9.10.24

CINE EN LA PLAZA: “THE APPRENTICE” (“EL APRENDIZ”)—Hágase a Trump

Comentario de Sergio Martínez

Justo a poco tiempo de las elecciones presidenciales en Estados Unidos se estrena este film dirigido por Ali Abbasi, con guión de Gabriel Sherman, y que enfoca los inicios de la carrera empresarial de Donald Trump. El film no incursiona en las movidas del magnate con posterioridad a los años 90, por lo tanto, no hay referencias a sus pretensiones presidenciales, aunque en una oportunidad durante una entrevista de prensa en que hablaba de cambiar el mundo, le preguntan sobre esa posibilidad.

Son los finales de la década de los 70 y Trump (Sebastian Stan) trabaja para su padre en la compañía inmobiliaria que lleva su apellido y que posee varios edificios de renta mediana en Nueva York. Aunque ostenta el título de vicepresidente de la compañía, su trabajo no tiene mayor glamour y hasta tiene que lidiar con arrendatarios hostiles u otros que ni siquiera se dignan abrir la puerta cuando va a cobrarles el alquiler. Sin embargo, Donald ya tiene en vista horizontes más amplios y la oportunidad se presenta cuando conoce al abogado Roy Cohn (Jeremy Strong), conocido por sus agresivas actuaciones en los juzgados neoyorkinos.

El abogado Roy Cohn (Jeremy Strong) le impartirá a 
Donald Trump (Sebastian Stan) importantes reglas que
éste aplicará hasta hoy

Cohn, un hombre de extrema derecha que habitualmente está litigando contra agencias gubernamentales tratando de revertir políticas liberales, se convertirá en el mentor de Donald y sin duda sus enseñanzas habrán de moldear en gran medida la conducta posterior de su protegido, en especial cuando lance su carrera política. En ese período de aprendizaje Cohn le había enseñado sus tres reglas de oro, que él mismo utilizaba en su práctica profesional. Primera: atacar, atacar, atacar; segunda: nunca admitir algo, negar siempre; y tercera: declarar victoria y nunca reconocer derrota. De alguna manera, estas reglas marcarán el patrón de conducta de Trump, tanto en los negocios, como en sus encuentros con la justicia y, por cierto, en política.

La aplicación de estas reglas lleva además a una interesante situación con connotaciones axiológicas e incluso epistemológicas: no hay verdad. O, mejor dicho, la hay, pero siempre es mi verdad versus otras que reclaman también ser verdad. Una interesante postura que, llevada hasta sus últimas consecuencias, hace prácticamente imposible argumentar en un sentido medianamente coherente. 

La película nos traslada muy bien a los 80, marcado por las políticas económicas de Ronald Reagan y la irrupción del SIDA como la gran amenaza de ese tiempo. Esta última tendrá un importante impacto sobre quien ejerció esa enorme influencia formativa sobre Trump.

El entonces joven Trump con  Ivana (Maria Bakalova), 
su primera mujer

Eventos que impactan la vida personal de Donald Trump están bien reseñados en el film pero siempre circunscritos a esa esfera particular, sin llegar a interferir en los planes globales de Donald, la relación con su padre Fred (Martin Donovan), la condición de fracaso que rodea a su hermano Freddy (Charlie Carrick) y, por cierto, su primer matrimonio con Ivana (Maria Bakalova).

En el plano de sus relaciones con las mujeres, el film retrata muy bien esa extraña adicción de Donald por mujeres de un medio, si no abiertamente prostibulario, muy cercano a él. Su primera mujer, Ivana, una mujer no particularmente atractiva, ciertamente no de la belleza más refinada de su actual mujer, Melania, delata que en ese tiempo de juventud a Trump parecía fascinarle un tipo de mujer de bajo rango social.

Con su padre, Fred (Martin Donovan),
no siempre estuvo de acuerdo

El Aprendiz es ciertamente un film que recomendamos porque presenta de un modo muy certero “como se hace” un personaje que, desde el siempre escabroso mundo de los negocios, se traslada a la política llevando consigo las mismas cue
stionables prácticas que lo han convertido en un figura mítica para muchos. Las actuaciones de los dos personajes principales son muy sólidas, Stan adopta muy bien los gestos y maneras de Trump; Strong, por su parte, personifica convincentemente al abogado Cohn en todo su exuberante despliegue de poder, y luego también en su caída. Un enfoque muy crítico del personaje central, pero sin caer en la superficialidad ni en la descalificación. Por cierto, este film además provee un tópico de conversación para largo tiempo.

Duración: 120 min.

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