21.12.12

LA VISITA DEL REY

HYDE PARK ON HUDSON. Estados Unidos, 2012. Un film de Roger Michell

Basándose en el diario personal de Margaret “Daisy” Suckley y en algunas de sus cartas íntimas -descubiertos en ocasión de su muerte en 1991-, el guionista Richard Nelson concibió un relato que entremezcla dos historias: por un lado la relación sentimental de Daisy con el presidente Franklin Delano Roosevelt, y por otra parte la primera visita que un monarca de Gran Bretaña realiza a los Estados Unidos. Hyde Park on Hudson es una película de tono costumbrista donde la política juega aquí un rol muy secundario, para privilegiar su atención en la relación de Roosevelt con su familia y entorno que lo rodea así como en su carácter de anfitrión del rey George VI.

La acción tiene lugar en la mansión campestre de la familia de Roosevelt en Hyde Park, Nueva York, y se desarrolla en el verano de 1939 a pocos meses de irrumpir la Segunda Guerra Mundial. El presidente (Bill Murray) convoca a Daisy (Laura Linney), una prima de lejano grado de parentesco, para que como asistente lo alivie y distraiga de la abultada carga que implican sus tareas administrativas. La narración, que es efectuada adoptando el punto de vista de esta pariente, va haciendo conocer detalles sobre las inclinaciones donjuanescas de Roosevelt, la relación cordial pero solamente amistosa que mantiene con su esposa Eleanor (Olivia Williams), la existencia de una madre posesiva que vive bajo un mismo techo (Elizabeth Wilson), la presencia de su secretaria personal Missy (Elizabeth Marvel) -que luego se revelará que constituye algo más que eso- y finalmente el affair amoroso con Daisy.

El otro hilo del relato se nutre con la llegada por un fin de semana del rey George VI (Samuel West) y su señora, la reina Elizabeth (Olivia Colman), a Hyde Park invitados por el presidente, para cimentar los lazos amistosos entre Gran Bretaña y Estados Unidos. Esta parte de la historia es la mejor del film y la que provee algunas notas de humor, como la sensación de incomodidad que en ciertos momentos experimenta la reina por la actitud extraña de sus anfitriones; así por ejemplo, ella no se encuentra complacida al saber que al día siguiente deberá asistir con el rey y su comitiva a un picnic cuyo plato único de comida será hot dogs y que el almuerzo estará amenizado con canciones autóctonas interpretadas por la gente nativa del lugar.

El director Roger Michell deja de lado el aspecto político de la visita, a pesar de que es bien sabido que el rey estaba sumamente interesado en la adhesión y ayuda que Estados Unidos le brindaría a su país frente a la amenaza de Hitler en Europa.

Aunque el relato no se destaca por la emoción, hay una escena que realmente trasciende. Eso sucede en una conversación privada entre el rey y Roosevelt, donde aquél maldice su tartamudez porque le impide expresarse con mayor fluidez; frente a los hechos, el presidente lo consuela maldiciendo su parálisis parcial motivada por la poliomielitis sufrida varios años atrás y que físicamente lo dejó discapacitado.

Laura Linney y Bill Murray
A diferencia de lo visto en Lincoln de Steve Spielberg, este film descarta la arista de Roosevelt como estadista y menos aún resalta su rol como presidente en momentos tan difíciles como los que estaban conmocionando al mundo . En cuanto a lo concerniente a la relación amorosa que mantiene con Daisy, la misma está tibiamente expuesta, más bien desdibujada, sin que llegue a gravitar mayormente en el contenido del relato.

En líneas generales las actuaciones son buenas pero sin que ningún actor llegue a sobresalir. Murray actúa con corrección así como también lo hace Linney, pero ambos carecen del suficiente material como para que el vínculo afectivo que unió a sus respectivos personajes llegara a cobrar verdadera vida en la pantalla; otro caso es el de West que aunque ofrece una buena composición del monarca, su actuación está muy por debajo de la memorable interpretación que Colin Firth brindó en The King’s Speech (2010).

Conclusión: Con dos historias tenuemente entrelazadas, Hyde Park on Hudson es un film entretenido bien realizado pero a la postre anecdótico y sin mucha trascendencia.   Jorge Gutman

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