21.8.18

FESTIVAL DE FILMES DEL MUNDO: CONTRA VIENTO Y MAREA


Crónica de Sergio Martínez

Hace ya algunos años que las aguas se presentan tormentosas para el Festival des films du Monde / World Film Festival (Festival de Filmes del Mundo) que dirige Serge Losique, cuya 42ª edición tiene lugar entre el 23 de agosto y el 3 de septiembre. La función inaugural está programada para el Cinema Imperial, el último de los grandes palacios del cine en la ciudad de Montreal.

Desde comienzos de este siglo el FFM ha sido francamente saboteado por las agencias, tanto del gobierno federal, Telefilm Canada, como del provincial, la SODEC. En 2005 esas agencias incluso intentaron levantar un festival alternativo que fue un completo fracaso y sólo alcanzó a tener una edición. Losique y su porfía por mantener en pie al FFM no cejaron ante estas maniobras de los burócratas culturales. Pero los problemas del FFM a la larga sólo iban a complicarse: 2015 fue el último año que publicó un catálogo con la descripción de los filmes, en 2016 y 2017 hubo serios problemas para poder conseguir salas donde exhibir algunas de las películas, y este año, el evento tuvo una nueva amenaza, esta vez de la agencia que se ocupa de recaudar los impuestos en la provincia de Quebec. Esto último no deja de ser paradojal: mientras normalmente los festivales culturales (es decir todos los otros, excepto el FFM) reciben financiamiento de los distintos niveles de gobierno, al FFM el gobierno provincial le estaba cobrando impuestos adeudados. 

No se ha informado como Losique ha resuelto –si es que lo hizo– este problema que es bastante serio y que en efecto podría dar el golpe de gracia al evento. Por cierto, si así ocurriera no sería algo como para sentirse muy orgulloso ya que se trataría de una situación en que los recolectores de impuestos (los despreciables publicanos, como eran llamados en tiempos del Imperio Romano) estarían dictando las políticas culturales en la provincia de Quebec.

El Imperial, el último gran palacio del cine en Montreal,
es el cuartel general del Festival de Filmes del Mundo
De cualquier modo, contrariamente a lo que han sostenido repetidas veces algunos miembros de los medios de comunicación comerciales, empeñados en un sospechoso afán destructivo hacia el FFM, si este festival finalmente desapareciera, sería una notable pérdida para Montreal. Decimos esto porque –con todo respeto a otros festivales de cine en la ciudad como el del Nuevo Cine que se hace en octubre o Fantasia que tuvo lugar en julio y agosto, o el de documentales en noviembre– ninguno ha tenido la misión de ser una ventana al cine del mundo como lo ha hecho el FFM. Lo que por lo demás no es una crítica a esos otros eventos, que tienen su propio mandato, el de Nuevo Cine, el de escudriñar en las nuevas tendencias tanto temáticas como de lenguaje cinematográfico, Fantasia el de mostrar cine de géneros específicos: terror, fantasía, ciencia-ficción, artes marciales, y el de documentales obviamente se explica por su nombre. Sólo el FFM como festival competitivo clase A, el único en Norteamérica, tiene ese mandato amplio de mostrar películas de países que normalmente nunca el espectador de Montreal tendría ocasión de ver.

Silvio Caiozzi, cuyo film ganó el Gran Premio
de las Américas de 2017

En este sentido el cine latinoamericano le debe mucho al FFM. Antes de este festival, el público montrealés no tenía idea de que siquiera se hacía cine en los países latinoamericanos, el FFM a partir de finales de los 70 y hasta ahora, empezó a dar a conocer las obras del argentino Eliseo Subiela, el peruano Francisco Lombardi, el chileno Silvio Caiozzi, entre muchos otros, incluyendo a los nuevos realizadores que hacen cine en estos días. Es cierto que recientemente eventos como el Festival de Cine Latinoamericano y muestras esporádicas de cine brasileño, dominicano  y argentino, han aumentado la visibilidad del cine de América Latina en Montreal, pero ello ha venido a agregar a la tarea que originalmente abrió el FFM. Y si bien destacamos el impacto que sobre el conocimiento del cine latinoamericano ha tenido el FFM, lo mismo puede decirse del cine de otros países como China, Filipinas, España, Portugal y varios del Medio Oriente, cuya producción ha sido conocida en Montreal e incluso en Canadá, gracias el FFM. Por esto mismo reiteramos nuestra afirmación acerca de los negativos efectos que tendría su desaparición.

LO QUE TRAE ESTE AÑO
El film inaugural y que también está en la competencia oficial, es el japonés Samurai’s Promise (La promesa del samurái) de Daisaku Kimura. Una película que retrata eventos de corrupción en el Japón del siglo 18 dirigida por un realizador que trabajó con el renombrado Akira Kurosawa, con quien algunos críticos lo comparan.

LA PRESENCIA LATINOAMERICANA
Tres películas latinoamericanas o en coproducción latinoamericana, estarán compitiendo por el Gran Premio de las Américas, ellas son: Ocho de cada diez de Sergio Umansky (México), Pedro e Inês de Antonio Ferreira (coproducción Portugal-Francia-Brasil) y La noche de las dos lunas (coproducción Venezuela-España).

Un total de 24 filmes competirán en la principal categoría del FFM.

La otra competencia es la de primeras obras y a ella concurren cuatro películas latinoamericanas o en coproducción latinoamericana: El despertar de Camila de Rosario Jiménez Gili (Chile),  O segredo de Davi (El secreto de David) de Diego Freitas (Brasil), Nadie sabrá nunca de Jesús Torres Torres (México) y El baile de la gacela de Iván Porras Meléndez (coproducción Costa Rica-México).

En esta categoría compite un total de 19 primeras obras.

Las secciones no competitivas también tienen una interesante presencia latina. En la sección Foco sobre el Cine del Mundo están: Agujero negro de Diego Araujo (coproducción Ecuador-República Dominicana), Querida mamãe (Querida mamá) de Jeremias Moreira (Brasil), Mente revólver de Alejandro Ramírez Corona (México), Guerra de algodão (Guerra de algodón) de Claudio Marques y Marilia Hughes (Brasil)  y A última chance (La última chance) de Paulo Thiago (Brasil).
La categoría de documentales incluye dos filmes producidos o coproducidos en América Latina: Un filósofo en la arena de  Aarón Fernández y Jesús Muñoz (México- España) y Campesino de Mia Tate (Cuba-Estados Unidos).

LA PRESENCIA ESPAÑOLA
El cine de España que habitualmente ha estado presente en el FFM en otras ocasiones también tiene en esta edición varios títulos, aparte de las coproducciones con países latinoamericanos ya mencionados, se exhibirán: Diana de Alejo Moreno (Competencia de Primeras Obras), Miss Dalí de Ventura Pons (Grandes Obras, Fuera de Concurso), Arte flamenco de Joaquín Calderón y Morir para contar de Hernán Zin (ambas en la sección Documentales del Mundo) más el cortometraje Todas íbamos a ser reinas de Ana Catalá (coproducción con Alemania, también en la sección Documentales del Mundo).
Además de las secciones aludidas aquí, el FFM contiene una sección de cortometrajes, un Festival de Cine Chino y un Festival de Cine Estudiantil. Aunque la información, por los motivos señalados al comienzo de esta crónica, ha ido saliendo dificultosamente, recomendamos visitar el sitio web del FFM en la dirección siguiente: www.ffm-montreal.org

6.8.18

CELEBRANDO AL GATO


Comentario de  Sergio Martínez

Lo más seguro es que poca gente sepa que este 8 de agosto se celebra el Día Internacional del Gato. No sé si su rival en el afecto humano –el perro– tenga una celebración similar, por cierto que su enemigo en las historietas y dibujos animados, y víctima en la vida real –el ratón– no la tiene.

Si Ud. todavía no me cree, debe chequear la información en el Internet ahora mismo: el Día Internacional del Gato fue oficialmente establecido en 2002 por el International Fund for Animal Welfare (Fondo Internacional para el Bienestar Animal), un organismo que desde 1969 se ocupa de proteger a los animales, tanto domésticos como salvajes, y que tiene su sede central aquí mismo en Canadá.

En lo personal debo decir que desde mi infancia conviví con perros y gatos, tuve un perro cuando niño y en casa de mi abuela había casi siempre un par de gatos, mascotas de una tía. Cuando recién llegué a Canadá, en la ciudad de Edmonton, una amiga que se iba fuera del país por un tiempo, me dejó un gatito blanco que, sin embargo, dada mi vida de soltero, combinada con un amplio repertorio de largas reuniones políticas (con sus naturales disputas), no podía atender debidamente. Para su bienestar decidí darlo en adopción a una familia que además tenía niños y donde el pequeño felino vivió rodeado de afecto hasta el final de sus días.
Pasado ya mucho tiempo desde la última vez que he tenido alguna mascota en casa, sí admito que soy más “gatuno” que “perruno”. Hay algo admirable en esa independencia y sentido de rebeldía que muestra el gato, al revés de la actitud más bien sumisa y dependiente del perro. Por cierto el argumento en favor del perro descansa en su fidelidad, inteligencia, benevolencia respecto de los humanos y el servicio que prestan. No pongo en cuestión su primera cualidad –siempre respecto de sus amos eso sí– en cuanto a inteligencia hay que distinguir entre diversas razas de perros, al parecer los más grandes se llevan las palmas en esto ya que perros chicos como los chihuahuas y otros que parecen de juguete, son más bien tontos. Paso sobre la benevolencia, desde que un ejemplar al que yo considero derechamente psicópata me mordió pese a que se supone que me conocía: perros chicos no son de fiar. En cuanto a servicio, si bien no hay gatos-policías ni gatos que rescaten a gente en desastres naturales, no hay que olvidar que los gatos fueron domesticados en tiempos antiguos para que se deshicieran de los ratones, así es que algún servicio han prestado. Eso sí, es la imagen del gato displicentemente tirado sobre algún sillón la que habitualmente representa al simpático personaje. Incluso en cuanto a cazar ratones, eso es algo que sólo hará cuando le dé ganas, aunque cuando lo haga se lo ofrecerá gentilmente a su propio amo primero.

LOS GATOS EN LA CULTURA POPULAR
Muchas de las imágenes del gato vienen por vía de la cultura popular, y ellas no siempre han sido favorables a estos compañeros de cuatro patas. En tiempos medievales, el gato, especialmente si era negro, aparecía en dibujos y grabados donde se mostraba escenas de brujería. Todavía en el imaginario popular perdura esa creencia que si un gato negro se cruza en el camino, ello augura mala suerte.

Las expresiones modernas de la cultura popular tampoco han sido muy generosas con los gatos. Tom y Jerry, personajes creados por William Hanna y Joseph Barbera en 1940 para los estudios MGM, mostraban generalmente al gato superado por la habilidad de los ratones. Muchos años antes, en 1910, Krazy Kat, una historieta creada por George Herriman mostraba al ratón Ignatz siempre lanzándole un ladrillo, lo que la gata interpretaba como señales de amor…  ¡Qué decir que la expresión más completa del gato como villano se presentaba en el famoso Súper Ratón (Mighty Mouse su nombre en inglés) creado en 1942! En esta popular serie de películas e historietas, los gatos, especialmente el siniestro Aceitoso, siempre queriendo raptar a la bella Perla Pura, la novia del súper héroe, son los malos que Súper Ratón mantiene a raya a golpe de puños.
Pocos quizás se enteraron que en ese universo de la historieta y el dibujo animado, hubo eso sí, un súper héroe felino: Cosmo Gato (Cosmo Cat) creado en 1945 pero que después de los años 50 sólo tuvo esporádicas apariciones. Yo lo conocí por una edición que se hacía en Argentina entre 1953 y 1954 aproximadamente.
Otros retratos del gato en la cultura popular pudieron verse en la popular Peanuts, de Charles M. Schulz, donde el simpático perro Snoopy de vez en cuando veía su casa atacada por un gato que nunca aparecía (Schulz jamás dibujaba a adultos ni a personajes ajenos a los niños del grupo de Charlie Brown) aunque sí era de temer, dados los estragos que causaba en la casa de Snoopy. Garfield, creado en 1978 por Jim Davis reivindicó al gato como personaje central, aunque para ello profundizó en los estereotipos a propósito del animalito: flojo, comilón, y absolutamente indiferente respecto de su amo.
En tiempos más recientes hemos visto algunas películas que presentan al gato de una manera mucho más favorable: “Kedi” un documental de Ceyda Torun realizado en 2016 es un verdadero reportaje en profundidad sobre la vida de los gatos en la ciudad turca de Estambul y de cómo esos felinos, descendientes de aquellos que desembarcaban en búsqueda de aventuras, de barcos que recalaban en el puerto, han llegado a ser parte del tejido social de los habitantes de la ciudad. Otro film reciente con un tratamiento del personaje felino con mucho afecto, es el japonés titulado en inglés como “The Travelling Cat Chronicles” (“Las crónicas del gato viajero”) de Koichiro Miki (2018) en que la historia es “narrada” por el gato Nana, para quien su amo Satoru anda buscando un nuevo hogar que lo pueda recibir. Sólo en la mitad de la película la audiencia se entera por qué Satoru quiere deshacerse de su querida mascota, y no es por un motivo trivial.

GATOS FAMOSOS, PERSONAJES FAMOSOS
¿Qué tienen en común Charles Baudelaire, Abraham Lincoln y Vladimir Ilich Lenin? Los tres aparecen en la lista de personas que tuvieron gatos y un gran afecto por esos animales. Baudelaire incluso escribió un poema “Le chat” en cuya primera estrofa se puede leer: “Viens, mon beau chat, sur mon coeur amoureux; / Retiens les griffes de ta patte, / Et laisse-moi plonger dans tes beaux yeux, / Mêlés de métal et d'agate…” (“Ven, bello gato, a mi amoroso pecho; / Retén las uñas de tu pata, /  Y deja que me hunda en tus ojos hermosos / Mezcla de ágata y metal”. Lincoln tenía dos gatos en la Casa Blanca, Dixie y Tabby, tan mimados, que los felinos presidenciales se permitían libertades como saltar sobre la mesa durante un banquete oficial. En una ocasión el presidente habría dicho “Dixie es más inteligente que mi entero gabinete”. Y en cuanto a Lenin, no conocemos que haya dicho algo en particular, pero de los tres personajes famosos es el único que aparece en fotografías con su gato, al que se ve acariciar con especial dedicación. Los tiempos serían complicados en los días de la revolución, pero había tiempo para el gato familiar.

Lenin junto a su esposa y el gato familiar



¡Feliz Día Internacional del Gato, a todos los felinos que alegran nuestra existencia y a quienes les dedican sus cuidados, sabiendo que a cambio sólo van a tener la oportunidad de acariciar su delicado pelaje –si es que ellos así lo quieren. No van a traerle las pantuflas, ni recoger el periódico, ni mucho menos ayudar a descubrir alguna droga de contrabando en un aeropuerto, pero eso sí, le darán a su amo esa mirada con los “ojos hermosos” que destacaba Baudelaire en su poema.