21.11.06

El año en que mis padres se fueron de vacaciones

O ANO EM QUE MEUS PAIS SAIRAM DE FÉRIAS Brasil, 2007. Un film de Cao Hamburger
Comentarios de Jorge Gutman



Presentado en la Selección Oficial del festival de Berlín de 2007 y preseleccionado para el Oscar a la mejor película extranjera, este segundo film de Cao Hamburger es de los que se caracterizan por su ternura y sencillez. Ciertamente, no se trata de algo revolucionario o innovador, pero en cambio se está frente a un film honesto, nada pretencioso y que conquista fácilmente la simpatía del gran público.
Su historia es relatada por Mauro (Michel Joelsas), un niño de 11 años, y a través de su percepción el público sigue sus pasos donde su inocencia inicial termina por resquebrarse ante duros acontecimientos que tienen lugar en el medio que le toca vivir.La historia transcurre en 1970 en la ciudad de Sao Paulo. La época es dura políticamente y la dictadura militar es implacable para quienes se atreven a desafiarla. Entre ellos, se encuentran los padres de Mauro (Eduardo Moreira y Simone Spaladore) quienes antes de salir de vacaciones resuelven dejarlo en la casa del abuelo (Paúl Autrán) a quien nunca llegó a conocer. Lo que el chico ignora, o no lo tiene claro, es que sus padres son activistas políticos y esas llamadas “vacaciones” son una mera excusa para que él no se entere de que se van temporalmente para actuar en la clandestinidad y evitar de que sean arrestados y torturados. Las cosas se complican cuando Mauro comprueba que su abuelo acaba de morir como consecuencia de un ataque cardíaco; frente a tal dramática situación, él logra la ayuda de Shlomo (Germano Haiut), un vecino que habita en el mismo edificio de departamentos, quien se
ocupará de protegerlo.
De allí en más y mientras dura la ausencia de sus padres, el niño debe hacer esfuerzos para adaptarse al nuevo medio, sobre todo teniendo en cuenta los ritos y costumbres de la comunidad judía ortodoxa que lo rodea y a la cual pertenece su protector; también se impondrá que es judío por parte de su padre y que no ha sido circuncidado. Como suele suceder en este tipo de relatos, en un comienzo la relación de Mauro con Schlomo adquiere cierto grado de rispidez, para que posteriormente terminen aceptándose de buen agrado y que el niño sea acogido por la colectividad.
Hamburger logra brindar calidez y simpatía describiendo a los vecinos del lugar con quien Mauro se va vinculando, y entre ellos se destacan la inteligente y desenfadada Hanna (Daniela Piepszyk) y una llamativa mesera (Liliana Castro) por quien el chico experimenta un especial interés. No menos atrayente es la pintura colorida del barrio paulista Bom Retiro, donde transcurren los hechos.Simultáneamente con la opresión política que vive el país, su población experimenta un clima de gran ansiedad con el desarrollo de la novena edición del campeonato internacional de fútbol que tiene lugar en México y en donde Brasil esta a punto de lograr su tercera copa mundial. El realizador aprovecha esta circunstancia especial, transmitiendo la euforia que a través de la pasión deportiva puede alcanzar un pueblo reprimido por la dictadura militar. Cada vez que Pelé logra marcar un gol, explota el entusiasmo de la gente brasileña, más

hermanada que nunca con la expectativa del triunfo. Ese sentimiento de alegría también acompaña a Mauro, aunque no cesa en preguntarse por qué sus padres no dan señales de vida.
He aquí un film fresco y sencillo capaz de equilibrar la nota sombría del panorama político con la exaltación de un pueblo unido a través del deporte. Su final no predecible, ratifica la sensibilidad del director y de sus guionistas Claudio Galperin y Braulio Mantovani volcada en este emotivo y nostálgico relato.
J.G.
PPP
O ANO EM QUE MEUS PAIS SAIRAM DE FÉRIAS (El año en que mis padres se fueron de vacaciones): Presentado en la Selección Oficial del festival de Berlín de 2007 y preseleccionado para el Oscar a la mejor
película extranjera, este segundo film de Cao Hamburger es de los que se caracterizan por su ternura y sencillez

20.11.06

MARRIED LIFE.

Estados Unidos, 2007. Un film de Ira Sachs
Comentarios de Jorge Gutman

Ira Sachs propone en Married Life una visión de la vida conyugal completamente atípica. Su permanente cambio de tono confunde las expectativas del público porque de a momentos se presenta como un drama romántico, en otros parece inclinarse por la comedia negra, tampoco faltan situaciones de suspenso y, en ocasiones, el género melodramático se impone. El problema está que en ninguno de los mismos el film logra conformar porque no queda claro hacia donde apunta; si al principio se cree que quiere enfocar las complejidades que impone estar casado y las consecuencias emocionales de vivir en pareja, lo que sigue después parece desmentirlo.
En base a una adaptación del libro de John Binghamm (“Five Roundabouts to Heaven”), la adaptación cinematográfica de Sachs en colaboración con el guionista Oren Moverman presenta a Harry Allen (Chris Cooper), un respetable hombre casado de mediana edad, quien confiesa a su mejor amigo Richard Langley (Pierce Brosnan) que está perdidamente enamorado de Kay Nesbitt (Rachel McAdams), una hermosa chica mucho más joven que él y que comparte sus mismos sentimientos. Como Harry está convencido de que su esposa Pat (Patricia Clarkson) lo quiere mucho y que si se divorcia de ella le causaría enorme pena, el gran cariño que siente por ella le hace creer que matándola será el único modo de no hacerla sufrir. Si se tratara de un vodevil francés o de una farsa de humor inglés, uno podría
aceptar la premisa propuesta. Sin embargo, la forma seria en que está esbozada impide comprender que un hombre equilibrado y sensato, tal como Harry es descripto, sea capaz de practicar un acto de “eutanasia” para evitar que su mujer padezca el desencanto de ver cómo su matrimonio se desmorona.
A los 20 minutos de desarrollo, el relato va generando la primera sorpresa al revelar que la devota y camaleónica esposa de Harry adopta actitudes que su marido desconoce y que si hubiera llegado a saberlas habría cambiado sus planes. Otras vueltas de giro hacen que Richard utilice sus cualidades de persuasivo seductor para obtener ventajas del triangulo amoroso creado, y por último la joven Kay tampoco resulta ser lo que un principio parecía.
Las situaciones creadas por el guión descolocan al espectador quien a veces no puede contener su risa frente a hechos descabellados que seguramente los libretistas no se lo han propuesto. Lo que está aceptablemente logrado es el suspenso creado cuando Harry comienza a implementar su plan criminal; con todo, carece de la mordacidad y la ironía de las buenas obras de Hitchcock.
La resolución del film permite pensar que lo que uno presenció fue tan solo una fantasía; de otro modo no se explica su complaciente final donde todos quedan absueltos de sus actos y llegan a ser “felices comiendo perdices”.Tratando de emular a los buenos melodramas de Douglas Sirk y en especial
a “Far From Heaven” de Todd Haynes, el film se ubica en 1949 para recrear un estilo de vida en donde la hipocresía de ciertos estratos sociales constituía un instrumento para salvar las apariencias de una frustrada vida marital; en todo caso, para el presente relato, la época en que transcurre no tiene trascendencia mayor.
La nota de gracia de esta película la proporcionan tres de sus cuatro actores centrales. Cooper y Clarkson son dos consumados artistas que pueden transmitir emociones sin mucho esfuerzo y los momentos en que interactúan llegan a ser ampliamente convincentes, a pesar de estar al servicio de una historia que no lo es. Por su parte, Brosnan satisface cada vez más después de haber dejado atrás a James Bond, logrando amplio lucimiento como el elegante “bon vivant” del relato. En cambio guardo mis reservas para la joven Adams quien dista de ser la “mujer fatal” y, aunque muy bonita, en ningún momento establece una química adecuada con Cooper.
La presente es una historia amoral que enfocando aspectos como el amor, adulterio, deslealtad, mezquindades humanas e incluso el homicidio, quiere insinuar que la felicidad de uno no debería ser alcanzada a costa de la desdicha ajena; pero al desdecirse posteriormente de su planteo, lo que queda es un film indulgente donde nada debe ser tomado al pie de la letra. En resumen, uno se encuentra frente a un relato sin rumbo claro que puede entretener pero sin llegar a satisfacer.
J.G.
PP¼

15.11.06

TAXI TO THE DARK SIDE

Estados Unidos, 2007. Un film de Alex Gibney
Comentarios de Jorge Gutman



El autor de este dramático documental –que ganó el Oscar al mejor de 2007-, es Alex Gibney quien también dirigió “Enron: The Smartest Guys in the Room”; así como en ese film consideró la corrupción económica de una gigantesca corporación que quebró dejando 60 mil millones de dólares en deuda, Taxi to the dark side apunta a la corrupción de la ley que convierte a los encargados de aplicarla en individuos con licencia para matar.
La excelente investigación de Gibney sobre lo que significa el abuso del poder, produce evidencias que resultan escalofriantes; el público no está contemplando un relato de ficción, ni tampoco asiste a un documental sobre tragedias que tuvieron lugar en los períodos más sombríos de la Edad Media; lo que está viendo son acontecimientos que tuvieron y siguen teniendo actualidad, en los albores del siglo XXI y en un mundo que uno cree que es civilizado. Si tecnológicamente el hombre ha alcanzado un nivel de excelencia, desde un punto de vista humano no tiene razones para jactarse, después de contemplar este desgarrante documental.
Partiendo de un acontecimiento que en principio parecería puntual, Gibney nos conduce a la “la parte oscura” que hace referencia a procedimientos utilizados para luchar contra el terrorismo después del 11 de septiembre de 2001. Hacia fines de 2002, un taxista afgano de nombre Dilawar fue detenido por ser considerado “terrorista”; después de cinco días de prisión en la base de la fuerza aérea estadounidense de Bagram en Afganistán, falleció a causa del tratamiento que recibió durante los interrogatorios de que fue objeto.

TAXI TO THE DARK SIDE:Utilizando imágenes raramente vistas y en algunos casos desconocidas hasta el presente, el espectador contempla fotos tomadas en centros de detención como los de Abu Ghraib y Guantánamo, donde los supuestos reos se asemejan a animales brutalmente castigados y en algunos casos mutilados


Dilawar, completamente inocente como después se comprobó, fue el primero en la lista de muertos resultantes como producto de la metodología empleada por la administración del gobierno de los Estados Unidos, para sonsacar información de los sospechosos detenidos. La táctica consiste en utilizar técnicas inhumanas de tortura que deterioran la resistencia de los detenidos haciendo que éstos confiesen lo que sus carceleros desean escuchar. Además de que la información obtenida está viciada de valor, las técnicas de humillación y tortura convierten al interrogador en un terrorista similar o superior al del prisionero interrogado. Utilizando imágenes raramente vistas y en algunos casos desconocidas hasta el presente, el

espectador contempla fotos tomadas en centros de detención como los de Abu Ghraib y Guantánamo, donde los supuestos reos se asemejan a animales brutalmente castigados y en algunos casos mutilados.
El documental incluye entrevistas con las familias de los torturados que dejan al espectador en un estado de completa perplejidad y desconcierto. También abarca a altos ex funcionarios de gobierno quienes como interrogadores admitieron utilizar las tácticas inclementes de tortura, siguiendo las órdenes recibidas de sus superiores.
Gibney efectúa una dramática acusación a personajes claves del gobierno de los Estados Unidos, quienes no tienen reparos en condonar las torturas y humillaciones realizadas a los detenidos con tal de lograr la información deseada; de este modo se contraría los principios básicos constitucionales del país, como así también los derechos fundamentales consagrados por el Convenio de Ginebra relativo al trato debido a los prisioneros de guerra.
La moraleja de este documental es que el sistema institucional de tortura homicida infligida a detenidos sospechosos de terrorismo, aniquila los principios morales en la guerra contra el terror; al así hacerlo, pone en tela de juicio el funcionamiento democrático del país más poderoso del mundo al estar generando odios sin límites y un profundo cisma entre los seres humanos.
J.G.
PPP½

14.11.06

SLEEPWALKING

SLEEPWALKING. Estados Unidos-Canadá, 2008. Un film de William Maher

He aquí otro film sobre familias disfuncionales. No es que la familiaridad de su tema lo excluya de un nuevo tratamiento, sino que en este caso se trata de un relato que además de no aportar nada nuevo, es monótono y no satisface emocionalmente.
A partir de la presentación de los títulos se va sabiendo que Joleen Reedy (Charlize Theron) se ve obligada a desalojar la casa de su amante donde estaba viviendo con su hija Tara (AnnaSophia Robb) de 11 años, cuando el individuo es arrestado por producir drogas. Para solucionar su problema de vivienda, ella recurre a su hermano James (Nick Stahl) para que les facilite compartir su modesto departamento.
El guión de Zac Stanford no se caracteriza por su sutileza sino más bien recurre a todos los estereotipos de un relato pedestre. Joleen es presentada como una mujer de vida disoluta preocupada por el sexo y es así que a las pocas horas de llegar a la casa de su hermano, se escapa con un camionero desconocido, abandonando a su niña y obligando a James para que se haga cargo de ella.
A partir de ese momento el film se centra en la relación que se establece entre tío y sobrina. Tara es recelosa de James, un individuo lacónico con las características propias del típico perdedor que no encontró su lugar en el mundo, pero poco a poco se adaptará a él al ir descubriendo su nobleza. Los acontecimientos se van precipitando cuando el hombre pierde su trabajo, debe abandonar su vivienda por no haber pagado el arriendo y se reubica con Tara en la pieza subterránea de la casa de un compañero de trabajo (Woody Harrelson). Los servicios sociales fuerzan a que la chica sea trasladada a un hogar sustituto y cuando eso ocurre, su tío la rescata para iniciar un viaje que los lleva a la granja de su padre (Dennis Hopper). Después de haber estado varios años separados, el encuentro entre ambos es frío; James es objeto de su desprecio y humillación, al propio tiempo que contempla como maltrata físicamente a la nieta que acaba de conocer.
La existencia de una madre desaprensiva, un tío sin carácter y un abuelo cruel, no son los personajes característicos de un producto comercial de Hollywood, pero tampoco sirven para enriquecer a este film independiente; sus connotaciones forzadamente melodramáticas, sus diálogos banales y la carencia de sutilidad para exponer el dramático problema de familias a la deriva, convierten a Sleepwalking en un film rutinario y poco atractivo.
No hay elementos que trasciendan sobre cómo fue la vida de Joleen y James cuando eran niños; lo único que uno puede inferir hacia el final del relato es que la presencia de un padre autoritario y despiadado pudo haberles dejado una cicatriz irreparable. De todos modos, lo que a esta historia le falta es alguna nota de redención o catarsis como para llegar a justificarla.
El desenlace tampoco ayuda. Acontecimientos inesperadamente dramáticos harán que James considere que ya no es más un sonámbulo (de allí el título del film) que se mueve y actúa en forma inconsciente sino una persona que comienza realmente a vivir; lástima que el público no pueda compartir su opinión.
Posiblemente la intención del director William Maher haya sido ilustrar los golpes emocionales que experimenta una inocente niña por formar parte de una familia desintegrada; sin embargo, este sombrío relato peca de artificialidad y no permite que uno se compadezca o se conmisere con sus personajes.
Theron se destaca con su presencia en el poco tiempo que está en pantalla, y tanto Stahl como Robb ofrecen actuaciones inobjetables tratando de rescatar un mediocre guión; lamentablemente, resulta vano el esfuerzo realizado.
J.G.
PP

12.11.06

CITY OF MEN (Cidade des Homens)

Brasil, 2007. Un film de Paulo Morelli

El retrato que Paulo Morelli nos ofrece de Río de Janeiro es lo opuesto al que André Filho, autor de “Cidade Maravilhosa”, concibió en 1934 para homenajear a su querida ciudad; ciertamente, hoy día sigue siendo una de las más lindas del mundo pero lo que City of Men ilustra no es precisamente una postal turística sino el lado sombrío de una urbe donde predominan las luchas internas y rivalidades que tienen lugar en las numerosas favelas que la rodean, atestadas de drogas, delincuentes y criminales. Ése es el marco donde transcurre la acción de este relato que constituye una continuación natural de lo que el director Fernando Meirelles ofreció en 2003 con “Cidade de Deus”, aunque lo que aquí se narra sea diferente. Sin que este film transmita la misma energía y pasión que Meirelles insuflara en su exitosa película, ciertamente ofrece más humanidad y menos violencia, contando con suficientes méritos para llegar a conformar tanto al público masivo como al más selectivo.

La guionista Elena Soarez ofrece una convincente historia de amistad masculina entre dos muchachos de 18 años que aunque intrínsecamente honestos, no pueden sustraerse del medio que los rodea, o sea las villas miserias de los moros brasileños donde nacieron y crecieron. Uno de ellos es Ace (Douglas Silva) que lamenta no haber conocido a su padre por haber sido asesinado cuando era muy pequeño; el joven se vio obligado a confrontar su paternidad cuando su mujer (Camila Monteiro) quedó embarazada, para evitar que su vástago no tuviera que pasar por la misma experiencia de no tener un padre a su lado. El otro muchacho es Wallace (Darlan Cunah), quien también fue criado sin padre porque éste abandonó el hogar cuando él era muy pequeño sin haberlo podido llegar a conocer; ahora necesita encontrarlo porque requiere de su firma para un trámite administrativo que está realizando.

El relato se desenvuelve en dos frentes paralelos que llegan a vincularse. El aspecto más importante es la relación establecida entre Wallace y Heraldo (Rodrigo dos Santos), su progenitor, cuando aquél llega a ubicarlo. Después de haber estado 15 años en la cárcel por un crimen cometido, Heraldo acaba de salir de la misma para gozar de libertad condicional. Aunque al principio el encuentro entre ambos es gélido, lentamente va surgiendo un principio de comunicación, respeto y afecto, permitiendo que Wallace se sienta reconfortado al saber que la presencia paterna le va transmitiendo mayor confianza y seguridad. En ese vínculo es donde Morelli proporciona algunos de los momentos más íntimos y afectivos del film.
Simultáneamente, la historia adquiere características violentas al declararse la guerra entre dos bandas de gangsters por la posesión de sus territorios de actuación; indirectamente, esa confrontación opone a los dos amigos al ubicarlos en bandos enemigos, poniendo a prueba la amistad que los une. Casi en su desenlace, el relato cobra un giro no muy convincente cuando se revela la relación que existió en el pasado entre los padres de Ace y Wallace.
El medio urbano, el clima de inseguridad de los residentes de las favelas y la forma en que van desarrollando sus vidas, están muy bien descriptos a pesar de que eso ya ha sido ilustrado en muchos otros filmes brasileños.

Silva y Cunah, que ya habían actuado en “Cidade de Deus”, proporcionan sólidas actuaciones, aunque por razones de guión, el personaje animado por Cunah le permite mayor lucimiento que el desempeñado por su colega; lo importante es que ambos intérpretes brindan claramente la idea de cómo un medio social hostil puede convertir a muchachos humanos y sensibles en delincuentes corrientes. En tal sentido, Morelli quiere ser optimista, ofreciendo un final auspicioso al entrever para estos jóvenes la posibilidad de emerger del ambiente que les rodea.
En resumen, este nuevo relato sobre el triste mundo de las favelas, atrae por su humanidad, patetismo, la seriedad en que la miseria y violencia son expuestas y por la muy buena descripción de sus personajes.

<>

J.G.
PPP

11.11.06

THE BANK JOB

Gran Bretaña, 2008. Un film de Roger Donaldson

Al anunciarse los créditos de este film, el título va acompañado con la frase “basado en un hecho real”; en efecto, la historia es verídica y ciertamente está rodeada de matices atractivos como para haber justificado su traslado al cine.
En 1971, tuvo lugar un robo en una de las sucursales londinenses del banco Lloyd por parte de un grupo de delincuentes con el fin de adueñarse del dinero y del contenido de las cajas de seguridad de los clientes. El asalto bancario nunca llegó oficialmente a aclararse y además el hecho desapareció de las noticias policiales a los pocos días de haberse producido, con lo que el caso quedó cerrado y sepultado en el olvido. Este film trata de explicar cómo se gestó el delito, las consecuencias del robo y las razones por las que el robo ocurrido no tuvo solución oficial.
En base a lo que antecede, el director Roger Donaldson se vale del guión de Dick Clement y Ian La Frenais para ofrecer su visión sobre lo acontecido y colocar las diferentes piezas de un complicado rompecabezas en el lugar que corresponde.
Terry (Jason Statham) es un hombre de familia con un pasado delictivo y en el momento en que transcurre la acción del film se desempeña como vendedor de coches. Al estar seriamente endeudado, acepta la proposición que le hace Martine (Saffron Burrows), una hermosa modelo con quien tuvo una relación romántica en el pasado, para participar en el asalto del Lloyd en una operación que se presenta como muy sencilla. A continuación congrega a un pequeño grupo de conocidos para planificar el gran robo, lo que involucra la excavación de un túnel desde un negocio vecino hasta conectarse con el banco.
Esta primera parte del film intercala escenas vinculadas con acontecimientos acaecidos un año antes y que recién tienen su explicación en la segunda mitad del relato. Una vez que la operación se concreta exitosamente, sus integrantes se dan cuenta de que en una de las cajas de seguridad franqueadas, se encuentran fotos comprometedoras que muestran a uno de los miembros de la familia real británica en un indiscreto y apasionado “affaire” amoroso. A partir de ahí el film va adquiriendo un ritmo febril y bastante complejo, con numerosos personajes apareciendo en la trama; gradualmente el relato va exponiendo un alto grado de corrupción que envuelve a la policía británica, a altos miembros del gobierno británico, así como a la Agencia de Inteligencia y Seguridad Británica conocida con la sigla MI5.
Aunque el robo dejó muchas preguntas sin respuesta, es indudable que el guión logra que el público simpatice con los delincuentes porque ellos no son más que instrumentos utilizados por inmorales conspiradores que apelan a cualquier medio con tal de ocultar hechos que puedan desmejorar la imagen pública de algunos miembros de la corona británica. El lector de esta nota deberá admitir que eso ocurrió mucho antes de los escándalos que habrían de sacudir a la monarquía en la década del 90.
De algún modo este film está vinculado con la excelente película “Zodiac” al tener en común la existencia de delitos nunca esclarecidos; la única diferencia es que mientras el film de David Fincher está valorizado por el análisis psicológico de un asesino serial y de la obsesión de un investigador para esclarecerlo, The Bank Job privilegia más la acción y el suspenso en un relato más dinámico aunque menos profundo.
Donaldson acierta en la reproducción de detalles culturales de la época, así como otros de tinte político que implican a funcionarios de alto rango en escándalos sexuales y criminales.
La película está bien actuada con un elenco que incluye a nombres poco conocidos donde Statham se destaca por su carismática personalidad y Burrows por su presencia bella y sugestivamente sensual.
En resumen, quien busque un relato entretenido, dinámico y de puro escapismo, este film se lo proveerá.
J.G.
PPP

10.11.06

CARAMEL

Líbano-Francia, 2007. Un film de Nadine Labaki

En su primer film, Nadine Labaki ofrece un relato que agrupa varias historias femeninas, no muy diferentes de lo que el cine americano consideró en varias ocasiones; lo que distingue a Caramel es que su acción transcurre en Líbano, donde las costumbres y la forma de vida de su gente no son necesariamente semejantes a las de Europa o América del Norte. A pesar de no haber grandes sorpresas, el film depara algunos rasgos culturales interesantes de apreciar, dentro de un clima liviano que siempre destila una calidez atrayente, y con cierta dulzura como para justificar el título que lleva.
Casi todo se desarrolla en un salón de belleza de Beirut, en torno a 5 mujeres, de las cuales algunas de ellas trabajan en el establecimiento y otras son clientas del mismo. El local se presta para las confidencias femeninas y a través de las mismas se van conociendo la personalidad y vicisitudes atravesadas por cada miembro del quinteto.
La realizadora se ha reservado un papel en el elenco animando a Layale, la dueña del instituto; mantiene una relación con un hombre casado mucho mayor que ella sin que exista esperanza alguna de que el adúltero marido deje a su señora e hija para irse a vivir con su amante.
Nisrine (Yasmine Elmasri) es una chica musulmana que tiene problemas al irse acercando la fecha de su boda; ella perdió su virginidad sin que su novio aún lo sepa y por eso teme que el hecho le traiga problemas cuando llegue el momento en que él habrá de descubrirlo. Otro de los personajes, probablemente el más osado en términos de las costumbres locales, es el de Rima (Joanna Moukarzel) que siente una inclinación sexual hacia una de sus clientas. Resulta interesante, el modo en que Labaki encara el tema del lesbianismo, un hecho tabú para las costumbres libanesas; con máxima discreción ilustra el ritual de cortejo de Rima, exponiendo la atracción sexual que siente pero que resulta desapercibida a la vista de terceros.

Rose (Siham Haddad), es la tía de una de las personas que trabaja en la peluquería y que enfrentando la última posibilidad de encontrar el gran amor de su vida se halla arrinconada debido a que debe atender a su hermana mayor (Aziza Semaan) quien padece de deterioro mental. Finalmente se encuentra Jamale (Gisèle Aouad), una actriz de edad madura que rehúsa aceptar el paso inclemente del tiempo.
Algunos personajes están mejor desarrollados (Lavale y Nisrine) que otros, y los más logrados son los que ofrecen las situaciones más fluidas y dinámicas del film. Con todo, el tedio nunca asoma porque en líneas generales, el deseo de estas mujeres por realizarse en la vida y el lazo de amistad que las sostiene, terminan contagiando gratamente a la audiencia. Con contrapuntos humorísticos bien logrados, su tono optimista y la acertada observación de ritos culturales, el film satisface a pesar de su levedad y de transitar por terrenos familiares.

<>

J.G.
PPP

9.11.06

THINGS WE LOST IN THE FIRE - DVD

(Paramount) DVD

La directora danesa Susanne Bier, bien conocida en Norteamérica con su penúltimo título “After the Wedding” que fue nominado el año pasado para el mejor film extranjero, hace su debut en el cine americano con un film interesante, donde se destaca la muy buena actuación de Halle Berry. Ella anima a una joven madre de dos niños que llevando una vida matrimonial excelente, el destino quiere que su marido fallezca súbitamente en un acto violento; en esa circunstancia tan especial invita al mejor amigo que él tenía (Benicio del Toro) para compartir su hogar; él, a pesar de su adicción a la heroína, tratará de ayudarla a superar la dolorosa y difícil situación, a la vez que ella llegará a asistirlo en la difícil situación que atraviesa como drogadicto.
En esencia, esta historia de dos personas que se necesitan mutuamente y que mantienen una relación ambivalente de agresión y de compasión extrema, cuenta con momentos tiernos y conmovedores, aunque también hay algunos otros donde su tono melodramático disminuye un poco el nivel del relato. Con todo, el resultado deja un saldo favorable, con un mensaje de esperanza y optimismo al indicar que el ser humano puede llegar a superar adversidades máximas.
Entre los suplementos de esta edición figuran la inclusión de 7 escenas que fueron suprimidas en oportunidad de su montaje final y una discusión sobre la temática del film donde participan la directora, el guionista Allan Loeb, el productor Sam Mendes y algunos de los actores. Tanto el film como los agregados cuentan con subtítulos en inglés, francés y español.

FUNNY GAMES

Estados Unidos, 2007. Un film escrito y dirigido por Michael Haneke

Michael Haneke, quien fue guionista y realizador del film austríaco de 1997 “Funny Games”, repite su experiencia en la versión estadounidense que hoy se estrena. No se trata de una remake con variaciones, sino de una reconstrucción de la obra original cuyos cambios se limitan al lugar donde transcurre la acción –Estados Unidos-, la presencia de un elenco americano y el empleo del idioma inglés en vez del alemán.
Considerando la sólida construcción del relato, su impecable sobriedad y cautivante suspenso, se puede afirmar que valió la pena haber enfocado nuevamente el mismo tema ya que su contenido tiene hoy día más trascendencia que hace 11 años; en efecto, si se tiene en cuenta los múltiples actos de barbarie gratuita cometidos por asesinos e inadaptados sociales durante la última década, el relato además de mantener vigencia se presta a la reflexión sobre si acaso la violencia individual es algo inherente o no a la naturaleza humana.
El film se centra en un núcleo familiar –padre, madre y un hijo de 11 años- que se apresta a disfrutar de vacaciones en su casa ubicada frente a un lago y un tanto aislada de otras residencias de la zona. Allí llegan inesperadamente dos jóvenes de veintitantos años de edad, quienes apelando al empleo de un lenguaje articulado y con un comportamiento amable y humilde comienzan a manipulear sutilmente a la dueña de casa, para bien pronto convertirse en desagradables invasores que mantendrán como rehenes a sus tres moradores. De allí en más, todo está dispuesto para una larga y sombría velada de terror y tortura.
Aquí no se está frente a ladrones o asaltantes que llegan a un lugar en procura de dinero o a la espera de lograr algo que les beneficie. Se trata simplemente de dos muchachos psicópatas –supuestamente de buena educación formal- que en un principio parecerían no saber que irán a hacer con sus forzados anfitriones.
La tensión creada en la primera hora del film es palpable debido a que Haneke ha sabido crear una atmósfera de angustiante suspenso. Los agresores van delineando los pasos que seguirán en función de las reacciones de sus rehenes. Eso impide que el espectador –si acaso no vio el film original-, pueda anticiparse a lo que habrá de ocurrir en la escena siguiente. El sadismo llega a su climax cuando los jóvenes imponen a la inocente familia unos juegos peligrosos cuyas características no hacen más que sacudir y perturbar a la audiencia.
La interpretación de Tim Roth y Naomi Watts es de máxima naturalidad, beneficiada en parte por las tomas en primer plano que van resaltando la expresividad de sus rostros y permitiendo saber qué es lo que están pensando; uno se olvida de estar contemplando a actores bien conocidos, para en cambio creer que esas víctimas acorraladas por dos jóvenes diabólicos son reales. Por su parte, Michael Pitt y Brady Corbet -como los psicópatas de esta historia- transmiten la inquietud, peligrosidad y trastorno de sus personalidades con notable intensidad. En un rol de apoyo, también es loable la participación del niño Devon Gearhart quien protagoniza una secuencia de gran suspenso cuando logra escapar de uno de sus captores y es perseguido en forma implacable.
Haneke ha logrado un film remarcable. Se trata evidentemente de un relato fuerte y desagradable pero realista, donde el director ha eludido por completo explotar la violencia en forma gratuita; las escenas más desagradables escapan a la vista del espectador aunque por supuesto la violencia verbal y emocional impera a lo largo del film dado que ésa es su razón de ser. Como ya ha ocurrido con otros títulos de su filmografía (en especial “Caché”), este director subvierte las expectativas del público en materia de resolución; sin duda, no se trata de un defecto, sino más bien de una virtud que el público selectivo sabrá apreciar.
J.G.
PPP

8.11.06

PARANOID PARK

Francia, 2007. Un film de Gus Van Sant

Como narrador minimalista y apartado de lo convencional, Gus Van Sant sigue siendo el realizador que apela a un cine elíptico, misterioso y poco revelador; su último trabajo, Paranoid Park, no es la excepción aunque sea uno de sus filmes más accesibles. Está basado en una novela de Blake Nelson cuyo relato tiene más sustancia –en el sentido tradicional del término- y menos hermetismo que otros títulos de su filmografía. Lo que en cambio sigue siendo una constante es su preocupación en explorar el mundo adolescente; así como ocurriera con “Drugstore Cowboy”, “My Own Private Idaho”, “Gerry”, “Elephant” –para citar algunos ejemplos-, este film capta la alienación y la angustia de un adolescente desorientado, cuya inocencia natural se ve quebrada por hechos que aparentemente no puede controlar.
El protagonista es Alex (Gabe Nevins), un adolescente de 16 años aficionado al skate, quien en forma accidental está involucrado en la muerte de un agente de seguridad de ferrocarril que tuvo lugar en la vecindad de “Paranoid Park”, uno de los parques transitados por drogadictos, prostitutas y otra gente de mala fama de la ciudad de Portland. Como es usual en su cine, Van Sant rehuye la narración lineal optando por una estructura fragmentada con saltos temporales, para ir incorporando los datos faltantes de la historia a medida que avanza el relato.
A primera vista, el film se centra en el misterio del crimen; sin embargo, su principal objeto es el estudio de la personalidad de Alex. El joven está afectado emocionalmente por diferentes razones; por un lado, el proceso de divorcio que están viviendo sus padres, quienes hacen todo lo posible para que ese hecho sea lo menos penoso para él y su hermano menor; por otra parte se une la presión de su novia (Taylor Momsen) para mantener relaciones sexuales, donde ninguno de los dos ha tenido aún experiencia en la materia; a ello se agrega el episodio del mortal accidente que no se anima a compartirlo con nadie; resultado de todo eso es el pánico, la inseguridad y la confusión que lo embarga.
Como es su costumbre, Van Sant no acostumbra a dar explicaciones sobre la conducta de sus personajes; sus movimientos, actitudes y reacciones son los que ofrecen ciertas pistas para que cada espectador infiera sobre la motivación y racionalidad de sus actos. También y de acuerdo a su forma de narrar, el realizador contrapone lo que objetivamente el público ve con lo que subjetivamente vive o siente su personaje central; aunque el esfuerzo resulta fructífero, no siempre se logra una perfecta conciliación entre esas dos visiones.
Esa adolescencia triste, apagada y sin grandes esperanzas, está muy bien captada en las imágenes filmadas en 35 milímetros por el excelente director de fotografía Christopher Doyle, quien en esta oportunidad contó con la colaboración de Rain Kathy Li filmando en súper 8 las escenas de patinaje. La interpretación a cargo de actores no profesionales, resulta en líneas generales adecuada.
Es muy posible que algunos espectadores objeten la lentitud del relato, su frialdad emocional y la ausencia de un desarrollo dramático más sólido. Habrá otros que queden impresionados por su riqueza visual y que lleguen a consustanciarse con el derrotero de un adolescente en proceso de madurez para asumir la responsabilidad de sus actos; así lo consideró el jurado oficial del último festival de Cannes que distinguió al film con el premio del sexagésimo aniversario.
J.G.
PP½

7.11.06

OPERATION FILMMAKER - DVD

(Mongrel Media-Metropole)

Este documental de Nina Davenport, presentando en el TIFF pero nunca estrenado comercialmente en Canadá, examina cómo las buenas intenciones pueden llegar a fracasar por problemas de colisión cultural.
En 2004, el actor Liev Schreiber decide ayudar a Muthana Mohmed, un estudiante de cine de 25 años que vive en Irak, tratando de ubicarlo en un medio mucho más propicio para desarrollar su carrera de cineasta. Para ello lo invita a la República Checa para una pasantía en un film (“Everything thing is illuminated”) que Schreiber iba a rodar en ese lugar. Lamentablemente, el comportamiento del joven o las expectativas que el equipo americano aguardaba de él, produjeron un severo cisma entre las partes; eso se debió porque Mohmed no desconocía la cultura occidental con respecto a cómo comportarse, o bien porque de alguna manera la ocupación de Estados Unidos en su país haya hecho que él esperase ser tratado en forma más complaciente por parte de sus anfitriones americanos. Lo cierto es que la conducta oportunista del iraquí hace que la paciencia de Schreiber y del productor asociado al proyecto se agotara, quedando la suerte de del muchacho librada al azar en un país extranjero. Es ahí que la directora de este documental interviene por razones morales, suministrándole apoyo financiero.
Eso queda ratificado en el extra del DVD donde en la entrevista realizada a Davenport ella compara la experiencia de Mohmed con la invasión estadounidense a Irak; en ambos casos las operaciones no salieron como estaban planeadas.
En resumen, este documental queda expuesto como una mera curiosidad, donde se refleja la humana tendencia de proyectar las ideas y valores personales en otras personas pero que después no proporcionan el resultado esperado

6.11.06

ANGRY MEN - DVD

(Metro Goldwyn Mayer)

A 50 años de su estreno, esta ópera prima del realizador Sidney Lumet sigue siendo un film remarcable. Dado que todo transcurre en un solo escenario, la película podía haber resultado teatral y de poco dinamismo en términos cinematográficos. Nada de eso sucede; gracias a un tema de implicaciones morales y un guión sobresaliente de Reginald Rose, Lumet ha logrado un drama impecable.
Una docena de individuos deben deliberar como miembros de un jurado para decidir si un hombre acusado de haber asesinado a su padre es o no culpable. El juicio ya ha terminado y por lo tanto lo único que falta es el veredicto. Para que el reo sea declarado culpable, la decisión del jurado debe ser unánime; de así serlo, la culpabilidad tendrá como consecuencia la pena de muerte; para ello, el jurado deberá tener en cuenta de que si existe la mínima duda razonable, la sentencia no puede ser condenatoria.
Dentro de un film donde los diálogos adquieren importancia capital, Lumet ha sabido crear un clima de tensión que no está basado en la acción sino en las emociones personales de los participantes a medida que el debate progresa. En última instancia el suspenso del film no reside en saber si el acusado es o no culpable sino en la circunstancia de que se pueda condenar a muerte a alguien que pudiera ser inocente, aunque la probabilidad fuese mínima.
El relato se presta a una extraordinaria descripción de caracteres como pocas veces se ha visto en cine; así, encontramos al hombre de gran humanidad que al principio de la votación es el único que cree en la inocencia del inculpado, junto a él está el tipo que se identifica con la víctima y está convencido de la culpabilidad del acusado, y todos los restantes quienes en mayor o menor grado emiten sus opiniones en función de sus vivencias personales y de una buena dosis de prejuicios. Lumet, capta cada uno de sus rostros a través de logrados primeros planos que van reflejando el estado de ánimo que viven durante el acalorado proceso de deliberación.
Con un elenco encabezado por el inolvidable actor Henry Fonda, acompañado de un excepcional Lee J. Cobb y de otros prestigiosos actores, este film es un ejemplo de cómo se puede hacer un cine de calidad sin recurrir a efectos especiales, o grandes despliegues que impresionen la vista, y sin necesidad de exhibir sexo o violencia.
Esta edición especial del coleccionista refleja es de gran nitidez y entre sus extras cuenta con un comentario audio del historiador de cine Drew Casper; además incluye dos cortos, uno de ellos referido al proceso de filmación y el otro denominado “Dentro de la Sala del Jurado”. El DVD es presentado en mono únicamente; dada las características del film no se hace necesario un sonido estéreo. Además de la versión original inglesa, puede ser doblado al francés o al español, como así también cuenta con subtitulado en cualquiera de los tres idiomas mencionados.

5.11.06

THE COUNTERFEITERS (Die Falscher).

Austria, 2007. Un film de Stefan Ruzowitzky

La tragedia del holocausto ha sido objeto de innumerables películas y aquí, otra vez más, el director vienés Stefan Ruzowitzky vuelve a considerarlo. ¿No es tiempo de dejar de tratar tópicos largamente analizados? La respuesta es un contundente “NO”. Como el realizador lo señala en un reportaje realizado sobre este film, en la Europa de hoy día –más concretamente en Austria- existen partidos políticos de extrema derecha asociados a la ideología nazi, que representan el 20% de los sufragios emitidos; esa fría estadística es escalofriante y es por eso que los episodios descriptos por The Counterfeiters resultan importantes, sobretodo cuando se está frente a un relato de calidad, como acontece con este film.
El relato está inspirado en un hecho real acontecido durante la Segunda Guerra donde los nazis elaboraron un plan secreto para desestabilizar las economías de Gran Bretaña y Estados Unidos, los dos principales países adversarios de Alemania.
Salomon Sorowitsch (Karl Markovics), el personaje principal basado en la verdadera persona de Salomon Smolianoff, es un artista judío que además de pintor y retratista es también un excelente falsificador. Antes del comienzo de la guerra es encarcelado por la Gestapo y conducido al campo de concentración de Mauthausen; posteriormente es transferido a otro en Sachsenhausen, donde sus dotes especiales llegan a conocimiento del comisario Herzog (Devid Striesow); así, éste le encomienda liderar a un pequeño grupo de prisioneros para ocuparse de la falsificación en gran escala de libras esterlinas, para que los nazis puedan seguir financiando la guerra. Aislados del mundo exterior, Sally y su equipo de expertos logran un éxito rotundo ya que ni siquiera el Banco Central de Inglaterra duda de la legitimidad de los billetes falsificados. Como recompensa, este grupo es objeto de un tratamiento privilegiado, como gozar de buenas comidas, disponer adecuadas camas para descansar, recibir tabaco de buena calidad, aparatos de radio y hasta una mesa de ping pong para jugar durante los “ratos de ocio”.
El relato asume la forma de un thriller por cuanto los prisioneros sabían que estaban permanentemente amenazados de muerte si no cumplían satisfactoriamente con su cometido. Eso hace crisis, cuando en un momento dado se produce una disensión dentro del grupo; Adolf Burger (August Diehl), uno de sus miembros que se ocupa de la tipografía y había perdido a su esposa en Auschwitz, decide no seguir adelante con esta operación para no ser un lacayo de los nazis al servicio de una causa que los beneficia. La tensión adquiere mayor relevancia, cuando Sorowitsch recibe la orden de falsificar dólares estadounidenses y Burger se opone. ¿Cómo es posible sabotear la operación cuando eso significará una muerte segura?
Más que centrarse en la tragedia del holocausto, el film tiene como eje central el gran conflicto moral expuesto, al contraponer la actitud pragmática de Sorowitsch con el idealismo de Burger sabiendo que con su conducta está alentando una causa innoble.
Tácitamente, el film plantea a su público sobre qué es lo que haría en un caso semejante. Obviamente, no existe una fácil respuesta para esta situación por cuanto solo puede saberlo aquél que haya atravesado por una experiencia similar. En todo caso, no es difícil comprender que el instinto natural de supervivencia pueda ser más fuerte que asumir el carácter de mártir para bien de la humanidad.
Más allá de este difícil dilema, el director remarca los horrores de la guerra con gran sutileza y evitando, en la medida de lo posible, situaciones gráficas violentas que repugnen el sentimiento del espectador. Se podría objetar de que Ruzowitzky haya narrado su historia utilizando un criterio más cerebral que emocional; sin embargo, personalmente considero que el film trata con profundidad y respeto a sus personajes, logrando exaltar y sensibilizar al público a pesar de que emocionalmente no alcance la dimensión de otros relatos de tema similar.
El director ha reunido a un excelente elenco de intérpretes encabezado por Markovics en el rol central; este actor ha logrado una acertada composición, al caracterizar a un hombre con un rostro banal, nada carismático ni físicamente atractivo, y que a pesar de no ganar en principio la simpatía del espectador, demuestra a la postre poseer ciertos valores que otorgan integridad a su persona.
Un dato curioso de esta película es que en su banda sonora predominan varios tangos porteños,-“Mano a Mano”, “Volver”, “Por una cabeza”, “Cuesta Abajo”-; a pesar de que ningún espectador de origen latino habrá de objetar su inclusión, la música porteña no guarda asociación con el contenido del relato.
El film ha sido recompensado recientemente con el Oscar a la mejor película extranjera de 2007; se trata de una distinción bien merecida.
Jorge Gutman (J.G.)
PPP½

4.11.06

BE KIND REWIND

Estados Unidos 2008.

Un film escrito y dirigido por Michael Gondry
Michael Gondry, uno de los más respetables directores independientes del cine americano (“The Science of Sleep”, “Eternal Sunshine of the Spotless Mind”, “Human Nature”), sorprende negativamente en su último y desafortunado film. Cuesta creer que él sea el mayor responsable mayor de un relato tan pobre en ideas y en ejecución como lo es Be Kind Rewind.
Las primeras secuencias parecen prometer algo mejor que lo viene después; en líneas generales el público se encuentra con una comedia muy mediocre y extremadamente insulsa debido en gran parte a un guión poco refinado y pedestre.
Queriendo insuflar un humor irreverente y absurdo, el director presenta a Jerry (Jack Black), un lunático y excéntrico perdedor que colabora en un video club de New Jersey manejado por su dueño Mr. Fletcher (Danny Glover) y Mike (Mos Def), un empleado que a su vez es amigo de Jerry.
Por un accidente –que por lo ridículo no vale la pena relatar cómo se produjo- Jerry súbitamente ve magnetizada su mente, de manera que al acercarse a los videos VHS del local, va eliminando el contenido de las cintas expuestas. Como de por sí el negocio, ubicado en un edificio decrépito a punto de ser demolido, no genera ingresos por su escasa clientela, el hecho de haberse dañado el stock completo de películas empeora aún más la situación económica de Fletcher. Para salir del apuro, Jerry y Mike deciden reconstruir películas clásicas y/o populares (“Ghostbusters”, “Driving Miss Daisy”, “Robocop”, “The Lion King”, etc.) recurriendo a una cámara video para filmar sus propias versiones de los casetes desaparecidos, donde cada uno de ellos no supera los 20 minutos de duración; eso no impide de que la operación sea un suceso total, ya que súbitamente una multitud comienza a invadir el negocio para alquilar los videos rehechos.

Para que la premisa inicial descripta pueda ser aceptada es necesario suponer que: 1) no existe obstáculo alguno para reproducir un centenar de títulos en escasos tres o cuatro días, y 2) el público es lo suficientemente ingenuo para suponer que las películas que ahora alquilan son auténticas.
El criterio de credibilidad puede obviarse cuando un relato que pretende ser cómico cumple con su propósito de divertir. Eso está ausente aquí porque Black, en especial, poco o casi nada entretiene al sobreactuar y parecerse más a un pobre payaso -en el sentido negativo del término-, que al eficiente comediante que ha demostrado ser.
La parte central del film es extremadamente aburrida y las tonteras de Jerry y Mike en lugar de provocar carcajadas generan bostezos, en gran parte porque las escenas filmadas carecen del dinamismo necesario como para ofrecer buenas caricaturas del calco que se está efectuando; para peor, múltiples secuencias sufren del efecto repetitivo que ponen a prueba la paciencia del público.
La historia pretende adquirir complejidad dramática cuando los abogados que representan a los estudios de Hollywood descubren que Fletcher, Mike y Jerry han infringido los derechos de autor de los filmes originales y son acusados de “piratería”. Pero Gondry utiliza esa vía para que el film adopte una moraleja de solidaridad humana; así se aprecia cómo el espíritu comunitario prevalece cuando todo un vecindario se congrega para filmar una auténtica película. Pero a no engañarnos; esa amable escena final carece de la poesía o emoción que Frank Capra solía infundir a sus fabulosos relatos; además, el desenlace no condice con lo que se muestra a lo largo de su decepcionante relato.
En materia interpretativa no hay mucho para rescatar ya que el guión no alienta ninguna posibilidad de trascender, excepto el aire juvenil aportado por Melonie Diaz; el elenco incluye a dos actores de la vieja ola como Mía Farrow, completamente desperdiciada, y Sigourney Weaver, en un rol menor.

<>

J.G.
P

3.11.06

CONTINENTAL, A FILM WITHOUT GUNS

Canadá, 2007. Un film escrito y dirigido por Stéphane Lafleur

Este film fue presentado por primera vez en el festival de Venecia y posteriormente fue exhibido en el TIFF donde obtuvo el premio a la mejor ópera prima canadiense del director Stéphane Lafleur. Se trata de un relato sosegado y tranquilo cuyo tema trasciende las fronteras de la provincia de Québec –donde transcurre la acción- para alcanzara validez universal.
En los albores del presente siglo, los avances de la tecnología hacen que las costumbres, cultura y forma de vida hayan drásticamente cambiado permitiendo que el individuo pueda vivir completamente aislado; sin embargo, esa soledad contribuye a producir una marcada incomunicación. Lafleur ha intentado explorar este fenómeno a través de una historia que en lugar de abordar la arista dramática que la soledad engendra, prefiere utilizar la comedia negra, irónica y de humor seco, para transmitir lo que se propone.
La primera escena muestra a un hombre que se despierta en el autobús en el que estuvo viajando, encontrándose solo. En medio de la noche, se baja del vehículo que se encuentra próximo a un bosque y se interna en el mismo, para esfumarse en la oscuridad del sendero. A partir de allí, Lafleur ubica a cuatro personajes que directa o indirectamente tienen vinculación con el hombre desaparecido. En primer lugar se ve a su esposa Lucette (Marie-Ginette Guay) que preocupada de que su marido no haya retornado al hogar, recurre a la policía para que dé con su paradero. Simultáneamente se contempla a Louis (Réal Bossé), un joven padre de familia que postula al cargo de vendedor de seguros que había ocupado el desaparecido; como está atravesando un problema conyugal, temporalmente se está alojando en un motel. Allí, se encuentra Chantal (Fanny Mallete) trabajando como recepcionista; ella sueña con llegar a algún lugar donde pueda cambiar su rutinaria existencia; para sentirse más acompañada, deja mensajes en su contestador telefónico. Finalmente está Marcel (Gilbert Sicotte), un viejo jugador compulsivo a quien Chantal recurre para reparar su respondedor.
Los cuatro caracteres descriptos son individuos corrientes, sin particularidad especial o quizás sería mejor caracterizarlos como antihéroes que tratan de adaptarse a las circunstancias rutinarias del diario vivir y cuya incomunicación los transforma en personas vulnerables y frágiles. Ese cuadro de seres esforzándose de conectarse entre sí, está magníficamente descripto en un relato donde no pasa realmente gran cosa; con todo, el intento de esta gente para llenar su vacío existencial está excelentemente transmitido, permitiendo que el relato alcance momentos de tensión que trascienden al espectador.
Lafleur ha evitado que su historia deprima; apelando a situaciones cuyo humor incisivo es generado por situaciones absurdas pero convincentes, este joven realizador ha logrado un film personal y diferente. “Continental” es un ejemplo de buen cine y ciertamente sus méritos han sido reconocidos ya que ha sido nominado para varios Genies, entre ellos al del mejor film canadiense del año.
J.G.
PPP

2.11.06

THE BAND’S VISIT

Israel, 2007. Un film dirigido y escrito por Eran Kolirin
Una de las más agradable sorpresas que tuve en el último festival de Cannes fue “descubrir” un pequeño gran film del cual no tenía ningún comentario previo. Presentado en la categoría oficial “Un certain regard”, al minuto de haber terminado su primera proyección, la reacción positiva de la crítica y gente de la industria fue unánimemente consagratoria y el nombre de Eran Kolirin comenzaba a ser reconocido internacionalmente. En su ópera prima como director, Kolirin ofrece una historia humana y universal acerca de la influencia espiritual de la música y de la solidaridad que se establece entre personas de culturas diferentes. Además, lo más remarcable, es que la acción del film transcurre en una región del mundo donde la tensión siempre está presente a causa del eterno conflicto árabe-israelí. Afortunadamente el realizador, sin desconocer la realidad vigente y con una visión positiva –la única para perseverar y seguir adelante-, optó por narrar una bella fábula adulta que llega fácilmente a cualquier audiencia.
Una pequeña banda orquestal de policía de Alexandría (Egipto) llega a Israel para tocar en ocasión de la ceremonia de inauguración de un centro cultural árabe. Por problemas burocráticos, nadie la aguarda a su llegada al aeropuerto y es entonces que sus 8 integrantes liderados por Tewfiq (Sasson Gabai), su director, deciden valerse por sí mismos para llegar al lugar donde tendrá lugar el evento. Al abordar un autobús equivocado, quedan varados en medio del desierto y se ven forzados a aguardar hasta el día siguiente para que otro medio de transporte los conduzca a destino. Es ahí donde en ese pueblo perdido del mundo, se encuentra Dina (excelente Ronit Elkabetz), la sensual propietaria de un pequeño café al paso, quien ofrece a los viajeros albergue, comida y un poco de entretención. Lo que transcurre durante esa breve estadía de casi 24 horas es lo que valoriza a este bello film. Así, conversaciones a veces no muy cómodas mantenidas en dificultoso inglés, silencios expresivos, un poco de música agradable y algunas escenas de chispeante humor surgidas de actitudes naturales que emergen del contraste de personalidades entre los miembros del grupo y entre ellos y su anfitriona, van configurando un cuadro de pintura nostálgica, entremezclada con tierna dulzura que de ningún modo bordea en el sentimentalismo forzado.
Kolyrin, ingeniosamente dotó a su guión de diálogos realistas enfatizando situaciones donde sus personajes demuestran la condición instintiva de generosidad y apoyo, más allá de las fronteras geográficas, raciales, religiosas o políticas que lamentablemente dividen al mundo. Al así hacerlo, logró una comedia donde la música y el espíritu humano se manifiestan a través del genuino amor universal que permite que la gente pueda reunirse y comunicarse entre sí.
Merecido ganador del premio de la crítica en Cannes, el film cuenta con un homogéneo nivel de interpretación que contribuye aún más realzar la calidad de este cálido relato. J.G.
PPP½

1.11.06

IN BRUGES

Gran Bretaña, 2008. Un film de Martin McDonagh

Martin McDonagh, importante dramaturgo británico y ganador de un Oscar en 2006 por su corto “Six Shooter”, incursiona en el largo metraje utilizando un guión que le pertenece. La película es una mezcla de varios géneros donde predomina la comedia negra, con ciertas reminiscencias a algunos de los filmes de los hermanos Coen.

Como su nombre lo indica, la acción transcurre en la ciudad de Brujas, una pequeña y bien preservada ciudad histórica medieval ubicada en Bélgica, cercana a Bruselas. Allí llegan Ray (Colin Farrel) y Ken (Brendan Gleeson), dos irlandeses asesinos a sueldo. Después de una ejecución que tuvo lugar en Londres y que no fue bien resuelta por Ray, ambos criminales son enviados por su jefe Harry (Ralph Fiennes) a Brujas para apaciguar los ánimos y aguardar las instrucciones telefónicas que él les habrá de transmitir desde Inglaterra.

La primera parte del film es un buen estudio de caracteres describiendo las personalidades de estos dos forzados turistas esperando el llamado de Harry. A la frustración y neurosis del joven Ray de tener que compartir una habitación con su compañero y sentirse prisionero de una ciudad que le disgusta, se contrapone el carácter bonachón y paternal del más maduro Ken para disfrutar del lugar frente a las circunstancias presentes.


El espectador tiene la oportunidad de pasear un poco por la hermosa “Venecia del Norte”, plena de canales, puentes y calles empedradas, con la arquitectura gótica de sus edificios, su animada plaza del mercado y la imponente Torre del Campanario donde después de una complicada subida de 366 pasos para llegar al pináculo el visitante es recompensando con la impresionante vista panorámica de Brujas. Esta descripción tiene relevancia por cuanto gran parte de los acontecimientos transcurre en ambientes exteriores que convierten a la ciudad en co-protagonista del relato. En este paradisíaco lugar, Ray y Ken atravesarán sus primeras experiencias con la gente local, algunos turistas, un actor enano (Jordan Prentice) americano filmando en el lugar, algunas prostitutas y Chloë (Clémence Poésy), una joven que ocultando al principio sus verdaderas intenciones vivirá un romance con Ray.

Al promediar la historia, el guión cobra un giro inesperado –para peor- contribuyendo a que el film pierda su vigor inicial. Eso sucede cuando Harry llega al lugar de la acción y la historia se descarrila para convertirse en una guerra de hampones; aunque totalmente impredecible, el relato desemboca en un callejón sin convincente salida. Quizás, la desilusión sea mayor porque el film iba creando expectativas muy favorables, favorecidas por excelentes diálogos y por la presencia de un humor campechano capaz de suavizar tensiones.

Las interpretaciones de Farrell y Gleeson compensan en gran parte los desniveles del guión. Curiosamente, Farrell repite con su personaje características muy similares a las que encarnó en su film precedente (“Cassandra’s Dream”), aún no estrenado; el complejo de culpa que carcome a Ray a lo largo del relato está muy bien transmitido por el actor, demostrando que este asesino aún conserva algún rasgo de humanidad. Esa misma cualidad trasciende en el personaje de Gleeson donde Ken prefiere ser leal a su compañero de crímenes que a su despiadado jefe.

A pesar de su fallida estructura narrativa, el film no aburre y siempre se deja ver gracias a momentos tiernos y divertidos, a su buena interpretación central, a personajes secundarios pintorescos y al marco de Brujas que es realmente placentero.



J.G.
PP½