Comentario de
Sergio Martínez
El teatro de
revistas, también conocido como “teatro frívolo”, ha tenido una larga historia
con grupos de baile que han gozado de notable fama, como el Folies Bergère de
París. En años recientes, sin embargo, las expresiones menos famosas de esos
espectáculos que proliferaron en diversas ciudades del mundo están desapareciendo.
Con su partida se van también las bailarinas acicaladas con pequeños trajes que
apenas cubren sus cuerpos, mientras lucen elaboradas armazones con lentejillas brillantes
y coloridos plumajes.
|
Pamela Anderson entrega una convincente Shelly |
The Last
Showgirl, película
dirigida por Gia Coppola, es una suerte de homenaje a ese género, en este caso
centrado en Las Vegas, una capital del entretenimiento en Estados Unidos que en
la época de oro del cabaret albergó a muchos de ellos en los casinos y áreas
aledañas. Con la llegada del nuevo
siglo, sin embargo, otras formas de entretenimiento desplazaron al teatro
frívolo: circos como el Cirque du Soleil o en un ámbito más sórdido, los locales
que presentan striptease o bailarinas a las mesas relegaron al cabaret y con
ello a quienes eran sus no siempre reconocidas estrellas.
Shelly (Pamela
Anderson) se había integrado al cuerpo de baile de Le Razzle Dazzle en los años
80 y por treinta años en el escenario ha llegado a considerar que su trabajo es
realmente una forma de arte, ella realmente ama lo que hace. Ese parecer es
compartido por su amiga Annette (Jamie Lee Curtis), ahora ya retirada del baile
y trabajando en un casino sirviendo cócteles, eso sí, con la advertencia de que
la edad es la enemiga del oficio.
|
Annette (Jamie Lee Curtis) una ex bailarina |
El pasar
relativamente previsible de la vida de Shelly y sus colegas bailarinas más
jóvenes, Jodie (Kiernan Shipka) y Mary-Anne (Brenda Song), se verá abruptamente
interrumpido cuando su amigo y director de escena Eddie (Dave Bautista) les
trae la mala noticia: el teatro va a cerrar. Cuando Shelly asiste a una
audición en otro local, debe lidiar de manera brutal con un obstáculo insuperable
en su oficio: la edad. Con sobre 50 años, las perspectivas laborales de Shelly
se ven muy disminuidas. En medio de todo eso, se produce un reencuentro con su
hija Hannah (Billie Lourd) a quien no ve desde hace mucho tiempo. El tiempo, sin embargo, sólo apresura lo
inevitable y Shelly debe enfrentarlo, y lo hace del modo como es de esperar de
ese mundo de lentejillas brillantes y despliegues espectaculares sobre el
escenario.
|
Eddie (Dave Batista) es el director de escena |
Este es un film
que nos traslada a un tipo de espectáculo que ha ido desapareciendo sin que sus
anónimas protagonistas dejen sus huellas. En este sentido de rescatar la
memoria de esas bailarinas, Pamela Anderson, la actriz canadiense que se
hiciera famosa como símbolo sexual en la serie Guardianes de la Bahía transmitida
entre 1989 y 2001, entrega una muy convincente actuación. Tanto los momentos más
personales de Shelly, compartiendo con su amiga Annette, o en la mesa familiar
con sus colegas y Eddie, o en el intento de reconectar con su hija, así como
sobre el escenario, en especial su última aparición con la esperada sonrisa, dejan
una fuerte impresión. Ciertamente, su actuación en este film es también una denuncia
contra la discriminación por edad.
|
Una notable actuación de Pamela Anderson como la bailarina que no pierde su sonrisa, pese a las circunstancias |
The Last
Showgirl es un film
que recomendamos tanto por su calidad dramática, su muy buen desarrollo
narrativo, así como por los temas que alude.
Duración: 88 min.