27.6.24

CINE EN LA PLAZA: DADDIO—El taxi, entre confesionario y consultorio psicológico

Comentario de Sergio Martínez

Hacer una película cuya historia transcurra en tiempo real es un desafío, más aun si prácticamente toda la trama tiene lugar en el claustrofóbico espacio de un taxi. Se trata de un desafío que la directora Christy Hall sortea con éxito: Daddio logra mantener la atención del espectador a través de los 100 minutos que al taxista Clark (Sean Penn) le toman llevar a la joven que sólo conocemos como Girlie (Dakota Johnson) desde el aeropuerto JFK hasta su casa en Manhattan. Es exactamente el tiempo desde que la joven sale del aeropuerto y el asistente en la parada de taxis (Marcos A. González) le pregunta por el destino de la carrera, le abre la puerta, la mujer sube y el taxi parte, hasta que taxista y pasajera se despiden.

Girlie (Dakota Johnson), la pasajera
en un viaje muy especial
Ciertamente la carrera desde el aeropuerto a Manhattan no duraría todo ese tiempo, para eso la directora hace una pequeña “trampita”: poco antes de tomar la carretera I-495 un accidente ha causado un embotellamiento en la ruta, ello tomará los suficientes minutos para cubrir el tiempo de la historia, pero al mismo tiempo para subir la tensión dramática en la interacción de chofer y pasajera.

Aun con todos esos elementos dramáticos, las escenas podrían haberse hecho tediosas después de cierto tiempo, pero aquí entre la genial mano del director de fotografía, Phedon Papamichael, que mientras transcurre el intercambio al interior del coche nos intercala imágenes del ambiente urbano: luces, letreros comerciales, avisos de tráfico carretero, objetos mundanos y cotidianos a los que cualquiera que vaya viajando en un taxi probablemente no le llamen la atención, pero que en la película contribuyen a crear el trasfondo de soledad que ambos protagonistas comparten mientras dura el viaje.

Clark (Sean Penn) taxista, un poco confesor y psicólogo


A poco de haber subido al taxi, Girlie recibe mensajes en su celular, se trata de pedidos de su novio, la mayor parte expresados en un lenguaje soez con referencias al sexo. Poco a poco el diálogo entre la mujer y Clark trasciende el tono de la típica conversación de taxi. Ella rompe ese hielo cuando le pregunta a él por su nombre, cosa que él luego recordará de modo especial.

La mujer sigue recibiendo los mensajes de su enamorado, siempre en un tono vulgar, hasta que llega un momento en que se modera y deja de enviarlos. Girlie revelará a Clark el carácter de la relación con su amante, en ese momento el tono de la conversación se hace más personal. Clark por su parte, también tiene mucho que decir, tanto en lo personal, como en lo que, ahora asumiendo un rol casi paternal, le transmite a Girlie.

El final del viaje
Durante los momentos en que la conversación se había hecho menos formal, ella le había preguntado a Clark sobre qué nombre le hubiera gustado tener a él. La respuesta del taxista servirá más tarde como un cierre del encuentro donde hubo cuestiones difíciles, memorias molestias que ambos revivieron y muchas interrogantes aun abiertas, especialmente para Girlie.

Daddio es un brillante film de impecable realización y donde los desafíos para desarrollar la historia la realizadora los torna en un elemento dramático más de la búsqueda que ambos protagonistas, más allá de sus diferencias de edad y trabajos, tienen aun inconclusas.

Duración: 100 min. 

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