14.11.06

SLEEPWALKING

SLEEPWALKING. Estados Unidos-Canadá, 2008. Un film de William Maher

He aquí otro film sobre familias disfuncionales. No es que la familiaridad de su tema lo excluya de un nuevo tratamiento, sino que en este caso se trata de un relato que además de no aportar nada nuevo, es monótono y no satisface emocionalmente.
A partir de la presentación de los títulos se va sabiendo que Joleen Reedy (Charlize Theron) se ve obligada a desalojar la casa de su amante donde estaba viviendo con su hija Tara (AnnaSophia Robb) de 11 años, cuando el individuo es arrestado por producir drogas. Para solucionar su problema de vivienda, ella recurre a su hermano James (Nick Stahl) para que les facilite compartir su modesto departamento.
El guión de Zac Stanford no se caracteriza por su sutileza sino más bien recurre a todos los estereotipos de un relato pedestre. Joleen es presentada como una mujer de vida disoluta preocupada por el sexo y es así que a las pocas horas de llegar a la casa de su hermano, se escapa con un camionero desconocido, abandonando a su niña y obligando a James para que se haga cargo de ella.
A partir de ese momento el film se centra en la relación que se establece entre tío y sobrina. Tara es recelosa de James, un individuo lacónico con las características propias del típico perdedor que no encontró su lugar en el mundo, pero poco a poco se adaptará a él al ir descubriendo su nobleza. Los acontecimientos se van precipitando cuando el hombre pierde su trabajo, debe abandonar su vivienda por no haber pagado el arriendo y se reubica con Tara en la pieza subterránea de la casa de un compañero de trabajo (Woody Harrelson). Los servicios sociales fuerzan a que la chica sea trasladada a un hogar sustituto y cuando eso ocurre, su tío la rescata para iniciar un viaje que los lleva a la granja de su padre (Dennis Hopper). Después de haber estado varios años separados, el encuentro entre ambos es frío; James es objeto de su desprecio y humillación, al propio tiempo que contempla como maltrata físicamente a la nieta que acaba de conocer.
La existencia de una madre desaprensiva, un tío sin carácter y un abuelo cruel, no son los personajes característicos de un producto comercial de Hollywood, pero tampoco sirven para enriquecer a este film independiente; sus connotaciones forzadamente melodramáticas, sus diálogos banales y la carencia de sutilidad para exponer el dramático problema de familias a la deriva, convierten a Sleepwalking en un film rutinario y poco atractivo.
No hay elementos que trasciendan sobre cómo fue la vida de Joleen y James cuando eran niños; lo único que uno puede inferir hacia el final del relato es que la presencia de un padre autoritario y despiadado pudo haberles dejado una cicatriz irreparable. De todos modos, lo que a esta historia le falta es alguna nota de redención o catarsis como para llegar a justificarla.
El desenlace tampoco ayuda. Acontecimientos inesperadamente dramáticos harán que James considere que ya no es más un sonámbulo (de allí el título del film) que se mueve y actúa en forma inconsciente sino una persona que comienza realmente a vivir; lástima que el público no pueda compartir su opinión.
Posiblemente la intención del director William Maher haya sido ilustrar los golpes emocionales que experimenta una inocente niña por formar parte de una familia desintegrada; sin embargo, este sombrío relato peca de artificialidad y no permite que uno se compadezca o se conmisere con sus personajes.
Theron se destaca con su presencia en el poco tiempo que está en pantalla, y tanto Stahl como Robb ofrecen actuaciones inobjetables tratando de rescatar un mediocre guión; lamentablemente, resulta vano el esfuerzo realizado.
J.G.
PP

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