13.7.25

UNA VEZ MÁS, EL FESTIVAL DE JAZZ DE MONTREAL

Comentario de Sergio Martínez

Cuando la vieja guardia del Festival Internacional de Jazz de Montreal (FIJM) dejó su puesto en favor de un nuevo equipo, surgieron interrogantes sobre de qué manera este cambio generacional impactaría uno de los eventos más emblemáticos de la metrópolis. Por cierto, también ya había habido algunas dudas cuando la productora del Festival, Spectra, fue adquirida por la mayor promotora de espectáculos de la provincia, Evenko. Naturalmente, ha habido algunos cambios, tanto en lo organizativo como en la programación. Una de las inquietudes la produjo la aparente reducción en la variedad de géneros musicales que se vio especialmente en la edición de 2024. En alguna medida esa inquietud se vio disipada en lo que fue la exitosa lista de artistas de este año, donde pudo apreciarse mayor diversidad. Para quienes cubrimos el evento principalmente para la comunidad latinoamericana, fue satisfactorio ver una presencia musical latina un tanto mayor este año.

Esa diversidad es por lo demás celebrada por el mismo Director de la Programación, Maurin Auxéméry que en el balance del evento ha dicho “¡Qué orgullo que este evento sea capaz de conectar al público en tan gran número con la música de todo género, de poner el foco sobre diversos nichos musicales y de congregar a los melómanos en un ambiente de fiesta! Con su programación vanguardista el FIJM es exactamente lo que siempre ha prometido ser: irresistiblemente audaz”.

LA PRESENCIA LATINA

La mexicana Natalia Lafourcade que se presentó los días 26 y 27 de junio, fue la primera—en espectáculos en sala—en hacer notar la presencia latinoamericana en el Festival. Con una muy grata combinación de canciones melódicas, temas modernos y otros de la música tradicional mexicana, esta artista cautivó plenamente al público que repletó la Sala Wilfrid Pelletier de la Place des Arts.

La noche de su debut, la cantante mexicana fue agraciada con el Premio Antonio Carlos Jobin que el FIJM otorga cada año a artistas que reflejan la diversidad creativa.

El 3 de julio se presentó la chilena Mon Laferte, quien ha desarrollado la mayor parte de su carrera artística en México. No era sorprendente entonces que entra la audiencia hubiera tanto chilenos como mexicanos, quienes además seguían las letras de sus canciones con gran precisión.



Ambas artistas tienen algunas similaridades en la temática de sus canciones, aunque Mon Laferte se aventura también en ritmos más cercanos al rock: ella canta acompañada de un sexteto, en tanto que Natalia Lafourcaude lo hace acompañada de su guitarra.  En términos de la satisfacción de la audiencia, se puede decir que las dos cantantes cumplieron plenamente con las expectativas y cabe celebrar que el FIJM haya retomado, hasta cierto punto, la tradición de brindar, además del jazz en sus diversas expresiones, propuestas musicales que, sin corresponder a la definición del jazz, sí responden a un ámbito creativo especialmente urbano y, como el jazz, recogen también el sentir de los sectores populares.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario