8.5.12

CINE EN LA PLAZA: LAS DUDAS DEL SUMO PONTÍFICE

Nanni Moretti en su film Habemus Papam (Tenemos Papa) apunta—entre el drama y la comedia—a las incertidumbres humanas de quien asumirá la responsabilidad de manejar la mayor iglesia mundial.



Comentario de Sergio Martínez

La parte inicial del film recoge de manera muy espectacular el ambiente que rodea a la muerte del papa en el Vaticano y luego el proceso que la sigue, la selección de su sucesor: una mezcla de solemnidad, tradición y apego a estrictas reglas, salpicadas por las más bien pedestres intervenciones de uno de los periodistas que cubre el magno evento. La presencia de la televisión y su estilo de cobertura de los hechos será un aspecto constante en la narrativa de este film.

En las escenas siguientes la cámara nos llevará al interior de los muros del Vaticano, donde los cardenales venidos de todas partes del mundo se han reunido en cónclave para elegir al sucesor del papa fallecido. Marcado por siglo de tradición, el proceso de selección del futuro pontífice aparece además cargado de fuertes tensiones, paradojalmente no porque haya muchos interesados en el puesto, sino porque los posibles “papábiles” en verdad no parecen estar en absoluto interesados en la alta posición.

Después de algunos sucesivos fallidos intentos de lograr el número de votos necesario, con sus correspondientes elementos de drama otorgados por la emisión de humo negro desde la chimenea del edificio donde se reúne el cónclave, la cámara nos vuelve a mostrar el ambiente de incertidumbre que reina entre los cardenales. En este nuevo intento sin embargo, algo sucede, el recuento de votos empieza a repetir el nombre de un cardenal que hasta ese momento no había figurado: Melville. En efecto, y para alivio de los cardenales presentes, el nombre de aquel silencioso y desconocido hombre de Iglesia es el que se impone y como corresponde de acuerdo a la tradición, el nuevo papa, una vez que se pronuncien las famosas palabras en latín, “Habemus Papa”, deberá asomarse al balcón y desde ahí saludar a los miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro. Todo hasta allí parece seguir su orden normal, para satisfacción en especial del portavoz vaticano (Jerzy Stuhr), excepto que a partir de ese momento la tradición parece desrielarse. Presa de lo que parece una crisis de ansiedad, el Papa (Michel Piccoli) no sólo se niega a aparecer en el balcón, sino que en un momento saldrá de la amurallada Ciudad del Vaticano para aventurarse por las calles de Roma.
Para resolver el problema los cardenales incluso llegan a consultar a un psicoanalista (Nanni Moretti), quien queda literalmente encerrado en el local. Cuando él mismo no logra resolver el caso, el vocero vaticano llevará al recién electo papa a una psicoanalista (Margherita Buy) que es la ex esposa del primer profesional consultado. Esta será la ocasión que el papa electo aprovechará para largarse por la ciudad, en lo que parece también una incursión mental en lo que fue su propia vida y lo que él como persona hubiera querido hacer de su existencia.

Es en este periplo por las calles de Roma cuando se desata la parte más interesante del film, aquel en la cual el personaje se nos retrata en su verdadero ser o más bien dicho en la búsqueda de su ser, mientras al mismo tiempo insinúa de modo vago algunas críticas a la propia institución a la que sirve.

En el intertanto, el cónclave no ha dejado de sesionar ya que el papa aun no está oficialmente instalado en sus funciones, a falta de algo que hacer sin embargo y buscando una fuente de entretenimiento para esos hombres, al psicoanalista se le ocurre organizar un torneo de vóleibol dividiendo a los cardenales en equipos según los continentes de donde vienen. Estas escenas proporcionan un elemento de comicidad más evidente, sin embargo se prolonga excesivamente produciendo un cierto tedio.

Cuando el drama se retoma, con el retorno del papa al Vaticano, la historia llegará a su fin aunque no las inquietudes e incertidumbres del personaje al que le correspondió ser elegido papa.









HABEMUS PAPA, director: Nanni Moratti (Italia, 2011). Con Michel Piccoli, Jerzy Stuhr, Renato Scarpa, Nanni Moratti, Margherita Buy, etc.)

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