25.12.09

DVDs RECIENTEMENTE PUBLICADOS

Comentarios de Jorge Gutman


(500) DAYS OF SUMMER. De Marc Webb

A pesar de que desde el comienzo se sabe que las cosas no terminarán bien, esta película romántica de Marc Webb destila frescura y originalidad, permitiendo que pueda disfrutarse de un relato desprovisto de los clisés y formulas trilladas que generalmente predominan en los filmes de este género.

La historia se centra en Tom (Joseph Gordon-Levitt), un romántico empedernido de 30 años de edad que vive en Los Ángeles y ansía ubicar la mujer de su vida. En el momento menos esperado, la encuentra en la oficina donde trabaja con la llegada de Summer (Zooey Deschanel), la nueva secretaria de la empresa.

La narración adopta un criterio no lineal, retrocediendo y avanzando en el tiempo durante los 500 días en que Tom vive su singular experiencia amorosa; además, el relato obliga a que la audiencia preste atención al día específico (aparece en pantalla) en el que cada escena se desarrolla para comprender los estados anímicos que prevalecen en cada uno de los miembros de la pareja.

Parte del encanto del film deriva de sus dos actores principales –con mayor énfasis en Gordon-Levitt que en Deschanel- prodigando espontaneidad y vitalidad a sus caracteres. Así, la empatía que la platea mantiene con Tom es inmediata, frente al entusiasmo que manifiesta al creer que ha encontrado a la compañera ideal y que podrá vivir junto a ella el resto de su vida. Por su parte, Summer también transmite simpatía a pesar de que su opinión sobre el amor sea diferente a la de Tom, al preferir una relación más pragmática y menos comprometida; si su personalidad resulta elusiva y difícil de detectar, eso se debe a que la visión que se tiene de ella es exclusivamente a través de la óptica del muchacho al transmitir su experiencia.

El vivaz e ingenioso guión de Scott Neustadter y Michael Weber se nutre de los altibajos de esa relación hasta su ruptura y el subsecuente esfuerzo desplegado por Tom para recobrar a Summer. Todo eso está narrado en forma sencilla y natural donde en algunas situaciones el director recurre al uso de la pantalla compartida para explicitar mejor el pensamiento del joven enamorado; así, en una escena, una parte de la pantalla ilustra las expectativas del muchacho de revivir su amor, mientras que la otra expone la realidad que echa por tierra sus fantasías.

El film que por su estilo se asemeja a muchas de las buenas comedias románticas del director francés Eric Rohmer, está plenamente logrado a pesar de ciertas observaciones menores. De ser demasiado exigente, uno podría objetar cierto exceso de dulzura de sus principales actores, o bien de que Webb podría haber evitado ese ir y venir del relato a través del tiempo ya que si fuese contado en forma cronológica, nada se habría alterado. Pero esos reparos son menores porque lo que subsiste es un film, que sin ser excelente, se caracteriza por su delicadeza y fineza donde el buen gusto siempre está presente; sin duda se trata de un debut promisorio para su director, quien ofrece las reflexiones sobre el amor desde una perspectiva masculina en lugar de la tradicional visión femenina que los relatos sobre el tema suelen adoptar.

Visualmente, resulta destacable la fotografía de Eric Steelberg captando la bella arquitectura de algunos edificios de Los Ángeles.

El film es presentado en los formatos DVD y Blu-ray. Los principales suplementos del DVD incluyen comentarios del director, los guionistas y del actor Gordon-Levitt. También se han incorporado escenas eliminadas y extendidas con comentarios sobre las mismas a cargo del director, guionistas y del actor mencionado. El Blu-ray además agrega el proceso de rodaje del film, seis conversaciones con la pareja protagónica, un video musical, etc. La banda sonora es en inglés, español, francés o portugués, conteniendo subtítulos opcionales en español e inglés.

LE SILENCE DE LORNA. De Jean-Pierre y Luc Dardenne
Esta película belga de los hermanos Dardenne relata una historia sórdida que transcurre en Lieja. El sólido guión ilustra a una joven albanesa enamorada de un compatriota suyo (Alban Ukaj), que viviendo ilegalmente en Bélgica acepta casarse con un muchacho belga drogadicto (Jérémie Renier) a fin de obtener la ciudadanía de ese país. La operación que es manejada por personajes de baja catadura moral, contempla el inmediato asesinato del toxicómano para que ella, habiendo legalizado su situación, a su vez repita la operación con otro individuo de la mafia rusa (Morgan Marinne) deseoso de lograr la residencia.

El film abordado en forma despojada y austera constituye un lúgubre retrato de inmigrantes que al tratar de dejar los países pobres en que viven para intentar suerte en los más ricos de Europa se encuentran involuntariamente presionados por la desesperación y deben recurrir a procedimientos éticos altamente cuestionables. Un relato profundamente humano aunque no para todos los gustos, cuenta con una muy buena interpretación de Arta Dobroshi en el papel principal. La precisa dirección y la impecable caracterización que los intérpretes logran de sus personajes permiten presenciar una buena pintura social como consecuencia del desplazamiento migratorio actual que vive el continente europeo.

El DVD es presentado en su versión original francesa con subtítulos en inglés.

INGLOURIOUS BASTERDS. De Quentin Tarantino
Tarantino, el “niño terrible” del cine estadounidense, es uno de los pocos directores internacionales cuyo nombre es conocido tanto por los espectadores selectivos que gustan del cine de autor, como por el gran público que busca exclusivo entretenimiento. De allí el interés despertado por su último film cuyo DVD acaba de aparecer.

Sin que su propósito consista en efectuar un revisionismo histórico, la audacia del realizador consiste en haber reinventado los hechos que describe en su relato, permitiendo que la audiencia reflexione de qué manera habría cambiado la historia del siglo XX si lo que se ve en pantalla se hubiera producido realmente. Lo que permanece inalterable es el escenario de referencia, que en este caso es la Segunda Guerra Mundial y la ocupación nazi en la Francia de Vichy; lo demás proviene de la fértil imaginación de su autor.

Dividido en varios capítulos, el film narra varias historias simultáneas que finalmente terminarán convergiendo. Algunos de los capítulos están mejor logrados que otros, pero decididamente el primero de los mismos constituye un ejemplo del mejor cine de Tarantino. El comienzo que transcurre en 1941 en una campiña francesa completamente alejada de ruido o bullicio, introduce la sinuosa y maquiavélica presencia de Hans Landa, un coronel nazi (Christoph Waltz) quien con cinismo diabólico llega a intimidar a un granjero francés (Denis Menochet) para que le diga si oculta en el subsuelo de su casa a una familia judía. Son 20 minutos de glorioso cine en donde Tarantino no podría haber escrito mejor la conversación que tiene lugar entre ambos personajes. El amable aunque decididamente firme interrogatorio efectuado por el coronel, mientras disfruta de dos vasos de leche fresca que le es ofrecido, logra que el granjero -completamente arrinconado y con lágrimas en sus ojos- le indique donde están escondidos sus visitantes; acto seguido tiene lugar la ejecución de los judíos donde sólo Shosanna (Melanie Laurent), una chica adolescente de 18 años de edad, logra milagrosamente escapar con vida.

En el segundo capítulo, el relato presenta a Brad Pitt dando vida a un teniente que lidera a un grupo de 12 soldados judíos americanos cuyo propósito es eliminar la mayor cantidad de nazis posible; la manera de matar a sus enemigos es mejor no revelarla, excepto señalar que responde al típico estilo de Tarantino cuando emplea la violencia en situaciones similares. Sin llegar a adquirir la misma fuerza del capítulo anterior, la ilustración de esta formación de soldados excéntricos, que para sus enemigos son conocidos como “malditos bastardos”, impresiona positivamente.

Los segmentos restantes tienen lugar en 1944, donde Shosanna, habiendo cambiado de identidad bajo un falso nombre, es dueña de un pequeño cine en un barrio de París; gracias a circunstancias imprevistas que juegan indudablemente en su favor, ella tratará de concretar una venganza personal contra el responsable coronel que asesinó a su familia así como también tratar de que Goebbels, Goring, Borman y otros altos jerarcas del Tercer Reich sean eliminados; la concatenación de los acontecimientos hará que el destino de los bastardos -sin haber llegado a conocer a Shosanna-, coincida con el mismo propósito.

Si se tuviera que calificar a este film por su elenco exclusivamente, uno llegaría a considerarlo excelente. Eso es debido a la solidez interpretativa de un reparto donde casi no hay protagonistas exclusivos sino una labor de conjunto impuesta por el guión. A medida que avanza en su carrera, Pitt confirma que además de ser uno de los actores de mayor popularidad mundial, igualmente posee genuinas condiciones de actor; también altamente convincente resulta Laurent cuya caracterización le obliga a refrenar sus sentimientos de odio frente a sus enemigos; entre otros nombres del satisfactorio reparto se destacan Daniel Brühl (un soldado considerado como un héroe de guerra nazi que se siente fuertemente atraído por Shosanna), Elie Roth (uno de los sargentos del grupo bastardo), Hugo Stiglitz (otro de los sargentos del comando), Diane Kruger (una artista alemana y doble espía que se une a la causa de los bastardos), Michael Fasbender (encarnando a un espía británico), y por último Waltz, un actor que causó sensación en Cannes y merece párrafo aparte.

Christoph Waltz, que hasta el último festival de Cannes era un actor con un gran curriculum profesional pero solamente conocido en Austria –su tierra natal-, hoy día es una figura de renombre internacional por el trabajo brindado en este film; su personificación del siniestro coronel Landa, el experto “cazador de judíos”, es sencillamente sorprendente. Aparte de adueñarse de la película cada vez que le toca intervenir, su caracterización es nada menos que extraordinaria y su premio como mejor actor en el festival de Cannes no solamente que fue totalmente merecido sino que seguramente le posibilitará a que su nombre figure como uno de los que aparezcan nominados a la hora de los Oscares de 2010. Tarantino, encontró en este actor a un aliado impagable para otorgarle brillantez a su obra; además, su fluido manejo de diferentes idiomas –inglés, francés, alemán, e italiano- ha contribuido para lograr máxima autenticidad en las escenas donde él participa.

¿Qué decir de Tarantino? Sería un pleonasmo señalar que es un gran realizador; cualquiera que vea este film sin saber quien lo dirigió descubrirá su estilo inconfundible, imaginación excepcional como escritor, con una innegable capacidad para describir a sus personajes y una gran versatilidad en la puesta escénica. Como en la mayor parte de su filmografía, aquí también están presentes la acción, violencia y las sesudas intrigas, con diálogos precisos que se combinan con franco humor.

Ahora bien, desde un perspectiva global, no todo el film mantiene igual ritmo debido a que muchas excelentes secuencias están contrarrestadas con otras donde la acción llega a resentirse por su excesiva duración; eso se nota claramente en el cuarto capítulo donde la secuencia que transcurre en una taberna es excesivamente alargada; algo similar se aprecia en el episodio final, que si bien crea una atmósfera de suspenso muy buena, hay escenas que pudieron haber sido eliminadas sin perder la esencia de la mismas para ganar mayor dinamismo. A los reparos señalados, habrá que agregar algunas secuencias de violencia desmesurada que pudieron haber sido más contenidas.

Más allá de los elementos favorables y de las observaciones indicadas, no dejo de admirar a Tarantino por su maestría en mezclar los géneros, cuidar detalles fundamentales –como por ejemplo las diferentes lenguas que se hablan y que nunca traicionan el idioma original de sus personajes-, así como su sapiencia y pasión que siente por el cine donde aquí le otorga un rol importante e intercalándolo muy bien en el relato. Los valores de producción del film son de primer nivel y su adecuada banda sonora incorpora en los créditos iniciales la bien conocida melodía de Dimitri Tiomkin “The Green Leaves of Summer”, para posteriormente oír, entre otros temas, “Putting Out the Fire” de David Bowie y extractos musicales de Ennio Morricone.

Sin ser la mejor película de Tarantino, Inglourious Basterds es un film que inspira gran respeto y que se llega a disfrutar, aunque solo fuese por contemplar a Christoph Waltz.

El DVD contiene un abundante material de interesantes suplementos y está presentada en su versión original inglesa, doblada al español y al frances y con subtítulos optativos en cualquiera de los tres idiomas mencionados.

DISTRICT 9. De Neill Blomkamp
Aunque Peter Jackson, el elogiado director de The Lord of the Rings, no sea quien tuvo a su cargo la responsabilidad del film neozelandés District 9 su asociación como productor del mismo constituye una garantía de calidad. Esta aventura de ciencia-ficcilón satisface ampliamente, sirviendo como una buena carta de presentación del novel realizador sudafricano Neill Blomkamp, quien también fue autor del guión junto con Terri Tatchell.

Presentado como un falso documental, el relato tiene lugar en Sudáfrica. De las informaciones que se van brindando a través de diferentes reporteros televisivos, se sabe que en la ciudad de Johannesburgo aterrizó hace más de 20 años una nave espacial, cuyos habitantes pertenecientes a una raza alienígena fueron confinados por los humanos a vivir en el Distrito 9, una jurisdicción militar de la ciudad. Con el apoyo de notables efectos visuales, los extraterrestres asumen la forma de gigantescos insectos de 4 patas desplazándose en forma erguida y transmitiendo una sensación de efectivo realismo.

Viendo que la coexistencia de residentes e inmigrantes no resulta posible debido a continuados estallidos de violencia, Wikus van der Merwe (Sharito Copley) –un agente coordinador de una corporación multinacional, tiene la responsabilidad de dirigir un operativo tendiente a relocalizar a los indeseables extranjeros hacia el Distrito 10, ubicado a 200 kilómetros del lugar actual.

El proceso de evacuación resulta complicado debido a la resistencia que oponen los “extranjeros” a tener que dejar el lugar donde viven, y es así por eso que en muchos casos el procedimiento se realiza invadiendo las viviendas de los mismos; en una de las mismas, el coordinador entra por accidente en contacto con un virus alienígeno que modifica su DNA adoptando un comportamiento que se asimila al de los “inmigrantes” indeseados.

A partir de allí Wikus huye de su organización al saber que sus miembros tienen la intención de usarlo para realizar experimentos peligrosos. Esa persecución origina escenas de acción que aunque ya vistas en otros filmes, están muy bien montadas y seguramente no habrá de defraudar a los seguidores del género.

Queda como resultado un relato que sin ser excepcional impresiona gratamente por la forma diferente en que es planteada la relación entre humanos y extraterrestres. Aunque no hay pretensión de mensaje social alguno, la historia puede constituir una metáfora sobre la xenofobia y el tratamiento discriminatorio y a veces humillante que en muchas regiones del mundo reciben los inmigrantes como ciudadanos de segunda categoría. No menos importante es que teniendo en cuenta que Blomkamp nació y se crió en Sudáfrica durante la época en que regía el apartheid, su film tenga algo que decir sobre el trato que sus compatriotas negros fueron objeto por parte de la minoría gobernante blanca.

Como una fantasía de acción, el relato no ofrece mucho margen para profundizar en la psicología de sus personajes. Con todo, Copley logra infundir convicción como un burócrata que, arrogante y seguro de sí mismo al comienzo, logra humanizarse como resultado de la metamorfosis que lo ubica en un mismo plano de igualdad que el de los discriminados extraterrestres.

El film está presentado en formato DVD y Blu-Ray y entre sus extras figuran algunas escenas que fueron suprimidas en el montaje original, un muy buen comentario del director, varios reportajes sobre los diseños de producción y efectos visuales, etc. La banda audio es en francés e inglés, con subtítulos opcionales en ambos idiomas.

CINE EN LA PLAZA


Comentarios de Jorge Gutman

LOS ABRAZOS ROTOS. España, 2009. Un film escrito y dirigido por Pedro Almodóvar
Cualquier nuevo film del demiurgo manchego despierta grandes expectativas y a decir verdad Los Abrazos Rotos no las ha defraudado. En su último film el gran cineasta vuelve a causar admiración a través de una nueva historia pasional donde el público queda sumergido por un par de horas en un complejo laberinto de relaciones humanas que mantiene constantemente su atención. Si Volver, su trabajo anterior, cautivaba por los sentimientos que fluían de su dramático texto y el encanto que despertaba el conjunto de sus personajes femeninos, en este film la emoción no brota a flor de piel pero de todos modos esta latente en la apasionante y enmarañada trama que Almodóvar propone.

¿De qué trata el film? Es la patética historia de Harry Caine (Lluis Homar), un guionista no vidente que hasta mediados de la década pasada fue un respetable director de cine llamado Mateo Blanco. Por circunstancias especiales se ve impulsado a contarle al hijo (Tamar Novas) de su asistente y amiga (Blanca Portillo) que lo cuida lo acontecido en el pasado. A través de flashbacks se habrá de saber la experiencia amorosa que mantuvo con la radiante y sensual Lena (Penélope Cruz) quien a su vez era amante de un magnate empresario (José Luis Gómez), así como del brutal accidente que lo ha hecho víctima de una ceguera cortical.

Aunque el argumento resulte un tanto alambicado, de cualquier forma la intriga está magníficamente articulada porque Almodóvar cuida muy bien el detalle de vincular las diferentes situaciones planteadas sin que aparezcan hilos sueltos en su narración. En todo caso, la trama atrae fuertemente porque muy pocos creadores son capaces como él de describir la riqueza de sus personajes desnudando la pasión, el odio, los celos, la traición y la venganza que los envuelve.

Como en la mayoría de sus trabajos, Almodóvar aprovecha nuevamente la ocasión para expresar su gran pasión por el cine. Así hace referencias, entre otros filmes, a Viaje en Italia de Roberto Rosellini, 8 y ½ de Fellini, Ascensor para el Cadalso con Jeanne Moreau; destaca el estilo del peinado de Audrey Hepburn para el personaje de Cruz en la ficción de un film titulado Chicas y Maletas que Mateo Blanco está rodando y que, dicho sea de paso, cualquier cinéfilo del realizador se dará cuenta de que es una réplica de su propio film Mujeres al borde de un ataque de nervios.
También y vinculado con el cine, el relato destaca la importancia que tiene el montaje para concluir un film, mostrando cómo se puede distorsionar la obra de un director cuando el productor se interpone en el montaje alterando con mala fe el contenido de la obra original.

Almodóvar nuevamente demuestra su habilidad para entremezclar hábilmente diversos géneros, al permitir que su relato transite con magistral precisión entre un fuerte melodrama, un drama romántico y un cine negro expresionista. También y tal cómo se ha apreciado en la etapa de madurez de sus películas, comenzada con La Flor de mi Secreto, este maestro sigue destapando sus fantasmas internos utilizando como elementos referentes a la fatalidad, el destino, el sentimiento de culpa y sobre todo la presencia soberana de la mujer capaz de influir fuertemente en la concepción de sus obras.

La interpretación es óptima tanto de Homar como las de Portillo y Gómez en los protagónicos. Mención aparte merece Penélope Cruz; teniendo en cuenta la gravitación de su personaje, podría afirmarse que pocas veces el cine ha logrado una simbiosis tan perfecta como la que existe entre Almodóvar y su musa. A pesar de que Cruz es hoy día una de las actrices más populares a nivel internacional, solo con su gran mentor artístico es capaz de brindar el máximo de su potencial.

Este film deja al espectador la firme impresión de haber visto un drama excelente; no muchos como Almodóvar son capaces de exponer en imágenes el dolor y el sufrimiento, reflejando lo desconcertante y contradictorio de la naturaleza humana. Ciertamente, este realizador es uno de los escasos genios del cine y su nombre legítimamente puede ser incluido en una breve lista donde también figuran, entre otros, los de Chaplin, Ford, Bergman, Kurosawa, Welles, Hitchcock, Kieslowski y Fellini.
PPPP

AVATAR. Estados Unidos, 2009. Un film escrito y dirigido por James Cameron
Una nueva era del cine se inicia con Avatar. Tratando de superar el mayor éxito de boletería de la historia del cine logrado con Titanic (1997), James Cameron ha retornado con un filme que generará comentarios tanto en el presente como en el futuro cuando se quiera destacar las nuevas formas de expresión del cine en los albores del presente siglo.
Mucho se ha hablado de los efectos visuales que el adelanto tecnológico ha permitido incorporar durante los últimos años. Pero todo lo experimentado hasta la fecha no puede compararse con lo que Cameron ha obtenido aquí mediante el empleo de la tecnología digital en tres dimensiones.
El relato es de ciencia ficción y transcurre en 2154. Con el propósito de solucionar el problema energético que afecta a la Tierra, una corporación multinacional está interesada en extraer un mineral importante que se halla en el planeta Pandora. Para explorar el terreno y lograr la cooperación de los nativos de ese distante lugar, un equipo liderado por la científica doctora Grace (Sigourney Weaver) escoge a Jake Sully (Sam Worthington) -un parapléjico veterano de guerra- para que visite Pandora y entre en contacto con sus habitantes. Para efectuar ese viaje interplanetario el cuerpo de Jake es controlado biológicamente a través de un proceso de ingeniería genética donde su DNA es mezclado con el de los extraterrestres, convirtiéndose de ese modo en un “avatar” con sus mismos atributos físicos.
Causa admiración comprobar cómo en forma virtual ha sido captada la morfología de los Na’vi, nombre de los habitantes del planeta. La riqueza de sus expresiones faciales logradas por ordenador, la piel azul, sus cuerpos alargados midiendo dos metros y medio de altura, con orejas de caballo y una cola ubicada en la parte inferior de la espalda, los convierte en personajes pertenecientes a un mundo diferente que llegan a impresionar por la autenticidad que reflejan; otro tanto cabe afirmar con la extraña galería de animales donde abundan, entre otros ejemplares, dragones y reptiles voladores, monstruosos elefantes, dinosaurios estrambóticos, perros salvajes y exóticas aves. Dentro del contexto descripto las imágenes captadas en 3-D funcionan magníficamente, otorgando una sensación de absoluta realidad en el marco de la exuberante y psicodélica foresta tropical donde la población autóctona convive pacíficamente en plena armonía con la naturaleza.
La esencia de esta historia se circunscribe a las experiencias de Jake en el planeta visitado, su relación con la nativa Neytiri (Zoe Saldana) que lo introduce a los suyos y la forma en que rápidamente va adaptándose a esta nueva cultura. El conflicto dramático tiene lugar cuando los humanoides liderados por un agresivo coronel (Stephen Lang) se apropian de los minerales del lugar y deciden expulsar a sus habitantes; es ahí donde Jake debe decidir entre ser leal a los colonizadores o adherirse a la causa de los nativos.
La parte débil del film es su contenido. La trama es rutinaria, agravada con diálogos poco convincentes y personajes maniqueos desprovistos de psicología alguna; eso repercute en las actuaciones donde la única participación relativamente destacable es la de Sigourney Weaver. Como guionista Cameron no agrega nada nuevo a otras historias similares de calidad superior vinculadas con la colonización europea del continente americano y otras referidas a la conquista del Oeste de los Estados Unidos en el siglo 19 a expensas de las poblaciones autóctonas. Con todo, la intriga argumental es la excusa para justificar el despliegue de pirotecnia visual que llega verdaderamente a subyugar; ciertamente, la tercera dimensión es aprovechada ventajosamente para demostrar que el cine solo debe verse en el cine.
Cameron es un gran artesano que no ha dejado ningún detalle formal librado al azar, y con este film demuestra su condición de pionero al explorar nuevas formas de lenguaje cinematográfico brindando imágenes realistas digitalmente concebidas. Entre el valioso equipo técnico que lo ha rodeado debe mencionarse a Mauro Fiore responsable de la magnífica fotografía, así como los excelentes diseños de producción de Rick Carter y Robert Stromberg.
Dicho lo que antecede, Avatar es un espectáculo de gran acción y aventuras que tiene asegurada una inmensa audiencia internacional de gente joven que saldrá maravillada de la sala del cine. Solo cabe aguardar que en futuros proyectos, Cameron pueda recurrir a relatos más sustanciosos para que no sólo se destaque el esplendor visual que la nueva tecnología es capaz de ofrecer sino que también se atienda a su contenido.
PP½

INVICTUS. Estados Unidos, 2009. Un film de Clint Eastwood
Clint Eastwood sigue demostrando que conserva su capacidad de gran relator de historias; así, su última película es otro ejemplo de la humanidad que imprime a sus filmes. Combinando adecuadamente el deporte con la política en base a eventos reales que tuvieron lugar en Sudáfrica en la década pasada, el público tiene el placer de contemplar otro notable trabajo del veterano realizador.
El relato se centra en la figura del gran líder sudafricano Nelson Mandela. Habiendo cumplido 27 años de prisión queda en libertad en 1990 y 4 años después llega a ocupar el cargo de presidente de una nación mayoritariamente negra que había sido ignorada y segregada por el apartheid. Al asumir su cargo el distinguido estadista se propuso unificar a una nación racialmente dividida al propio tiempo que consolidar el proceso democrático; con tal fin, considera que lo más importante es dejar de lado el resentimiento que la población negra guarda hacia los afrikaners para evitar cualquier amago de guerra civil.
Convencido de la fuerza del deporte como instrumento de unión de su pueblo, Mandela aprovecha la oportunidad que se presenta cuando su país participa nuevamente en las competencias oficiales de la copa mundial de rugby, a pesar de tratarse de un deporte practicado preferentemente por la minoría blanca. El guión de Anthony Peckham con base en el libro Playing the Enemy de John Carlin ilustra cómo el carismático presidente se aproxima a Francois Piensar, el afrikaner capitán del equipo local Springboks, para que prepare convenientemente a sus integrantes a fin de lograr que salgan bien parados en la competencia mundial de rugby de 1995 donde Sudáfrica es el país anfitrión. Como el resultado es bien conocido, no es indiscreto revelar que en el dramático partido final que tuvo lugar en Johannesburgo en junio de ese año, Springboks obtiene un sólido triunfo venciendo a All Blacks, el equipo de Nueva Zelandia. Cuán emotivo resulta el momento en que blancos y negros sudafricanos exteriorizan su inmensa alegría abrazándose unos con otros cumpliendo así el sueño del presidente de ver a su país unido con prescindencia del color de piel de la gente que lo habita.

Aunque el relato adopta una narrativa clásica tradicional y sigue un camino predecible, de ningún modo disminuye su calidad. Eastwood, sin manipulación alguna, supo dramatizar una historia real apelando, como es su costumbre, a la máxima sobriedad y obteniendo lo mejor de su actor principal Morgan Freeman quien realiza un trabajo excepcional caracterizando a Mandela. Este actor, que por tercera vez en su carrera trabaja con el veterano realizador, transmite toda la expresión de nobleza que exuda la personalidad del astuto político y estratega que no tuvo reparos ni prejuicios para apelar a la minoría blanca para lograr su noble objetivo. En cuanto a Matt Damon, aunque en un rol secundario, convence plenamente como el capitán conduciendo al equipo que logrará la victoria y que humildemente recibe la inspiración de grandeza que le transmite el señor presidente.

Al margen de lo estrictamente deportivo, queda resaltada la labor del carismático Mandela quien habiendo asumido la presidencia en momentos muy delicados aplica la consigna de que en su país no existen vencedores ni vencidos y por lo tanto dispuesto a sepultar el pasado para afrontar el futuro con firme optimismo.

A pesar de que el rugby no sea un deporte favorito en América del Norte, el film logra la adhesión de la audiencia debido al tratamiento cálido y emotivo que Eastwood brindó a este relato de perdón y olvido; en gran parte eso es debido a la extraordinaria personalidad que emana de Nelson Mandela y que, como dijera anteriormente, encontró en Freeman al actor ideal para caracterizarlo. En resumen, un tema popular al servicio de un cálido film.
PPP

UP IN THE AIR. Estados Unidos, 2009. Un film escrito y dirigido por Jason Reitman
Después de haber logrado hace dos años un rotundo éxito con Juno, el director Jason Reitman retorna con otro logrado film. Aunque genéricamente se trata de una comedia, su tono agridulce la distingue entre aquéllas de su género, permitiendo que una vez más el concepto de sano entretenimiento se combine perfectamente con la calidad artística que brinda Up In the Air. Eso ha sido posible gracias a la infalible fórmula que requiere de un buen director, un elenco eficiente y un guión de calidad.
El excelente libreto de Reitman y Sheldon Turner presenta a George Clooney animando a Ryan Bingham un ejecutivo de recursos humanos que se encarga de cumplir con la desagradable misión de comunicar a empleados de grandes compañías ubicadas en diferentes lugares de Estados Unidos que han sido despedidos. Teniendo en cuenta la difícil situación económica que vive el país, el problema de enfrentarse al desempleo hace que los afectados reciban con gran pena la noticia de haber quedado cesantes, sobre todo cuando a cierta edad –después de los 40 años- la posibilidad de nuevas oportunidades de trabajo son mínimas. Sin embargo, además de las consideraciones sociales, el guión enfoca la personalidad de Bingham.
Este mensajero de desagradables nuevas es un individuo atractivo puesto que es capaz de despertar la simpatía de quienes lo tratan, pero curiosamente es al mismo tiempo un ser solitario que vive 322 días por año viajando en aviones que lo transportan de una ciudad a otra de los Estados Unidos para cumplir con su misión. La naturaleza de su trabajo le imposibilita tener una vida familiar, como tampoco puede contar con verdaderos amigos por su condición de nómade con un hogar disperso en los diferentes hoteles donde debe alojarse. En todo caso, a pesar de todo, Ryan se siente a sus anchas con la vida que lleva.
Todo cambia inesperadamente para él con dos personajes femeninos que se le cruza en el camino. Por una parte está Alex (Vera Farmiga), otra viajera frecuente a quien conoce en un aeropuerto y que también vuela constantemente por razones de trabajo; los sucesivos encuentros influirán para que Ryan comience a pensar por primera vez en mantener una seria relación sentimental. La otra persona es Nathalie (Anna Kendrick) una joven que ingresa a la compañía y a quien aconseja con firme determinación efectuar cambios sustanciales para reducir sus costos, lo cual implicaría anular la tarea y los continuados viajes que Ryan realiza.
Lo expuesto anteriormente permite que Reitman utilice la originalidad del guión para realizar un trabajo inteligente al haber logrado el delicado equilibrio de combinar una comedia sofisticada con gran sentido del humor, un drama social capaz de conmover y un relato romántico altamente convincente. Por si fuera poco, la narración despliega calidez, manifiesta una delicada sensibilidad, y además cuenta con un desenlace imprevisto, sobriamente emotivo y sin necesidad de desbordar sentimentalmente.
Tanto Farmiga como Kendrick contribuyen a realzar sus personajes dotándolos de absoluta credibilidad, aunque es Clooney quien se lleva las palmas. En un papel que le viene como anillo al dedo, este carismático actor se supera en cada film que le toca intervenir pero aquí más que nunca ejerce un magnetismo sorprendente al combinar la simpatía y seducción de su personalidad con la profundidad que en determinadas escenas requiere su personaje; en tal sentido, es admirable contemplarlo como el individuo que nunca estuvo conectado emocionalmente con el mundo que le rodea y que finalmente revela su patetismo al adquirir tardíamente conciencia sobre la importancia de tener a alguien a quien querer y disponer de un hogar estable.
Los valores previamente reseñados contribuyen a que este film sea uno de los mejores de 2009. PPPP

ME AND ORSON WELLES. Gran Bretaña, 2009. Un film de Richard Linklater
Este curioso pero interesante film destaca la figura del realizador, actor y guionista Orson Welles (1915-1985), aunque no sea su principal personaje. Considerado como un genio que desde temprana edad comenzó a volcar su talento en la radiofonía con adaptaciones de obras que lograron un éxito incomparable –como el caso de La Guerra de los Mundos de H.G. Wells-, fue también un importante hombre de teatro, mucho antes de haber hecho su primera incursión cinematográfica con El Ciudadano (Citizen Kane, 1941), una de las obras maestras del cine.

Basado en la novela de Robert Kaplow, Richard Linklater enfoca a Welles como director teatral de la obra de Shakespeare Julio César, durante los días que precedieron a su estreno en 1937 en el teatro Mercury de Nueva York del cual fuera su fundador. Si bien muchos de los elementos que se aprecian en el film son verdaderos, la ficción surge a través de un personaje central que habrá de involucrarse con Welles. Se trata de Richard Samuels (Zac Efron), un muchacho de 17 años apasionado por el teatro y que sueña con llegar algún día a triunfar en Broadway. Cuando por azar conoce a Welles (Christian McKay), éste lo incorpora al elenco de la pieza que está montando, y en consecuencia Richard cree haber tocado el cielo con las manos. Todo marcha bien hasta el momento en que surge el inevitable enfrentamiento de Richard con la personalidad temperamental, impetuosa y contradictoria del joven Welles. Como apéndice del relato, se encuentra Sonja Jones (Claire Danes), la eficiente secretaria del director, de quien Richard se siente fuertemente atraído aunque no correspondido en sus sentimientos.

En líneas generales, el espectador asiste a los entretelones que tienen lugar detrás de la escena con todo el caos, desenfreno y estallido de crisis surgidos para poder llegar a estrenar la obra en la fecha fijada; simultáneamente queda reflejado el proceso de maduración que experimenta Richard como resultado del trato mantenido con su mentor.

La primera mitad del film podría haber sido reducida sustancialmente al entrar en detalles demasiado pormenorizados de los ensayos y del elenco que participa en los mismos; con todo, el film satisfará ampliamente al público amante del buen teatro, sobre todo porque capta maravillosamente todo el ego, la pasión, la arrogancia así como el brillante perfeccionismo de Welles, además de tener acceso a ciertas partes de la inmortal obra de Shakespeare a través de la recreación efectuada en su última parte. La interpretación es de notable calidad donde, en un rol secundario, McKay se distingue con la soberbia interpretación que logra física y emocionalmente recreando al gran director. Aunque sin tanto brillo, es convincente la actuación de Efron en el rol central, y tampoco desentona la presencia femenina de Danes.
PPP

EVERYBODY IS FINE. Estados Unidos, 2009. Un film escrito y dirigido por Kirk Jones
Basado en Stanno tutti bene, el film italiano de Giuseppe Tornatore de 1990, Kirk Jones filma una nueva versión de la misma historia que tuvo como protagonista al gran Marcello Mastroianni. Aunque con ciertos cambios menores del guión original (Tornatore, Tonino Guerra, Massimo de Rita), la adaptación de Jones conserva en esencia la idea central sobre un padre de familia que trata de volver a comunicarse con sus hijos adultos. 8 y ½ de Fellini

El personaje principal es Frank Woode (Robert De Niro), un viudo de edad otoñal que 8 meses atrás perdió a su esposa. Como desde entonces no se ha visto con sus 4 hijos adultos que viven en diferentes lugares del país, los invita para que se reúnan un fin de semana en su casa. Sin embargo, cuando todo está dispuesto para el reencuentro familiar, un hijo tras otro va suspendiendo la visita aduciendo diferentes motivos que imposibilitan verse. Para atenuar su frustración, Frank decide ir a visitarlos sin hacérselos saber para causarles una sorpresa, a pesar de que su médico de familia no le recomienda viajar por sus problemas de salud.

En un viaje realizado por autobús y tren, este hombre bonachón recala en primer lugar en Nueva York para comprobar que su hijo, David, un artista pintor, se encuentra ausente. Posteriormente sigue viaje a Chicago donde reside Amy (Kate Beckinsale), una de sus hijas que se desempeña como ejecutiva de una agencia de publicidad; a continuación, le sigue en turno Robert (Sam Rockwell) que habita en Denver y es miembro integrante de la orquesta sinfónica local. La última parada es en Las Vegas para encontrarse con Rosie (Drew Barrymore), su hija bailarina.

De los encuentros realizados queda claro que los hijos no se sienten cómodos con la visita inesperada del padre y es por esa razón que en cada escala realizada, Frank se siente desilusionado al tener que acortar obligadamente su estadía para evitar imponerse.

Aunque hay una razón oculta que en gran parte justifica el comportamiento cordial pero incómodo que los hijos dispensan al padre, la historia se presta a que el espectador se entere de la relación familiar que existía cuando los chicos vivían junto a sus padres. Mientras que Frank era el gran poseedor de la palabra criando a los suyos para que llegaran a ser “algo importante” en la vida, esa exigencia de excelencia determinó que los hijos no pudieran ser sinceros con su padre a fin de no defraudar sus expectativas; en cambio, la madre era la confidente, aliada y la que escuchaba con atención sus inquietudes, para luego retransmitir a su marido únicamente aquella parte de la verdad que podía hacerlo feliz para no destruir sus sueños.

A pesar de que la película no es de ningún modo compleja en su desarrollo, sí lo es en el tema abordado. Lo que en principio uno cree imaginar la presencia de una familia feliz, poco a poco se va revelando que cada uno de los hijos ha guardado para su padre sus secretos para demostrarle finalmente que muy a su pesar, él nunca llegó a conocerlos plenamente.

Al juzgar el film es imposible sustraerse del recuerdo de Mastroiani en su extraordinaria composición del personaje central. Pero con todo, De Niro logra una cálida y natural interpretación que aunque no requiera de grandes esfuerzos histriónicos, de todos modos cumple muy bien su cometido.

Es posible que se pueda objetar al film por ser demasiado directo, convencional, previsible y con un cierto exceso de sentimentalismo. Sin embargo, hay por detrás una historia muy humana y conmovedora como la de un hombre que trata de reconciliar las memorias de la familia ideal del pasado con la situación real del momento actual. Ciertamente, y a pesar de que solamente han transcurrido casi dos décadas de la versión original de Tornatore, la dinámica familiar de hoy día ha cambiado en gran parte debido al avance tecnológico (la telefonía celular que está ausente del film); de allí que resulte difícil comparar la naturaleza de la familia actual con la de antaño. Sin embargo, eso no es óbice de que la unidad familiar sigue constituyendo el núcleo vital de la sociedad; de allí que el mérito de este film reside en tratar de preservar los auténticos valores familiares para que la expresión de deseo reflejada en su título “todos estamos bien” se convierta en realidad.
PPP

THE PRIVATE LIVES OF PIPPA LEE. Estados Unidos, 2009. Un film de Rebecca Miller
Basado en el libro del mismo nombre, Rebecca Miller -que es su autora- lo ha trasladado al cine con un resultado bastante desigual. Teniendo en cuenta que ella también se ocupó de preparar el guión, es posible inferir que -como ocurre con algunas obras literarias -no haya sido posible transmitir al film el sentido de la novela original.
Ciertamente se hace difícil determinar cómo es Pippa Lee (Robin Wright Penn), su protagonista. Las varias vidas a que hace alusión su título se refieren precisamente a la forma engañosa de su personalidad ya que su carácter, humor y comportamiento van mutando continuamente hasta el punto de convertirla en un verdadero misterio.
La primera escena presenta a Pippa y su marido Herb (Alan Arkin), un importante editor literario de edad madura que la aventaja en 25 años, ofreciendo una cena para un grupo de amigos donde uno de los mismos (Mike Binder) elogia a la dueña de casa como una devota y abnegada esposa. Ese comienzo rosado precede a los pensamientos internos de Pippa pasando revista a su infancia y adolescencia poco feliz al tener que convivir con una madre (María Bello) maníaco-depresiva y adicta a las drogas medicinales. A los 16 años huye del hogar para refugiarse en forma temporaria en la casa de su tía (Robin Weigert) quien mantiene amores lesbianos con una fotógrafa (Julienne Moore) especializada en tomar fotos sadomasoquistas. Volviendo al presente se aprecia de que si bien su casamiento con Herb ha servido para estabilizar su vida dejando de lado una juventud un tanto tumultuosa, hay otros factores vinculados con la anterior esposa de su marido (Monica Belluci) que habrá de causarle un bajón emocional. De alguna manera eso gravita en la relación matrimonial donde su marido mantiene un affaire secreto con una amiga de la familia (Winona Ryder), en tanto que ella se encuentra reconfortada con la amistad entablada con el hijo (Keanu Reeves) de unos vecinos.
A pesar de su intención de describir la crisis existencial de una mujer de mediana edad confrontando su pasado inestable y tratando de encontrar una identidad propia, el film nunca encuentra el tono preciso como para interesar mayormente. Además de que los personajes resultan un poco esquematizados, el problema principal es que Pippa es un enigma desde el comienzo hasta el final del relato sin que el público llegue a saber quién es ella.La actuación del elenco es muy buena –especialmente en los casos de Wright Penn y Arkin- pero al servicio de un guión poco atractivo, impidiendo que el espectador se involucre en la vida de la protagonista y del entorno que la rodea. Puede que el libro –que yo no he leído- ofrezca elementos que conciten el interés del lector, pero en lo que al film se refiere hay un desarrollo dramático bastante desparejo como para que resulte atractivo.
PP

23.12.09

OSM
El comienzo del nuevo año para la Orquesta Sinfónica de Montreal tiene lugar el martes 12 de enero (20h) con un concierto dirigido por el maestro brasileño Roberto Minczuk. Para esta ocasión hará su presentación el pianista Jan Lisieck de 14 años de edad quien fue el ganador del Gran Premio de la Competencia Standard Life de la OSM; el joven concertista ejecutará el Concierto para Piano No. 1 de Chopin. El programa habrá de completarse con la Sinfonía No. 104 “Londres” de Haydn y la suite de “El Caballero de la Rosa” de Richard Strauss.


El director americano Gerard Schwarz dirigirá a la OSM los días 13 y 14 de enero (20h) en un programa que contará con la participación del violinista Stefan Jackiw quien tocará el Concierto para Violín de Mendelssohn. En el mismo programa se escuchará las Dansas Sagradas y Profanas de Debussy y la Sinfonía No. 5 de Schubert.

En un concierto matinal que tendrá lugar el miércoles 20 de enero (10h30) el director canadiense Julian Kuerti dirigirá un programa integrado por música española integrada por la Suite No. 2 del ballet El Sombrero de 3 Picos, Alborada del Gracioso de Ravel, España de Chabrier, Iberia de Debussy y el Concierto para Trombón de Nathalie Shilkret con la participación de James Box como solista.

El último concierto del mes se realizará el domingo 24 (14h30) con el retorno de Kent Nagano, el director artístico de la OSM. El programa incluye Couleurs de la cité céleste de Messiaen con la participación de la pianista Olga Ross, Rapsodia para Saxófón y Orquesta de Debussy con el eminente saxofonista estadounidense Branford Marsalis. Ambos solistas invitados interpretarán Spanisches Lied, Op. 6 No. 1 de Brahms y Du bist die Ruh de Schubert. El programa concluye con el ballet en dos cuadros de El Pájaro de Fuego de Stravinsky.

Todos los conciertos tienen lugar en la sala Wilfrid-Pelletier de la Place des Arts. Información suplementaria puede obtenerse en el sitio de internet http://www.osm.ca/

OM
El primer concierto de 2010 de la Orquesta Metropolitana tendrá como solista al pianista Nicholas Angelich interpretando el Concierto para Piano No. 1 de Brahms. El programa se completa con la Sinfonía No. 1 de Bruckner. La dirección de la orquesta estará a cargo de su director artístico el maestro Yannick Nézet-Seguin. El concierto tendrá lugar el lunes 11 de enero (19h30) en la sala Wilfrid-Pelletier. Para información adicional recurrir al sitio de internet http://www.orchestremetropolitain.com/



MUSICAMERATA MONTREAL


El celebrado conjunto canadiense Musica Camerata bajo la dirección del violinista Luis Grinhauz se presentará el sábado 23 de enero (20h) en la sala Redpath de la Universidad McGill con un programa que incluye el Quinteto en Fa menor para Piano y Cuerdas de Cesar Frank y el Quinteto en La menor para Piano y Cuerdas de Edward Elgar.

Participarán los violinistas Luis Grinhauz y Van Armenian, el violista Lambert Chen y la violonchelista Mariève Bock. El sitio de esta agrupación es www.camerata.ca

15.12.09

LES CONTES D’HOFFMAN

En la cuarta presentación de la popular serie “Metropolitan Opera” transmitida en alta definición directamene desde el Metropolitan Opera House de Nueva York a través del circuito de exhibición Cineplex Divertissement, el sábado 19 de diciembre a las 13h00 se presentará en varias salas de la provincia de Quebec la popular ópera de Jacques Offenbach Les Contes d’Hoffman.

Este compositor francés ha recreado la vida y los amores del autor alemán Ernest Theodor Amadeus Hoffmann (1776-1822) a través de un historia de ficción donde el escritor relata a sus alumnos las historias vinculadas con sus obsesiones románticas a través de las mujeres con las que llegó a vincularse.

El joven tenor de Malta Joseph Calleja da vida al poeta romántico en tanto que la conocida soprano Anna Netrebko interpreta a dos de los amores de Hoffman. Entre otros nombres del reparto figuran las mezzo sopranos Kate Lindsey y Ekaterina Gubanova, el barítono Alan Held y el tenor Mark Schowalter. La puesta en escena de esta nueva producción está a cargo del bien conocido director teatral de Broadway Bartlett Sher que fue laureado con el premio Tony, en tanto que el maestro James Levine es el director de la orquesta del Met.

Para información adicional y obtener información sobre las salas de cine que participan en esta transmisión, el sitio de internet a consultar es www.cineplex.com/evenements

10.12.09

DVDs RECIENTEMENTE PUBLICADOS

Comentarios de Jorge Gutman

FUNNY PEOPLE. De Judd Apatow

Judd Apatow, considerado por muchos como el “rey de la comedia” de la generación actual, aborda en FUNNY PEOPLE, algunos temas que representan un estadio de mayor madurez en su carrera de realizador. Inspirado en una experiencia personal ocurrida hace 15 años en donde salvó milagrosamente su vida, Apatow elabora un guión humorísticamente serio.

El relato es un compendio de ideas donde algunas resultan mejores que otras, con demasiado material para ser considerado en un solo film, sobre todo porque su duración es excesiva y su última parte termina siendo un apéndice innecesario.

George Simmons (Adam Sandler) es un famoso comediante “stand-up”, donde su comicidad está sustentada en monólogos de humor improvisados que son dirigidos en forma directa a una audiencia en vivo que lo sigue. En una primera mirada, su vida transcurre confortablemente, cuenta con una fabulosa mansión y con mujeres atraídas por él debido a su celebridad. Repentinamente, su existencia cobra un giro inesperado cuando se entera de que padece un cáncer posiblemente terminal. Es allí que contrata a Ira Wright (Seth Rogen), un aspirante a comediante, para que se ocupe de escribir sus libretos, lo asista en sus asuntos personales y además lo acompañe durante las noches para no sentirse solo frente a su grave problema de salud. La relación establecida entre George e Ira está muy bien descripta y los sentimientos afectivos y conflictivos que la nutren están muy bien transmitidos.

Esta primera sección del film es la más lograda al permitir que el egocéntrico George reflexione sobre lo vacío que ha sido su vida, el valor efímero de la popularidad y cómo, al saber que sus días parecen estar contados, va apreciando ciertos hechos en forma más clara y directa, tales como sus amistades y relaciones de trabajo.

Simultáneamente con el tema central, el guión de Apatow permite que el público tome contacto con Ira y los compañeros con quien está conviviendo; ellos son Mark (Jason Schwartzman), un actor de un mediocre programa televisivo, y Leo (Jonah Hill), un escritor y artista que expresa con franqueza sus opiniones. El fluido intercambio de opiniones, las rivalidades existentes y las conversaciones mantenidas mediante un diálogo, generalmente crudo, otorga color a esta historia secundaria del guión al captar el estilo de vida de esta generación de comediantes.

Si hasta aquí todo pareciera marchar bien, lo que sigue después parecería formar parte de un film diferente que diluye el efecto positivo de lo anteriormente expuesto y que no merece la pena entrar en mayores detalles.

Apreciando su lado positivo, el film cuenta con momentos divertidos, sumergiendo al espectador en el mundo de los comediantes americanos y sus rivalidades, así como, la difícil tarea de lograr la risa del público a través de buenos chistes. Mención aparte merece la notable actuación de Adam Sandler en un rol que pareciera que Apatow lo elaboró a su medida atendiendo a sus versátiles condiciones de humorista.

Aunque desigual y con una endeble sección final, Funny People es con todo un film interesante de ver.

El DVD cuenta con dos versiones, la que se exhibió en sala y otra versión alargada en siete minutos que no fue considerada en oportunidad de su estreno. Versiones audio en inglés, francés y español, con subtítulos opcionales en los tres idiomas.


LA FILLE DE MONACO. De Anne Fontaine
Una comedia romántica matizada con cierto suspenso es lo que ofrece la directora Anne Fontaine en el film francés La fille de Monaco.

Bertrand (Frabrice Luchini), un abogado criminalista de mediana edad y de mucha labia, llega a Mónaco para defender a una septuagenaria monegasca (Stephane Audran) acusada de haber asesinado a su joven amante de la mafia rusa. Para su protección, el hijo de la mujer le contrata un agente de seguridad, Christophe (Roschdy Zem), para actuar como su guardaespaldas.

El comienzo de esa relación entre protegido y protector es lo más destacable del relato. Christophe, muy celoso de sus funciones profesionales, no se despega ni por un instante de de Bertrand y éste se siente prácticamente prisionero de aquél hasta el punto de irritarlo. Es allí donde el guión ofrece lo mejor de su contenido frente a las notas de humor producidas en ese vínculo especial.

Cuando el relato introduce a Audrey (Louisse Bourgoin), una chica que actúa en la televisión anunciando el tiempo, la vida calmada y ordenada de Bertrand tiende a cambiar frente a la seducción que la joven ejerce sobre él, a pesar de sus opuestas personalidades; mientras que Bertrand es el típico hombre culto y cerebral, ella es la típica muñequita hueca y superficial. Como Christophe ha sido el ex amante de Audrey y la conoce muy bien ejercerá toda su presión para evitar que su cliente caiga en las redes de la joven.

A primera vista hay razones para esperar mucho más de lo que el relato ofrece. La inseguridad sexual que experimenta Bernard frente a Audrey y el vínculo ambiguo que mantiene con una persona taciturna y de poca educación formal como lo es Christophe, alienta esperar algo más profundo o significativo que el simple efecto reidero de una comedia menor. En cuanto al lazo sentimental de Bertrand con Audrey, nunca cobra mayor vuelo y prácticamente –a pesar de que el título del film se refiere a ella- Audrey queda relegada a un segundo plano.

Para rematar la situación creada entre los tres personajes de esta historia, el guión cambia bruscamente de registro, ofreciendo una resolución propia del cine negro con un final dramático completamente divorciado del resto del relato.

Aparte del bello escenario del principado de Mónaco, las interpretaciones de Luchini y Zem constituyen el factor de mayor atracción de este film. Luchini, es un actor muy bueno que convence ampliamente con un personaje que utiliza la verborragia como arma de defensa; lo mismo puede decirse de Zem ofreciendo una sólida actuación. En cuanto a la bella Bourgoin, solo es una figura decorativa con un desempeño correcto y nada más.

El film, pequeño en ambición y ejecución, nunca llega a aburrir aunque tampoco produce entusiasmo y es improbable que su visión quede retenida en la memoria del espectador por mucho tiempo.
El DVD cuenta con comentarios en audio de Anne Fontaine y Fabrici Luchini y una entrevista con Louise Bourgoin. Es presentado en su versión original francesa con subtítulos en inglés.

CINE EN LA PLAZA

Comentarios de Jorge Gutman
PROM NIGHT IN MISSISSIPPI. Canadá, 2009. Un film de Paul Saltzman

Más por su noble contenido que por su realización, este film sobre la integración racial logra interesar. A pesar de que en noviembre de 2008 el mundo celebrara con júbilo que el electorado americano haya elegido a un hombre negro para ocupar el cargo más importante del mundo, parece ser que los problemas raciales siguen latentes en ciertas regiones de Estados Unidos.

La pequeña ciudad de Charleston ubicada en Mississippi, con una población de 2000 personas, tiene una larga trayectoria racista; a pesar de que en 1954 la Corte Suprema dispuso la integración racial de blancos y negros, recién en 1970 los estudiantes de ambas razas pudieron concurrir a un mismo establecimiento educacional. Sin embargo, hay huellas que todavía están delatando cierto nivel de segregacionismo por parte de la población blanca de la zona.

En Estados Unidos es tradicional el baile de graduación de los estudiantes (prom night) cuando terminan sus estudios de educación media. En la escuela secundaria de Charleston que cuenta con 415 alumnos donde el 70% es afroamericano y el 30% blanco, dicha celebración que es organizada por los padres de los alumnos y no por la escuela, ha venido realizándose en forma separada, según el color de la piel. Debido a esta situación, el excelente actor Morgan Freeman, que es oriundo del lugar y aún mantiene allí una residencia, hace 10 años había ofrecido hacerse cargo del financiamiento de la célebre fiesta de egresados siempre y cuando abarcara a todos los estudiantes sin discriminación alguna. Aunque su iniciativa no prosperó, en 2007 volvió a repetir la oferta en una reunión que tuvo lugar en la escuela con los alumnos presentes; la recepción de los estudiantes fue inmediata y a partir de allí comenzaron los preparativos para el famoso baile.

El film de Saltzman puede resumirse en los esfuerzos realizados por los chicos para la fiesta “mixta”, y las declaraciones de una docena de estudiantes de ambas razas, dejando la impresión de que nadie tiene prejuicio alguno al sentirse cómodos de convivir unos con otros en la clase y de celebrar conjuntamente la fiesta.

Aunque el film cuenta con algunos altibajos en su narración, que algunas veces lo torna repetitivo, es loable el propósito del realizador en documentar el acontecimiento. Sin embargo, resulta lamentable la ausencia de los padres blancos al negarse a la entrevista, considerando que son ellos los que mantienen la discriminación; más aún, ellos organizan un baile de graduación paralelo para los alumnos blancos que tiene lugar pocos días antes al de la fiesta “oficial”.

Finalmente, cabe congratular la generosidad y el gesto de nobleza de Freeman quien tomó la iniciativa para que todos los estudiantes de la escuela pudieran socializar dado que, como él sostiene, de este modo los prejuicios raciales tenderán a desaparecer. En tal sentido este film parece confirmarlo ya que esta nueva generación -opuesta a la de sus padres- considera la integración racial como algo natural y normal.

PPP

FANTASTIC MR. FOX. Estados Unidos, 2009. Un film de Wes Anderson
Conocido como un realizador que se ha apartado de la línea tradicional de filmes estadounidenses, la filmografía de Wes Anderson no es del todo homogénea aunque la mayoría de sus trabajos ha dejado una buena impresión; la misma queda ahora ratificada con su primer trabajo en el campo de la animación al demostrar su talento de cineasta iconoclasta. Basado en el popular cuento infantil del renombrado escritor británico Roald Dahl de 1970, este fantástico Sr. Fox hace honor a su título ya que desde el principio hasta el final el espectador asiste a un relato pleno de gracia, humor y simpatía, con la satisfacción de salir del cine ampliamente gratificado.
Parte de su mérito reside en que la película es una adaptación del libro y no una mera trasposición literaria del original, permitiendo que cinematográficamente adquiera un dinamismo superior gracias al inteligente guión de Anderson y Noah Baumbach. El otro aspecto es que el realizador transforma un cuento infantil en una obra no solamente dirigida al público infantil sino al adulto también, donde cada uno de los dos grupos demográficos tiene razones para apreciarlo de diferente forma aunque saboreándolo en igual medida.
La trama se refiere al Sr. Fox, un zorro muy astuto y bandido que después de que su señora quedó embarazada del primer y único hijo le prometió dejar de lado sus pillerías para convertirse en un serio jefe de familia. Pero la promesa no es de largo aliento porque si bien se ha regenerado trabajando como periodista de un diario local, al poco tiempo retorna a sus andanzas para robar pollos en las granjas vecinas, confirmando así el dicho popular que afirma de que “el zorro pierde el pelo pero no sus mañas”. Aunque los tres granjeros afectados no son muy simpáticos que digamos, éstos se unen para vengarse y arrinconar al ladronzuelo a fin de darle una lección que pone en serio peligro a su familia. La esencia del relato radica en la forma en que Fox utilizará su ingenio para contraatacar y defender a los suyos.
Aunque la historia no deja de tener importancia, lo más importante es la técnica de animación que Anderson empleó para dar vida a este proyecto y del cual extrajo el mayor partido posible. Sin mayores efectos especiales, a pesar de que visualmente tiene innegables valores, el realizador aplica el sistema de animación stop-motion que le permite obtener calidez y frescura de la galería de los personajes animales participantes; aunque los animales conserven sus pertinentes rostros, adquieren la vivencia de personas reales ya que sus patas delanteras se convierten en brazos mientras que las traseras actúan como piernas humanas para su desplazamiento.
Dejando de lado la laboriosa técnica, el film destila el clásico estilo Anderson que es anticonvencional y atípico en la exposición y características excéntricas de sus personajes; además, su peculiar e irónico humor nunca está ausente.
Finalmente, lo que tendrá importancia para los adultos, aunque a los niños les resultará indiferente, son las voces que famosos actores prestan a los personajes. Tanto George Clooney como Mr. Fox y Meryl Streep como su señora, resultan irreconocibles pero agradables con el timbre de voz empleado; tampoco desentonan las de Jason Schwartzman, Willem Dafoe, Bill Murray, Michel Gambon, Adrien Brody, Owen Wilson y Michel Gambon, entre otros.
PPP½

NEW YORK, I LOVE YOU. Estados Unidos, 2009. Un film de Fatih Akin, Yvan Attal, Allen Hughes, Shunji Iwai, Jiang Wen, Shekhar Kapur, Joshua Marston, Mira Nair, Natalie Portman, Brett Ratner y Randy Balsmeyer.

Basándose en la experiencia de “Paris, je t’aime” (2006), donde 21 directores se agruparon para homenajear a la bellísima capital de Francia a través de 18 mini-historias diferentes, el productor francés Emmanuel Benbihy decidió continuar con la iniciativa emprendida para enfocar esta vez a Nueva York, la gran metrópoli mundial. En esta oportunidad convocó a varios realizadores para que cada uno de ellos ofreciera un relato de la ciudad con una duración que no superase los 10 minutos.

Cuando en el festival de Toronto del año pasado tuve ocasión de ver el “trabajo en marcha” (work in progress) de este proyecto creí que se trataba de un film aún no terminado; sin embargo, el producto final es similar al de ese entonces, con la única diferencia de que ha sido eliminado un capítulo dirigido por la actriz Scarlett Johansson. De los 11 segmentos que conforman su contenido actual, he aquí un breve recuento de los que a mi juicio revisten relativamente mayor interés.

El primer segmento dirigido por la actriz japonesa Jiang Wen se refiere a un carterista (Hayden Christensen) que trata de seducir a una chica (Rachel Bilson) pero ve sus intentos frustrados cuando aparece su novio (Andy García) quien a su vez es otro ladrón que trata de aventajarlo; sin que la historia sea original, se deja ver.
La realizadora Mira Nair presenta en su corto la conexión que se establece entre una joven ortodoxa judía (Natalie Portman) a punto de casarse y un joyero de la India (Irrfan Khan), en medio de una negociación comercial. Demostrando que siempre es posible identificar rasgos comunes en diferentes culturas, el relato está bien dirigido pero le falta el atractivo de una buena resolución.
Despierta simpatía la historia dirigida por el japonés Shunji Iwai, donde un músico (Orlando Bloom) apresurado en concluir la banda sonora de un film de animación se vincula románticamente con una joven (Christina Ricci) a través de la lectura de una novela de Dostoievsky.
Las sorpresas están presentes en dos capítulos. En uno de los mismos dirigido por Ivan Attal, un romántico mujeriego (Ethan Hawke) trata de conquistar a una bella y sugestiva mujer (Maggie Q) a la salida de un club nocturno; a la hora de la verdad comprueba que su técnica de seducción no funciona con ella. El otro segmento, probablemente el más imprevisible de todos, pertenece al director Brett Ratner y se refiere a un farmacéutico (James Caan) que convence a un muchacho (Anton Yelchin) para que su bella hija adolescente (Olivia Thirlby) postrada en silla de ruedas le sirva de acompañante en la fiesta de graduación de sus estudios secundarios; el joven está lejos de sospechar el agradable giro de vueltas que le deparará esa velada inolvidable.
Shekhar Kapur dirige un capítulo de naturaleza melancólica que fue escrito por el desaparecido director Anthony Minghella, a quien el film está dedicado. La trama gira en torno de una ex cantante de ópera (Julie Christie) que utiliza la suite de un sofisticado hotel de Manhattan con la intención de suicidarse, y la de un discapacitado botones que está a su servicio. Esta sensible historia se distingue por la buena descripción de sus personajes y las muy buenas interpretaciones de Christie, La Beouf y John Hurt.
La última historia pertenece a Joshua Marston quien enfoca a una pareja de ancianos (Eli Wallach y Cloris Leachman) que después de muchos años de matrimonio los dos siguen demostrando el gran cariño y afecto que se profesan contemplando el mar en Brighton Beach.

En líneas generales Nueva York debió haber merecido un mejor film que le rinda homenaje. Los relatos narrados aparecen dispersos unos de otros, sin que exista un hilo conductor que los vincule; dicho de otro modo, el conjunto carece de una visión unificadora. Otra importante objeción es que las historias podrían haberse desarrollado en cualquier otra ciudad del mundo sin que fuese necesariamente Nueva York, ya que no se llega a percibir su rostro multifacético. Uno se pregunta dónde está su naturaleza multiétnica, o dónde se ven las diferentes razas que conforman su población. Como consecuencia de lo dicho, a esta Nueva York le falta el impulso necesario para que sea considerada la metrópoli excepcional que realmente es. Sin ir más lejos, varios realizadores americanos, entre ellos Woody Allen y Martin Scorcese, lograron reflejar mucho mejor el espíritu que anima a la Gran Manzana.

Queda como resultado un film corriente que se deja ver más como curiosidad que por alguna otra razón; aunque no llega a aburrir, New York, I Love You dista de satisfacer las expectativas del espectador.
PP