24.6.12

LA TRANSEXUALIDAD DE LAURENCE



LAURENCE ANYWAYS. Canada-Francia, 2012. Un film escrito y dirigido por

Xavier Dolan. Elenco: Mielvil Poupaud, Suzanne Clément, Nathalie Baye

Xavier Dolan ofrece en su tercer film una historia romántica con muchos elementos para admirar aunque con algunos bemoles que en parte llegan a afectarlo. En todo caso, el balance es positivo confirmando a Dolan, de tan sólo 23 años de edad, como un talentoso realizador de sorprendente madurez que demuestra una innata capacidad en la puesta escénica así como logra que sus actores ofrezcan una muy acertada caracterización de los personajes que les toca animar.

El relato gira en torno de Laurence (Melvil Poupaud) un profesor de literatura de 35 años que mantiene una muy buena relación sentimental y sexual con su compañera Fred (Suzanne Clement). Sin embargo todo cambia a partir del momento en que Laurence le manifiesta que en realidad él es una mujer en un cuerpo de hombre y que vivió toda su vida engañándose a sí mismo; de allí que su tabla de salvación sea adoptar el sexo opuesto. Aunque decirlo es sencillo, implementar su plan resulta más dificultoso de lo que Laurence imaginó debido a las repercusiones producidas en su vida personal y profesional. Lo que sobreviene es el modo en que la nueva situación creada habrá de cambiar para esta atípica pareja con el paso de los años.

Tanto Poupaud como Clement ofrecen actuaciones brillantes en la singular y tempestuosa pareja que conforman, luciéndose también la veterana actriz francesa Nathalie Baye como la madre de Laurence; el resto del elenco (Monia Chokri, Susie Almgren, Yves Jacques) se desempeña en forma impecable.

Los altibajos del film se deben a las repeticiones innecesarias incurridas por el relato, contribuyendo a que el metraje se extienda a poco menos de 3 exhaustivas horas y que bien pudo haber sido reducido en una tercera parte sin alterar el espíritu de lo que Dolan quiere mostrar. Con todo, al final de la proyección uno queda gratamente impresionado por el estilo visual que el joven realizador emplea así como su meticulosa atención en detalles de ambientación de época -la década del 90 en que transcurre la historia-, el profuso vestuario y la banda sonora combinando adecuadamente el repertorio clásico con música pop.

Conclusión: Una obra ambiciosa que aun cuando dista de ser perfecta produce un grato placer sensorial abordando un delicado tema con sensibilidad y ternura. Jorge Gutman

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