2.12.06

HOW SHE MOVE

Canadá, 2007. Un film de Ian Iqbal Rashid

El título del film alude a cómo se mueve la gente joven de este relato bailando el “step dancing”; se trata de un estilo de baile de ritmo rápido y energético que se concentra más en el movimiento de los pies que en la acción motriz de otras partes del cuerpo. Aunque en líneas generales no hay nada nuevo que el relato ofrezca, esta película ofrece un sano pasatiempo porque sus secuencias de danza urbana están muy bien logradas. Sin duda How she move encontrará rápido eco en el público juvenil que acuda a las salas, que por otra parte constituye el segmento demográfico más importante a quien va dirigido.
El relato presenta a Raya Green (Rutina Wesley), la hija adolescente de inmigrantes jamaicanos de humilde condición social viviendo en un pobre vecindario de Toronto; con su inteligencia y ambicionando un futuro mejor, ella realiza sus estudios en una escuela privada de excelente nivel académico ubicada fuera de la ciudad. Cuando su hermana muere, como consecuencia de una sobredosis de drogas, se ve obligada a retornar al hogar y proseguir su educación en la escuela pública donde asistía antes de partir, ya que ahora sus padres no pueden seguir afrontando el costo de la matrícula escolar.
El reencuentro poco acogedor que recibe en la escuela por parte de algunas antiguas compañeras de estudio descorazonan a la joven. Sin embargo al poco tiempo cree vislumbrar una salida para dejar nuevamente el ambiente deprimente que la rodea. Dotada de condiciones naturales para el “step dancing”, Raya desea participar en un concurso de baile que se está realizando y que ofrece al ganador un premio de 50 mil dólares; esa suma bien podría cambiar su destino. El problema es que los que participan en este tipo de certámenes son generalmente hombres y no mujeres. ¿Cómo podrá Raya cambiar la mentalidad prevaleciente para poder competir?
Lo que continúa se ajusta a fórmulas bien conocidas con los estereotipos clásicos de otros relatos similares, como por ejemplo la presencia de una compañera provocadora y camorrera (Tre Armstrong), un muchacho de buena presencia (Dwain Murphy) que gusta de ella y que influirá para que la permitan incorporarse al grupo masculino concursante, y una madre abnegada (Melanie Nicholls-King) que se opone a que su hija se dedique a bailar. A pesar de lo señalado, el film tiene elementos que lo distinguen gracias al tratamiento sencillo y genuino aplicado por Ian Iqbal Rashid; en base al guión semi-autobiográfico de Annmarie Morais, el director permite que el relato capte la complacencia del espectador a través de la perseverancia de su personaje central que se ha propuesto triunfar a toda costa.

Aunque al principio la historia adopta un tono dramático, el drama social de esta historia queda relegado a un segundo plano para resaltar en cambio la intensidad de la danza gimnástica, favorecida por una armoniosa coreografía. A ello debe agregarse la energía transmitida por Wesley al personaje que anima en su proceso de madurez que va experimentando a través de su amor por la danza; también resulta destacable el animado grupo de acrobáticos bailarines que la rodean quienes con su simpatía permiten que el film atenúe la familiaridad de lo “déjà vue” dejando una agradable impresión.

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JG

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