RUBY SPARKS. Estados Unidos, 2012. Un film de Jonathan Dayton y Valerie Faris. Elenco: Paul Dano, Zoe Kazan, Chris Messina, Annette Bening, Antonio Banderas
Explorando el proceso de creatividad dentro del marco de una fantasiosa historia, Ruby Sparks ofrece mucho más de lo que apriorísticamente podría aguardarse. Deliciosamente romántica, sólo es necesario dejarse llevar por la imaginativa propuesta de los directores Jonathan Dayton y Valerie Faris para gozar del mejor film del género sentimental de esta temporada estival.
Al igual que el escritor George Bernard Shaw, aunque con sustanciales variaciones, la coprotagonista Zoe Kazan que es autora del guión se inspiró en el mito griego de Pigmalión donde un artista se enamora del objeto de su creación, para reproducir en este caso las andanzas de un joven autor en búsqueda del personaje clave para su nueva obra.
Al comienzo del relato el público asiste a la familiar historia de un escritor que después de haber publicado hace varios años un libro de gran éxito, ahora se siente bloqueado sin poder dar rienda suelta a su imaginación; pero rápidamente la trama cobra giros insospechados. Aquí, el escritor es Dano Calvin (Paul Dano), un joven solitario de Los Ángeles luchando por lograr la repetición del suceso de su primera publicación. Ayudado por su psicoanalista (Elliott Gould) finalmente consigue elaborar las primeras páginas de su futura novela concibiendo como protagonista a una luminosa joven de ojos azules llamada Ruby Sparks (Zoe Kazan). Si al principio todo marcha bien, la gran sorpresa se produce cuando la musa inspiradora de Dano aparece de cuerpo y alma en su departamento y al principio él no atina a estar seguro si lo que ve tiene visos reales o está soñando. Llamando de inmediato a su hermano incrédulo (Chris Messina), la situación adopta ribetes más increíbles cuando llega a comprobar que Ruby realmente existe.
La historia se vuelve más apasionante cuando el escritor comprueba que Ruby va comportándose de acuerdo a lo que él va desarrollando en su novela donde podrá lograr que ella hable francés, llegue a cocinar o adopte actitudes que sólo él puede manejar. Mientras que el titiritero logra que su títere obedezca sus instrucciones no habrá nada que objetar, pero la situación cambia drásticamente a partir del momento en que Ruby comienza a adquirir independencia desafiando a la persona que la ha concebido en su imaginación.
Romántica, afectiva y plena de ternura, los realizadores han concebido una ingeniosa fábula capaz de satisfacer a todo tipo de audiencia. Dentro del carácter de comedia de fantasía uno podría reflexionar sobre la irresistible tentación que asiste al ser humano de manipular o ejercer control sobre otras personas haciéndole sentir dueño de un poder sin límites; en todo caso, y más allá de esas conjeturas, lo concreto es que se ha logrado un film íntimo, muy bien enfocado, con mucho humor y sobre todo con una excelente comunicación entre sus dos personajes principales, hecho que no resulta extraño porque Dano y Kazan forman pareja en la vida real y logran transmitir muy bien la buena química que los une. El elenco de reparto es irreprochable con la participación de Annette Bening como la madre hippie de Dano y Antonio Banderas animando a su excéntrico padrastro.
Conclusión: Una original y cálida comedia romántica que se deja ver con mucho agrado. Jorge Gutman
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