa abordando un género completamente diferente; en esta ocasión se involucra en el mundo del espionaje tomando como referencia la novela de John Le Carré Tinker, Tailor, Soldier, Spy publicada en 1974. Lejos de las historias del mismo género y de gran acción concebidas por Ian Fleming con James Bond, Le Carré adopta en sus relatos un tono emocionalmente frío, cerebral y más pausado, algo que precisamente se aprecia en este film. Su historia ya fue objeto en 1979 de una satisfactoria miniserie británica para la televisión que duraba varias horas, mientras que aquí el tiempo queda reducido a un espacio de dos horas de metraje que, dada la naturaleza de su compleja trama, resulta insuficiente para expresar fielmente toda la riqueza de la obra literaria.


Este relato es una variación sobre los aspectos considerados por Le Carré en su literatura analizando la Guerra Fría durante los años de postguerra. Cuando Control (John Hurt), la máxima autoridad del Servicio de Inteligencia Británico -generalmente conocido como M16- sospecha que dentro de la organización hay un informante que actúa para los rusos, encomienda al agente Jim Prideaux (Max Strong) que viaje a Budapest a fin de contactar a un general que le habrá de suministrar el nombre del doble espía. Sin embargo, la operación fracasa cuando Jim es baleado en Budapest y Control es despedido de su cargo muriendo poco tiempo después. El problema es ahora abordado por uno de los ministros del gobierno (Simon McBurney); para ello convoca al jubilado George Smiley (Gary Oldman), quien fuera uno de los principales espías del M16, para que abandone temporalmente su retiro a fin de tomar las riendas del asunto; concretamente debe determinar quién es el topo infiltrado en la agencia dentro de una lista reducida a cuatro sospechosos que trabajan en la misma con nombres codificados; ellos son Percy Alleline (Toby Jones) “Tinker”, Bill Haydon (Colin Firth) “Tailor”, Roy Bland (Ciarán Hinds) “Soldier” y Toby Esterhase (David Dencik) “Poor Man”.


El relato es demasiado denso y absorbente creando algunas dificultades para seguir su desarrollo para quienes no hayan visto la serie o leído la novela. Así, cierta confusión se produce debido a diferentes razones, a saber: los numerosos personajes secundarios que contiene la historia no siempre están vinculados con claridad, las diferentes subtramas dentro de la trama central propenden a desviar la atención, las situaciones cambiantes que se van produciendo en el proceso de investigación de Smiley y los numerosos flashbacks del presente al pasado someten al espectador corriente al desafío de poder digerir en forma satisfactoria el desarrollo del relato. Curiosamente cuando muchas veces se suele objetar la excesiva duración de un film, éste es uno de los raros casos donde una media hora adicional de metraje podría haber permitido una mayor claridad expositiva.


A pesar de las observaciones formuladas, el film transmite el clima opresor y lúgubre de la Guerra Fría reflejando un moderado suspenso aunque sin escenas de gran tensión. A nivel de interpretación, la actuación de Oldman es sobresaliente al cargar sobre sus hombros el peso del relato, brindando considerable gravedad emocional a su personaje; otros nombres destacables son los de Hurt, Tom Hardy y Benedict Cumberbatch. En los renglones técnicos se destaca el excelente trabajo del compositor Alberto Iglesias en la banda sonora.

UNA DIFICIL RELACION FAMILIAR

THE EYE OF THE STORM. Australia, 2011. Un film de Fred Shepisi


Comentario de Jorge Gutman


Un potente drama aunque no del todo bien estructurado es lo que ofrece Fred Shepisi con The Eye of the Storm, sobre las dificultosas relaciones mantenidas entre una madre y sus dos hijos. Adaptado de la novela del mismo nombre del Premio Nobel de literatura Patrick White, este film se distingue por la calidad de su elenco encabezado por Charlotte Ramplilng, Geoffrey Rush y Judy Davis.

El guión de Judy Morris enfoca a Elizabeth Hunter (Rampling), una anciana octogenaria de gran fortuna quien gravemente enferma pasa sus últimos días de vida en una mansión palaciega en un suburbio de Sydney mientras aguarda la llegada de sus dos hijos expatriados. Ellos son Basil (Rush), un famoso actor de teatro de Londres, y Dorothy (Davis) quien vive en Francia y está divorciada de un hombre de la nobleza que la convirtió en princesa.

El reencuentro familiar no impide que la postrada Elizabeth en sus pocos momentos de lucidez, siga lanzando dardos ponzoñosos a sus hijos así como lo ha hecho durante toda su vida; en rigor de verdad, el retorno de Basil y Dorothy no se debe tanto al respeto que les merece su madre a punto de morir sino que por las dificultades financieras en que ambos se encuentran están interesados en hacerse cargo de la importante herencia que les habrá de corresponder.


Además de sus hijos, Elizabeth está rodeada por el leal personal que la atiende. Entre ellos se encuentra un par de enfermeras, una es Flora (Alexandra Schepisi) quien sabe cómo granjearse la simpatía de la enferma a la vez que astutamente seduce a Basil persiguiendo intereses personales; la otra es la sumisa Mary (Maria Theodorakis); también se encuentra Lotte (Helen Morse), una angustiada y devota cocinera que, ataviada con los elegantes vestidos de Elizabeth, la entretiene con sus bailes y números de cabaret durante sus horas libres. Otros personajes incluyen a Albert (John Gaden) el devoto abogado de Elizabeth, ocupado de redactar su testamento y de ejecutarlo cuando llegue el momento de hacerlo, y un aspirante Primer Ministro (Colin Friels) que trata de conquistar a Dorothy.


Aunque el film dure dos horas no es mucho lo que anecdóticamente se llega a resaltar. Parte del relato descansa en los recuerdos que acuden a la confusa mente de Elizabeth; allí retornan los fantasmas del pasado donde con veinte años más joven aparece menospreciando y humillando a sus hijos, especialmente a Dorothy al punto tal de arrebatarle a su atractivo novio. Si bien esas escenas intentan agregar nuevos matices sobre la personalidad de la moribunda, lo más importante, aunque no del todo lograda, es una escena de epifanía espiritual que experimenta como consecuencia de una borrascosa tormenta.


Aunque bien filmada, la película sufre los efectos de un guión un poco deshilvanado que resta fuerza al relato; por ejemplo una pareja con 4 hijos vive cerca del lugar donde Basil y Dorothy pasan cierto tiempo; sin embargo, nada se sabe quiénes son o cómo se injertan en el relato.

Rampling, en la piel de la sarcástica y malevolente anciana, ofrece una de las mejores actuaciones de su exitosa carrera; a su lado, Rush da otra muestra de solidez como un donjuanesco y presumido individuo, y Davis deja una indeleble impresión animando a una frustrada y un tanto neurótica mujer; todos los actores de apoyo también son muy convincentes. En resumen, éste es un film ambicioso que aunque no logra convencer por completo, se deja ver por el nivel de interpretación, indudablemente el plato fuerte del mismo.

15.12.11

CINE EN LA PLAZA: SHERLOCK HOLMES COMO CARICATURA

Los lectores del más popular detective tendrán otra vez que bregar para reconocer al real Sherlock Holmes—detective primeramente cerebral como lo concibió Arthur Conan Doyle—en medio de la maraña de balazos y violencia gratuita del recientemente estrenado Sherlock Holmes—A Game of Shadows (Sherlock Holmes—Un juego de sombras). Básicamente se trata de un Sherlock Holmes adaptado para las mentalidades light de Norteamérica.

Comentario de Sergio Martínez

SHERLOCK HOLMES—A GAME OF SHADOWS. Dirigida por Guy Ritchie (EE.UU., 2011)
Confieso haber ido a la exhibición de este film con cierta predisposición negativa fomentada por la primera versión de Sherlock Holmes, dirigida por el mismo realizador que esta vez nos ha endilgado una segunda parte a la historia del famoso detective. Lamentablemente ese sentimiento se vio confirmado una vez terminada la cinta.

Mi primera objeción apunta a la premisa misma del personaje central (encarnado por Robert Downey Jr.,) la que es completamente desvirtuada en esta segunda versión aun más que en la primera. En efecto, cualquiera que haya leído al menos algunas de las obras del famoso detective creado por Arthur Conan Doyle, o haya disfrutado de la excelente serie producida por Granada Television de Gran Bretaña en 1994, sabrá que Holmes es primeramente un detective cerebral, un hombre que resuelve sus casos recurriendo a lo que llama “deducción” (en estricto sentido, se trata de su opuesto, “inducción” la llegada a una conclusión a partir de la observación de un evento o detalle particular). En todo caso, básicamente un proceso lógico. Ese es su fuerte, como luego lo sería en otro detective famoso como Hercule Poirot, creado por Agatha Christie), y eso es lo que da al personaje su carácter esencial. En los textos originales efectivamente Holmes recurre ocasionalmente a la violencia y al uso de armas, pero eso es sólo un complemento a su trabajo detectivesco. Lo central es su impecable capacidad de razonamiento.

En este film en cambio lo que se enfatiza en algo así como un 90 por ciento de la historia, es el uso de armamento, incluyendo ametralladoras cuyo uso estaba muy lejos de ser generalizado en la época en que la película se sitúa (1891) sin contar que tampoco las armas cortas tenían el grado de precisión con que se las muestra aquí.

Downey en el rol de Holmes, le confiere al personaje un aspecto caricaturesco, propio de personajes cómicos que este actor ha encarnado en otras ocasiones, por cierto su interpretación no se condice con el personaje más bien severo creado por Conan Doyle, con sus excentricidades es cierto, pero un excéntrico con encanto, no el tipo deschavetado que Downey retrata. Tampoco Jude Law le hace honor al Dr. Watson, el compañero de aventuras de Holmes, el retrato del personaje cae también en la caricatura, muy lejos de ser el elemento catalizador de las energías y arranques del detective. La complementariedad de los personajes no se advierte por parte alguna.

La comparación a la serie que aquí conocimos por las ondas del canal PBS de Estados Unidos con Jeremy Brett en el rol estelar se nos hace inevitable, y por cierto Brett era mil veces mejor que el payasesco Downey, al punto que muchos lo llaman el “definitivo” Holmes. Lamentablemente dada la exposición mediática de este reciente film, es probable que ahora mucha gente, especialmente la más joven, termine con la idea de que Holmes era como lo ha caracterizado Downey en esta cinta. Lo que por cierto no le hace ninguna justicia al más famoso detective.

Sherlock Holmes—A Game of Shadows no se basa en alguna de las historias específicas del detective, sino más bien lo que los guionistas del film (Michele y Kieran Mulroney) hicieron fue combinar tramas de diversas historias, en especial The Adventure of the Final Problem donde tiene su encuentro mortal con el Profesor Moriarty y parcialmente en The Adventure of the Empty House, cuando al final el detective hace su retorno. Inspirándose en otras historias donde Holmes ponía su talento al servicio de uno u otro gobierno para desbaratar planes de enemigos internacionales. En este caso se trata de las acciones terroristas de grupos anarquistas, destinadas supuestamente a desestabilizar Europa y crear condiciones para un nuevo conflicto, especialmente entre Alemania y Francia. Recuérdese que este período victoriano de fines del siglo 19 es conocido también como la Belle Époque, un período de paz en el viejo continente que se había iniciado al terminar la guerra franco-prusiana y que se extendería con sólo pocas escaramuzas hasta la Gran Guerra de 1914-1918. Holmes, el Dr. Watson, con la ayuda de la gitana Simsa (Noomi Rapace) intentan llegar hasta las raíces de los atentados anarquistas y confrontar al villano que ha estado moviendo los hilos detrás de todos ellos.

El film en suma no hace justicia al personaje, por el contrario lo adapta a las demandas comerciales de un público que quiera ver mucha acción, peleas y balaceras en gran escala, pero quienes quieran ver al detective en acción en su juego deductivo (inductivo más bien) se verán defraudados, prácticamente no hay nada de eso, a no ser que se quiera hacer pasar por habilidad lógica, la aparente capacidad del Holmes de Downey de anticipar donde alguno de sus numerosos adversarios intentará golpearlo.

Sherlock Holmes—A Game of Shadows es un film que entretendrá a los que busquen diversión en una adaptación muy “light” del célebre personaje.

(En exhibición en Montreal desde el 16 de diciembre en versión original inglesa y en versión doblada al francés).

10.12.11

SOBRIO ESTUDIO DE LA ADICCION SEXUAL

SHAME. Gran Bretaña, 2011. Un film de Steve McQueen


Comentario de Jorge Gutman


A pesar de que el sexo constituye un ingrediente usual en los filmes de la época actual, la adicción sexual es un tema raramente abordado por el cine y eso puede deberse a que por su naturaleza se lo considere como un factor de difícil aceptación cultural; de allí que resulta de gran interés la propuesta que el realizador Steve McQueen ofrece con Shame. Se trata de un film provocativo aunque de ningún modo sensacionalista, donde el director efectúa un análisis clínico de la conducta sexual de su principal personaje; el resultado es una película de admirable franqueza que concita atención por la forma en que está relatada.


Con un guión que le pertenece y escrito junto con Abi Morgan, McQueen enfoca el comportamiento de Brandon (Fassbender), un exitoso ejecutivo neoyorkino de 30 y tantos años cuya compulsión sexual rige su vida en las relaciones indiferentes e impersonales que mantiene con el medio que le circunda. Así, en sus horas de ocio su existencia es matizada con encuentros sexuales que no duran más de una noche, relaciones mantenidas con una mujer que encuentra en un bar, prostitutas que llegan a su departamento y la gratificación solitaria de la masturbación practicada a la hora de ducharse o en el baño de su oficina; por si eso no bastara, también se nutre del material pornográfico que observa en su computadora personal a través de las páginas sexuales de la red de internet.


Aunque en apariencia no hay nada extraño que sus actitudes puedan reflejar para quien no lo conoce íntimamente, lo cierto es que su manera obsesiva de pensar y sus fantasías asociadas con el sexo opuesto responden a una necesidad compulsiva de la cual no puede liberarse convirtiéndolo en una persona atormentada y emocionalmente vacía.


Las cosas cobran un giro inesperado a partir del día en que inesperadamente recibe la visita de su hermana Sissy (Carey Mulligan) quien se dispone a quedarse a vivir en su departamento por tiempo indeterminado. Además de crearse una latente vinculación incestuosa, lo cierto es que Sissy, de naturaleza completamente opuesta a la de su hermano, invade en forma irritante su intimidad con lo que lo fuerza a relacionarse de modo diferente con el mundo exterior.


McQueen confirma en su segundo film la madurez que manifestó en “Hunger” (2008) al demostrar cómo es posible describir intenciones y actitudes sin necesidad de diálogos con solo permitir que la cámara cumpla con su objetivo. Como ejemplo, basta citar una escena de excelente cine en la que Brandon, viajando en un transporte público, divisa a una pasajera sentada a cierta distancia; sin intercambio de palabras, durante el corto trayecto puede observarse hasta qué punto la mujer se siente seducida por su mirada, generándose entre ambos una tensión sexual de considerable intensidad.


Trabajando nuevamente con Fassbender, el director encuentra en el joven actor al intérprete ideal que se despoja de su propia personalidad para sumergirse en la vida de un hombre sexualmente adicto que se ve obligado a confrontar sus demonios interiores; el trabajo de Fassbender es nada menos que excelente y constituye una de las razones para ver este film.


Puede que la última parte del relato no resulte completamente satisfactoria en la medida que adopta una narración convencional no del todo convincente; pero en todo caso, eso no disminuye su nivel de atracción. Por su tema perturbador, desnudos y situaciones sexuales explícitas Shame mantendrá incómodo a cierto sector del público; de todos modos, el mérito de McQueen es el haber realizado un minucioso trabajo quirúrgico develando ciertos tabúes que afectan el comportamiento humano e indirectamente invitando al espectador a enfrentar su propio pudor.

9.12.11

LAS AVENTURAS DE UN POPULAR PERSONAJE

THE ADVENTURES OF TINTIN: THE SECRET OF THE UNICORN. Estados Unidos-Nueva Zelandia, 2011. Un film de Steven Spielberg

Comentario de Jorge Gutman


Steven Spielberg como director y Peter Jackson en carácter de productor se asocian para brindar un film basado en Tintin, personaje popularizado a través de los cómic de George Remi quien utilizó el seudónimo de Hergé para firmar sus trabajos realizados entre 1929 y 1976. Se trata de un fenómeno interesante que habiendo nacido en Bélgica llegó a cautivar a varias generaciones de diferentes culturas del mundo en la medida en que los libros ilustrados de Hergé fueron traducidos a numerosos idiomas y alcanzaron un importante éxito comercial.

Spielberg retorna en gran forma en este relato de acción que ha sido filmado con la técnica de animación motion capture consistente en la captura digital de movimientos de los actores que posteriormente son incorporados en sus respectivos personajes. Aunque el film dé la impresión de pertenecer a una época ya pasada, reúne los elementos necesarios como para conformar especialmente tanto al público familiarizado con el personaje como así también para atraer al sector infantil comprendido entre los 10 y 13 años de edad; de todos modos, eso no implica que los adultos de cualquier edad queden excluidos de esta colorida aventura

El guión de Steven Moffat, Edgar Wright y Joe Cornish entremezcla tres de los relatos de Hergé (“The Crab With the Golden Claws, “The Secret of the Unicorn” y “Red Rackham’s Treasure”), pero siempre respetando el espíritu de los libros originales. La acción comienza en un mercado de pulgas de Bruselas donde el periodista Tintin (Jamie Bell), siempre acompañado de su querido perro “Snowy”, observa con curiosidad la maqueta de una nave de guerra (El Unicornio) del siglo XVII que naufragó; instantes después que el joven la adquiere por el valor de una libra aparece un americano (Joe Starr) y posteriormente un amenazador villano llamado Ivanovich Sakharine (Daniel Craig) tratando de comprársela pero Tintin rechaza la oferta. Cuando al regresar a su casa se da cuenta de que el objeto que adquirió contiene una valiosa información sobre un tesoro escondido en las profundidades marinas, ese hecho lo habrá de involucrar en un singular viaje que compartirá con su inseparable Snowy y también con Archibald Haddock (Andy Serkis). Este último es un pintoresco capitán adepto a la bebida y es el último sucesor de Sir Francis Haddock, el comandante del Unicornio que perdió su barco al ser atacado por piratas comandados por Red Rackham; quiere la casualidad que el temible Sakharine es a su vez descendiente de Rackham.


La búsqueda del tesoro por el trío y los enfrentamientos con Sakharine conforman la sustancia de una odisea que transporta a sus integrantes al Sahara y a una ciudad de Marruecos, entre otros lugares.


Tanto Bell como Serkis y Craig satisfacen ofreciendo los matices ilustrados en los álbumes originales, así como Snowy responde muy bien a la idea que el lector tiene del fiel canino de Tintin; entre algunos de los personajes secundarios se destacan los ineptos agentes de Interpol Thomson (Nick Frost) y Thompson (Simon Pegg) quienes ofrecen las notas de humor apropiadas para matizar el relato.


Desde una perspectiva visual, los efectos especiales empleados representan el último estadio de la tecnología, conformando de este modo al espectador más exigente. La captura digital de movimientos empleada es altamente ingeniosa dando la sensación de estar observando a actores en un film estándar de viva acción antes que en uno de animación. El empleo del 3D, permite realzar algunas escenas –por ejemplo, una persecución en motocicleta-otorgando sustancial relieve a las mismas; de todos modos no creo que el 2D opaque las cualidades inherentes del film. En resumen, Spielberg sale muy bien parado del desafío de llevar al cine a una figura mítica, cuidando minuciosamente los mínimos detalles para mantener la idiosincrasia de los personajes y el estilo que los caracteriza; a pesar de una duración un poco más larga de lo necesario, obtiene una buena película de aventuras donde la acción es prácticamente imparable y que resulta altamente entretenida, sobre todo para el público a quien especialmente está destinada.

UNA CARTA DE AMOR AL CINE MUDO



THE ARTIST. Francia, 2011. Un film escrito y dirigido por Michel Hazanavicius


Comentario de Jorge Gutman


Si bien hubo varios filmes -entre ellos algunos notables como el clásico Singin’ in the Rain (1952)- abordando la desaparición del cine mudo para ceder paso al sonoro, The Artist enfoca ese tema bajo una óptica diferente y al hacerlo brinda un cálido homenaje a aquellas películas que cuando el sonido real era todavía inexistente debían expresarse exclusivamente a través de las imágenes. El director Michel Hazanavicius se ha arriesgado a considerar un tópico que a primera vista parecería anticuado y a contracorriente con lo que en la actualidad se presencia en la pantalla grande; afortunadamente, ha ganado la partida con un film no parlante en blanco y negro que cautivará al gran público si se juzga el éxito popular logrado en su primera exhibición en el Festival de Cannes así como en los otros eventos internacionales en que fue presentado.

El film que transcurre durante los años 20 del siglo pasado es fundamentalmente la historia del ascenso y caída de George Valentin (Jean Dujardin), un ídolo del cine hollywoodense. Cuando comienza el relato, George es uno de los astros más cotizados con una popularidad comparada a la que gozara en ese entonces Douglas Fairbanks y Rodolfo Valentino o bien en la época actual Brad Pitt y George Clooney. El guión muestra cómo el galán le da una oportunidad a Peppy Miller (Bérénice Béjo), una de sus entusiastas admiradoras, que en poco tiempo avanza en su carrera desde extra principiante hasta convertirse en la pareja cinematográfica del actor. Todo cambia dramáticamente con la llegada del cine sonoro y George ya no es considerado útil para su productor (John Goodman) que para la etapa que se inicia prefiere nuevos talentos de actores con voces agradables y provistos de una modalidad de actuación diferente frente a las cámaras; precisamente la belleza y juventud de Peppy representan su carta de triunfo para la ocasión. Lo que continúa es un relato profundamente humano centrado en el ocaso de la carrera de un actor donde quedan expuestos algunos temas como la vanidad y el orgullo menoscabado así como hasta dónde puede conducir el deterioro de la autoestima.

En líneas generales el film evoca el espíritu y sentimiento de las películas de esa gloriosa era pero con la perspectiva actual en lo que concierne a la forma de relatar una historia, la actuación, el encuadre y la dirección escénica. El indudable mérito de Hazanavicius es haber superado la limitación impuesta por la ausencia del texto dialogado, permitiendo que sus imágenes hablaran por sí mismas expresando el sentido del relato; de esta manera logró un poético film que llega al espectador del mismo modo como si se tratara de uno sonoro.

Dujardin tiene el apropiado físico y reúne las condiciones adecuadas en materia de estilo y ductilidad para transmitir la simpatía, egocentrismo, dolor y derrumbe de su personaje; por su parte Béjo aporta vivacidad, frescura y gracia como la actriz que al llegar al pináculo de la fama sabe que tiene una deuda moral que saldar con el hombre que le brindó la posibilidad de triunfar y en consecuencia debe rescatarlo del pozo en que se hundió. En un equipo bien homogéneo donde también participan Penélope Ann Miller como la esposa del protagonista y James Cromwell como el fiel mayordomo y chófer de George, nobleza obliga a destacar a Uggie, el perrito inteligente y cómplice del protagonista quien muy bien entrenado juega un papel importante en la historia del relato.

Rodado íntegramente en estudios interiores, la muy buena fotografía así como los magníficos diseños de producción reflejan acabadamente el Hollywood de la época en que transcurre el relato y no cabe duda que el realizador estuvo bien documentado para que su equipo técnico lograra el efecto deseado.

Resulta fácil pronosticar que con el estreno que tiene lugar hoy en América del Norte, el público gozará con este maravilloso y nostálgico film debido al sentimiento y emoción que transmite y porque constituye una hermosa carta de amor al cine mudo.

Como nota adicional, la semana pasada el New York Critics Circle ha considerado a este film como el mejor del año y a Hazanavicius como el mejor director, reforzando de este modo la visibilidad de The Artist en su carrera hacia los Oscars.

6.12.11

EL HOMBRE QUE VENDIO SU ALMA AL DIABLO

FAUSTO


La ópera Fausto de Charles Gounod basada en la pieza teatral homónima de Wolfgang von Goethe con libreto de Jules Barbier ha sido objeto de una nueva producción en el Metropolitan de Nueva York el pasado 29 de noviembre y será la próxima creación lírica a ser transmitida en alta definición en distintos lugares del mundo. Fue cantada por primera vez en marzo de 1859 en el escenario del Théâtre Lyrique.de París y ha sido una de las más representadas mundialmente, además de haber sido la ópera con la cual el Met inauguró sus actividades el 22 de octubre de 1883.


La actual presentación es una coproducción con la English National Opera y ha sido dirigida por Des McAnuff, el galardonado director muy conocido en Broadway por haber sido premiado con el premio Tony, quien hace su debut para el Met. En esta versión la clásica historia del hombre que vendió su alma al diablo está ambientada en un laboratorio donde Fausto, un científico nuclear, se envenena y en su agonía va reviviendo su juventud.


La dirección musical corresponde al maestro canadiense Yannick Nézet-Seguin y cuenta con la participación del tenor Jonas Kaufmann en el rol titular. En los otros dos papeles centrales se destacan la soprano Marina Poplavskaya como Marguerite y el bajo René Pape asumiendo el rol de Méphistophélès. Participan también el barítono Russell Braun y la mezzo soprano Michèle Losier.


La difusión en las provincias de Quebec y Ontario tiene lugar el sábado 10 de diciembre (redifusión el 4 de febrero de 2012) a las 12h55 (hora del este) en las salas participantes de la compañía exhibidora CINEPLEX. Para los cines participantes y las horas locales en las diferentes ciudades de Canadá, el sitio web es www.cineplex.com/events o www.cineplex.com/evenements

3.12.11

EL POPULAR BALLET DE TCHAIKOVSKY

CASCANUECES
 
El público de Montreal  tiene la oportunidad de poder juzgar el popular ballet de Tchaikovsky Cascanueces basado en un cuento de hadas de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann  a través de la versión ofrecida por el famoso Ballet Bolshoi directamente desde Moscú.  La transmisión en alta definición tiene lugar el 18 de diciembre a las 13h00 y será redifundido al día siguiente, 19 de diciembre a las 18h30. En los roles protagónicos participan los bailarines Alexei Loparevich, Nina Kaptsova y Olga Suvorova.
 
La transmisión en la provincia de Quebec será realizada en los cines Quartier Latin, Scotiabank Montreal, Cavendish Mall, Colossus Laval, Colisée Kirkland, Ste. Foy, Brossard, Sherbrooke, pertenecientes a la compañía exhibidora Cineplex.

Información adicional se puede obtener en el sitio www.cineplex.com/evenements o bien en www.cineplex.com/events























27.11.11

PROXIMOS CONCIERTOS DE LA OSM



ORQUESTA SINFONICA DE MONTREAL


El 30 de noviembre y 1 de diciembre la OSM (20h00) actuará bajo la dirección del maestro británico Sir Roger Norington en un programa que incluye The Waspes de Vaughan Williams A London Symphony de Vaughan Williams, así como el Concierto para Piano No. 1 de Beethoven. Actuará como solista el pianista noruego Leif Ove Andsnes. El 6 de diciembre la OSM (20h00) ejecutará Los Planetas de Gustav Holst y Pluto, the Renewer de Colin Matthews. En este concierto tendrá especial participación el joven barítono Gordon Bintner quien ha sido el gran ganador del reciente concurso de la OSM Standard Life. Bintner cantará un extracto de La Sonámbula de Bellini, Cuatro Canciones de Don Quijote de Ibert y un extracto de Las Bodas de Fígaro de Mozart. El prestigioso maestro noruego Arild Remmereit, actual director musical de la Orquesta Filarmónica de Rochester, dirigirá a la orquesta y será acompañado por el Coro de Mujeres de la OSM.


En el último programa del año, se escuchará el Mesías de Haendel (orquestación de Mozart) bajo la dirección de John Oliver con la participación de la soprano Lucia Cesaroni, la mezzo soprano Emma Parkinson, el tenor Isaiah Bell y el bajo barítono Stephen Hegedus acompañados del Coro de la OSM. Los días 21 y 22 (19h30).


Todos los conciertos tienen lugar en la Maison Symphonique de la Place des Arts. Información adicional puede obtenerse en el sitio http://www.osm.ca/

25.11.11

POR AMOR AL CINE

HUGO. Estados Unidos, 2011. Un film de Martin Scorcese.

Comentario de Jorge Gutman


Este es la obra más personal, original y audaz de Martin Scorcese que seguramente causará un considerable placer a aquel público que ama al cine. Aunque el libro en que Hugo está basado, The Invention of Hugo Cabret, es un cuento ilustrado para niños, lo cierto es que el logrado guión de John Logan lo transforma más en un relato para adultos; de todos modos, posee la suficiente calidez y encanto como para que también pueda ser considerado un film para toda la familia.


Empleando por primera vez la técnica del 3D, Scorcese ha logrado un resultado asombroso realzando los mágicos poderes que el cine puede deparar en esta cautivante fantasía de ensoñación, aventura y misterio.


Su trama transcurre en París en 1930 y gira en torno de Hugo (Asa Butterfield), un niño huérfano de 12 años que perdió a su padre (Jude Law) en un incendio. El está obstinado en desenterrar el secreto de un robot que su progenitor recibió de un museo y que había tratado de repararlo sin haberlo logrado. Sin ningún pariente cercano a su lado, Hugo vive solo en una estación de trenes y debe permanentemente eludir la presencia de un implacable gendarme policial (Sacha Baron Cohen) que está a la caza de niños huérfanos para ser destinados a un orfanato. La soledad del niño desaparece a partir del día en que conoce a Isabelle (Chloe Grace Moretz), una joven que también huérfana fue criada y educada por su padrastro Georges Méliès (Ben Kingsley) y su señora (Helen Macrory); Isabelle será un factor clave para componer el robot de Hugo y a medida que el metraje avanza se irá determinando de qué manera ese objeto está vinculado con su padrastro a través de una historia que se remonta al pasado.


Si hay algún elemento que pudiera ser objetable en el film es que su comienzo resulta lento y un poco desconcertante al no saber hacia donde enfoca. Pero superado ese tramo, el relato encuentra su razón de ser y revela una amplia gama de emociones que permiten a la audiencia conectarse plenamente con el mismo.


Lo más trascendente de esta película es el tributo que Scorcese rinde a Georges Méliès, el famoso director francés que fue un pionero en el uso de los efectos especiales; este cineasta tuvo importante resonancia en la primera época del cine mudo con 80 filmes realizados desde comienzos del siglo pasado hasta el inicio de la primera guerra mundial cuando su fama comenzó a declinar. A través del ingenioso guión, el público tiene oportunidad de apreciar algunas escenas de sus primeros filmes así como extractos de Le Voyage dans la Lune realizado en 1902, que para muchos historiadores es su más importante creación y el primer trabajo de ciencia ficción abordado por el cine.


Meticulosamente realizado, Scorcese contó con un excelente equipo técnico de colaboradores, entre ellos el director de fotografía Robert Richardson quien fue un elemento vital para el magnífico empleo del 3D, Dante Ferreti en los diseños de producción, Sandy Powell en el vestuario y Howard Shore en la música. A diferencia de otros filmes, su riqueza visual no empalidece las virtudes de un homogéneo elenco donde en los roles principales los adolescentes Butterfield y Moretz proporcionan grato encanto sin llegar a empalagar, Kingsley llega a emocionar y Cohen exhibe pintoresquismo en su personaje sin desbordar; en los papeles secundarios, Richard Griffiths, Frances de la Tour, Christopher Lee, Emily Mortimer se desempeñan adecuadamente aportando calidez y alguna que otra nota de humor a sus breves roles.


En síntesis, Scorcese ofrece un fascinante viaje mágico a los orígenes del cine y si hay algún mensaje que se puede extraer del film, eso queda expresado cuando en la escena final Méliès se dirige al público que lo está homenajeando diciéndole “¡Vengan y sueñen conmigo!”. Ese hermoso sueño que ofrecen las imágenes cinematográficas es lo que también el gran director americano siente y quiere compartir con su audiencia. A no dudarlo que lo ha logrado con este inolvidable film
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SANTA CLAUS EN UN FILM DE ANIMACION

ARTHUR CHRISTMAS. Gran Bretaña-Estados Unidos, 2011. Un film de Sarah Smith
Comentario de Jorge Gutman

Si bien la compañía británica Aardman especializada en filmes de animación es la productora de Arthur Christmas, la responsable directa es la realizadora Sarah Smith quien destila ternura y afectividad en el relato de una tradicional historia navideña donde la figura de Santa Claus no llega a ser el único protagonista sino que también lo es su entorno familiar.

Si la fantasía de Papa Noel ha estado presente a través de los siglos poco importa aquí que la imaginación del guión de Smith y Peter Baynham trate de dar una respuesta a lo que miles de niños se preguntan sobre cómo es posible que Santa pueda distribuir los innumerables regalos en el espacio de las escasas horas de una sola noche para que todos los niños los reciban el día de Navidad. Todo tiene una sencilla respuesta si se piensa que eso es debido gracias a una operación realizada en una usina ubicada debajo del Polo Norte que apela a las maravillas ofrecidas por la alta tecnología junto con la colaboración prestada por más de un millón de eficientes elfos permitiendo que en tiempo récord los regalos puedan llegar a buen destino.

Sobre la base de lo que antecede como prólogo a esta historia, el espectador puede contemplar que Santa (Jim Broadbent) con sus más de 70 años a cuesta y pensando en su retiro va delegando su tarea a Steve (Hugh Laurie) con vistas a ser su heredero para la noble tarea de brindar felicidad a los niños, en tanto que Arthur (James McAvoy) ocupa un lugar secundario al ir apilando las cartas dirigidas a su padre. Los acontecimientos adoptan giro inesperado cuando a pesar de la tecnología avanzada, Gwen (Ramona Márquez) una de las niñitas es dejada por omisión sin su correspondiente regalo; como nadie puede quedar sin el mismo será entonces el turno de Arthur quien contando con la ayuda de su abuelo (Bill Nighby) juntos iniciarán la gran aventura de un viaje que los llevará a África y México entre otros lugares a través de una carrera contra el tiempo; lo importante es llegar a la pequeña aldea donde vive Gwen para que cuando ella despierte se encuentre con el obsequio que solicitó a Santa.

El relato está muy bien construido y entretiene con personajes atrayentes, en gran parte logrado por la más que satisfactoria animación generada por computación en tercera dimensión; además se destaca por sus buenos diálogos, inteligentes chistes y por revivir con agrado la esencia mágica de estas festividades. Sin ser un clásico del género, el film ofrece una mirada algo diferente a la leyenda de Santa que llega a satisfacer a los adultos y gratifica a la audiencia menuda.

24.11.11

LA LLAVE DE SARAH

ELLE S’APPELAIT SARAH. Francia, 2010. Dirección:Gilles Paquet-Brenner. Distribución: TVA FILMS (2011)

Comentario de Jorge Gutman



Uno de los episodios acontecidos durante el holocausto es revivido en Elle s’appelait Sarah de Gilles Paquet-Brenner; tomando como referencia la novela de Tatiana de Rosnay y adaptada para el cine por el realizador juntamente con Serge Joncour, esta película está meticulosamente estructurada presentando dos historias paralelas donde dos mujeres viviendo en épocas diferentes llegan a vincularse a través del tiempo.


En la primera escena del film que transcurre en julio de 1942 se contempla a Sarah Starzynkski (Melusine Mayance), una niña judía de 11 años, jugando alegremente con su hermano menor de 4 años en el departamento que ocupa con sus padres; el juego es bruscamente interrumpido cuando la policía francesa arriba bruscamente al departamento y procede a arrestar a la familia tomándolos cautivos como parte de la redada que tuvo lugar en esa fecha; para tratar de salvar a su hermanito, instantes antes de la captura lo encierra en un armario guardando la llave consigo.


Al ser trasladados al velódromo de invierno parisino como lugar temporario, antes de su deportación a los campos de concentración de Auschwitz, Sarah logra escapar del lugar y tras algunas peripecias que acontecen se dirige a la casa en que habitaba para rescatar a su hermano. Lo acontecido con el niño deja en Sarah huellas muy profundas que habrán de marcarla para el resto de su vida.Simultáneamente, el relato se traslada a 2009 presentando a Julia Jarmond (Kristin Scott Thomas), una periodista americana viviendo actualmente en París y que trabaja para una revista anglófona. Su relación con la suerte corrida por Sarah se producirá debido a la concurrencia de dos hechos: por un lado, la revista para la que trabaja le encomienda preparar un artículo sobre la deplorable redada acontecida en Francia durante el régimen de Vichy; por el otro, quiere la casualidad que su marido (Fréderic Pierrot) herede un departamento que es el mismo que había ocupado la familia de Sarah. Como en la novela, el relato alterna entre estas dos historias, apreciando el modo en que Julia, a medida que prosigue su tarea detectivesca, cobra conciencia de que el derrotero de Sarah tiene vinculación con su propia vida, obligándola a revaluar su propia existencia y el rumbo futuro que habrá de adoptar.


Si hay alguna observación que merezca este film es que el guión introduce ciertas coincidencias discutibles para que el pasado y presente puedan quedar bien engarzados. Sin embargo la narración que Paquet Grenier efectúa es admirable logrando que la emoción fluya sin desbordes sentimentales; de este modo, el relato conmueve y cala hondamente en el ánimo del espectador tanto por el testimonio casi documental de un hecho que por largo tiempo permaneció oculto en la historia de Francia, como así también por la atracción que despiertan los diferentes personajes del relato con especial referencia al de Sarah y Julia.


Uno de los méritos de este film se debe a la notable composición que la versátil y bilingüe artista Scott Thomas brinda de su Julia así como la revelación de la niña Mayance en una natural y convincente composición de Sarah. En papeles secundarios cabe destacar las buenas interpretaciones de Niels Arestrup, Aidan Quinn, Charlotte Poutrel, Dominique Frot, Frederic Pierrot y George Birt.De lo que antecede queda como saldo un film sencillo, profundamente conmovedor y sobre todo aleccionador para rememorar un triste capítulo que avergonzó a Francia y que en este caso no es atribuido a los nazis sino a las autoridades de Francia de aquel momento.


La banda audio del DVD es en su versión original francesa o doblada al inglés. Tiene subtítulos optativos en ambos idiomas.

UN NOTABLE FILM DE ALEXANDRE PAYNE

THE DESCENDANTS. Estados Unidos, 2011. Un film de Alexandre Paine


Comentario de Jorge Gutman



Después de varios años de ausencia retorna Alexandre Paine con The Descendants el mejor film de su carrera, ratificando una vez más que es uno de los realizadores más humanistas sabiendo cómo utilizar el tono de comedia cálida para narrar un relato dramático. Adaptando una novela de Kaui Hart Hemmings, el guión preparado por Paine, Nat Faxon y Jim Rush es a todas luces excelente y permite que el público permanezca atrapado durante casi dos horas de metraje apreciando una gran película.


George Clooney, en su mejor actuación para el cine, es Matt King, el protagonista y relator de lo que acontece en Hawai donde vive con su familia. Lo primero que aclara es que ese lugar no es el paraíso sobre la tierra que todos imaginan; la verdad es que tiene sus buenas razones para pensar así. Como abogado de muy buena posición económica especializado en bienes raíces, aparentemente tiene todo para ser feliz, pero el destino le asesta un duro golpe cuando su esposa Elizabeth (Patricia Hastie) sufre un grave accidente náutico dejándola en estado de coma. Aparte de la angustia que lo embarga al saber que son muy pocas las posibilidades de que su señora se recupere, Matt debe por vez primera asumir la responsabilidad de actuar como padre de familia dado que nunca mantuvo cercanía con sus dos hijas, Scottie (Amara Miller) de 10 años y Alexandra (Shailene Woodley) de 17 años; ahora le corresponde recomponer la unidad familiar. Por si eso fuera poco, la situación se vuelve más compleja cuando Alexandra le revela que su madre lo estaba engañando con otro hombre casado.


Aunque el dolor, frustración, traición conyugal e impotencia de Matt para revertir los acontecimientos son aspectos que bien podrían adoptar un cariz de melodrama lacrimógeno, Payne logra que los hechos dramáticos y patéticos de la historia puedan combinarse con situaciones de humor sin desembocar en la farsa o la caricatura.


Clooney prácticamente domina el film con una interpretación excepcional. Como un individuo imperfecto, padre desorientado, marido desolado y traicionado, así como el hombre que debe adoptar una trascendental decisión sobre una considerable superficie de terreno virgen en Kauai que pertenece a la familia ampliada y que sus primos desean vender, el actor transmite en todo momento la vulnerabilidad, ternura y la cambiante gama de sentimientos por la que atraviesa su personaje.


Aunque el popular actor despierte entusiasmo, el guión también posibilita que cada uno de los personajes secundarios adquiera gravitación; en tal sentido todo el elenco que lo acompaña proporciona estupendas caracterizaciones. Miller, como la hija adolescente rebelde y a veces impertinente, es una verdadera revelación; también se destaca Nick Krause quien animando al muchacho bobalicón que sale con Alexandra ofrece algunos de los momentos más risueños del relato; no menos importante es la presencia de Robert Foster como el suegro de Matt, Matthew Lilard como Brian, el amante de Elizabeth, y en especial Judy Greer que en escasos minutos de intervención deja una excelente impresión caracterizando a la esposa engañada de Brian.


Además de los factores mencionados, el suceso artístico de este film es debido a que aborda tópicos que tienen validez universal donde en mayor o menor grado cada espectador puede sentirse identificado. Por lo que antecede no sería extraño que este excelente drama se haga merecedor de varias nominaciones a la hora de los Oscars.

23.11.11

MEZZO SOPRANO CHRISTIANNE STOTIJN

LADIES MORNING MUSICAL CLUB


Para el último concierto de este año que será dedicado al canto la agrupación musical LMMC presentará a la mezzo soprano holandesa Christianne Stotijn, quien ha hecho conocer su voz en los más importantes auditorios de música, entre otros, el Concertgebouw de Amsterdam, Mozarteum de Salzburgo, Carnegie Hall de Nueva York, Keneedy Center de Washington, entre otros. La cantante ha trabajado con reputados directores de orquesta y de manera intensiva con Bernard Haitink quien ha contribuido enormemente al éxito de su carrera.

Para la ocasión, la artista será acompañada por el pianista Julius Drake en un recital que incluye Lenau-Lieder und Requiem, Opus 90 de Schumann, selecciones de Hollywood Liederbuch y selecciones de Des Knaben Wunderhorn de Mahler.


El concierto tiene lugar en la sala Pollack de la Universidad McGill el 4 de diciembre a las 15h30 (http://www.lmmc.ca/)



OPERA DE MONTREAL

CONCIERTO GALA DE LA OPERA DE MONTREAL

Una nueva edición del concierto gala de la Opéra de Montréal tendrá lugar el domingo 4 de diciembre (14h00) en la Maison Symphonique de la Place des Arts. Se trata de un evento beneficio en el que este año participarán diez cantantes canadienses, dos músicos solistas, el Coro de la Opera de Montreal y la Orchestre Métropolitain bajo la dirección de Timothy Vernon.

El concierto será precedido de la entronización del barítono Bruno Laplante al Panteón Canadiense de Arte Lírico. Posteriormente el público asistente tendrá la oportunidad de escuchar algunas de las más populares arias de ópera de celebrados compositores como Leoncavallo, Leoncavallo, Donizetti, Mozart, Gounod, Bizet, Verdi, Giordano, Massenet, Delibes, Puccini, Cilea, Bizet, Bellini, Tchaikosky, Wagner, Offenbach, Plamondon/Cocciante.

Los artistas invitados son : Phillip Addis, Alain Coulombe, Gregory Dahl, Antonio Figueroa, Lyne Fortin, Marc Hervieux, Marie-Josée Lord, Sonia Racine, Lauren Segal, Alexandre Sylvestre, Stéphane Tétreault (violoncelista) y Serhiy Salov (pianista). Para información adicional el sitio web es http://www.operademontreal.com/

UNA OPERA DE HAENDEL

RODELINDA


Una nueva transmisión en alta definición desde el Metropolitan Opera de Nueva York tendrá lugar con la ópera barroca Rodelinda de George Frideric Haendel, compuesta en 1725. Se trata de una producción de 2004 perteneciente a Stephen Wadsworth y que cuenta como protagonista a la célebre soprano Renée Fleming.


Además de Fleming (Rodelinda) el reparto está integrado en los principales roles por los contratenores Andreas Scholl (Bertarido) y Iestyn Davies (Unolfo) la mezzo soprano Stephanie Blythe (Eduige), el tenor Joseph Kaiser (Grimoaldo) y el bajo barítono Shenyang (Garibaldo).


La dirección orquestal está a cargo del maestro Harry Bicket quien es un experto en música barroca, la escenografía es de Thomas Lynch y el vestuario es responsabilidad de Martin Pakledinaz. La ópera es cantada en italiano con subtítulos en inglés.


La difusión tiene lugar el sábado 3 de diciembre (redifundida el 28 de enero de 2012) a las 12h30 (hora del este) en las salas participantes de la compañía exhibidora CINEPLEX. Para saber cuales son los cines participantes y las horas locales en las diferentes ciudades de Canadá, el sitio web es www.cineplex.com/events o www.cineplex.com/evenements

19.11.11

CINE EN LA PLAZA

Crónica de Jorge Gutman

LA PIEL QUE HABITO. España, 2011. Un film de Pedro Almodóvar
Carente de la profundidad que ha caracterizado al cine de Almodóvar a partir de sus trabajos más maduros que comenzaron en 1994 con La Flor de mi Secreto (1994), el último film de Almodóvar logra interesar aunque sin llegar a provocar el entusiasmo habitual.

Adaptado de la novela “Tarántula” de Thierry Jonquet, el guión confeccionado por el director junto a su hermano Agustín Almodóvar penetra en el terreno del thriller perverso donde la forma radical que adopta la historia a mitad de camino crea perplejidad. Para no privar de la curiosidad al público deseoso de ver La piel que habito bastará con indicar sobre su tema pero sin suministrar mayores detalles que pudieran malograr su interés. La historia se centra en un eminente cirujano plástico de Toledo cuyo estado de enajenación mental lo induce a crear un nuevo tipo de piel mediante la transgénesis que consiste en la combinación de células animales y vegetales; para la experimentación que realiza, utiliza como conejillo de indias a una joven a quien mantiene encerrada en una de las habitaciones de su suntuosa mansión. De aquí en más y a medida que el metraje va cobrando acción, el espectador se impone de las razones que lo llevan a convertirse en un monstruoso Frankenstein, del vínculo que lo une con la mujer prisionera, así como del resentimiento producido por el dolor de heridas emocionales del pasado aún no cicatrizadas.

En gran parte perturbador, el relato que está narrado en forma fragmentada con ruptura de sus tiempos, transita entre varios géneros entre los cuales se destaca el horror psicológico. Si bien el suspenso que genera su trama es capaz de producir una razonable intriga, cuando todos los hilos sueltos llegan a unirse en la resolución del misterio que lo alienta, uno tiene la sensación de haber asistido a una historia disparatada e insólitamente fría, sin una dimensión dramática que realmente llegue a emocionar.

A pesar de tratarse de una obra menor, este film logra crear una atmósfera atractiva, proporciona algunos toques surrealistas bien calibrados y permite gozar de ciertos momentos que, si bien absurdos, producen hilaridad. A lo anterior habrá que agregar la sofisticada creatividad que anima al relato, su impecable elegancia, una muy buena banda sonora con la música de Alberto Iglesias, la buena fotografía de José Luis Alcaíne, el original vestuario de Paco Delgado en colaboración con el famoso innovador Jean Paul Gautier y el excepcional diseño de producción de Antxón Gómez.

Como es habitual, Almodóvar se reunió con un elenco inobjetable. Después de su último trabajo con el director en “Átame” (1990), Antonio Banderas vuelve a hacerlo caracterizando al obsesionado cirujano sediento de venganza por trágicos acontecimientos que afectaron por completo su vida. Marisa Paredes está estupenda como la cómplice ama de llaves del facultativo, en tanto que Elena Anaya se distingue en un difícil trabajo dentro de las características especiales de un rol que la mantiene en cautiverio a lo largo del relato.

Es muy probable que este film radicalice la opinión de los espectadores, pero aunque se trata de un Almodóvar de menor envergadura, los leales seguidores de este gran director no deplorarán el tiempo invertido que insume su visión.

MARGIN CALL. Estados Unidos, 2011. Un film escrito y dirigido por JC Chandor


Inspirado en los sucesos que condujeron a la quiebra de Lehman Brothers en Septiembre de 2008 con la consiguiente crisis económica que produjo a nivel mundial y que todavía está repercutiendo, el novel realizador JC Chandor propone con Margin Call una dramatización de los hechos previos que condujeron a dicha situación, imaginando a una de las tantas empresas financieras actuando con el mismo nivel de irresponsabilidad y malicia. El film deja una sensación de pesadumbre contemplando una historia que si bien es muy conocida tiene el mérito de describir una realidad tan sombría como repulsiva al ilustrar los esfuerzos de una compañía financiera para evitar su derrumbe, aunque eso implique hundir al resto del mundo.


Todo acontece en un período de escasas 36 horas en el seno de un banco de inversiones. La primera jornada comienza con la decisión de los cuadros superiores despidiendo a una considerable parte del personal, frente a eventuales problemas que puedan surgir a breve plazo. Uno de los afectados es Eric Dale (Stanlely Tucci), un gerente de riesgo con 19 años de antigüedad, quien apenas es notificado de la medida adoptada es despojado en la forma más inhumana posible de todos sus atributos y pertenencias de la empresa y es acompañado por un agente de seguridad hasta la puerta del edificio; sin embargo y antes de dejar el lugar logra entregarle un USB a Peter Sullivan (Zachary Quinto), un joven analista, advirtiéndole que tenga cuidado. Horas después, cuando todos los empleados ya se han retirado, Peter examina lo que Eric le ha confiado y se alarma al constatar que el análisis de proyecciones realizados por el ex gerente refleja que la compañía corre el riesgo de una quiebra inminente debido a la posesión de activos financieros compuestos por hipotecas tóxicas de valor casi nulo así como otros productos inservibles. Peter convoca urgentemente a su compañero de trabajo Seth Bregman (Penn Badgley) y a Will Emerson (Paul Bettany), el jefe de ambos, imponiéndoles de la gravedad de los hechos para ser posteriormente transmitida a su superior Sam Rogers (Kevin Spacey) lo que está pasando. A medida que avanza la noche llegan a la organización otros ejecutivos de alto nivel (Demi Moore, Simon Baker), y finalmente a las 4 de la madrugada arriba el dueño y CEO de la compañía John Tuld (Jeremy Irons). En esa reunión de emergencia se adopta la decisión de ubicar con urgencia a Dale y de reincorporarlo a la compañía, cualquiera que sea los honorarios que exija por sus servicios; además, Tuld ordena la venta inmediata de los activos putrefactos de la firma al mejor precio posible apenas el mercado se reabra, para evitar que la noticia llegue a divulgarse. De allí en más, seguirá una segunda jornada signada por una marcada tensión.


En su primer trabajo como realizador Chandor ha logrado un documento de gran madurez, donde el espectador queda totalmente inmerso en la acción y sumergido en el mismo clima de suspenso agobiante que envuelve a los altos ejecutivos de la firma.


Muy parecido a lo que el dramaturgo David Mamet ofrecíera en Glengarry Glen Ross, el texto de Chandor es de gran ingeniosidad con algunos memorables monólogos y corrosivos diálogos. Por ejemplo, demostrando que a medida que se va ascendiendo a las posiciones superiores de la escala jerárquica los ejecutivos saben menos que sus subalternos, el público asiste a una escena fascinante cuando al comenzar la dramática reunión nocturna, Tuld le pide a Peter que le explique en los términos más simples posibles, como si tuviera que dirigirse a un niño de 6 años, en qué radica la gravedad de la situación. De modo similar procede Chandor con su relato permitiendo que el mismo pueda ser seguido por cualquier persona que ignore la forma en que los mercados operan, llegando a saber cómo actúan los titanes multimillonarios de estas instituciones cuya fortuna ha sido acumulada en base a la especulación y depredación efectuada al modesto e inocente inversor.


Aunque gran parte de este lúcido documento es debido a su realizador, no menos importante es la contribución realizada por el brillante elenco que lo anima donde cada uno de los actores participantes se despoja de su propia personalidad para reemplazarla con asombrosa convicción con la del personaje asumido.


Este elogiable film produce en el espectador una gran frustración por la naturaleza de su tema; sin embargo su visión es muy recomendable porque Chandor retrata acabadamente el rostro humano de los rapaces financieros, aunque en última instancia carezcan de humanidad. Lo triste del caso es que la mayoría de los mismos sale impune de los delitos cometidos y nada parece indicar que el sistema haya cambiado para evitar el advenimiento de nuevas catástrofes económicas.


LIKE CRAZY. United States, 2011. Un film de Drake Doremus
Esta película del joven realizador Drake Doremus en principio reúne los atributos necesarios para convertirse en una buena historia romántica, sin embargo se queda a mitad de camino y solo en forma muy intermitente presenta algunas situaciones que despiertan relativo interés.


La historia se refiere a la relación no muy convencional que une a dos jóvenes próximos a graduarse en la Universidad de Los Ángeles. Ella es Anne (Felicity Jones) quien se siente atraída por Jacob (Anton Yelchin), uno de sus compañeros de curso; para conquistarlo, utiliza un modo bastante particular al dejarle un curioso mensaje de amor en el parabrisas de su coche. Después de conocerse, flirtear e intimar, llega la hora de la separación porque Anne, que es británica, reside en Estados Unidos con una visa de estudiante de vencimiento inminente. Para pasar el verano junto a su novio, contraviene el permiso legal al quedarse más tiempo del debido antes de retornar a Londres; cuando posteriormente quiere volver a Los Ángeles con una visa de turista, los funcionarios de inmigración americana le niegan su entrada, obligándola a regresar a Inglaterra.


Aunque en principio podría despertar curiosidad en ver cómo se habrá desarrollar un vínculo sentimental donde las partes viven a miles de kilómetros de distancia, el guión de Daremus y Ben York Jones carece de la necesaria sustancia cómo para que lo que se expone resulte más atractivo. Durante la separación física, los estados anímicos de la pareja se ven alterados con el resultado de que Jacob pronto encuentra solaz sentimental con una colega de su trabajo (Jennifer Lawrence), en tanto que Anne no dudará en intimar con un vecino (Charlie Bewley) del lugar donde habita. El viaje que él efectúa a Londres para reencontrar a su novia provocará situaciones de ruptura, reconciliación, reproches, resentimientos, pero sin que todo ello repercuta vitalmente en el espectador; a todo esto, la mutua infidelidad de la pareja resta convicción a la sinceridad de los sentimientos envueltos.


Lo más objetable de Like Crazy es la débil caracterización de sus personajes y la falta de química existente entre los personajes principales donde se observa a un Jacob más bien pasivo frente a una Anne mucho más dinámica y apasionada. Los pasajes en que el relato alcanza un matiz de mayor interés son en las escenas que intervienen los padres de Anne (Alex Kingston y Oliver Muirhead) quienes le otorgan un poco de calor y humor al mismo.


La actuación de Jones y Yelchin es buena pero sus personajes, especialmente el de Jacob, carecen de la profundidad necesaria y su final abierto de novelita rosa impide que el film llegue a perdurar en la memoria del espectador. Para resumir, aunque este film se puede ver está muy lejos de generar el entusiasmo que dentro del mismo género alcanzaran, para citar algunos ejemplos, Before Sunrise(1995) y Before Sunset (2004) con Ethan Hawke y Julie Delpy y/o hace poco tiempo Blue Valentine (2010) con Ryan Gosling y Michelle Williams