ET MAINTENANT ON VA OU. Francia-El Líbano-Italia-Egipto, 2011. Un film de Nadine Labaki. Elenco: Claude Baz Moussawbaa, Lavia Hakim, Nadine Labaki.

Los hechos transcurren en una aldea rural que se ve azotada por la intolerancia religiosa de su población masculina originando un clima de violencia que se tradujo en un considerable número de víctimas a través de los años.
En su primera escena se contempla a un grupo de mujeres doloridas y vestidas de luto transitando por un cementerio antes de dispersarse hacia diferentes direcciones para visitar las tumbas de sus maridos, padres e hijos muertos en una guerra sin mayor sentido. Para evitar que la situación persista Amale (Labaki), una mujer viuda cristiana que regentea un café y sus amigas Afaf (Layla Hakim), Saydeh (Antoinette Noufaily), Takla (Claude Baz Moussawbaa) e Yvonne (Yvonne Maalouf) han decidido recurrir a una serie de tácticas para lograr que los hombres de la aldea dejen de lado las tensiones religiosas que los separan y no sigan luchando entre ellos. Obviamente, el objetivo perseguido no será tan sencillo de conseguir.
Fundamentalmente es el tono humorístico que campea a lo largo de esta historia; eso se manifiesta en algunos de los ardides utilizados por las mujeres, como por ejemplo cortar los cables de la televisión y desconectar la radio para evitar que las noticias del mundo exterior se filtren en el lugar y puedan incentivar la beligerancia masculina, así como contratar a un grupo de chicas jóvenes de Ucrania para que permanezcan una semana en el lugar y entretengan a los aldeanos para distraerlos del germen de la violencia.
Los aspectos favorables del film residen en la presencia de personajes cálidos, impetuosos y entusiastas que con facilidad se granjean la simpatía de quien los está observando y la agradable música y canciones de Khaled Mouzanar que dotan al relato de cierta energía. Con todo, la línea narrativa resulta desigual, en parte porque al promediar el film el ritmo se resiente perdiendo el ímpetu inicial y porque la adición de un incidente dramático debido a la muerte de un joven muchacho (Kevin Abboud) de ningún modo llega a gravitar emocionalmente como debiera haber ocurrido.
A pesar de las observaciones precdentes, el film –en cierto modo, una variación moderna de la comedia Lisístrata de Aristófanes- se destaca por su mensaje de paz y porque a través de sus personajes -aunque no profundamente delineados-, la realizadora va reflejando la naturaleza de su tierra y la complejidad que emerge de las diferentes culturas que la pueblan.
Conclusión: Un film liviano que aunque no logrado totalmente se deja ver con agrado. Jorge Gutman
No hay comentarios.:
Publicar un comentario