23.5.07

Cine Mayo 2007

CINE EN LA PLAZA

FRACTURE. Estados Unidos, 2007. Un film de Gregory Hoblit
DISTURBIA. Estados Unidos, 2007. Un film de D.J. Caruso
PERFECT STRANGER. Estados Unidos, 2007. Un film de James Foley
LE VOYAGE EN ARMÉNIE. Francia, 2006. Un film de Robert Guédiguian
GRINDHOUSE. Estados Unidos, 2007. Doble programa integrado por Planet of Terror y Death Proof, escritos y dirigidos respectivamente por Robert Rodríguez y Quentin Tarantino.
THE HOAX. Estados Unidos, 2006. Un film de Lasse Hallstrom
THE LOOKOUT. Estados Unidos, 2007. Un film escrito y dirigido por Scott Frank
WHO LOVES THE SUN. Canada, 2006. Un film escrito y dirigido por Matt Bissonnette

DVDs
THE HISTORY BOYS (Fox Film)
ALL THAT JAZZ. (Fox Film)
VOLVER (Seville Films en Quebec y Sony Pictures en el resto de Canadá)
THE FULL MONTY (Fox Film)


Comentarios de Jorge Gutman

FRACTURE. Estados Unidos, 2007. Un film de Gregory Hoblit
Resulta agradable comprobar que de tanto en tanto el cine ofrezca un sólido y articulado drama de suspenso como lo es Fracture. Hay una buena dirección de Gregory Hoblit y una historia interesante de Daniel Pyne, pero sobre todo el film cuenta con dos excelentes actores en los roles protagónicos que irradian un magnetismo irresistible; tanto Anthony Hopkins como Ryan Goslyng dejan un perdurable recuerdo de esta película, mucho después de haber concluido la proyección.
Hopkins interpreta a Ted Crawford, un hombre de edad madura que al haber comprobado la infidelidad de su joven y bella esposa Jennifer (Embeth Davidtz), decide vengarse de ella en forma sanguinaria, eliminándola. Aunque no logra asesinarla, la deja en estado de coma, con nulas posibilidades de recuperación. Cuando el detective policial Rob Nunally (Billy Burke), llega al lugar donde tuvo lugar el atentado, descubre que quien yace ensangrentada en el piso es nada menos que su amante.
Goslyng anima al joven abogado Willy Beachum, designado para actuar como fiscal en el proceso judicial. Habiendo salido airoso en el 97% de los casos en que le tocó actuar y a punto de dejar la función pública para ubicarse profesionalmente en un prestigioso estudio legal, considera que el asunto que tiene entre manos tendrá fácil y rápida resolución; el hecho de que el acusado ya haya firmado su confesión al policía que lo detuvo, es un primer paso para suponer que no encontrará obstáculos para condenar al culpable.
De haber sido todo tan sencillo como parece, el film habría concluido a los 20 minutos de su comienzo. Es a partir de allí que comienza el verdadero suspenso que alimenta al relato. Crawford ha urdido una estrategia por la que legalmente faltarán pruebas fundamentales para que pueda ser condenado por su intento de asesinato.
El placer del film consiste en asistir al duelo de egos entablado entre Crawford y Willy. El astuto criminal es un ingeniero en aerodinámica capacitado en detectar los menores defectos y fracturas que puedan surgir en los sistema mecánicos de las aeronaves; de allí que empleará su habilidad especial para obtener ventaja de las fisuras que a veces pasan desapercibidas en la burocracia de los procesos judiciales. Enfrentándolo, está el brillante y ambicioso fiscal quien convencido de su inteligencia y profesionalismo cree que será muy fácil someter a su oponente; no obstante, poco a poco Willy comienza a sentirse vulnerable frente a la batalla legal en la que su contrincante le obliga a participar.

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En un estricto análisis crítico, el guión padece de algunos flancos débiles. Por ejemplo, el crimen perfecto concebido por Ted descansa en una serie de circunstancias que él planeó pero que difícilmente pueden lograrse dentro de un contexto objetivamente realista; además, el relato incorpora una anécdota lateral, el romance de Wily con quien será su futura jefa (Rosamund Pike), que pudo haber sido eliminada sin afectar su esencia. Sin embargo, la muy buena ejecución empleada por el director y el excelente desenlace concebido por el guionista contribuyen a atenuar las objeciones apuntadas.
Hopkins ofrece todos los matices de un personaje que por momentos se muestra cínicamente burlón para adoptar en otros la actitud de un maquiavélico psicópata que va desarmando implacablemente los sucesivos ataques de Wily. La única observación que merece su actuación es que a veces se contagia de su célebre personaje de Hannibal Lecter.
Goslyng es sin duda el mejor actor de la joven generación y brinda una actuación meritoria de un Oscar. Encarnando a un individuo acostumbrado a ganar, arrogante y muy sobrado de sí mismo, siente que sus principios éticos están tambaleando al dudar sobre si prestarse a una acción sucia para salir triunfante del caso, o mantener su integridad al precio de su desprestigio profesional; es ahí cuando tratando de reprimir
sus emociones exteriores, logra transmitir toda la ambigüedad moral de su personaje a través de una actuación intensa de gestos y precisa mirada.
Aunque el film no tenga la suficiente dosis de violencia como para satisfacer a los jóvenes de hoy día, su excelente diálogo y un suspenso que no decae compensan en demasía esa “desventaja”. En todo caso, este buen thriller psicológico habrá de satisfacer ampliamente las expectativas de una audiencia madura.
Jorge Gutman (J.G.)
PPP

DISTURBIA. Estados Unidos, 2007. Un film de D.J. Caruso
En sus propios términos esta película es una muestra modesta de suspenso que, dirigida fundamentalmente al público adolescente, supera al promedio del género. Con todo, resulta difícil sustraerse al recuerdo de Rear Window, ya que en esencia constituye es una nueva elaboración del extraordinario film de Alfred Hitchcock de 1954.El personaje animado por James Stewart, confinado en una silla de ruedas dentro de su departamento de Nueva York mientras se recupera de un accidente, es aquí reemplazado por el de Kale (Shia LaBeouf), un adolescente sensiblemente perturbado por el accidente que causó la muerte de su padre un año atrás. Después de una violenta reacción pegándole a su profesor de español, la justicia le impone un arresto domiciliario de tres meses.
Sin poder desplazarse del lugar donde habita, combate su aburrimiento observando con sus binoculares el movimiento y comportamiento de sus vecinos de barrio; entre ellos se encuentran unos chicos mirando por televisión películas porno en ausencia de la madre, un hombre que engaña a su mujer con una empleada doméstica, Ashley (Sarah Roemer) que es una adolescente recién llegada al vecindario con quien el muchacho llegará a vincularse sentimentalmente, y Robert Turner (David Morse), un hombre de mediana edad y de aspecto entre inquietante y siniestro, cuyas actividades lo inducen a suponer de que se trata del asesino serial que la policía está buscando intensamente.
El nudo dramático del film radica en la tarea detectivesca que Kale realiza junto con su excéntrico amigo Ronnie (Aaron Yoo) y Ashley para determinar si Turner es o no un peligroso criminal. El arriesgado juego en el que el trío se ve envuelto es lo que genera la tensión del relato.

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Los aspectos favorables del film descansan en un prólogo muy bien logrado y en una narración que, sin ser extraordinaria, se sigue con interés al mantener un moderado suspenso; también, las notas de humor creadas por las situaciones que origina Ronnie y la simpatía que despiertan los adolescentes contribuyen a realzarlo. Los inconvenientes del relato radican en una resolución que, además de alargarse innecesariamente, echa por la borda la sobriedad y mesura lograda en la primera mitad del relato; resulta difícil entender la razón por la que Caruso cambia bruscamente de tono accediendo a clichés y recursos que se utilizan en las películas baratas e insípidas de sangre y horror.
La actuación es correcta dentro de los parámetros que permite la historia con sus personajes esquemáticamente perfilados; de allí que sería injusto comparar con la solidez y madurez de Stewart, Grace Kelly, Raymond Burr y Thelma Ritter en Rear Window.
Si Caruso quiso homenajear a Hitchcock, sin habérselo propuesto ha ofrecido un interesante estudio de caso para los espectadores de la nueva generación. Después de que hayan visto este film sería muy recomendable de que también apreciaran el video de “Rear Window”. Allí sabrán cuál es la diferencia entre un thriller entretenido y una obra maestra de suspenso; también podrán comprender porque resulta fácil imitar al inolvidable realizador de Vértigo, pero difícil de igualarlo y casi imposible de superarlo. J.G.
PP¼

PERFECT STRANGER. Estados Unidos, 2007. Un film de James Foley

Este thriller pretendidamente psicológico es en el fondo un producto de escaso vuelo. Su rebuscada trama trata de brindar pistas falsas que no se integran al relato e incluye personajes que llegan y se van sin que formen parte de la intriga que se pretende mantener.
Halle Berry, una buena y fina intérprete que después de su Oscar de 2002 por Monster Ball no tuvo oportunidad de mayor lucimiento en sus proyectos siguientes, anima a Rowena Price, una periodista que recibe la noticia inesperada de la muerte de Grace (Nicky Aycox), una amiga de la infancia; una semana atrás ella le había confiado información sobre Harrison Hill (Bruce Willis), un poderoso y donjuanesco dueño de una importante agencia de publicidad con quien mantenía relaciones amorosas y que tenía el propósito de dejarla. Rowena está convencida de que ese hombre ha sido el asesino de Grace para deshacerse de ella.
Para desenmascarar al supuesto culpable, la joven apela a dos medios. Decide trabajar en su agencia como empleada temporal con el nombre de Katherine para seguir de cerca los pasos de su patrón, y además, con la colaboración de Miles (Giovanni Ribisi), un ex colega experto en computación, logra establecer conversación cibernética con Hill asumiendo la nueva identidad de Verónica; el móvil es seducirlo para obtener su confesión.
James Foley, crea un estilo visual apropiado para que su film adquiera el carácter de cine negro; lamentablemente el guión de Todd Komarnicki no se lo permite y la descripción narrativa que emplea tampoco ayuda para que la historia tenga sentido. Por ejemplo, en el comienzo del film Rowena ve frustrado sus propósitos de publicar una nota periodística con respecto a las andanzas nada limpias de un conocido senador, lo que la obliga a renunciar al periódico donde estaba trabajando; esa anécdota, que no se vincula con la historia central del film, queda rápidamente esfumada. Las relaciones de Rowena con quien se supone es su novio (Gary Dourdan), no están claramente definidas y un leve dato que el guión arroja en un momento dado, no dice mucho con respecto al crimen que se trata de esclarecer. Finamente, el recurso de apelar al internet para dar al film un viso de sofisticación, termina siendo trillado; a pesar de la creciente influencia que este medio va teniendo en cine, su uso es innecesario y alarga el metraje sin resultados positivos.

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A pesar de que Foley quiere que el espectador se convenza de que Hill es el asesino, las evidencias que Rowena acumula contra él, son poco persuasivas y hasta el más ingenuo espectador descartará su culpabilidad.
Como cabe esperar, en los cinco minutos finales se revela la identidad del criminal sorprendiendo negativamente al público. En un film de suspenso, lo inesperado despierta interés; sin embargo, la resolución debe poseer un mínimo de lógica o de consistencia con la exposición hecha a lo largo del film. Eso es lo que no ocurre con Perfect Stranger; el guión traiciona la buena fe de la audiencia con los datos que le brinda, y la revelación de la persona asesina es completamente caprichosa sin que existan razones que lo justifiquen. De este modo, a la inexistente tensión del relato se agrega la frustración de un pésimo desenlace que irrita al espectador porque constata que destinó dos horas de su tiempo en seguir a una historia pobre, carente de coherencia y con un final que pareciera formar parte de otra película.
La actuación es buena en líneas generales, pero al no haber personajes bien diseñados es difícil obtener la convicción de sus intérpretes. Berry sigue siendo la buena actriz que no acierta o no tiene suerte con los papeles que escoge en su carrera; Ribisi, es un muy buen actor que imprime intensidad a un rol que finalmente termina desilusionando, y Willis está aceptable como carismático seductor manteniendo un par de escenas bien sensuales con Berry.
Los rubros técnicos del film son eficientes pero sin llegar a salvarlo de su pobreza y monotonía.
J.G.
½P

LE VOYAGE EN ARMÉNIE. Francia, 2006. Un film de Robert Guédiguian
Robert Guédiguian, el conocido realizador francés de origen armenio, decide con este film trasladarse a Armenia para rastrear en la gente que lo habita y explorar su cultura. Anna (Ariane Ascaride), una cardióloga viviendo en Marsella, recomienda a su padre (Marcel Bluwal) que se someta urgentemente a una delicada intervención quirúrgica. Él rehúsa y en cambio decide partir para Armenia, su tierra natal. Ella lo sigue y al llegar al lugar, atraviesa la dura experiencia de tener que afrontar una región del mundo que le es totalmente extraña, un idioma que no domina y atravesar las dificultades propias de la ausencia de identificación cultural. Sin embargo, y a medida que va tomando mayor contacto con sus pobladores – en especial una peluquera francófona y un ex delincuente de Marsella que le sirve de guía-, va ganando una experiencia enriquecedora que modifica sus actitudes y manera de pensar.
La trama, sin ser sorprendente, permite al espectador imponerse sobre el pasado y presente de un país que hasta hace poco pertenecía al régimen comunista y que, como en otros de condición similar, aún se discuten las ventajas o inconvenientes del sistema que imperó, en su comparación con el modelo actual capitalista.
El film está lejos de ser considerado como uno de los más destacables de Guédiguian, posiblemente porque la mezcla de géneros, incluyendo drama familiar, melodrama y algo de thriller, no siempre alcanza una cohesión perfecta; con todo, y a pesar de su modesto alcance, los que gustan del cine francés y en especial los seguidores del director, no se sentirán defraudados de este viaje a un país no muy difundido en cine, excepción hecha de Ararat de Atom Egoyan sobre el genocidio que los armenios sufrieron en 1915.
Lo más destacable de esta película es la muy buena actuación de Ariane Ascaride en el rol central, y el desempeño satisfactorio del resto del elenco que incluye nombres familiares en los filmes de Guédiguian, como es el caso de Jean-Pierre Darroussin y Jalil Lespert.
J.G.
PP½


GRINDHOUSE. Estados Unidos, 2007. Doble programa integrado por Planet of Terror y Death Proof, escritos y dirigidos respectivamente por Robert Rodríguez y Quentin Tarantino.

Los realizadores Rodríguez y Tarantino, que ya colaboraron en el pasado en algunos proyectos cinematográficos, vuelven a reunirse para homenajear a los filmes ofrecidos en los Estados Unidos durante la década de los años 60 y 70, en programas dobles exhibidos en salas urbanas venidas a menos, conocidas con el nombre genérico de “grindhouse”. En esos cines se proyectaban filmes decididamente mediocres, realizados con un presupuesto reducido, y que satisfacían a una clientela que festejaba las disparatadas situaciones proyectadas en pantalla. Tanto Rodríguez como Tarantino se embebieron en ese tipo de cine y es por ello que cada uno separadamente trató de reflejar el espíritu del mismo a través del programa doble que conforma Grindhouse.
Cada director ofrece su visión a través de dos películas que aunque en base a un común denominador, se diferencian en materia de criterio y estilo.
La proyección comienza con un ficticio trailer que anuncia la próxima presentación de “Machete” donde un hombre mexicano desata su furia en nombre de los trabajadores ilegales; en sólo tres minutos, y posiblemente sin habérselo propuesto, Rodríguez obtuvo un corto gracioso e imaginativo. Inmediatamente comienza su film Planet of Terror. El tema, completamente banal, está inspirado en los filmes de George A. Romero donde los zombis tienen una preponderante participación. Una ciudad es avasallada por una misteriosa plaga y como consecuencia de la misma la mayoría de sus habitantes son infectados por un virus que los convierte en peligrosos y agresivos asesinos. En medio de ese infierno, una bailarina de un club nocturno (Rose McGowan) sufre un accidente por el que se le debe amputar una de sus piernas; es entonces cuando su novio (Freddy Rodríguez) le provee una pierna artificial de reemplazo con ametralladora incluida que le permitirá eliminar a los peligrosos muertos vivientes.
El insípido relato reproduce exactamente lo que solía ser un film de categoría “B” incluyendo sus estereotipos. La película mantiene un ritmo frenético, es grotesca, posee una marcada violencia caracterizada por sangre y explosiones a granel; además, está sazonada con un humor que será gozado por los adictos al género. Del numeroso elenco se destaca McGowan, animando al único personaje aceptablemente caracterizado; ella despliega gran energía y proporciona la nota más lograda del relato cuando pone en práctica su pierna mecánica disparando contra el implacable enemigo.
Formalmente, Rodríguez supo obtener ventaja de las imágenes computadorizadas con la inclusión de algunos efectos visuales bien logrados. También ha cuidado de que la copia presentada imitara a las de aquella época con rayas e imperfecciones denotando su uso excesivo. Igualmente, en la exhibición del film se intercalan carteles donde la administración del cine informa a su público que lamenta el inconveniente que causa la falta de una bovina extraviada; ése era un elemento recurrente que sucedía durante la exhibición de estos filmes, con los proyeccionistas encontrándose en apuros frente a la falta de un riel; a la postre nadie se inmutaba de que la acción avanzara dejando huecos en el medio ya que todo era tolerado y permitido.
Para dar respiro entre la conclusión del film de Rodríguez y el comienzo del de Tarantino, en lugar de un intermedio se proyectan tres nuevos avances de ficticias películas que habrán de presentarse próximamente. Tanto Werewolf Women of the SS de Rob Zombie, como Don’t go in the de Edgar Wright, y Thanksgiving de Eli Roth son verdaderas delicias para que el público disfrute de ocho minutos hilarantes de intervalo.
La película de Tarantino Death Proof que sigue a continuación es diferente de la de Rodríguez tanto en la forma como en su fondo, lo que irónicamente constituye una virtud y un defecto. El cuidado y esmero del realizador tratando de reinventar al género se distingue por utilizar un estilo más depurado y cuidadoso como si estuviese abordando un proyecto más ambicioso; pero precisamente ese esmero y pulcritud desnaturaliza el concepto de film mediocre propio de los “grindhouse”. Más aún, la copia no muestra el desgaste pronunciado como en el film de Rodríguez, aunque también se apele al recurso de “la pérdida de bovina”.
El relato de Tarantino gira en torno a un amable psicópata (Kurt Russell) que conduciendo su automóvil “a prueba de muerte”, va matando a mujeres que encuentra en la ruta. El metraje se divide básicamente en tres partes, donde en las primeras dos se presencian conversaciones de mujeres cuyo diálogo vulgar y poco trascendente en torno a sexo y romance no llegan a animar mucho al que lo sigue; en los últimos veinte minutos, cuando tiene lugar una alocada persecución automovilística muy bien coreografiada, es donde el relato adquiere un verdadero dinamismo contemplando una sabrosa revancha femenina. Entre las interpretaciones se destacan las de Rosario Dawson, Kurt Russell, Rose McGowan haciendo doblete, Zoe Bell y Tracie Thoms. Si el film de Tarantino no demorase demasiado en despegar –como sucede- y quedase reducido a un medio metraje, el resultado habría sido mucho más satisfactorio.
Para concluir, el público es quien decidirá si prefiere la montaña rusa de Rodríguez o si se queda con la violencia sutil ofrecida por Tarantino. Globalmente considerado, con sus virtudes y defectos, el resultado obtenido es un producto comercial desigual; eso no desestima la validez de este proyecto al reflejar un tipo de cine que, independientemente de su calidad, aún tiene vigencia para un público joven apasionado por películas de violencia y horror.
Cabe destacar que el film de Tarantino ha sido seleccionado para competir por la Palma de Oro en el Festival de Cannes que comienza el 16 de este mes.
J.G.
PP

THE HOAX. Estados Unidos, 2006. Un film de Lasse Hallstrom

No es la primera vez que el cine americano encara la faceta de un impostor. Los que han visto Catch me if you can (2002) recordarán como Steven Spielberg retrató a un personaje real como Frank Abagnale Jr quien antes de cumplir 19 años inició una carrera que profesionalmente incluía la de falso piloto de línea aérea, doctor sin haber estudiado medicina y abogado sin tener noción alguna en leyes; si a ello se agrega las estafas millonarias que realizó a través de sus diferentes personificaciones, no puede causar mucha sorpresa que el director Lassse Hallstrom relate en The Hoax la historia de otro embaucador que en 1971 alcanzó amplia notoriedad en el periodismo de los Estados Unidos al haber escrito un libro sobre una figura legendaria que nunca llegó a conocer. El personaje en cuestión fue Clifford Irving y la fabulación realizada a una importante editorial americana no tiene hasta el momento precedente alguno; quien lo interpreta en la ficción es Richard Gere, quien es uno de los puntales para que el film se vuelva creíble y para que uno se identifique rápidamente con el singular estafador.
El ingenioso guión de William Wheeler, parcialmente basado en las memorias de Irving, lo presenta como un ambicioso escritor que trata de ubicarse en su profesión tratando de convencer a la editorial McGraw-Hill para que le publique una de las novelas que le había hecho llegar. Al ver su trabajo rechazado, decide recurrir a una audaz mentira demostrando a la compañía que el famoso director de cine y aviador Howard Hughes le concedió los derechos exclusivos para escribir su autobiografía. Para ello se valió de una documentación apócrifa que le sirvió de anzuelo para que la importante editora se comprometiera a financiar el libro en cuestión, ya que estaba convencida de que el escritor conocía íntimamente al excéntrico multimillonario.
Para que nada interfiriera en sus planes, Irving señaló que entre las condiciones impuestas por Hughes, la empresa no podía tener contacto directo con él y todo quedaría en manos del autor; además, el proyecto tendría que permanecer en estricto secreto hasta que el libro fuese publicado.
Para lograr sus propósitos, el maquiavélico mentiroso se sirvió de la complicidad de su amigo Dick Suskind (Alfred Molina) quien colaboró con él en todas las etapas que insumió la redacción del libro. Sin duda, la suerte acompañó a ambos individuos cuando llegan a apropiarse indebidamente de documentos pertenecientes al antiguo jefe de equipo (Eli Wallach) del cineasta que contenían detalles íntimos de su vida.
Para que la patraña urdida no dejase duda alguna de su veracidad, la audacia de Irving incluía también ficticias conversaciones telefónicas mantenidas con su representado así como cintas grabadas imitando su voz y dicción.
El lector de esta nota se preguntará cómo fue posible que los directivos de Mc-Graw-Hill pudiesen creer en tamaña superchería. Hay dos razones que podrían dar respuesta a esa inquietud. En ese entonces ya hacía más de una década que Hughes dejó de verse públicamente debido a un deterioro mental de compulsión obsesiva que lo aisló de la sociedad; eso permitió a que Irving encontrase el camino allanado para convertirse en el falso portavoz de su persona. Otro aspecto importante es que a principios de la década de los 70 la tecnología en materia de teléfonos celulares, computadoras, correos electrónicos e internet eran prácticamente inexistentes como para detectar de inmediato semejante fraude. Lo cierto es que Irving estafó a McGraw-Hill en un millón de dólares e indirectamente perjudicó a la revista LIFE quien pagó a la editorial una importante suma de dinero para publicar extractos del libro.
Después de algunas experiencias pasadas no muy satisfactorias, el realizador Lasse Hallstrom retorna exitosamente transmitiendo la compleja personalidad de Irving y su cómplice, creando una atmósfera de suspenso hasta que la verdad sale a relucir. Su único traspié es en la parte final cuando el relato vincula a Hughes con el presidente Nixon, con posibles ramificaciones vinculadas al escándalo de Watergate; todo eso, permanece oscuro o al menos reflejado con poca claridad.
A nivel de interpretación Gere brinda todos los matices que se pueden aguardar de un perfecto charlatán que al ir elaborando la biografía de Hughes se convierte en esclavo de su propia mentira llegando a momentos de delirio y a sufrir ataques de pánico. Molina realiza un estupendo trabajo como el camarada fiel y el investigador minucioso de la autobiografía. Stanley Tucci anima con gusto al cínico director de McGraw Gill que cuando llega a sospechar que todo es mentira, poco le preocupa con tal que el libro pueda venderse al público que cree en su contenido.
En los aspectos formales, el film logra ilustrar satisfactoriamente la música de época y la inquietud política de las manifestaciones antibélicas por la guerra de Vietnam.
Para concluir, este entretenido y, en gran parte, humorístico relato permite reflexionar sobre cuánto hay de realidad y de mera ficción en las biografías de celebridades que se lanzan al mercado. La ironía de todo ello es la manera en que la picardía y astucia de impostores carismáticos pueden embaucar a una sociedad que es más propensa en aceptar falsas historias expuestas con convicción que en acontecimientos reales poco probables de acontecer. Sin duda, un film recomendable.
J.G.
PPP

THE LOOKOUT. Estados Unidos, 2007. Un film escrito y dirigido por Scott Frank

Este es el primer trabajo de Scott Frank como realizador, quien sorprende por su madurez al haber abordado un tema ya explorado anteriormente pero que en esta oportunidad su tratamiento se aparta de los cánones tradicionales. Parte de los méritos del film se debe a un guión bien estructurado por el realizador quien posee un buen currículum como libretista al haber participado en algunos títulos destacables del cine americano (Get Shorty, Minority Report, Out of Sight, entre otros).
Frank no ha utilizado una fórmula mágica para contar historias repetidas porque apeló a un recurso legítimo sin llegar a defraudar. Sabe cómo desarmar al espectador sorprendiéndolo con situaciones inesperadas a lo que uno supone, pero satisfactoriamente convincentes. Ese factor permite que el relato concentre la atención del espectador en forma permanente.
Chris Patt (Joseph Gordon-Levitt), un joven de Kansas City, lo tiene todo a su favor, comenzando por su juventud y una carrera deportiva brillante en su futuro; un brutal choque de su automóvil con un camión, del cual como conductor es culpable, lo echa todo por tierra. Logra salvar su vida aunque a pesar de haber transcurrido cuatro años del accidente todavía no se ha recuperado por completo del daño cerebral que le produjo; así, aunque mentalmente se desenvuelve por sí mismo, padece de ciertas lagunas de memoria que lo desorientan. Para obviar el inconveniente, se vale de un cuaderno de apuntes donde registra los pasos que dio y los que deberá efectuar.
Asistiendo a sesiones de terapia durante el día y trabajando como guardia nocturno para un pequeño banco local, el muchacho tiene la firme intención de recobrar la completa normalidad y su decaída autoestima. Por el momento, su medio social está limitado a Lewis (Jeff Daniels), un hombre ciego con quien comparte el departamento donde vive y que de algún modo constituye su mentor moral.
Hasta aquí, el espectador cree estar viendo una historia parecida a la de “Memento”, sobre todo por el modo en que la memoria de Chris acciona en su comportamiento. Sin embargo, las apariencias engañan cuando el guión introduce la primera variante con la presentación de Gary (Matthew Goode), un individuo que Chris encuentra en un bar y quien le dice que llegó a conocer a su hermana en la escuela secundaria. Gary lo vincula con su grupo de amigos, entre ellos se halla una ex bailarina (Isla Fisher) de quien Chris se enamora y comienza una relación sentimental.
Nuevamente, y cuando uno piensa que lo que sigue reflejará la forma en que este círculo de amigos permitirá que Chris se reintegre socialmente y encuentre en el amor el apoyo necesario para su recuperación, la historia sorprende al público al adoptar el género de un suspenso muy bien concebido, al quedar develada la verdadera personalidad de Gary, pretendiendo usar a Chris para lograr oscuros propósitos personales. A partir de aquí comienza la segunda mitad del film donde me abstengo de cualquier comentario sobre su evolución para no estropear las expectativas del lector que quiera verlo y desee gozar de lo que el relato le depara con sus giros imprevistos en materia de “grand guignol” y de humor negro.
En una historia con personajes psicológicamente muy bien perfilados debe destacarse la gran actuación de Gordon-Levitt, uno de los mejores intérpretes de su generación; este joven actor compone a la perfección un rol muy difícil porque además de tener que reflejar su perturbación mental y un agobiante complejo de culpa, logra transmitir el esfuerzo inmenso que Chris debe realizar para mantener su integridad y honestidad en su propósito de rehacer su vida. Good lo acompaña acertadamente en un rol camaleónico donde su carismática y seductora presencia puede ser transformada en una personalidad nefasta que llega a intimidar. Daniels, un muy buen actor que siempre conservó un bajo perfil, consolida su carrera interpretativa ofreciendo en esta oportunidad una lograda caracterización de un hombre con cierto cinismo que a pesar de su ceguera, logra vislumbrar, comprender y apoyar moralmente a Chris. Otra notable actuación es la de Greg Dunham como el ayudante de Gary quien no emite frase alguna aunque su demoníaco rostro lo dice todo.
Muchas veces he comentado que la resolución de una historia puede gravitar tanto a favor como en contra para el juicio final que merece un film. En este caso, el desenlace si bien aceptable no es completamente convincente; tengo la impresión de que Frank se apuró demasiado sin haberle prestado la misma atención que gravita en el resto del film, sobre todo porque un personaje clave desaparece de la historia sin explicación alguna. Sin embargo, los cinco minutos finales de ningún modo pueden borrar la más que satisfactoria impresión dejada por este inteligente thriller, alentando mis expectativas para juzgar el próximo proyecto de Frank como realizador.
J.G.
PPP

WHO LOVES THE SUN. Canada, 2006. Un film escrito y dirigido por Matt Bissonnette

La comedia dramátaica WHO LOVES THE SUN que Matt Bissonnette ofrece en su doble carácter de director y guionista es difícil de catalogar. Se trata de una extraña historia que aunque no compleja en su exposición, las motivaciones de sus personajes no resultan en un principio muy sencillas o claras.
De estructura teatral aunque implementado con las características de un buen telefilm, el relato cuenta con cinco personajes reunidos durante un fin de semana estival en una casa ubicada frente a un lago en el norte de la provincia de Ontario. Sus dueños son Arthur (R.H. Thomson) y Mary Bloom (Wendy Crewson), un matrimonio de edad media que convive civilizadamente, aunque detalles sutiles lndican que no existe mucho afecto entre las partes.
Un buen día, irrumpe en forma inesperada Will Morrison (Lukas Haas), un joven de aproximadamente 25 años que años atrás había sido el mejor amigo de Daniel (Adam Scott), el hijo de los Bloom; sucede que Will había partido con rumbo desconocido cinco años atrás, abandonando a su esposa Maggie (Molly Parker) y sin que nadie supiera nada sobre su paradero. El reencuentro de Will con Arthur y Mary es bastante raro por cuanto el joven, con un aspecto desgarbado y un tanto desaliñado, evade comentar sobre lo que hizo durante su ausencia. Al día siguiente, invitados por Mary, llegan al lugar Daniel, quien vive en Nueva York, y Maggie. Todo está preparado para un escenario donde las tensiones comienzan a aflorar, sobre todo cuando queda claro que la visita de Will tiene como propósito un ajuste de cuentas con Daniel, quien le fue desleal al haberlo engañado con Maggie.
Bissonnette evita el drama exacerbado o violento, y más allá de una pelea entre los dos ex amigos, el relato adopta un perfil bajo al tratar de describir y justificar las reacciones y comportamientos de sus personajes.
Si en un primer momento uno se pregunta cuál sería la razón por la que los dueños de casa aceptan la conducta iracunda de Will, a medida que transcurre la historia uno se percata que la relación afectiva y biológica que vincula a sus personajes no es la que se describe en un comienzo, porque secretos de familia bien ocultos llegan a ser revelados para llegar a la conclusión de que nadie está exento de culpa y cargo por errores del pasado. Recriminaciones, malos entendidos, sentimientos represivos y el sexo latente como creador de una atmósfera inquieta, están presentes a lo largo de un relato que a pesar de todo no adopta el camino de la explosión o del estallido desencadenador de pasiones; por el contrario, si hay algo que caracteriza a este modesto film es su forma de no enjuiciar a sus personajes y de evitar condescendencia alguna en la resolución del conflicto dramático.
Dentro de sus limitaciones, el film se destaca por excelentes y uniformes interpretaciones; precisamente, la desenvuelta naturalidad de los actores permite que uno se identifique con los personajes creados a pesar de que no lleguen a irradiar gran simpatía. El ritmo no es muy dinámico pero de todos modos la relativa breve duración del film impide que la acción se torne lánguida o tediosa.
J.G.
PP¾

DVDs

THE HISTORY BOYS (Fox Film)

Los Muchachos de la Clase de Historia (tal sería su traducción al español) es un film que lamentablemente pasó desapercibido cuando se estrenó en el último trimestre del año pasado. Sin embargo, bien vale la pena su visión. La película fue escrita por Alan Bennett en base a su pieza teatral dirigida por Nicholas Hytner que fue estrenada y aclamada en el National Theatre de London, para su posterior traslado triunfal a Broadway donde obtuvo el Tony a la mejor obra dramática de 2005.
Como en su concepción original, el reparto del film está encabezado por Richard Griffiths, Stepen Campbell Moore, acompañados del mismo elenco teatral. De muy ingenioso diálogo, el tema gira en torno a ocho alumnos, inteligentes y brillantes que en una escuela de enseñanza media para varones en Inglaterra son preparados para que puedan tener acceso a las más prestigiosas universidades del país. Allí reciben las enseñanzas de dos profesores de diferente naturaleza y método de enseñanza. Uno de ellos es un educador excéntrico, estimulante, inventivo y deseoso de inculcar a sus discípulos los valores culturales que les enriquezcan intelectualmente; el otro docente, más joven, dinámico y astuto, cree que la mejor preparación es aquélla que les permita pasar el examen, más allá de cuanto aprendan o dejen de aprender.
En todo el desarrollo es palpable la tensión existente entre lo que se entiende por cultura popular y lo que es alta cultura, y el esfuerzo realizado para reconciliar dos puntos de vista que en principio resultan difíciles de compatibilizar.
La obra así como el film se presta para el debate y discusión, pero en todo caso lo que interesa resaltar es que tanto la excelente actuación, como su contenido, dan como resultado un relato inteligente y apasionante sobre la naturaleza de la educación.
Los agregados del DVD incluyen comentarios del autor y director del film, así como la repercusión internacional que ha tenido esta obra. Se presenta en inglés, versión doblada al español, y con subtítulos en español, francés e inglés.

ALL THAT JAZZ. (Fox Film)

A casi tres décadas de su estreno (1979), All That Jazz sigue conservando la magia musical de entonces. La película fue dirigida por Bob Fosse, uno de los más grandes coreógrafos de la escena musical de Broadway del siglo pasado, y constituye su legado al público que lo aplaudió. A través de un relato no siempre lineal y de naturaleza semi-autobiográfica, Fosse introduce a su alter ego Joe Gideon (Roy Scheider), un coreógrafo que trabaja incansablemente y cuya intensa energía la despliega- además de su trabajo- en su agitada vida sentimental con su amante (Ann Reinking), su ex mujer (Lelald Palmer) y el cariño que siente hacia su hija. Gideon, empedernido fumador, bebedor incurable y consumidor excesivo de anfetaminas, va vislumbrando su propia muerte que habría de acontecerle a Fosse pocos años después. El relato que en algunas secuencias adquiere un tono surrealista está entremezclado con música que va de lo clásico, al jazz, pasando por el rock, con algunas melodías propias de los espectáculos de Broadway; todo eso, aunque resulta obvio decirlo, brillantemente coreografiado por el gran maestro del ballet.
El DVD incluye algunos extras como un retrato de Fosse como coreógrafo, comentario audio por parte del editor del film, y los números musicales presentados a lo largo del relato. En la selección de idiomas existe la posibilidad de verlo en la versión original inglesa, también doblada al francés, y con el subtitulaje en español, francés o en inglés.


VOLVER (Seville Films en Quebec y Sony Pictures en el resto de Canadá)

Ya me he referido en más de una ocasión al último film de Almodóvar y por lo tanto no resulta noticia de que es uno de sus mejores trabajos y un nuevo tributo que realiza a la mujer al destacar su nobleza y vitalidad. Aunque aún permanece en cartelera, acaba de salir al mercado el DVD para quien desee volver a contemplarlo.
La edición es en su versión original española con subtítulos opcionales en inglés/francés. Entre sus agregados el público hallará los comentarios audio de Almodóvar y Penlélope Curz, una importante galería de fotos, un homenaje a su protagonista femenina, las entrevistas que tuvieron lugar en el último festival de Cannes con motivo de su estreno internacional, y un documental sobre las características del rodaje. En resumen, los amantes cinéfilos de Almodóvar gozarán con esta presentación para ser incluida en la colección personal.

THE FULL MONTY (Fox Film)

A diez años de haberse estrenado esta emotiva película británica, la compañía Fox Home Entertainment ha resuelto ofrecer una edición especial de “The Full Monty” que comprende 2 discos de DVD, reflejando el proceso de desarrollo que tuvo lugar desde que comenzó el proyecto hasta su materialización en un producto final que gozó de amplio apoyo popular.
Como se recordará, esta producción dirigida por Peter Cattaneo narra las desventuras vividas por un grupo de hombres como consecuencia del desempleo en la ciudad de Sheffield al haberse eliminado una importante fuente de trabajo con el cierre de la acería del lugar. Lo que en los años 60 constituyó un centro febril dentro del contexto industrial, 25 años después el panorama ha cambiado por completo.
El relato sigue los pasos de Gaz (Robert Carlyle), un desempleado separado de su esposa e hijo por tal circunstancia, quien embarca a un grupo de ex compañeros en condiciones similares para montar un espectáculo donde ellos actuarán como desnudistas para el regocijo y satisfacción de la población femenina del lugar. El film no es un relato sexual sino que por el contrario trata de destacar cómo la imaginación de sus personajes los motaiva para encontrar salida a la difícil situación en que viven como individuos marginados y subestimados en Sheffield. Demostrando de qué manera el espíritu llega a triunfar para superar los inconvenientes, esta agridulce comedia combina humor, drama, danzas y strip-tease en un espectáculo sencillo pero muy cálido y atrayente.
Además de la presentación del film, el televidente tiene oportunidad de apreciar escenas no mostradas en la edición original, comentarios efectuados por el director, el productor Uberto Pasolini, sus intérpretes principales (además de Carlyle, Mark Addy, Tom Wilkinson, Paul Barber, Willian Snape, entre otros), la campaña de publicidad original que tuvo lugar para su lanzamiento, los temas musicales que lo integran y la manera en que fue concebida la música, el desarrollo del libreto, un enfoque de Sheffield, la aclaración de algunos términos “slang” de Gran Bretaña con una connotación diferente o desconocida para el público de América del Norte, etc.
El film es presentado en versión original inglesa, pudiendo optarse a subtítulos en inglés, francés y español.